El Papa insiste ante los religiosos: «La rigidez es una perversión, detrás de cada rigidez hay un problema»

Papa Francisco rigidez perversión (Vatican Media).
|

El Papa Francisco ha presidido esta tarde la misa en la Basílica de San Pedro en la fiesta de la Presentación del Señor, cuando la Iglesia celebra la Jornada Mundial de la Vida Consagrada.

Durante su homilía, el Santo Padre se dirigió a los miembros de la vida consagrada diciendo que el Señor «no deja de darnos signos para invitarnos a cultivar una visión renovada de la vida consagrada». «Es necesaria, dijo, pero «bajo la luz del Espíritu Santo».

«No podemos fingir no verlos y continuar como si nada, repitiendo las cosas de siempre, arrastrándonos por inercia en las formas del pasado, paralizados por el miedo a cambiar. Lo he dicho muchas veces, la tentación de ir hacia atrás, para conservar el carisma del fundador, la fundadora. La tentación de la rigidez. La rigidez es una perversión. Detrás de cada rigidez hay un problema», recordó.

El Papa invitó a los religiosos a no desaprovechar «el presente mirando al pasado, sino que pongámonos ante el Señor, en adoración, y pidámosle una mirada que sepa ver el bien y discernir los caminos de Dios. El Señor nos lo dará si lo pedimos con alegría, con fortaleza, sin miedo».

<

Francisco explicó que Espíritu Santo nos hace capaces de percibir la presencia de Dios y su obra «no en las cosas grandes, tampoco en las apariencias llamativas ni en las demostraciones de fuerza, sino en la pequeñez y en la fragilidad. Pensemos en la Cruz, también allí en la pequeñez y en la fragilidad, pero allí está, la fuerza de Dios».

«¿De quién nos dejamos principalmente inspirar? ¿Del Espíritu Santo o del espíritu del mundo?», preguntó el Pontífice. «Esta es una pregunta con la que todos nos debemos confrontar, sobre todo nosotros, los consagrados», dijo. «Mientras el Espíritu lleva a reconocer a Dios en la pequeñez y en la fragilidad de un niño, nosotros a veces corremos el riesgo de concebir nuestra consagración en términos de resultados, de metas y de éxito. Nos movemos en busca de espacios, de notoriedad, de números. Es una tentación», aseguró Su Santidad.

«¿Qué es lo que anima nuestros días? ¿Qué amor nos impulsa a seguir adelante? ¿El Espíritu Santo o la pasión del momento? ¿Cómo nos movemos en la Iglesia y en la sociedad?», fueron otras de las preguntas lanzadas por el Papa. «A veces, aun detrás de la apariencia de buenas obras, puede esconderse el virus del narcisismo o la obsesión de protagonismo», advirtió.

«En otros casos, incluso cuando realizamos tantas actividades, nuestras comunidades religiosas parece que se mueven más por una repetición mecánica -hacer las cosas por costumbre, solo por hacerlas- que por el entusiasmo de entrar en comunión con el Espíritu Santo», señaló el Sucesor de Pedro.

«¿Y nosotros?, cada uno puede preguntarse: ¿qué ven nuestros ojos? ¿Qué visión tenemos de la vida consagrada? El mundo la ve muchas veces como un “despilfarro”. ‘Mira ese joven ser fraile, esa joven una monja es un despilfarro, al menos fuera feo, fea, un despilfarro’… Como una realidad del pasado, inútil; pero nosotros, comunidad cristiana, religiosas y religiosos, ¿qué vemos? ¿Tenemos puesta la mirada en el pasado, nostálgicos de lo que ya no existe o somos capaces de una mirada de fe clarividente, proyectada hacia el interior y más allá?», preguntó Francisco.

