Francisco lleva unos días dedicado a recibir ‘enemigos’ en audiencia. Primero fue el cardenal Burke, y ahora le ha tocado al secretario de Benedicto XVI hasta su muerte, el arzobispo Georg Gänswein, con quien se ha reunido junto a las consagradas de Comunión y Liberación que cuidaron del Papa Emérito.
El secretario de Benedicto XVI presidió una misa conmemorativa en San Pedro el pasado 31 de diciembre, un año después de la muerte del Papa emérito, y esta mañana se ha reunido con Francisco por primera vez desde que fuera ‘exiliado’ a Friburgo sin ninguna ocupación especial.
La audiencia, de la que el Vaticano informó sin comentarios, no fue en solitario, sino que al arzobispo alemán le acompañaban las cuatro Memores Domini -Cristina , Carmella , Loredana y Rosella- de Comunión y Liberación que constituyeron la «familia» de Benedicto XVI hasta su muerte.
El contenido del encuentro entre el Papa y Gänswein no ha trascendido. En su día Francisco decidió prescindir de golpe del arzobispo alemán, quitándole el hogar y la función al hombre de Ratzinger.
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Francisco quiere disimular, y está trabajando como en las campañas de mercado, para aparentar e intentar mostrar la imagen de que es conciliador, cuando la realidad es muy diferente. Francisco es inmisericorde con los que no pensamos como él, y por eso nos insulta llamándonos rígidos y diciendo que tenemos problemas, y otros improperios. Y lo peor es que nos cancela y da la consigna a sus obispos de que «controlen a los rígidos», de forma que Francisco actúa como quien gobierna un estado totalitario.
Pero como un católico fiel no puede pensar como Francisco (pues él está afectado de ideologías del mundo), por ello, a pesar de su implacable persecución, nosotros debemos permanecer fieles a Cristo, y por amor a la Iglesia y a todas las almas, debemos seguir resistiendo frente a los errores de Francisco y predicar la verdad «a tiempo y a destiempo» (2 Tim 4,2)
Señores Infovaticana,
Las Misas no se “presiden”. No son una junta directiva o un comité o una compañía que tiene un presidente.
Las Misas se ofician o celebran por un padre ordenado que es el mismo Señor, Sacerdote, Víctima y Altar.
Ojo con las argucias lingüísticas del posconcilio enrredador y escandaloso.
Es indignante, humillante y penoso que no se otorgue a Monseñor Georg Gänswein un puesto en la Iglesia acorde a su conocimiento y experiencia. Vale más que todos los prefectos y cardenales que va nombrando Francisco, ese Papa que dice que en la Iglesia «caben todos, todos», pero por la espalda va cerrando puertas a todos los que creemos en la Iglesia de siempre fiel a la Tradición. ¡Que El Señor nos ayude! Rezamos por el Sr. Gänswein y le esperamos en España para disfrutar alguna de sus conferencias (si es que no vuelven a vetarle, claro).
Hay que congratularse de que intente reconciliarse y que lo haga en público. Y, a diferencia de lo que expresa sacerdote católico, no consta que sea sólo de cara a la galería. Tenemos obligación de pensar que lo hace de buena fe tal y como aparece, para no caer ni en juicios temerarios ni intentar juzgar lo interno de una buena obra o conducta. Eso no significa no ser prudentes en ver qué ocurre en otros aspectos. Quiera el Señor que se acerca de verdad a la reconciliacion y amor de aquellos que , o con razón le han criticado, o que no son de su sintonía, lo cual es reprobable y que, ya más proximo a la muerte (como todos, por otra parte) quiera poner las cosas en orden ante el Señor.
Buena reflexión. Pero… no olvide que el arrepentimiento, para que sea verdadero (y, por tanto, efectivo), requiere no sólo la contrición y el propósito de enmienda, sino también la REPARACIÓN (y más cuando el mal se ha cometido, no privadamente, sin que nadie se enterara, sino de forma pública, con el consiguiente escándalo). Ya veremos si ésta se produce.
Natanael, el Señor nos quiere sencillos como palomas Y astutos como serpientes, para ser capaces, con la ayuda del Espíritu Santo, de discernir el bien del mal, la buena semilla de la mala semilla ( a menudo vestida de buena).
Sensus Fidei.
Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío
Señores Infovaticana,
Las Misas no se presiden. Se celebran, se ofician.
No son una reunión de ejecutivos presididas por su gerente, o algo similar.
Si se “presidieran” yo le diría al sacerdote: hoy preside usted y mañana presido yo.
Es una brutalidad liguística-canónica propia del posconcilio tan querido hoy por el rey de la confusión Bergoglio.
La reciente retirada de casullas con el escudo pontificio de Benedicto XVI, precisamente en los dias del aniversario de su muerte, tiene que ser reparado «mediaticamente» para que los cristianos atolondrados, como alguno del hilo que tiene nata, sigan creyendo en que todo son errores, malos entendidos y malos asesores de puentificex. Dicho de otra forma, esto es alimento para el rebaño ovejuno
¿Qué motivación puede haber para retirar el escudo pontificio de Benedicto XVI de las casullas, cuando de Papas anteriores a él no han sido retirados? ¿No suena como a una estrategia ocultista o masónica de eliminar al «bueno» o al que «los combatía» al «Vicario de Cristo»?