La ‘ley del silencio’ se impuso en el consistorio cardenalicios

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El nonagenario cardenal Walter Brandmüller, uno de los dos supervivientes entre los firmantes de las famosas Dubia, tenía previsto entregar en el pasado consistorio cardenalicio un escrito sobre la relación de los cardenales con el Papa, pero no se le dejó intervenir. Ver, oír y callar fue la consigna.

Estamos en vísperas de un ‘sínodo de la sinodalidad’ que se vende como una apertura a todos los fieles, especialmente a los obispos, para que den su opinión y contribuyan a conformar la nueva estructura eclesial. Se ha proclamado incluso la “escucha atenta” de no católicos en nombre de un diálogo que no todos entienden bien. Sin embargo, en este pasado consistorio en el que se entregó la birreta a los nuevos cardenales se impuso la ‘ley del silencio’.

Lo cuenta en su blog Séptimo Cielo el prestigioso vaticanista Sandro Magister, que ha tenido acceso a un documento autógrafo del anciano cardenal Walter Brandmüller, una intervención preparada por el prelado que no le permitieron pronunciar.

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Brandmüller, que ya ha planteado interesantes hipótesis para una reforma de la elección papal, esta vez apunta a la relación entre los cardenales, presuntos consejeros del pontífice, con éste. Y hay mucho sobre lo que discutir en este momento, cuestiones de doctrina y de organización eclesial. Pero no hubo lugar.

Brandmüller Traditionis Custodes
Cardenal Brandmüller

Así que Magister ha decidido publicar íntegra la intervención que no dejaron pronunciar al anciano cardenal, que agregamos a continuación:

“La convocatoria de un consistorio después de tanto tiempo motiva una reflexión sobre la naturaleza y la tarea del cardenalato, especialmente en las circunstancias actuales. También hay que resaltar que los cardenales no son sólo miembros del cónclave para la elección del sumo pontífice.

Las verdaderas tareas de los cardenales, independientemente de su edad, están formulados en los cánones 349 y siguientes del Código de Derecho Canónico. Allí leemos: “los cardenales asisten al Romano Pontífice tanto colegialmente, cuando son convocados para tratar juntos asuntos de mayor importancia, como personalmente, a través de los diversos oficios que desempeñan, ayudando al Papa sobre todo en el gobierno diario de la Iglesia universal”. Y “asisten al Pastor supremo de la Iglesia especialmente en los Consistorios” (Canon 353).

Esta función de los cardenales encontró en la antigüedad su expresión simbólica y ceremonial en el rito de la “aperitio oris”, la apertura de la boca. De hecho, significaba el deber de pronunciar con franqueza la propia convicción, el propio consejo, especialmente en el consistorio. Esa franqueza -el papa Francisco habla de “parresía”- que era especialmente querida por el apóstol Pablo.

Pero ahora, lamentablemente, esa franqueza es sustituida por un silencio extraño. Esa otra ceremonia, la del cierre de la boca, que seguía a la “aperitio oris”, no se refería a las verdades de fe y de moral, sino a los secretos del oficio.

Sin embargo, hoy deberíamos subrayar el derecho, más bien el deber, de los cardenales de expresarse con claridad y franqueza precisamente cuando se trata de las verdades de fe y de moral, el “bonum commune” de la Iglesia.

La experiencia de los últimos años ha sido muy diferente. En los consistorios -convocados casi sólo para las causas de los santos- se repartían tarjetas para pedir la palabra y se sucedían las intervenciones obviamente espontáneas sobre cualquier tema, y eso era todo. Nunca hubo un debate, un intercambio de argumentos sobre un tema concreto. Obviamente, un procedimiento completamente inútil.

Una sugerencia presentada al cardenal decano de comunicar con antelación un tema para debatir y así poder preparar posibles intervenciones quedó sin respuesta. En resumen, los consistorios desde al menos hace ocho años terminaron sin ninguna forma de diálogo.

Pero el primado del sucesor de Pedro no excluye en absoluto un diálogo fraterno con los cardenales, quienes “tienen el deber de cooperar diligentemente con el Romano Pontífice” (canon 356). Cuanto más graves y urgentes son los problemas de gobierno pastoral, más necesario es el involucramiento del Colegio Cardenalicio.

Cuando Celestino V, dándose cuenta de las especiales circunstancias de su elección quiso renunciar al papado en 1294, lo hizo después de intensas conversaciones y con el consentimiento de sus electores.

Una concepción totalmente diferente de las relaciones entre el Papa y los cardenales fue la de Benedicto XVI, quien -un caso único en la historia- renunció al papado por razones personales, sin el conocimiento del colegio de cardenales que lo había elegido.

Hasta Pablo VI, que aumentó el número de electores a 120, sólo había 70 electores. Este aumento del colegio electoral a casi el doble estuvo motivado por la intención de atender a la jerarquía de los países que estaban lejos de Roma y honrar a esas Iglesias con la púrpura romana.

