Cuando el sol bailó en Fátima

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Tal día como hoy de 1917, una muchedumbre se agolpaba en Cova Da Iria, cerca de Fátima. Los tres jóvenes pastores, Lucía dos Santos, Francisco Marto y Jacinta Marto comenzaron a ver a la Virgen el 13 de mayo de ese mismo año.

La profecía, hecha por los jóvenes pastores, predecía que la Virgen María, aparecería y realizaría milagros en la fecha señalada. Un gran número de personas que acudieron al lugar dijeron haber presenciado actividades solares extraordinarias, como ver al sol «danzar» o «zigzaguear», girar hacia la Tierra o emitir luz multicolor y colores radiantes. Este suceso es lo que se conoce como el Milagro del Sol en Fátima.

Muchos medios del país se hicieron eco de lo que allí ocurrió. Un artículo de un periódico portugués de octubre de 1917, narra con informes y declaraciones de testigos presenciales del Milagro del Sol en Fátima, el mayor milagro de los tiempos modernos.

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revista publicada por el periódico portugués O Século

Esta es la famosa portada del 15 de octubre de 1917 de O Século, un periódico portugués anticlerical con un informe del periodista Avelino de Almeida, testigo ocular del Milagro del Sol en Cova da Iria. El titular dice «Cómo bailaba el sol en medio del día en Fátima».

portada periódico portugués
portada del 15 de octubre de 1917 de O Século

En su relato de los hechos del Milagro del Sol en Fátima el 13 de octubre de 1917, el periodista Avelino de Almeida dijo: «No, el Sol arde, no ciega, pero aquí se eleva un aullido colosal, y los espectadores gritar: ¡Milagro! ¡Milagro! ¡La Maravilla! ¡La Maravilla! » . Más adelante se puede leer «a los ojos deslumbrados de aquella gente, pálida de asombro, con la cabeza descubierta, el sol se estremecía con movimientos bruscos nunca antes vistos, fuera de todas las leyes cósmicas -» el sol bailaba «, según la expresión típica del campesinos «.

campesinos fátima
un grupo de campesinos mirando al sol

Tras el milagro ocurrido allí, el obispo local abrió una investigación canónica en noviembre de 1917 para analizar los testimonios y comprobar que las supuestas apariciones de la Virgen a los niños eran compatibles con la teología católica. El sacerdote del pueblo fue el encargado de la investigación. Él siempre fue un gran defensor de la existencia del fenómeno solar debido a los testimonios de reporteros seculares, funcionarios gubernamentales y escépticos. Los sucesos fueron aceptados oficialmente como un milagro por la Iglesia el 13 de octubre de 1930, cuando el obispo José da Silva declaró al milagro «digno de creencia» y permitió oficialmente el culto a Nuestra Señora de Fátima.​

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