A pocos días de que comience la Asamblea del Sínodo, el ex prefecto del Dicasterio del Culto Divino y los sacramentos, el cardenal Robert Sarah, entra en escena y lo hace con un importante escrito sobre la cuestión litúrgica.
Robert Sarah, a quien Benedicto XVI eligió para ser su estrecho colaborador en la sagrada liturgia, y que fue marginado durante los primeros años del actual pontificado, ha publicado un importante artículo en la revista Communio titulado “La realidad inagotable: Joseph Ratzinger y la sagrada liturgia”.
Reflexionando sobre la autoridad –específicamente la autoridad papal– y la sagrada liturgia, Sarah cita a Ratzinger quien dijo que «el Concilio Vaticano I de ninguna manera había definido al Papa como un monarca absoluto. Al contrario, lo presentó como garante de la obediencia a la Palabra revelada. La autoridad del Papa está ligada a la Tradición de la fe, y eso también se aplica a la liturgia. No es «fabricado» por las autoridades».
En defensa de Summorum pontificum; “la paz litúrgica de Benedicto XVI”
El purpurado guineano defiende que «el acto de gobierno litúrgico más famoso del Papa Benedicto fue, por supuesto, su motu proprio Summorum pontificum (2007), “Sobre el uso de la liturgia romana antes de la reforma de 1970”, estableciendo que los ritos litúrgicos más antiguos “nunca fueron abrogados” y, por tanto, podían ser utilizados libremente, y de hecho que debían aceptarse las peticiones de grupos de fieles para su celebración». Sarah remarca que «la regulación de estos principios por parte del Papa Benedicto fue permisiva, lo que marcó un cambio radical en el enfoque parsimonioso de demasiados obispos hasta ese momento».
De nuevo, Sarah cita a Benedicto XVI quien afirmó que “en la historia de la liturgia hay crecimiento y progreso, pero no ruptura. Lo que las generaciones anteriores consideraban sagrado, sigue siendo sagrado y grandioso también para nosotros, y no puede ser prohibido por completo de repente o incluso considerado dañino. A todos nos corresponde preservar las riquezas que se han desarrollado en la fe y la oración de la Iglesia, y darles el lugar que les corresponde”.
«Una vez más, para quienes conocían el pensamiento litúrgico de Joseph Ratzinger, esta postura no sorprende. Su apertura a las realidades en cuestión –histórica, teológica y pastoral– es clara. Pero para aquellos que no compartían ni su visión ni su apertura, estos fueron actos retrógrados que pusieron en duda el Concilio Vaticano II y su reforma litúrgica», detalla el cardenal Sarah.
Robert Sarah defiende que «el argumento, tal como fue, fue ganado con el tiempo por lo que se conoce como “la paz litúrgica de Benedicto XVI”, en la que las “guerras litúrgicas” de décadas anteriores que habían establecido el “rito antiguo” y el “rito nuevo” Las facciones disminuyeron y, ciertamente gracias a muchos miembros de la generación más joven de obispos, dieron paso a una coexistencia pacífica, tolerancia e incluso un grado de enriquecimiento mutuo entre las formas litúrgicas que duró mucho más allá del final de su pontificado, reparando la unidad de la Iglesia».
Los efectos negativos de Traditionis custodes
Por todo ello, a modo de conclusión de este artículo de 20 páginas, Sarah afirma que «es de lamentar profundamente que el motu proprio Traditionis custodes (16 de julio de 2021) y la Responsa ad dubia relacionada (4 de diciembre de 2021), percibidos por muchos como actos de agresión litúrgica, parecen haber dañado esta paz y pueden incluso representar una amenaza para la unidad de la Iglesia».
Sarah alerta de que «si hay un resurgimiento de las “guerras litúrgicas” posconciliares, o si la gente simplemente va a otra parte en busca de la liturgia más antigua, estas medidas habrán resultado contraproducentes«, lo cual ya está empezando a ocurrir.
El purpurado escribe que aún «es demasiado pronto para hacer una evaluación exhaustiva de las motivaciones detrás de ellos, o de su impacto final, pero, sin embargo, es difícil concluir que el Papa Benedicto XVI se equivocó al afirmar que las formas litúrgicas más antiguas “no pueden ser de repente completamente prohibidas” o incluso «considerados perjudiciales”, particularmente cuando su celebración sin restricciones ha producido manifiestamente buenos frutos».
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Ningún país ha sufrido mas las abusivas prohibiciones litúrgicas que Panamá!
En Panamá a inicios de los años 60 se llevaron a cabo “laboratorios” de las nuevas misas que se implementarían diez años después. En este experimento trabajó la diócesis de Chicago Illinois junto con el obispo MCGrath de Panamá, quien a su vez fue teólogo durante el vaticano II, ademas de participar en el “pacto de las catacumbas”, precursor de la “teologia de la liberación”, se presume que la CIA tuvo participación directa.
