Para el biógrafo del Papa, la nota de Doctrina de la Fe es irrelevante a largo plazo

El periodista británico Austen Ivereigh, único biógrafo autorizado del Papa hasta la fecha, ha reaccionado a la prohibición, refrendada por el Santo Padre, de las bendiciones de parejas homosexuales, con el convencimiento de que es irrelevante a largo plazo.

Ivereigh respondía en Twitter a una tuitera que afirmaba (en respuesta, a su vez, a un comentario entristecido del jesuita padre Olaizola): “La «nota explicativa» de la Congregación de la Doctrina de la Fe es un triste ejemplo de no-sinodalidad. Pero será sólo una «nota a pie de página» en los documentos por venir, que SÍ que abrirán puertas… “.

A lo que Ivereigh responde: “De acuerdo. Tiene muy poco significado a la larga”.

Esta está siendo una reacción muy habitual entre los ‘renovadores’ eclesiales más adheridos a la figura de Francisco: el convencimiento de que, a largo plazo, todo va a cambiar, que no hay nada fijo ni definitivo en lo que pueda decidir Doctrina de la Fe y el propio Pontífice.

De hecho, al mismo tuit al que responde Ivereigh también lo hace otro presunto sacerdote jesuita, el padre Jonathan Marín, que apostilla: “Así es querida Liliana. El desespero es muestra de que ya son “pasado”.

Se lee una mezcla de frustración, rabia e incredulidad en muchos ante lo que consideran una ‘traición’ de ‘su’ Papa. Y los más directamente dependientes de las bondades de Su Santidad callan o, como el inefable arzobispo de Chicago, cardenal Blaise Cupic, hacen ejercicios de malabarismo extraordinarios para contentar al mismo tiempo a la Curia y a su parroquia LGTBI. Su Eminencia ha emitido una nota en la página de la archidiócesis que no tiene desperdicio en este sentido:

“La respuesta de hoy, publicada por la Congregación para la Doctrina de la Fe, no ofrece nada nuevo sobre la enseñanza de la Iglesia sobre el Sacramento del Matrimonio. En cualquier caso, hay que leerla en el contexto de las enseñanzas del Catecismo y de las animantes declaraciones del Papa Francisco a las personas LGBTQ sobre su relación con la iglesia, así como de su exhortación a los pastores para que los acojan con respeto y sensibilidad , reconociendo, como hace hoy la respuesta de la Congregación, los muchos elementos positivos en las relaciones entre personas del mismo sexo, “que deben valorarse y apreciarse en sí mismas”. Sin embargo, la reacción comprensible entre muchos a esta respuesta será la decepción. Esto debería movernos en la Iglesia y en la archidiócesis a redoblar nuestros esfuerzos por ser creativos y resilientes para encontrar modos de acoger y animar a toda nuestra familia de fe LGBTQ”.

La impresión de este y muchos otros mensajes similares es que los fieles no están aún preparados para que Roma diga lo que de verdad piensa sobre este asunto y que parece dejar claro con sus nombramientos, gestos, ceses, comisariamientos y declaraciones ambiguas, pero que todo se andará. Es decir, que la Iglesia no tiene un mensaje permanente en cuestiones tan centrales como la sexualidad humana.

De acuerdo. Tiene muy poco significado a la larga.

— Austen Ivereigh (@austeni) March 19, 2021