José María Gil Tamayo, arzobispo de Granada, ha decretado el cierre Instituto Diocesano de Filosofía “Edith Stein” por la incapacidad de mantenerlo por la baja demanda.
Gil Tamayo se quita de encima una de los grandes proyectos que levantó Javier Martínez cuando gobernaba la archidiócesis de Granada. El arzobispo emérito de Granda también creó el Instituto de Teología “Lumen Gentium” además del mencionado Instituto de Filosofía “Edith Stein”. El Instituto de Teología “Lumen Gentium” está afiliado a la Facultad de Teología de “San Dámaso”, de Madrid. En él se forman los seminaristas de la Diócesis, y está abierto a otras personas interesadas en el estudio de la Teología.
El Instituto de Filosofía “Edith Stein” nació con el objetivo de ser un lugar de estudio y de redescubrimiento de la Filosofía, según las orientaciones de la encíclica Fides et ratio, y también un lugar de creación y difusión de pensamiento cristiano en el mundo actual.
Ahora, las circunstancias han cambiado mucho desde que se puso en marcha dicho Instituto. Gil Tamayo ha decidido cerrarlo ya que «a pesar de los esfuerzos realizados para mantener la calidad educativa y fomentar la captación de estudiantes, no se ha podido atraer nuevos alumnos, lo que ha generado una disminución sustancial en los ingresos destinados al sostenimiento y funcionamiento del mismo».
Ante la insuficiencia de alumnos matriculados, el arzobispo de Granada reconoce que «se ha vuelto insostenible mantener el personal necesario para garantizar una educación de calidad». Por ello, ha procedido a decretar la extinción del Instituto Diocesano de Filosofía “Edith Stein” del Arzobispado de Granada.
En sus mejores tiempos, este Instituto llegó a contar con profesores de la talla del filósofo austriaco Josef Seifert, quien fue apartado en 2017 por decisión de Javier Martínez por criticar Amoris Laetitia. En su nota, el Arzobispado de Granada acusó al profesor Seifert de dañar con su artículo a la comunión de la Iglesia, confundir la fe de los fieles y sembrar desconfianza en el sucesor de Pedro.
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«Si el Señor no edifica la casa…»
Cuando cancelaron al Prof. Seifert, firmaron por anticipado el acta de defunción. Otro fruto de este pontificado. Ayuno y Penitencia.
Si cada día están más gruesos…
Santa Teresa Benedicta de la Cruz.
Supuestamente por baja demanda, pero si tampoco hay oferta , no habrá demanda, y más en esta época tan necesitada de pensamiento crítico, nacido de la Verdad … Volvemos a tiempos anteriores cuando los totalitarismos de cualquier índole cerraban universidades, centros de estudio, de cultura… Católica…
¿Qué oferta? Mire el Instituto Teológico Juan Pablo II: de ir viento en popa con la moral familiar cristiana, a quedarse sin matrículas en cuanto Osoro, Paglia y Mendoza el de la UCAM metieron las herejías de Bergoglio y a los profesores de la revista «Vida Nueva», enemigos acerbos de la fe católica.
Aún suena la macrometedura de pata de Martínez expulsando a Seifert por haber dicho la verdad. Aún duele la indolencia para con la verdad y aquel servil bergollitismo -«sí, bwana»- sin venir a cuento.
De la cocina y la despensa del Arzobispado, ¿ha decretado el cierre por falta de demanda?