Desde entonces el clero de Panamá abolió la Misa Tridentina, y durante largos 50 años, y tras muchísimo esfuerzo de los fieles, hace dos años logramos que la fsspx llegara al país.
Ahora nos niegan nuevamente las Misas, prohibiéndolas, ejecutado por una conferencia Episcopal infiltrada por la masonería, hemos perdido 25% de católicos que se han ido a sectas protestantes. Penoso!
La carta de la conferencia episcopal panameña que ataca a la fsspx deja mucho que desear y denota un desconocimiento de las normas que citan erróneamente.
Pero sobre todo, deja al desnudo su mediocridad, falta de rectitud de intención hacia los fieles que están llamados salvarles el alma, y particularmente evidencia miedo a la santidad. Y no me sorprende, en este mismo portal salió publicado hace casi un año los actos de blasfemia e idolatría contra Dios de los mismos obispos que ahora condenan a quienes el único pecado es celebrar -literalmente – como Dios manda! Es decir como los Santos Apóstoles celebraban la Santa Misa, por es Apostólica Tradicional, y ningún obispo ni el propio Papa puede prohibirla, bueno…los eruditos obispos panameños lo hicieron, y no me sorprendería que cuando esa carta sea leída en otros lares sea motivo -a lo menos- de risas!
Es que el Papa Francisco no siembra paz sino división y con sus actitudes alienta el cisma.
De hecho Francisco se ha separado de la doctrina católica y por eso no podemos secundarle.
Lo que no asimilo es el hecho que Pablo VI nombro al obispo Gagnon que realizara una investigación interna sobre la infiltración de la masonería, esto tras haberse encontrado un maletín -olvidado tras una reunión en la curia vaticana- repleto de documentos con ordenes de la masonería. El resultado de la investigación fue el el obispo Bugnini, quien Pablo VI encargo la creación de una nueva misa(algo que no se aprobó en el concilio), era el dueño de los documentos encontrados y era masón!
Esa investigación casi le cuesta la vida a Gagnon, le costo la la vida a Juan Pablo I, un atentado a Juan Pablo II, y se presume que la renuncia a Benedicto XVI.
Según el Padre Charles Murr, todo el concilio Vaticano II, la nueva misa (Novus Ordo) y los cambios que estamos viendo provienen de ordenes de la masonería.
El Cardenal Sarah debe saber ya que este Papa NO TIENE RECTA INTENCION! Y sospecho que es mason!
Sacerdote Mariano. Es que Jorge Bergoglio jamás fue católico. Antes disimulaba.
Ahora es demasiado tarde para lloriquear la tibieza de tantos eclesiásticos ‘buenos’ que habéis contemporizado ante el asalto salvaje de Bergoglio al mayor tesoro de la fe, que era la misa de siempre. Ahora la Iglesia está ya totalmente deshecha y nadie cree en vuestras lágrimas de cocodrilo.
Lector no tiene ni la menor idea de la palabra disputatio.
La Iglesia reacciona violentamente como último recurso.
Escuchar no es contemporizar.
Es una blasfemia que parte de una ira incontrolada hablar de una Iglesia totalmente deshecha.
La Iglesia es eterna gracias a Dios, no a nosotros que somos inútiles instrumentos.
Su Santidad el Papa Benedicto XVI era un pacificador que trabajó para la unidad de la Iglesia, mientras que Francisco hace lo contrario, de modo que está dañando la paz de la Iglesia, creando enfrentamientos con su totalitarismo y sus ideas erráticas.
Juan Pablo II y Benedicto XVI fueron buenos papas, pero fueron tibios para cortar de raíz la enfermedad que asola la iglesia que se llama el concilio modernista fuente de toda herejía. Debieron cortar por lo sano, y aplicar aquel proverbio de muerto el perro se acabó la rabia, pero la rabia se extiende y los canes inocentes al principio del concilio, se han convertido en alimañas rapaces que se han infiltrado en la iglesia y la están destruyendo desde dentro. Al amigo panameño, decirle que la única opción que queda para su país es bajar otra vez a las catacumbas, verás como el pueble vuelve a la iglesia tradicional de siempre.Mucho ánimo y rendirse nunca.
A este gran cardenal lo «misericordian» en cuanto acaben con Strickland, ¡fijo!
Monseñor Sarah, un buen candidato para Obispo de Roma.