«Por último, una tercera pregunta, ¿qué estrechamos en nuestros brazos? Simeón tomó a Jesús en sus brazos (cf. v. 28). Esta es una escena tierna y densa de significado, única en los evangelios. Dios ha puesto a su Hijo en nuestros brazos porque acoger a Jesús es lo esencial, acoger a Jesús es el centro de la fe. A veces corremos el riesgo de perdernos y dispersarnos en mil cosas, de fijarnos en aspectos secundarios o de concéntranos en nuestros asuntos, olvidando que el centro de todo es Cristo, a quien debemos acoger como Señor de nuestra vida». Cuando «los brazos de un consagrado, de una consagrada, no abrazan a Jesús, abrazan el vacío, que intentan llenar con otras cosas. Abracen a Jesús, esta es la receta de la renovación», indicó.

«Hay gente que está amargada por las quejas por las cosas que no van bien, en un rigor que nos hace inflexibles, en aires de aparente superioridad. En cambio, si acogemos a Cristo con los brazos abiertos, acogeremos también a los demás con confianza y humildad. De este modo, los conflictos no exasperan, las distancias no dividen y desaparece la tentación de intimidar y de herir la dignidad de cualquier hermana o hermano se apaga. Abramos, pues, los brazos a Cristo y a los hermanos. Allí está Jesús».

Les ofrecemos la homilía del Papa, publicada en español por Aciprensa:

Dos ancianos, Simeón y Ana, esperan en el templo el cumplimiento de la promesa que Dios ha hecho a su pueblo: la llegada del Mesías. Pero no es una espera pasiva sino llena de movimiento. En este contexto, sigamos pues los pasos de Simeón: él, en un primer momento, es conducido por el Espíritu, luego, ve en el Niño la salvación y, finalmente, lo toma en sus brazos (cf. Lc 2,26-28). Detengámonos sobre estas tres acciones y dejémonos interpelar por algunas cuestiones importantes para nosotros, en particular para la vida consagrada.

La primera, ¿qué es lo que nos mueve? ¿Qué es lo que nos mueve? Simeón va al templo «conducido por el mismo Espíritu» (v. 27). El Espíritu Santo es el actor principal de la escena. Es Él quien inflama el corazón de Simeón con el deseo de Dios, es Él quien aviva en su ánimo la espera, es Él quien lleva sus pasos hacia el templo y permite que sus ojos sean capaces de reconocer al Mesías, aunque aparezca como un niño pequeño y pobre.

Así actúa el Espíritu Santo: nos hace capaces de percibir la presencia de Dios y su obra no en las cosas grandes, tampoco en las apariencias llamativas ni en las demostraciones de fuerza, sino en la pequeñez y en la fragilidad. Pensemos en la Cruz, también allí en la pequeñez y en la fragilidad, pero allí está, la fuerza de Dios.

La expresión “conducido por el Espíritu” nos recuerda lo que en la espiritualidad se denominan “mociones espirituales”, que son esas inspiraciones del alma que sentimos dentro de nosotros y que estamos llamados a escuchar, para discernir si provienen o no del Espíritu Santo. Estén atentos a las mociones espirituales.

Preguntémonos entonces, ¿de quién nos dejamos principalmente inspirar? ¿Del Espíritu Santo o del espíritu del mundo? Esta es una pregunta con la que todos nos debemos confrontar, sobre todo nosotros, los consagrados. Mientras el Espíritu lleva a reconocer a Dios en la pequeñez y en la fragilidad de un niño, nosotros a veces corremos el riesgo de concebir nuestra consagración en términos de resultados, de metas y de éxito. Nos movemos en busca de espacios, de notoriedad, de números. Es una tentación.

El Espíritu, en cambio, no nos pide esto. Desea que cultivemos la fidelidad cotidiana, que seamos dóciles a las pequeñas cosas que nos han sido confiadas. Qué hermosa es la fidelidad de Simeón y de Ana. Cada día van al templo, cada día esperan y rezan, aunque el tiempo pase y parece que no sucede nada. Esperan toda la vida, sin desanimarse ni quejarse, permaneciendo fieles cada día y alimentando la llama de la esperanza que el Espíritu encendió en sus corazones.

