La broma del Papa a los franciscanos: «No importa si debajo del hábito hay pantalones vaqueros»

El Papa Francisco con un grupo de franciscanos italianos El Papa Francisco con un grupo de franciscanos italianos
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El Papa Francisco ha recibido en la mañana de este viernes en audiencia a los frailes menores del santuario del Alverna y de la provincia toscana.

El Santo Padre ha conmemorado con este grupo de franciscanos el octavo centenario del don de los estigmas, recibidos por el poverello de Asís el 14 de septiembre de 1224.

En su discurso a los franciscanos, el Pontífice explicó que los estigmas «son uno de los signos más elocuentes», concedidos «a lo largo de los siglos a hermanos y hermanas en la fe de diversa condición, estatus y origen», que «recuerdan a todos el dolor sufrido por nuestro amor y nuestra salvación por Jesús en su carne», además de ser «también un signo de la victoria pascual», porque a través de las llagas «la misericordia del Crucificado resucitado, como a través de canales, fluye hacia nosotros».

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Francisco ha subrayado en su discurso «el cristiano está llamado a dirigirse de manera especial a los ‘estigmatizados’ que encuentra», es decir, «a los ‘marcados’ por la vida, que llevan las cicatrices del sufrimiento y de la injusticia sufrida o de los errores cometidos».

Para los franciscanos, los estigmas de san Francisco son también «una poderosa llamada a la unidad», en sí mismos y en su historia, añade el Papa, de hecho, el Crucifijo que al pobre de Asís «se le aparece en el Alverna, marcando su cuerpo, es el mismo que quedó impreso en su corazón al inicio de su ‘conversión’ y que le había indicado la misión de ‘reparar su casa'».

El Pontífice ha invitado a los franciscanos a llevar a sus «comunidades y fraternidades, en la Iglesia y en el mundo, un poco de aquel inmenso amor que movió a Jesús a morir en la cruz por nosotros».

«Que vuestra intimidad con Él, como lo fue para Francisco, os haga cada vez más humildes, más solidarios, más alegres y esenciales, amantes de la cruz y atentos a los pobres, testigos de paz y profetas de esperanza en este nuestro tiempo al que tanto le cuesta reconocer la presencia del Señor. Que seáis cada vez más signo y testimonio, con vuestra vida consagrada, del Reino de Dios que vive y crece entre los hombres», ha agregado el Papa.

Por último, Francisco ha concluido en tono de broma, señalando que el hábito franciscano «hace pensar en san Francisco y en las gracias recibidas». «Adelante así», es su invitación, «y no importa si debajo del hábito hay pantalones vaqueros: no hay problema. Pero adelante».

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Comentarios
13 comentarios en “La broma del Papa a los franciscanos: «No importa si debajo del hábito hay pantalones vaqueros»
  1. ¿Y qué ha querido decir con esa soberana tontería? Se dedica a los chistecitos que sólo entiende él después de ponerse hasta las trancas de mate con anís. ¡Bergoglio, dimisión!!!!

  2. El frater Bergo… el simpaticón gran reformador, Lutero acabó con su propia vida, este quiere acabar con la Iglesia pero no se ha enterado que Cristo ha vencido ya, y que el poder del maligno sobre su Santa Iglesia no prevalecerá.
    Con caridad le pido a frater Bergo que se arrepienta y que se humille. No una falsa humildad con fines políticos mundialistas como lavar pies a mujeres delincuentes, que están sufriendo condena por sus acciones en contra de la sociedad. No, me refiero a una verdadera humillación y lavado de pies a las víctimas de la Iglesia, a esos que él mismo persigue, y envía al ostracismo. y que son auténticos apóstoles de la fe de la Iglesia. Sacerdotes, obispos, cardenales, y laicos que sufren cada día con cada noticia que frater Bergo nos da..

  3. Hay que ver que simpatico y que gracioso es, el siempre con sus ocurrencias, ademas es muy camaleonico tanto va en silla de ruedas como se arrodilla para el numerito del lavado de pies, cuando le interesa va sentadito dando lastima y cuando le interesa se levanta se arrodilla lava pies y besa suelos, muy polivalente

  4. Sin ánimo de defensas sin sentido, toda conversación se da en un contexto y tiene destinatarios específicos, aunque enn el caso de Francisco tiene repercusiones más allá del grupo. Puede que estos frailes le hayan contado alguna controversia, o incluso alguna postura de algún superior y el Papa haya intervenido, como es su costumbre, para dejar en claro que no importa que sean pantalones o jeans (vaquero es un término antiguo), aunque hay que decirlo no se que es más caro y por tanto más. Impropio a la pobreza de los religiosos. Una segunda lectura es que lleven pantalones, esto es que sean varones, aunque considerando los antecedentes inmediatos me extrañaría que haya querido ir por ese lado.
    En mi país definimos estas cosas como «chiste interno» no lo podes entender fuera de un contexto de grupo

  5. La cara que suele poner tras contar uno de sus supuestos chistes es un poema. Busca la risotada, el asentimiento irracional y el aplauso incondicional. No tiene sentido del humor, es puro aspaviento y márketing de una mente errada.

  6. La fotografía es una ilustración de la tragedia que estamos padeciendo. Da que pensar y nada bueno, yo no pienso someterme a esto, los religiosos necesitan apoyo y oración. La Iglesia está siendo pateada.

  7. Más grave que el comentario del Santo Padre en sí mismo es el hecho de que muchos franciscanos no utilizan su hábito en el diario vivir. Otros lo ponen cuando van a hacer una vuelta en la calle y hay los que solo lo usan en situaciones solemnes o tipo esta de ver el Papa en Roma.
    Conocí dos conventos. En uno de ellos, me hospedé dentro mismo del convento con todos los frailes. En el otro acompañé un amigo que se creía llamado a la orden y el promotor vocacional me dejó ir a mirar. En el primer caso, algunos pocos usaban hábitos y la mayor parte, no. Era «opcional». En el segundo caso, pasó por mí, el superior de la casa en remera de algodón, short y chanclas hacia la cocina para servirse de algo. Ya el promotor vocacional nos proibió llamarle «fraile X» cuando estuviéramos en la calle sin explicar nada. Supongo que era para que nadie interrompiera su dedicación a nosotros. Estaba de «civil». Uno del grupo se olvidó y dijo: fraile!» y este se desazonó mucho. Nos pareció raríssimo.

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