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Cómo Venezuela ha llegado hasta aquí (I: De democracia a dictadura socialista)

TEOLOGÍA, ECONOMÍA Y LIBERTAD
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Son varias las noticias que han ido apareciendo últimamente en Infovaticana sobre el Papa y Venezuela. He aquí algunas.

El Papa ha eludido referirse a la situación de Venezuela en todas y cada una de las alocuciones que ha pronunciado hasta ahora durante la Jornada Mundial de la Juventud (Panamá). Ni un mensaje de apoyo a los sufrientes venezolanos ni una condena del tiránico régimen de Maduro. Nada.

Muchas son las cosas sobre las que gustaría hablar respecto de este tema. De cómo es posible que una democracia haya devenido dictadura. De cómo ha sucedido la pérdida de libertad. De cómo una de las economías más prósperas de Hispanoamérica hace unas décadas se ha convertido a día de hoy en una de las más pobres. De cómo antaño la religión y la moral constituían una “fortaleza privada” (explicaré el término) para los individuos frente al poder político. Del tiranicidio y la moral católica. Y de algunas cosas más. Paso a paso.

¿Cómo es posible que una democracia haya devenido en una dictadura atroz?

Si echamos una rana en una cazuela con agua muy caliente, la rana salta inmediatamente hacia fuera y consigue escapar. En cambio, si ponemos una olla con agua fría y echamos la rana, ésta se queda tan tranquila. Y si a continuación empezamos a calentar el agua poco a poco, poco a poco, la rana no reacciona. Y se va acomodando a la temperatura hasta que pierde el sentido y, finalmente, muere achicharrada.

Durante la mayor parte de la historia hemos asistido a numerosísimos golpes de estado violentos, ejército o armas en mano.

Sin embargo, desde los tiempos de Lenin o de Hitler, en numerosos países, el gobernante, una vez elegido democráticamente, empieza a subir lentamente (o no tan lentamente) la temperatura a sus ciudadanos. Por ejemplo, debilitando la separación de poderes, o aumentando el control sobre instituciones esenciales, como son el sistema jurídico o la prensa. Es un proceso que puede durar unos cuantos años. Y cuando se hace lentamente, la rana no salta.

Como muestra, en España eso nos ha pasado con el control del Consejo General del Poder Judicial (Ley Orgánica del Poder Judicial, del PSOE), o del Tribunal Constitucional, por parte de los principales partidos políticos. O en Cataluña con el establecimiento del Consejo Audiovisual de Cataluña, o con las subvenciones a prácticamente todos los medios de comunicación no sólo públicos, sino también privados. O con el intento por parte de Rajoy de controlar los principales periódicos nacionales, mediante el establecimiento de la tasa Google.

En otros países el control del sistema democrático ha sido mucho más fuerte. Baste como ejemplo, el control cada vez más férreo que ejerce Erdogan sobre la prensa y ciudadanía turcas.

Y en el caso de Venezuela, el proceso ha llegado muchísimo más lejos. Empezó tras la elección de Chávez, y ha seguido con Maduro. Es tal la tiranía que sus ciudadanos llevan años achicharrándose (cierre de medios de comunicación, expropiaciones de todo tipo, numerosos paramilitares afines al chavismo a quienes Maduro dota de armas, encarcelamiento de enemigos políticos, falta de medicinas, aumento enorme de la mortalidad infantil, falta de alimentos básicos, etc.), y los que pueden lograrlo, huyen en masa.

Zoe Valdés, cubana en el exilio, escribía hace ya año y medio[1]

No es por predecir, aunque como cubana la experiencia me asiste, pero siento augurar que Venezuela ya se encuentra en sus últimos estertores. Se avecina el fin de ese gran país, o tal vez ya estemos asistiendo al derrumbe inevitable, lento aunque aplastante. Sí, habrá más muertos, muchos más, al igual que en Cuba, y además no quedará nada, arrasarán con la más mínima fuente de vida y de creación.

