Kurt Koch es Cardenal y Presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos

Nacido el 15 de marzo 1950 en Emmenbrucke, Suiza, estudió teología en Lucerna y Münich, donde obtuvo un doctorado en teología, con su tesis sobre El Dios de la historia. La teología de la historia en Wolfhart Pannenberg como un paradigma de la teología filosófica en una perspectiva ecuménica.
La formación de Kurt Koch
Ordenado presbítero el 20 de junio de 1982, llegó a ser Decano de la Facultad de Teología de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Lucerna.
Elegido obispo de Basilea, 21 de agosto de 1995, Consagrado el 6 de enero de 1996, en la basílica vaticana patriarcal por el Papa Juan Pablo II, con la ayuda de Giovanni Battista Re, Arzobispo Titular de Vescocio, sustituto de la Secretaría de Estado, sección de Asuntos Generales, y por Jorge María Mejía, secretario de la Congregación para los Obispos.
Vice-presidente de la Conferencia Episcopal Suiza durante nueve años. Se ha desempeñado como miembro del Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos desde el año 2002. También ha sido miembro de la Comisión Teológica Internacional Católico-Ortodoxa y de la Comisión Internacional de Diálogo Católico-Luterano. Presidente de la Conferencia Episcopal Suiza, entre 2007 y 2009.
Miembro de la Congregación para la Doctrina de la Fe
Koch es miembro de la Congregación para la Doctrina de la Fe, la Congregación para las Iglesias Orientales y la Congregación para las Causas de los Santos.
A finales de agosto de 2010, Benedicto XVI le nombró relator principal del citado grupo Ratzinger Schülkreis, un grupo de exalumnos del papa que se reunían una vez al año en Castel Gandolfo, y dirigió dos conferencias sobre lo que había supuesto el Concilio Vaticano II.
Es autor de casi un centenar de artículos y documentos de debate ecuménico. Entre los temas que más ha tratado están el Sida, el futuro de la Iglesia y el celibato de los sacerdotes. Es autor de numerosos libros.
Fue creado cardenal diácono por Benedicto XVI en el consistorio del 20 de noviembre de 2010 con el titulo de “nostra Signora dil Sacro Cuore”.
El cardenal Kurt Koch es conocido sobre todo por su empeño en el diálogo con las otras Iglesias y denominaciones cristianas. Afirmó al respecto en una entrevista que el diálogo interreligioso “no es un tema secundario, sino central del Concilio, como recordó una vez Juan Pablo II. Es por ello que hoy debe ser un tema central de la Iglesia. Además, la declaración conciliar sobre las relaciones de la Iglesia con las religiones no cristianas, particularmente con el judaísmo, la ‘Nostra aetate’, también se basa en la constitución dogmática sobre la Iglesia”.
“Ante los judíos, el Santo Padre me ha encargado que presente la cuestión correctamente: “Nostra aetate” no ha sido mínimamente puesta en discusión por el Magisterio de la Iglesia, como el Papa lo ha demostrado en más de una ocasión en sus discursos, en sus escritos y en sus gestos personales para con el judaísmo; un acercamiento con la Fraternidad sacerdotal San Pío X no significa que las posturas de la Fraternidad serán aceptadas o apoyadas”. Esto afirmaba en Octubre de 2011 cuando, encargado por Benedicto XVI presidente de la Comisión vaticana que se ocupa de las relaciones religiosas con el judaísmo, participó en la Plenaria de la Comisión para las relaciones religiosas que se llevó a cabo en el Vaticano.
Poco antes del cónclave de Marzo de 2013 que eligió al Papa Francisco afirmó que “puedo pensar que podemos perfectamente tener un nuevo papa que venga de América Latina”.
Sobre la reforma protestante
Sobre la reforma protestante, no le duelen prendas en afirmar que “la aspiración de Lutero fracasó. Se formaron Iglesias independientes y dio lugar a terribles guerras de religión con consecuencias fatales para el conjunto de Europa. ¿Cómo celebrar eso? Fue un pecado”. Llegó a decir que “le gustaría asistir en lugar de a una celebración de la memoria de la Reforma protestante a una reunión en la que las confesiones reformadas pidieran disculpas y reconociesen sus errores”.
Crítico con la Fraternidad de San Pío X “Los judíos –dijo el Cardenal– son nuestros hermanos mayores: sobre todo en la visión de Benedicto XVI sobre la unidad entre los dos Testamentos, estamos relacionados con los judíos indisolublemente. Esta es la visión clara, incluso a la luz de la Declaración conciliar Nostra Aetate. No hay ninguna duda en la Iglesia católica de que esta declaración sigue teniendo valor hoy en día. Es solo el grupo de los lefebvrianos el que no lo acepta, no acepta el diálogo ecuménico, la relación con los judíos ni la libertad religiosa. En cambio, son puntos centrales del magisterio del Santo Padre y si un grupo que no acepta el Concilio y no acepta un Magisterio, se debe preguntar cómo es que se considera católico. Este es el problema fundamental”.