El obispo de Córdoba, monseñor Demetrio Fernández, nos tiene acostumbrados a deleitarnos con buenas cartas pastorales.
En esta ocasión, el prelado invita a sus fieles a rezar el rosario este mes de octubre una oración que, según Demetrio, «es muy sencilla, que se centra en Jesucristo y sus misterios, que va contemplándolos desde el corazón de María, desgranando diez avemarías por cada misterio que se contempla y concluyendo con el gloria a Dios».
Además, añade que «tiene un carácter contemplativo, repetitivo, que da paz al alma. Es como la oración de Jesús en Oriente, repetida miles de veces. El Rosario en Occidente es la repetición sin término del avemaría para entrar con ella en cada misterio de Cristo que se contempla».
«Cuántas personas y cuántas veces uno no sabe cómo orar, qué meditar, como dirigirse a Dios, de quien siente una fuerte necesidad. Mi experiencia y la de tantas personas es que el rezo del Rosario alimenta esos momentos y nos trae de manera sencilla al corazón pensamientos y sentimientos religiosos que compartimos con María nuestra Madre. Es como si ella, madre buena, nos fuera enseñando a rezar, como hace una madre con su hijo pequeño para enseñarle a hablar», escribe monseñor Demetrio Fernández en su misiva.
El obispo de Córdoba, narra como «cuando la Virgen se ha aparecido en Lourdes, en Fátima, en Medjugore, etc. invita siempre a rezar el Rosario, que nos acerca a Jesús. Los videntes de estas apariciones aprenden a rezar el Rosario y ya no lo dejan, es como el instrumento que alimenta y expresa su fe sencilla».
Esta oración mariana, es decir, dedicada a la Madre de Dios, «es la oración de los pobres y sencillos. Es una oración de muchedumbres y de soledad, es una oración asequible a todos, es una oración sencilla, y entona el alma cada vez que se reza. Sirve para mantener el corazón atento al Señor, sirve para una oración comunitaria, para la meditación, para la oración contemplativa», subraya el obispo andaluz.
«Los misterios de gozo nos ponen ante la alegría de la Navidad y su entorno, porque la venida del Señor en la carne ha traído la alegría al mundo entero. Los misterios luminosos recorren la vida pública de Jesús desde el bautismo a la institución de la Eucaristía. Los misterios dolorosos nos recuerdan el drama de la pasión y de la Cruz. Los misterios gloriosos nos presentan la gloria de la resurrección y su fruto en María», explica monseñor Demetrio Fernández.
El obispo de Córdoba cuenta en la carta que cuando visitó hace poco la comunidad Cenáculo para recuperación de adictos, pudo constatar que «era el Rosario el motor de aquella comunidad, y cuando uno de los visitantes preguntó cuál era el método terapéutico que empleaban, uno joven residente respondió espontáneamente: ¡A base de Rosarios! Ellos se levantan a medianoche para rezar el Rosario, y especialmente los sábados para pedir por los que emplean mal su tiempo de diversión. Por este cauce y el calor del amor cristiano de esa comunidad se han recuperado docenas de vidas rotas y perdidas».
El prelado concluye pidiendo intensificar esta práctica durante el mes de octubre «para pedir por tantas necesidades, por la Iglesia, por las vocaciones, por la paz del mundo».
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Vocaciones? Vocaciones para qué? Si están las iglesias vacías, nadie va a misa, algunos van el domingo y por obligación.
Será la suya, porque a la que voy yo cada vez veo mas gente. Sí, reconozco que hablo de los domingos, pero cuando he ido, algún día entre semana, siempre hay gente, no mucha pero hay, e incluso rezando el rosario, siempre hay 30 o 40. (La Iglesia no es muy grande; 20 mts de ancho x 60 de largo, muy acogedora, para los del barrio)
Cuando voy al pueblo, los domingos está llena la parroquia y es grandecita. Todo depende del párroco que oficia, si te llena o no, como habla, si te impide recibir la comunión en la boca etc. Yo no he vuelto a aquellas que me han negado comulgar en la boca, alegando que está prohibido. ¿Prohibido? Le digo ¿desde cuando? Lo que está es permitido hacerlo en la mano (eso es un sacrílego) Y al final me la dio pero a regañadientes. ¿Increíble? y eso que el cura era mayor y debería saber las normas de la comunión.
Al reducir el número de misas, más gente se concentra en la misma misa.
Esta técnica episcopal de reducir misas sólo engaña al que quiere ser engañado.
También es frecuente que ciertos obispos presuman de grandes números en sus seminarios para mostrarlos al Papa y ganar puntos para que te consagre a muchos obispos, pero esto también tiene trampa. Se trata en este caso de engordar los seminarios menores metiendo niños que no saben lo que hacen para echarlos después con el tiempo a prácticamente todos. Llegan algunos al más absoluto ridículo con sus técnicas de captación. También, cuando se ordena a más gente de la cuenta para presumir, algunos tienen que chocarse con la realidad al comprobar con sus propios ojos que la mayoría se secularizan a los cinco años de ordenado, volviendo los números a la media nacional que tienen todas las diócesis. Dan pena.
Al reducir el número de misas, más gente se concentra en la misma misa.
Esta técnica episcopal de reducir misas sólo engaña al que quiere ser engañado.
También es frecuente que ciertos príncipes de la iglesia presuman de grandes números en sus seminarios para mostrarlos al Papa para que te consagre a muchos, pero esto también tiene trampa. Se trata en este caso de engordar los seminarios menores metiendo niños que no saben lo que hacen para echarlos después con el tiempo a prácticamente todos. También, cuando se ordena a más gente de la cuenta para presumir, algunos tienen que chocarse con la realidad al comprobar que la mayoría se secularizan a los pocos años, volviendo los números a la media nacional que tienen todas las diócesis.
También es frecuente presumir de grandes números en los seminarios para mostrarlos al Papa para que te consagre gente, pero esto también tiene trampa. Se trata en este caso de engordar los s3minarios m3n0res para echarlos después a todos.
Y por último, cuando se ordena a más gente de la cuenta para que se vean los numeros, es común que la mayoría se secularice a los pocos años, volviendo los números a la media de cualquier diócesis.
Hombre, «se reduce el numero de misas», dice Vd. Es posible, ciertamente, pero no es por eso, más bien porque lo que se ha reducido es el número de sacerdotes que se van jubilando o falleciendo. El que es practicante va todos los domingos a la hora que ese día pueda, porque en un barrio no muy grande de mi ciudad, unos 2000 habitantes, hay tres o cuatro Iglesias y ya no hay sacerdotes disponibles para celebrar a todas horas, por eso se distribuyen entre las 4 los horarios. En una de ellas, solo hay misa a las 11,00. En otra a las 12,00. En otra, mañana y tarde, y la que voy yo, a las 12,00, a las 13,00 y a las 18,30, y siempre hay alrededor de 60 a 100 personas, incluso por la tarde. La gente va cuando puede o le viene mejor; yo suelo ir a las 13,00, pero si ese día no puedo lo dejo para las 18,30. No cabe duda que la juventud es escasa o casi nula y, por lo general, las personas mayores que asisten van falleciendo.
El obispo que delega.