Preguntémonos, hermanos y hermanas, ¿qué es lo que anima nuestros días? ¿Qué amor nos impulsa a seguir adelante? ¿El Espíritu Santo o la pasión del momento? ¿Cómo nos movemos en la Iglesia y en la sociedad? A veces, aun detrás de la apariencia de buenas obras, puede esconderse el virus del narcisismo o la obsesión de protagonismo. En otros casos, incluso cuando realizamos tantas actividades, nuestras comunidades religiosas parece que se mueven más por una repetición mecánica -hacer las cosas por costumbre, solo por hacerlas- que por el entusiasmo de entrar en comunión con el Espíritu Santo. Examinemos hoy nuestras motivaciones interiores, discernamos las mociones espirituales, porque la renovación de la vida consagrada pasa sobre todo por aquí, pasa sobre todo por aquí.

Una segunda pregunta es, ¿qué ven nuestros ojos? Simeón, movido por el Espíritu, ve y reconoce a Cristo. Y reza diciendo: «mis ojos han visto tu salvación» (v. 30). Este es el gran milagro de la fe: que abre los ojos, transforma la mirada y cambia la perspectiva. Como comprobamos por los muchos encuentros de Jesús en los evangelios, la fe nace de la mirada compasiva con la que Dios nos mira, rompiendo la dureza de nuestro corazón, curando sus heridas y dándonos una mirada nueva para vernos a nosotros mismos y al mundo. Una mirada nueva hacia nosotros mismos, hacia los demás, hacia todas las situaciones que vivimos, incluso las más dolorosas. No se trata de una mirada ingenua, no, es sapienzal, la mirada ingenua huye de la realidad o finge no ver los problemas, sino de una mirada que sabe “ver dentro” y “ver más allá”; que no se detiene en las apariencias, sino que sabe entrar también en las fisuras de la fragilidad y de los fracasos para descubrir en ellas la presencia de Dios.

La mirada cansada de Simeón, aunque debilitada por los años, ve al Señor, ve la salvación. ¿Y nosotros?, cada uno puede preguntarse: ¿qué ven nuestros ojos? ¿Qué visión tenemos de la vida consagrada? El mundo la ve muchas veces como un “despilfarro”. ‘Mira ese joven ser fraile, esa joven una monja es un despilfarro, al menos fuera feo, fea, un despilfarro’… Como una realidad del pasado, inútil; pero nosotros, comunidad cristiana, religiosas y religiosos, ¿qué vemos? ¿Tenemos puesta la mirada en el pasado, nostálgicos de lo que ya no existe o somos capaces de una mirada de fe clarividente, proyectada hacia el interior y más allá? A mí me hace mucho bien ver consagrados y consagradas mayores, que con mirada radiante continúan a sonreír, dando esperanza a los jóvenes. Pensemos en las veces en las que nos hemos encontrado con estas miradas y bendigamos a Dios por ello. Son miradas de esperanza, abiertas al futuro. Quizá nos hará ver visitar a hermanos, hermanas, ancianos para entender qué piensan, será una buena medicina. Pienso cuando hemos encontrado miradas de esperanza, abiertas al futuro.

Queridos hermanos y hermanas, el Señor no deja de darnos signos para invitarnos a cultivar una visión renovada de la vida consagrada. Es necesaria. Pero bajo la luz del Espíritu Santo. No podemos fingir no verlos y continuar como si nada, repitiendo las cosas de siempre, arrastrándonos por inercia en las formas del pasado, paralizados por el miedo a cambiar. Lo he dicho muchas veces, la tentación de ir hacia atrás, para conservar el carisma del fundador, la fundadora. La tentación de la rigidez. La rigidez es una perversión. Detrás de cada rigidez hay un problema. Simeón y Ana no eran rígidos. Y ella daba el anuncio con alegría. Mirada de esperanza.

Abramos los ojos: el Espíritu Santo nos invita a renovar nuestra vida y nuestras comunidades a través de las crisis, si de verdad, a través de los números que escasean. No padre, no hay vocaciones, iremos a una isla de Indonesia para ver si encontramos alguna. Mirar las fuerzas que disminuyen. Fijémonos en Simeón y Ana que, aun teniendo una edad avanzada, no transcurrieron los días añorando un pasado que ya no volvería, sino que abrieron sus brazos al futuro que les salía al encuentro.