La consecuencia inevitable fue que se crearon cardenales que no tenían experiencia de la Curia romana y, por tanto, de los problemas del gobierno pastoral de la Iglesia universal.

Todo esto tiene consecuencias graves, cuando estos cardenales de las periferias son llamados a la elección de un nuevo Papa.

Muchos, si no la mayoría de los electores, no se conocen personalmente. Sin embargo, están allí para elegir entre uno de ellos al Papa. Es claro que esta situación facilita las operaciones de los grupos o clases de cardenales para favorecer a uno de sus candidatos. En esta situación, no se puede excluir el peligro de simonía en sus diversas formas.

Para terminar, me parece que merece una seria reflexión la idea de limitar el derecho de voto en el cónclave, por ejemplo, a los cardenales residentes en Roma, mientras que los demás, también cardenales, podrían compartir el “estatus” de cardenales mayores de 80 años.

En definitiva, parece deseable que se actualice el oficio y la competencia del Colegio de Cardenales.

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Comentarios
29 comentarios en “La ‘ley del silencio’ se impuso en el consistorio cardenalicios
  1. Extraña, ausente sinodalidad… «Silencio, hijitos mìos, aquì mando yo, aquì sòlo hablo yo…» Pero el hombre propone, y Dios dispone… Ven, Espìritu Santo, ven, por medio de la poderosa intercesiòn de la Inmaculada Virgen Marìa, tu amadìsima esposa!

  2. Bueno, realmente esto es lo que dice Su Eminencia, que no le dejaron hablar, y algunos medios expanden esto.
    ¿Alguien ha investigado si esto es verdad?, o ¿simplemente, se da pábulo?

    1. Conociendo los antecedentes de este pontificado (lo acaecido en sínodos pasados, por ejemplo), no hace falta ser un lince para deducir que dice la verdad. Investigue usted y cuando encuentre pruebas de lo contrario nos las expone. Mientras tanto, claro que dice la verdad. Es usted quien debe probar que mienta (es la culpabilidad la que hay que probar, no la inocencia). Usted tiene la carga de la prueba.

  3. «Muchos, si no la mayoría de los electores, no se conocen personalmente…Es claro que esta situación facilita las operaciones de los grupos o clases de cardenales para favorecer a uno de sus candidatos. En esta situación, no se puede excluir el peligro de simonía en sus diversas formas».

    Muy acertada observación, pero discrepo de la solución que propone: limitar el derecho de elección solo a los cardenales residentes en Roma. Sería crear cardenales de primera y de segunda.
    Pero, evidentemente, algo habrá que hacer para evitar el peligro que señala el Cardenal Bradmüller

    1. Apoyo la sugerencia, limitar el voto a los de Roma, tendría como consecuencia que sólo votarían «burócratas», con poca experiencia pastoral.
      Los burócratas vaticanos, son como los fariseos y maestros de la ley del evangelio, los que no se fiaron de Cristo y lo mataron

  4. El Papa actúa de forma totalitaria. Se negó a recibir a los cardenales firmantes de las dudas, se niega a permitir la intervención de monseñor Brandmuller, se niega a escuchar la doctrina revelada e impone silencio a los católicos fieles, para implementar los cambios que quieren construir la «Iglesia de Francisco.»
    Recemos para que el Señor nos envíe pronto un pontífice fiel.

  5. Hermanos, la forma de actuar del Santo Padre es totalmente normal. El estado Vaticano es una monarquía absoluta. Por otro lado, los cardenales firmantes de las dubia cayeron en la tentación de la soberbia. ¿ Acaso no saben que el Santo Padre es infalible?. En cuanto al consistorio cardenalicio, lo normal es guardar un silencio respetuoso y humilde y escuchar las infalibles palabras del Papa. ¿ Para qué perder el tiempo permitiendo la intervención de cardenales falibles teniendo la oportunidad de escuchar al que no puede equivocarse?.
    Hermanos imploremos al Señor la virtud de la humildad para obedecer y seguir al Santo Padre Francisco.
    Que el Señor nos bendiga.

    1. Me figuro que tiene modo ironía ON. Le rogaría que me cite una sola intervención de Francisco que cumpla los requisitos indicados en el Vaticano I referidos a la infalibilidad pontificia.

    2. Es infalible: al troll Enzo (nuevo nick, misma persona) le ha dado ahora por repetir el mismo mantra para provocar a los comentaristas y que salten. ¿Le parece divertido? Pues sí que debe de ser usted idiota para que le divierta algo tan ridículo. Métase en una web sintoísta fingiendo serlo y les cuenta que el emperador de Japón es infalible y que el espíritu del té verde les acompañe. ¿Le parecería ridículo? Sí, lo es. Es una idiotez; pero no menor que su papelón aquí.

