El recién creado cardenal, Agostino Marchetto, ha salido en defensa de la tradición y de la moral.
En conversación con ACI Digital, el purpurado italiano que recibió la birreta roja el pasado mes de septiembre. «Ciertamente no podemos ignorar al mundo y por eso es un error atrincherarnos en el pasado. Sin embargo, nunca debemos olvidar que estamos en el mundo, pero no somos del mundo», ha declarado el cardenal Marchetto.
En ese sentido, añadió que «no podemos subvertir la Tradición doctrinal y moral de la Iglesia para complacer al mundo. Miramos la Cruz de Cristo, gloriosa sí, pero Cruz al fin y al cabo».
El cardenal argumenta en la entrevista que Pablo VI afirmó con fuerza que el diálogo debe permanecer inmune al relativismo, que socava la doctrina inmutable de la fe y de la moral: «La preocupación por acercarnos a nuestros hermanos y hermanas no debe traducirse en una atenuación, en una disminución de la verdad»; «nuestro diálogo no puede ser una debilidad frente al compromiso con nuestra fe»; «no podemos comprometer los principios teóricos y prácticos de nuestra profesión cristiana».
Marchetto explica que «el Concilio no fue una ruptura en la historia, sino una renovación en la continuidad de la única Iglesia Católica. Todos los Papas aceptaron esta interpretación. Sin embargo, nosotros los católicos, como parece a menudo, nos enfrentamos fácilmente unos contra otros a este respecto, y eso no está bien, no es cristiano».
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Los católicos debemos enfrentarnos al Papa, como hizo San Pablo con San Pedro, y así corregir los errores de Francisco que está intentando subvertir la tradición y la moral. Ya lo decía Nuestro Señor en el evangelio de ayer: «No he venido a traer la paz sino la división» (Mt 10,34).
El Papa quiere complacer al mundo, y por eso en Laudate Deum defiende explícitamente la gobernanza mundial, para promover el gran reinicio al servicio de las élites que preconizan lo de «no tendrás nada y serás feliz», y para ello se sirven del dogma del supuesto cambio climático. De esta manera, a través de la Agenda 2030 quieren imponer también el aborto y la ideología de género. Y todo esto con el apoyo de Francisco, al que con razón el obispo Rob Mutsaerts ha definido como «desastroso.»
El Papa quiere complacer al mundo, y por eso en Laudate Deum defiende explícitamente la gobernanza mundial, para promover el gran reinicio al servicio de las élites que preconizan lo de «no tendrás nada y serás feliz», y para ello se sirven del dogma del supuesto cambio climático. De esta manera, a través de la Agenda 2030 quieren imponer también el aborto y la ideología de género. Y todo esto con el apoyo de Francisco, al que con razón el obispo Rob Mutsaerts ha definido como «desastroso.»
Me alegro por el cardenal Marchetto y por la Santa Iglesia. En este caso, al Bergoglio y su gentuza les ha salido el tiro por la culata.
Yo creo que ya hemos conocido suficientemente a Francisco para haber comprobado que el hombre no tiene solución. Lo mismo da una de cal que otra de arena, está claramente desequilibrado y necesita ayuda profesional. El quizás no tenga culpa de ser así, pero todos los pelotas que le siguen en legión en la iglesia haciéndole la pelota, si tienen una gran responsabilidad, y tendrán que rendir cuentas por ello ante el Altísimo.
A ver si se enteran de una vez que el MUNDO, EL DEMONIO Y LA CARNE SON los enemigos del hombre, al que venció Cristo derrotándolo; le vi caer como un rayo……..
Gálatas 1:8-11
Reina-Valera 1960
8 Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. 9 Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema.
10 Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo.
«No podemos cambiar la doctrina de la Iglesia para agradar al mundo». ¡Por favor!. La Iglesia lleva haciendo eso desde el Concilio Vaticano II. ¿Qué era si no el «aggiornamento»?, sino poner a la Iglesia al unísono con el mundo. La Iglesia ha llegado a pedir perdón por la evangelización de América, Ha llegado al extremo de poner ídolos paganos en los altares del cristianismo y quemarles incienso, ha concelebrado con herejes, abrazdo a islámicos, ha llegado a rezar en la mezquita a un dios que no es más que un diablo, ha bendecido uniones nefandas como si celebrase un matrimonio y nadie es sancionado por eso… y todo lo ha hecho para agradar al mundo, sólo por eso, para agradar al mundo y a su príncipe. ¿Y qué ha conseguido?. La descristianización de Europa.