Hermanos, hermanas no desaprovechemos el presente mirando al pasado, sino que pongámonos ante el Señor, en adoración, y pidámosle una mirada que sepa ver el bien y discernir los caminos de Dios. El Señor nos lo dará si lo pedimos con alegría, con fortaleza, sin miedo.

Por último, una tercera pregunta, ¿qué estrechamos en nuestros brazos? Simeón tomó a Jesús en sus brazos (cf. v. 28). Esta es una escena tierna y densa de significado, única en los evangelios. Dios ha puesto a su Hijo en nuestros brazos porque acoger a Jesús es lo esencial, acoger a Jesús es el centro de la fe. A veces corremos el riesgo de perdernos y dispersarnos en mil cosas, de fijarnos en aspectos secundarios o de concéntranos en nuestros asuntos, olvidando que el centro de todo es Cristo, a quien debemos acoger como Señor de nuestra vida.

Cuando Simeón toma en brazos a Jesús, sus labios pronuncian palabras de bendición, de alabanza y de asombro. Pero nosotros después de muchos años de vida consagrada ¿tenemos capacidad de asombro?

Si a los consagrados nos faltan palabras que bendigan a Dios y a los otros, si nos falta la alegría, si desaparece el entusiasmo, si la vida fraterna es solo un peso, si falta el asombro, no es porque seamos víctimas de alguien o de algo, el verdadero motivo es porque ya no tenemos a Jesús en nuestros brazos. Y cuando los brazos de un consagrado, de una consagrada, no abrazan a Jesús, abrazan el vacío, que intentan llenar con otras cosas. Abracen a Jesús, esta es la receta de la renovación.

Entonces el corazón se encierra en la amargura. Es triste ver un consagrado, una consagrada, amargado. Que siempre se quejan de algo, del superior, de la cocina, si no tienen una queja, no viven.

Hay gente que está amargada por las quejas por las cosas que no van bien, en un rigor que nos hace inflexibles, en aires de aparente superioridad. En cambio, si acogemos a Cristo con los brazos abiertos, acogeremos también a los demás con confianza y humildad. De este modo, los conflictos no exasperan, las distancias no dividen y desaparece la tentación de intimidar y de herir la dignidad de cualquier hermana o hermano se apaga. Abramos, pues, los brazos a Cristo y a los hermanos. Allí está Jesús.

Queridas, queridos, renovemos hoy con entusiasmo nuestra consagración. Preguntémonos qué motivaciones impulsan nuestro corazón y nuestra acción, cuál es la visión renovada que estamos llamados a cultivar y, sobre todo, tomemos en brazos a Jesús. Aun cuando experimentemos dificultades y cansancios, -esto sucede, incluso desiluciones, sucede- hagamos como Simeón y Ana, que esperan con paciencia la fidelidad del Señor y no se dejan robar la alegría del encuentro con Él, vayamos hacia la alegría del encuentro. Pongámoslo de nuevo a Él en el centro y sigamos adelante con alegría. Así sea.

Ayuda a Infovaticana a seguir informando

Comentarios
42 comentarios en “El Papa insiste ante los religiosos: «La rigidez es una perversión, detrás de cada rigidez hay un problema»
    1. Francisco se pregunta si nos dejamos inspirar «del Espíritu Santo o del espíritu del mundo», y viendo que Francisco calla y manda callar sobre aborto e ideología de género, que exhorta a obedecer a la ONU, que promueve organismos de gobierno supranacionales, que no defiende la propiedad privada y promociona un reinicio económico, que secunda el discurso ecologicista, que fomenta las vacunas, que participa en un rito de la pachamama, que felicita a Biden y compañía a los que define como buenos católicos, etc., es evidente que Francisco se deja inspirar por el espíritu del mundo (en concreto del NOM).

