Abusos en Francia: Los fieles tienen el legítimo derecho de no cofinanciar el fracaso del clericalismo

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Un grupo de abogados católicos franceses, Marie-Thérèse Avon-Soletti, Françoise Besson, Christophe Eoche-Duval, Edouard Husson, Santiago Muzio, Anne-Laure Reveilhac de Maulmont y Daniel Tarasconi, han firmado una tribuna en La Croix para rechazar cualquier tipo de mutualización de las indemnizaciones a las víctimas que se haga a costa de los fieles, por el riesgo de una malversación indirecta de sus donaciones a la Iglesia.

Y es que tras su asamblea plenaria, los obispos franceses se han comprometido a crear un fondo para compensar a las víctimas de la violencia sexual en la Iglesia. Un grupo de juristas y académicos católicos cuestiona los medios destinados a este fondo y defiende la negativa de algunos fieles a participar en esta compensación:

“En Lourdes, examinando las consecuencias del Ciase, los obispos franceses acaban de reconocer su «responsabilidad institucional» en esas cuestiones, lo que conlleva un «deber de justicia y reparación». El 8 de noviembre, se comprometieron, «con el fin de reparar a las víctimas», a «contribuir» a un fondo de dotación creado el pasado mes de junio en virtud de la ley del 4 de agosto de 2008, denominado «Fondo de Ayuda y Lucha contra el Abuso de Menores» (SELAM), «desprendiéndose de los bienes muebles e inmuebles del CEF y de las diócesis». «Se podría pedir un préstamo», añadieron. Muchos detalles siguen sin estar claros y hay preguntas complejas sin respuesta sobre la compensación financiera y el principio de responsabilidad.

Nosotros, juristas y académicos laicos, al servicio de la víctima a través de nuestras profesiones, estamos angustiados por los miles de víctimas heridas en su vida, así como por la impunidad de los religiosos o laicos culpables; pero también estamos angustiados por los miles de santos sacerdotes, diáconos, religiosos, consagrados y admirables voluntarios laicos, víctimas colaterales. Por todo ello, no estamos de acuerdo con lo que supondría una «socialización» o «colectivización» de los graves «escándalos» (Mt. 18:6) cometidos y de los modos de reparación previstos.

Ni responsabilidad ni culpabilidad

Creemos que no tenemos ni responsabilidad ni culpabilidad en estos «escándalos», delitos de pederastia así como crímenes de “omertá”. Seguimos esperando las explicaciones, que no han sido dadas por Ciase, de los presidentes del CEF, Mgrs Pontier, André Vingt-Trois y Ricard, en funciones entre 2001 y antes de 2018.

Nos preocupa la falta de reflexión teológica sobre el alcance de ciertas opciones jurídicas. La reparación es deber de la persona culpable de un pecado, pero también, según Santo Tomás de Aquino, de la persona que «no se opone, no denuncia» (adagio Tenentur omnes illi qui, quoquo modo), esto plantea en primer lugar una cuestión de responsabilidad personal (sacerdote u obispo implicado), incluso si se trata de imaginar una reanudación de la acción por daños y perjuicios. En segundo lugar, el Doctor de la Iglesia no previó el pretium doloris (precio del dolor) que incluso nuestra jurisprudencia secular sólo admitió después de la Segunda Guerra Mundial.

¿Qué teología puede formarse sobre esta compleja cuestión, en la encrucijada con las leyes del mundo que lo reducen todo al dinero? Para condenar el escándalo a los pequeños, Jesús utiliza la imagen inaudita de una pena capital con una piedra de molino atada al cuello, y al mismo tiempo promete el paraíso a los culpables, condenados por la ley común, pero arrepentidos, y a una persona herida por la vida le pregunta «¿quieres ser curado? La Iglesia, al no ser una ONG, no puede entrar en la lógica de las ONG. Unas cuantas recomendaciones en un informe o un comunicado de prensa no son suficientes para agotar todas estas cuestiones.