Ahora comenzará la larga e interminable telenovela… Que si Lilian Tintori está embarazada mientras vuelven a detener a su esposo, Leopoldo López. Que si detienen también al alcalde Ledezma… No habrá paz ni sosiego… [Pero] nadie hará nada. Sólo paripés. Paripés de la Unión Europea, paripés de la ONU, paripés de las diversas ONG. Paripés del gobierno estadounidense. Es comunismo, señoras y señores, y en contra el comunismo nadie mueve un dedo.

Fíjense si nadie hará nada, que la Constituyente de Nicolás Maduro, calcada de la de los Castro en Cuba, ha pasado a pesar del fraude apabullante y con diecinueve muertos en su haber durante una sola jornada, y nadie ha protestado, nadie dice ni esta boca es mía.

Venezuela se perdió. Murió como murió Cuba en 1959.

Ya sé, sé que los venezolanos negarán esa muerte, y probablemente hasta me acusen de exagerar. Lo mismo que allá por el 1998, cuando les dijimos que aquello sería idéntico horror que en Cuba, y no nos quisieron creer

Los venezolanos tenían que haber reaccionado antes, mucho antes. Pero no era fácil, ya que ellos eran, son, las ranas. Están dentro de la cazuela. Quienes estamos fuera, que vemos la temperatura del agua a la que Maduro somete desde hace un lustro a su país, tenemos también nuestra responsabilidad. Muchos líderes políticos se han atrevido a ejercerla, a condenar el régimen de Maduro y a reconocer a Juan Guaidó. Y alguien como Francisco tiene una responsabilidad enorme. Más aún porque el momento es único para salvar a 30 millones de personas de seguir siendo achicharradas por Maduro y sus secuaces.

Miguel Ángel Sanz

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[1] https://www.libertaddigital.com/opinion/zoe-valdes/el-fin-de-venezuela-82876/

Comentarios
5 comentarios en “Cómo Venezuela ha llegado hasta aquí (I: De democracia a dictadura socialista)
  1. Buen artículo al hilo de Venezuela, con aportes de mucho interés sin duda.
    Ahora bien, no estoy de acuerdo en acusar al Papa de abandono o dejación de los fieles de Venezuela, o de «bendecir» ésta u otra dictadura o forma de gobierno como se denuncia aquí.
    La JMJ no es para hacer política, de hecho, sino llevar a Cristo allí donde vaya.
    Hablando de política:
    Venezuela, con Chavez, fue el motor financiero del gran movimiento populista de izquierda sudamericano (cuya cabeza intelectual era Lula, el de Brasil).
    Tras los pasos de la figura de Castro (de ahí la idolatría), ya conocemos los nuevos «caciques» que han ido surgiendo en Bolivia, Ecuador, se intentó en Nicaragua…..a cuenta de esto.
    Lógicamente, éstos nuevos caciques no hicieron como los comunistas occidentales (quitar la religión de cuajo, o intentarlo más bien) y de hecho siempre han intentado no quitar lo de ‘cristiana’ al titulo de la nueva ‘república’ proclamada.
    Acordarse del acercamiento de Castro y la visita de Juan Pablo II (quien condenó abiertamente el comunismo, de hecho) a Cuba.
    En realidad son dictaduras que van moviendo los hilos para perpetuarse en el poder, pero en fin; eso ya es opinión mia.
    Un imperio, una sola religión; esto se lleva haciendo desde tiempos inmemoriales desde ambos lados y no es nada nuevo.
    Por esto no podemos pedirle al Papa que tome partido por unos u otros; no es nuestra «batalla» en la Iglesia, sino el anunciar a Cristo allí también.
    Cuando se vayan éstos, otros vendrán que se puedan haber apoyado, incluso, en los poderes eclesiales para llegar al poder (y luego hacer lo que les venga en gana).
    Ahora toca lo contrario en Brasil, por ejemplo; y lo que vendrá y veremos.
    Izquierda o derecha, sin religión o con la mama pacha, el problema allí es de otro calado y de caciquismo todavía, me da; es cultural yo creo.
    Sociedades partidas en muy ricos o muy pobres, sectas evangélicas por doquier, fetichismos de la naturaleza, intereses occidentales, etc.
    Ahí hay que trabajar, no bendiciendo o condenando gobiernos (que tendran sus virtudes y carencias, haran mucho bien o mucho mal), sino anunciando a Cristo, para que «el bien» venga por añadidura.
    La democracia, (quizá lo más potable en cuanto a forma de gobierno), o el capitalismo tienen también sus muchos peligros y preocupaciones. Esto decía J. Pablo II cuando cayó el comunismo, en aquellos países europeos.
    No es el Papa quien ha de decidir quién o cómo se gobierna en éste o aquel país; no es ésa su misión, yo creo.