La idea de “Pax litúrgica” es interesante y está inspirada en la “Pax clementina” respecto a la condena de las 5 proposiciones del Augustinus de Jansenio. La Paz Clementina se acabó cuando el movimiento jansenista se volvió más sectario y herético, al defender la inocencia de esas proposiciones, cosa que no hicieron ni siquiera los primeros jansenistas, ya que éstos afirmaban que en sí mismos eran proposiciones heréticas pero que no se encontraban en la obra de Jansenio. La Pax litúrgica se acabó por un motivo semejante: proposiciones heréticas con respecto al Santo Sacrificio en el novus Ordo y “proselitismo” con un tinte sectario cada vez más espantoso; de hecho a muchas personas y jóvenes que van a la Misa Vetus Ordo no sólo les llenan la cabeza con mentiras respecto al “novus Ordo” sino que les prohíben participar en Misas novus Ordo incluso allí donde se celebran con el debido respeto a las normas litúrgicas. Desprecio sistemáticos a la reforma litúrgica y al Concilio Vaticano II.
Excusas baratas. El desprecio más bien es al revés, todos los curas modernistas, insultan a los que van a Misa Tradicional, tachándolos de carcas, rígidos, etc. empezando por el propio Francisco.
Por otro lado la Reforma Litúrgica de Pablo VI es perfectamente criticable, por las importantes deficiencias que tiene, y encima estar elaborada por el masón Bugnini. Por sus frutos lo conocemos.
Uno de los principales deberes del Obispo de Roma es el de promover y mantener la unidad de la Iglesia. Francisco actúa como un toro en una tienda de porcelana, o como dicen los italianos, falta de «finezza», está logrando exactamente lo contrario. No ha hecho nada para evitar el desastre de los obispos alemanes. Parece que lo que intenta es extender las barbaridades de los alemanes al resto de la Iglesia. Con razón, el Sr. Sewald, biógrafo de Benedicto XVI tenía razón en llamarlo «destructor». Donde ha metido mano no ha hecho más que peleas y divisiones. Lo llama «hacer lío», cosa que está a mil leguas del ministerio petrino que supuestamente ejerce. En realidad hace lo contrario.
Lo sabe Sarah, pero le quita hierro, porque Traditionis custodes no sólo dañó la paz liturgica, sino que dañó la paz de toda la Iglesia universal porque fue un acto tirónica y sectario del que es blandito con los suyos pero agrio y sin contemplaciones con los que no están en su línea progresista
Si que creemos, porque en la Iglesia no es lo mismo que en una empresa cualquiera. La obediencia y el respeto, hasta saber a ciencia cierta y bien documentados para poder hablar. Usted en su destino, obedece aunque le disguste, pero es así y no hay otra cosa. La Misa tridentina, lo mismo que la actual es la legítima y si usted está miss no la reconoce ni va a ella, usted que es tan listo Dios le enseñará. La Iglesia ha pasado más dificultades que ahora y siguió adelante. Pues ahora a pesar de todo saldrá. Yo así lo creo, usted tendrá otra opinión, pero esto es así. ¿Que se el destrozo que hay en mi Iglesia lo sé? Pero lo que no puedo hacer, dejándome guiar por mi temperamento, pegar un puñetazo encima de mesa y esto se hace así por agallas.
Por personas como vd. estamos como estamos.
La revolución en la calle que la hagan los progres, que luego personas como vd. se adocenarán y entrarán por el carril que le impongan
Para vds. los fideistas la razón sobra, en cierta manera son luteranos ¡ Esa ramera de la razón !
Víctor. no me cansaré de repetírtelo. NO sigas consumiendo neoconia porque hace mucho mal al alma.
Sarah ha quedado como un tonto (la clásica de los conservadores), pues no entiende que detrás de ambos ritos hay una pugna entre dos religiones antagónicas. Su «paz litúrgica» es, en el mejor de los casos, una ingenuidad, cuando no una cobardía, al pretender rehuir la confrontación necesaria entre ortodoxia y herejía. Es así de simple.
¡¡¡Paco dimisión!!!
Luis, vi algunos videos del Padre Murr y no tengo por qué considerar sus anécdotas como palabra santa. No me convenció, con todo lo que contó, de que el Concilio Vaticano ll, haya sido nocivo . Esa es mi opinión, un saludo.
Aquello que con más fuerza atrae a los católicos hacia la Misa Tradicional es precisamente la Misa actual auspiciada por la reforma que inició el Concilio Vaticano II. Es un hecho. La principal razón por la que llegan más y más fieles a los templos en los que se oficia la liturgia tridentina, es el vacío y el desencanto que produce el modo de celebrar generalizado en la inmensa mayoría de las parroquias.
El motivo para, una vez descubierta, continuar asistiendo a Misa Tradicional, es mucho más profundo. No es fácil de explicar. Es necesario vivirlo.
Siempre con circunloquios, vericuetos para no señalar al sinvergüenza al que hay que desenmascarar. O decimos que Traditiones Custodes ha dañado la paz litúrgica que logró Summorum Pontificum, o, con más precisión, decimos que Francisco ha dañado la paz litúrgica que logró S.S.Benedicto XVI.
Coincido con Boanerges; Que buen papa sería después de este desastre.