      1. Qué persona tan tóxica es usted don Catholicvs, no puedes darte el lujo de llamar idiota a Enzo solo porque no te gusta lo que escribe. Dices que el Papa no es infalible en todo, pero tú sí que te crees híper infalible.

        1. Vaya, otro nick nuevo y en la misma línea que todos los nicks nuevos: eso sí que es infalible (tampoco falla jamás). A ver si aprende a leer y a entender lo que lee: es idiota si le divierte hacer lo descrito. Tóxico usted, por matar a la paloma mensajera en vez de criticar a quien lo hace, no al que lo denuncia. Y no mienta: yo no he dicho que el Papa no sea «infalible en todo». ¿Dónde ha leído usted tal cosa, so liante? Y lo que yo me crea o me deje de creer no lo sabe usted ni puede saberlo (no es Dios, por lo que se tiene que basar exclusivamente en lo que digo, pues no tiene rayos X mentales o espirituales para saber lo que cree o deja de creer otro, salvo que se infiera de lo que dice, cosa que no es el caso).

      2. ¿Catholicvs tiene licencia para insultar a los demás usuarios? En una sola intervención llama troll, idiota y ridiculo a Enzo. Solicito a infovaticana poner atención a esto porque ese usuario no permite que haya un buen ambiente y desmotiva la participación. Ahora bien, si lo vuestro es deslegitimar al Papa y a la inmensa mayoría que lo apoyamos, seguíd con vuestra patética línea torcida.

        1. No mienta: yo no he dicho «fulanito, es usted idiota». Cualquier persona normal que sepa leer y tenga comprensión lectora, aparte de no ser un troll hipócrita que finge rasgarse las vestiduras, entiende perfectamente el condicional, sin necesidad de que añada el «si», que por lo visto usted necesita: es idiota SI hace éso. ¿Qué opina usted? ¿Lo hace? Entonces échele la bronca por hacerlo, no a mí por decirlo. Y llamar troll no es ningún insulto, y menos a un troll: usted es un troll, por ejemplo (seguramente con otro ridículo cambio de nick). Y tampoco mienta al afirmar que yo creo mal ambiente: el mal ambiente lo crean las personas a las que replico (que casualmente siempre son los mismos y diciendo los mismos disparates), o que «desmotivo» la participación: ¡qué más quisiera! Ahí está usted para demostrar que los trolls son inasequibles al desaliento y que no les desmotiva nada. Y a ver si nos pasa su medidor de «inmensas mayorías».

        1. Pero cuando se van acabar estos Trolls infectos??? o es único???? es el Probe Migue, el PEDU???? en cualquier caso a mi me censuran mis comentarios en contra de estos tipos y a esos energumenos les permiten el trolleo de la forma más chavacana.

          1. Infovaticana es una porquería. Yo ya dejé de tomarme en serio este pocilga

            Ponga usted guiones entre las palabras: estúpi-do, hijo de pu-ta, ber-goglio está más gordo que una puer-ca en dos patas, antipa-pa, jose fuma hier-ba del ojet-e de su amigo, cara-jo, etc
            No uso este vocubulario, pero vea usted, funciona la mar de bien

    3. Enzo: Le recomiendo que repase la doctrina católica sobre la infalibilidad del Papa, ya que nunca la Iglesia ha enseñado lo que usted dice.
      Los pontífices se equivocan, e incluso algunos han caído en h e r e j
      í a, como Honorio I.
      En concreto Francisco, es evidente que ha incurrido en numerosos errores doctrinales y pastorales, y en este asunto con el cardenal Brandmüller, Francisco se ha comportado de forma abusiva.
      Francisco se muestra «sinodal» sólo con aquellos con quienes le inteteresa serlo.

  6. Nos han explicado muchas veces lo importante que fue el gesto «rebelde» de los Cardenales noreuropeos que rechazaron los esquemas procedentes de la Curia al comienzo del Concilio Vaticano II. Capaz que algo de esa actitud vendría bien en estos tiempos, no? ¿O es que es patrimonio solamente de los progresistas?

    1. ¿Dictador? Solo porque un Cardenal lleno de odio lanzó ataques contra el Papa? ¿Solo la voz de él cuenta? ¿Y la abrumadora mayoría que le apoya? ¿Donde queda la objetividad entonces?

      1. ¿Pero de dónde ha salido usted? ¿Cómo es posible que un niño de Primaria entienda perfectamente que Fred ha citado el título de un libro (que elige su autor o la editorial que lo publica), y en cambio usted no sea capaz de entenderlo (o finja no hacerlo, como buen troll)? A ver si además de su «medidor de inmensas mayorías» ya citado más arriba (ahora llamado «medidor de abrumadoras mayorías no medidas»), también nos pasa su «medidor de odios» ajenos.

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