      1. «la tentación de ir hacia atrás, para conservar el carisma del fundador»

        A ver, Francisco. Cuando Simeón tomó al niño en sus brazos, vio un futuro que anularía el presente mosaico, el fin de la Sinagoga y del Culto del Templo de Jerusalén. Y vendría una Nueva Iglesia que derogaba a la Vieja Sinagoga. Y vendría un nuevo culto litúrgico que anulaba la liturgia sinagogal. Venía, sí, Francisco, una nueva misa aún inédita, la del Canon Romano Tradicional (o la liturgia hispánica, ambrosiana, orientales…), que traería el nuevo culto al verdadero Dios, cosa que tú, por tu querer, dices que está ya pasada de moda y que es de rígidos volver a ella, y por ello, has aprobado la rígida, inicua, ilegal, inválida e ilícita Traditionis custodes… pues no, con tu pan te lo comas… ¡qué quieres que te diga ya más que no te han dicho!…

      2. «Tiene cuernos como de cordero, pero habla como dragón». Vemos como la Escritura se cumple ante nuestros ojos; si la rigidez es una perversión, entonces los dogmas de fe son perversos. Pero como sabemos que los dogmas de fe SI provienen del Espíritu Santo, sabemos que aquel que se opone a ellos es el perverso.

        Lo del apostol San Pablo fue toda una perversión, cuando enseñó:

        No haya entre vosotros divisiones; antes bien, ESTÉIS UNIDOS EN UNA MISMA MENTALIDAD Y UN MISMO JU1C10.
        —1 Cor 4,1

        El apostol nos exige que todos seamos de UNA MISMA MENTALIDAD Y JU1C10; por demás de rígido. Y más aún, San Pablo fue tan radical, que excomulga y fulmina con anatema a cualquiera que enseñe un evangelio diferente (Gál 1,8). El «non plus ultra» de la rígidez. A Francisco lo único que cabe decirle es lo que dijo el Señor en Mateo 23:33.

  1. Hay una denostación de Francisco hacía el pasado, y una proyección de cambiarlo todo, que parece obsesiva. Sus ataques a los católicos fieles, rozando incluso el insulto, como ha ocurrido con la forma como ha tratado al señor que le ha espetado que él «no es el rey», es verdaderamente ominosa por parte de Francisco. Ya basta de llamarnos rígidos, cuando es él el que no se mueve ni un ápice de la ideología errática que le afecta.

    1. «la tentación de ir hacia atrás, para conservar el carisma del fundador»

      Esta premisa es destructiva para el catolicismo. Es destruir a todo fundador, incluso aunque su fundación tenga 5 años o haya inscrita su fundación a las cinco y media del día de ayer… Su rigidez obsesiva enfermiza por destruir la consolidación, extensión e intensificación de fundaciones surgidas de la moción del Espíritu Santo es irracional e ilógica… la culpa de ello es del colegio cardenalicio, que no hace nada, una asociación de vagos… Re (decano), Ruini (vaca sagrada), el colegio episcopal (5.200 obispos), omiten culpablemente su deber de emitir la debida decisión en defensa de la Fé Católica… porque no hay un culpable emisor de heterodoxias, Francisco, sino 5.500 culpables más que omiten sus deberes…

      1. El problema de la Iglesia como el de España no viene por la acción de los malos, sino por la inacción de los supuestos buenos. En el catolicismo por naturaleza somos rígidos en la observancia, en tratar de vivir y enseñar los diez mandamientos para conservar lo mas posible el carisma del fundador. La palabrería de Bergoglio Coelho es acoger a Cristo como el que acoge a un famoso. Acoger a Cristo significa ser rígido en la voluntad de cumplir los diez mandamientos.

  2. Todos los santos de la iglesia han sido rígidos, según el concepto que da de ello Francisco. Cristo dijo, sed perfectos como mi padre celestial es perfecto. La santidad exige un sacrifico que este papa denigra, desprecia e insulta. Está insultando a mis santos padres que fueron unos santos, y a casi todos mis antepasados, maravillosas personas a las que debo que siga siendo católico a pesar los pesares. En definitiva, desprecia la virtud, y alaba la manga ancha de la tibieza, que ya dijo Cristo que los escupiría de su boca. Desde el principio pensé que Francisco no estaba en sus cabales, y que ha sido utilizado por el modernismo eclesial riéndole las gracias, por que le venia bien al programa de reformas inspirada por la masonería. Lo que pasa es que se está pasando de la raya, y ya no hay quien lo controle. Ya no están seguros de que el final de su papado sea un escándalo mundial que los vuelva al basurero de la historia donde nunca debieron salir.