Rechazamos toda mutualización

También rechazamos de antemano cualquier mutualización de una reparación a las víctimas que se haría a costa de la confianza de los fieles, por el riesgo de una malversación indirecta de sus donativos a la Iglesia.

¿Qué relaciones transparentes tendrá ese fondo, dotado de personalidad jurídica y titular del empréstito, con la única entidad jurídica civilmente responsable, las Asociaciones Diocesanas, reconocidas desde 1923, bajo la protección y el control tanto de la ley de 1905-1907 como de los fieles a través de su consejo diocesano?

En teoría son ellas las que  asumen la responsabilidad financiera registrando una deuda por reparaciones en su balance. En efecto, los donativos de los fieles constituyen su principal ingreso recurrente (256 millones de euros), seguido de los legados (98 millones de euros). ¿Será suficiente a largo plazo este fondo, que se alimenta de forma «voluntaria» y pretende recaudar «5 millones de euros»? ¡Un arzobispo habla más bien de «cientos» de millones de euros! Ciase no ha evaluado a fondo la cuestión acerca de dónde conseguir esos ingresos.

Si el tema no fuera tan grave, nos sonreiríamos de la ilusión de que el fondo se alimente del «patrimonio de los agresores» (Recom. 33), siendo la pensión media de un religioso jubilado de 900 euros al mes… Mientras tanto juramos por activa y por pasiva que los donativos de los fieles no se utilizarán para estos fines; a lo sumo, se admite la venta de «bienes muebles e inmuebles» de la Iglesia, pero ¿con qué ingresos fueron adquiridos si no es con los donativos de los fieles recogidos durante tantos años? La confianza de los donantes y testadores no debería quebrarse por estas vaguedades ni traicionarse después a través de maquillajes contables.

Esperamos respuestas precisas

Si socorrer a los heridos es un deber de justicia caritativa, sin recurrir necesaria o exclusivamente a la indemnización por daños y perjuicios, los fieles tienen el legítimo derecho de no aceptar cofinanciar el fracaso del clericalismo, según las palabras del Papa, a través de sus donativos o legados, tanto pasados como futuros. El óbolo es obligación de todo bautizado (canon 222), pero ¿cómo culpar a quienes deciden en conciencia, como medida cautelar, pagarlo a otras fundaciones de la Iglesia diferentes de las Asociaciones Diocesanas [forma jurídica que adopta la Iglesia católica en Francia por imperativo legal] mientras no lleguen las aclaraciones?

Por lo tanto, hacemos un llamamiento a la vigilancia de todas las cuestiones que plantea esta «iniciativa» aún en construcción, porque las respuestas van más allá del deber actual, ya que esperamos respuestas precisas. ¡Ya no podemos permitirnos el mágico «Confía en la jerarquía», que no es más que una parodia del “¡Confiad! no tengas miedo!” (Mc 6,50)”.

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Comentarios
3 comentarios en “Abusos en Francia: Los fieles tienen el legítimo derecho de no cofinanciar el fracaso del clericalismo
  1. La Iglesia no debe pagar indemnizaciones a las víctimas de pederastia. Son los culpables, si cabe, quienes a título particular, deben indemnizar, y hacerlo de una forma proporcionada, de modo similar a como ocurre con otros delitos.

  2. No quieren reconocer que, cualquiera que sea la cifra real, el 80% de los abusos son homosexuales, para no contristar al pensamiento único ni a la mafia clerical rosa, la misma que apoyó la candidatura de Bergoglio para que no se condene en la práctica la homosexualidad y se fomente con el tristemente célebre ¿quien soy yo? y tantos nombramientos de obispos y cardenales homosex y homosexualistas. TENEMOS ABUSOS PARA RATO Y LUEGO QUIEREN QUE LAS INDEMNIZACIONES LAS PAGUEMOS LOS FIELES. PUES VA A SER QUE NO. NI UN EURO PARA LA IGLESIA GAY.

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