    1. Muchas gracias Alex por un comentario tan completo. Sólo un apunte por mi parte. Hablo de la responsabilidad del Papa. Y no necesariamente en la JMJ, sino en otros momentos. Antes… o después. En el avión de vuelta el Papa dijo que le asusta el derramamiento de sangre. Pero es que desde hace 20 años hay mucho derramamiento de sangre. Desde que Chavez llegó al poder, los asesinatos y secuestros se han multiplicado por 10 (https://es.wikipedia.org/wiki/Crimen_en_Venezuela). El Papa dijo en el avión que quería ser equilibrado. Pero es difícil ser equilibrado.

      1. Vuelvo a agradecer a Miguel mucho la respuesta.

        La razón y el «cuerpo» (como decía el abuelo) nos pide un respuesta contundente ante la situación y es muy difícil ser equilibrado, como bien dices y se dice. De hecho, estoy bastante convencido de que el Papa Francisco ve esta situación muy parecida a nosotros (tampoco puedo asegurarlo, vaya; es simple sospecha mía) y ganas de dar allí a alguno con el bastón en la cabeza no le faltarán.

        Ahora bien, temo que en diplomacia pase como en los juzgados (muchas veces): «aún teniendo razón, puede que no te la den».

        Por ésto el Papa, dentro del campo diplomático (cierto que el Vaticano es un Estado también), siempre habrá de apostar por una prudencia exquisita que casi «Mariana», yo creo, al referir a países y sus tipos de gobierno*.

        *Apuntar que este tipo de gobiernos dictatoriales siempre van a buscar un «enemigo común» (exterior o interior) a quién culpar de sus desdichas y desastres; y tenderán sus ‘trampas’ por doquier, como hemos visto en Venezuela.

        Decía Carlos Esteban: «hay que atar cabos y tender puentes en los países conflictivos» para prevenir tal o cual; cosa en la que nuestro discernimiento en la continua oración con Cristo es fundamental para saber cómo actuar en cada situación, pienso.
        «Haced lo que os diga Él», nos dirá María en las bodas de Caná.

        De ahí que Francisco siempre busque que sea Cristo (quien tampoco habló nunca de derrocar al «divino» emperador o al rey Herodes, ni de acabar con la situación romana de ocupación en Galilea; ya que el Reino de Dios «va» por otro lado, intuyo) quién vaya abriendo puertas o acercando posturas (tocando corazones en unos y otros), para el bien mayor, que vendría por añadidura.

        Francisco está poniendo a Cristo en el centro de toda la vida cristiana (y la de cada cual), aún a riesgo de que le llamemos «iluso, ingenuo, timorato, pusilánime, místico, buenista, inane pensador angelical»…….y otras tantas cosas que nos salen porque no hace ‘justicia’, o la que pensamos que debería hacer, aquí o allá.

        Ahí bien podríamos hablar de Judas Iscariote y su «justicia social», muy parecida a la nuestra; pero éso es ya otra historia (que ya me he excedido al coger confianza, y aquí se trata de ver el por qué ha llegado Venezuela a esta situación). Mis disculpas, Miguel. ^^

  2. Otro excelente análisis de lo que pasa en Venezuela, y puede ocurrir aquí, si no espabilamos la oposición y los ciudadanos; del silencio del doctor Sánchez y del Papa, entre otros, y unos comentarios muy pertinentes de Zoe Valdés, que si sabe de qué escribe, porque lo vivió en su Cuba, y es un calco de lo que allí sucedió. Merece la pena echarle un vistazo, y luego allá cada cual. De la reacción del Papa solo puedo exclamar ¡parece mentira!. ¿A quién quiere engañar este pobre hombre?. (Comentario que hice en mi Muro de Facebook «Atribulado alegre»)

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