    1. ¡Pues claro que no está en sus cabales! No tiene ni Fe ni razón. Trascendió que el general de los jesuitas de la época desaconsejó el nombramiento de Bergoglio para obispo por esa razón o, más bien, sinrazón

  3. «No seguir la Charima del Funddor» es el mal de muchas Congregaciones, que se adaptan, cada vez más, al mundo, tracionando su esencia, dada por Dios… –Santo Inácio de Lyola, por ejemplo–
    Entonces, supuestamente, podemos concluir, por qué al Papa Francisco no le gusta ser FIEL a la Doctrina del Fundador de la Iglesia Católica, JESUCRISTO!

  4. Teniendo como antecedente su denodada lucha contra el proselitismo, prohibiendo la conversión de sarracenos y judíos, su santidad, al cabo de años, afirma: «Id y haced discípulos». Así pues, no me voy a rasgar las vestiduras por ese ataque a los que están «apegados a formas antiguas». Ya sabemos entonces a quién llama rígidos, a los apegados a formas pasadas y a los fieles a los carismas del fundador. Más aún, nos llama «pervertidos». Ni me enfado, ni me alegro, ni todo lo contrario, ¿Por qué?, porque al igual que hizo con el proselitismo, de aquí a un tiempo soltará «ser fieles a la tradición de la Iglesia». Y se quedará tan ancho, como así sucedió con su demonizado proselitismo. Acostumbrémonos a escuchar de su santidad una afirmación, la opuesta y la contraria a ambas con tan sólo dejar pasar el tiempo.

    1. Cuando este individuo disfrazado de papa suelta algo católico es, casi, peor. Porque entonces genera confusión que es algo que nunca puede hacer alguien que se supone que es Vicario de Cristo.

  5. «Átacar la rigidez tiene un propósito para Bergoglio: minimizar la necesidad de ajustar la conducta propia a la doctrina y los Mandamientos – Religión la voz libre». «Gracias a los rígidos, hoy tenemos un credo para rezar – Santiago Martín».

    1. Cumplir los mandamientos de Dios y santificar todos nuestros actos dando gloria y alabanza al Padre celestial , eso es de rígidos y retrógrados. Lo nuevo es lo que debe imperar en la nueva iglesia de Bergoglio: Pachamama , Sinodalidad Sinodal, ideología de género,pseudodogmas climático covidianos, y camino con apóstatas, hedonistas, herejes contumaces y ateos recalcitrantes como nueva «comunión de los santos»

  6. Aceptar y dejarnos guiar por las verdades catòlicas contenidas en el Catecismo de la Iglesia Catòlica, serà considerado por el Sumo Pontìfice «ser rìgido, tener un problema»?

  7. Estamos viviendo en una época con unas tragaderas inconmensurables para todo tipo de aberraciones abortistas, pornográficas, drogadictas, genderistas, eutanásicas, homosexualistas .. y el problema es la ¿rigidez? Bergoglio está fomentando la conciencia, no ya laxa, sino laxísima. DEMONÍACO. MUCHO ME TEMO QUE BERGOGLIO ESTÁ ENDEMONIADO Y NECESITA UN EXORCISMO. Creo que no soy el primero en pensarlo y constatarlo ante tanta obsesión por la rigidez cuando el problema son las tragaderas. La dictadura del pensamiento único se frota las manos con Bergoglio.

  8. Pero cuando la marioneta se pase de la raya y ya no sea necesaria para los intereses del modernismo masónico, igual se lo quitan de enmedio, no seria la primera ni la última vez en la historia que tal acontece.

  9. «Hay gente que está amargada por las quejas por las cosas que no van bien, en un rigor que nos hace inflexibles, en aires de aparente superioridad.»

    Francisco, eres tú quien no va bien para nada. Tú, Francisco, tienes la Sede Impedida (cánones 412-415 CDC) por causa de tu infidelidad en la custodia de la verdadera fe, la ilícita e inválida comunión y absolución de los adúlteros impenitentes en Amoris laetitia (n. 305, notas 331 y 351) y el rescripto de 5 de junio del 2017 que lo eleva a falso magisterio auténtico (AAS 7 octubre 2016, pág. 1071-76), lo que implica que tú estás fuera de la plena comunión, es decir, tu sede pontificia, como mínimo, es una sede limitada a que todas tus decisiones, para que sean válidas y lícitas, tengan justa causa (1335 CDC). En fin, Francisco, tú eres el problema, por favor, responde a las Dubia o apártate ya, demasiado tiempo has estado.

  10. Nada más rígidos que los dogmas de fe. ¿Y que nos dice el magisterio extraordinario de la Iglesia (y por ende infalible) respecto de esto? Pues lo siguiente:

    Concilio Vaticano I, Constitución Hijo de Dios, cap. 4:

    “La doctrina de la fe que Dios reveló, no fue presentada como descubrimiento filosófico a perfeccionar por el ingenio humano, sino transmitida como divino depósito a la esposa de Cristo para que fuera fielmente custodiada e infaliblemente declarada. Por eso debe mantenerse a perpetuidad aquel significado de los sagrados dogmas que por única vez y para siempre declaró la Santa Madre Iglesia, y jamás hay que apartarse de ese sentido».

    Luego, en el canon 3º sobre la fe y la razón decreta:

    “Si alguno afirmara la posibilidad que después de establecidos los dogmas por la Iglesia, alguna vez deba atribuírseles, según el progreso del conocimiento, un significado diferente de aquél que entendió y entiende la Iglesia, sea anatema».

  11. Perversos son sus amigos.
    y biden, al que recibe, los ricos a los que apoya, los que van contra la doctrina, con su empujón, la mafia lavanda, y los que lo llevaron donde está.
    y él, perverso narcisista.

  12. ¿FESTIVAL BLASFEMO? RAI RESPONSABLE, ES UN ATAQUE DELIBERADO»

    La actuación de Achille Lauro en el Festival es una forma de «compensar la falta total de talento artístico». Pero el problema más grave lo tienen el director artístico Amadeus y Rai, “porque una cosa es la libertad de expresión, otra es el desprestigio agresivo de la religión católica”, que es objeto de ataques sistemáticos. “Todo esto da la idea de algo que no solo es tolerado, permitido, sino también querido”. La Bussola entrevista al obispo de Ventimiglia – Sanremo, Antonio Suetta.

    No fue el primero, no será el último. La actuación blasfema del martes por la noche, con la que Achille Lauro dio luz verde a Sanremo 2022, imitando un bautismo en el transcurso de su ¿canción? «Domingo». Forma parte de una serie de otras ofensas a Dios, a la fe y a la moral católica.

  13. Es un personaje digno de compasión, es un pobre hombre que está fatal de la cabeza con el componente añadido de una cortedad supina

    1. No lo creo Antonio. Todo lo que hace y dice obedece a un programa establecido por sus amos del NOM.
      Lo de la cortedad supina es muy posible que sea cierto, pero por eso lo han puesto donde está.
      Nadie mejor que un burro para seguir en la noria…

  14. Bergoglio hubiera sido severísimo con todos los santos padres del desierto por su rigidez, diciéndoles que en lugar de permanecer en el desierto, debieran abrirse al mundo.

  15. No es importante. Hay q darse cuenta de que esa es su opinión personalísima, q en nada atañe a la proposición del depósito de la fe ni a la formulación de la moral. Dicho de otro modo: no tiene la especial asistencia del Espíritu Santo prometida a los papas solo a los efectos citados. Puede equivocarse, como todos, y como ha demostrado el Vaticano II, en muchas de sus propuestas pastorales. Esa materia es opinable y no sujeta a infalibilidad

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 caracteres disponibles