El impactante testimonio de Miguel y Lucía: «Hay un Dios que nos quiere y quiere lo mejor para nosotros»

|

Hay historias que conmueven y la de Miguel y Lucía, de 40 y 38 años, con 5 hijos, es una de ellas. Miguel tiene ELA desde hace un año. ABC de Sevilla nos trae su testimonio de fe y esperanza en la Providencia.

Miguel, ingeniero industrial con 40 años recién cumplidos, director del colegio Tabladilla (ahora asesora a la dirección), empezó a respirar con dificultad. También se cansaba de hablar y se hizo pruebas pensando que sufría una alergia. A unos padres del colegio, que eran neurólogos, le saltaron las alarmas cuando vieron su cambio de voz. Se acercaron preocupados a preguntarle por sus pruebas de alergia y le pidieron que se fuera al Virgen del Rocío a hacerse otras. Allí le dieron la peor noticia posible: ELA.

Eso fue hace un año. Lucía Capapé, filóloga de 38 años, docente, madre de sus cinco hijos, lo recuerda así: «Hacía mucho calor en la salita del hospital porque no funcionaba el aire acondicionado. Nos

lo dijeron con mucho tacto, cariño y claridad. El doctor Rojas-Marcos explicó que erauna enfermedad mortal, degenerativa y sin tratamiento posible. Después nos dijo: «¿Alguna pregunta? Y la verdad es que no teníamos ninguna».

Miguel es una persona muy positiva y con buen humor y un sentido trascendente de la vida. «Piensa que estamos aquí de paso a otra vida y que al cielo no se llega en colchón de pluma y a cada uno nos toca ganarnos el cielo de alguna manera», cuenta Lucía.

Cuando te dicen que la vida se te va a acabar y además con muy poca calidad porque la enfermedad te va a ir quitando cosas de una forma muy angustiosa, es dificíl hallar consuelo en algo. Pero Miguel y Lucía tienen fe y a eso se agarraron: «O piensas que esto es un plan de algo superior que quiere lo mejor para nosotros, o te hundes. Mi marido y yo somos creyentes y no nos hundimos aunque la persona con esta enfermedad tiende a buscar la incomunicación por la vulnerabilidad que sufre».

Los dos tienen momentos de lágrimas y tristezas pero su fe les da fuerza para secárselas y continuar. «Tenemos mucha paz y es el sentimiento más importante que experimentamos desde hace un año porque sabemos que hay un Dios que nos quiere y quiere lo mejor para nosotros y para nuestros hijos».

El más pequeño tiene 6 años y el mayor 14. «Todos saben lo que le está pasando a su padre. Ellos tienen ojos y han podido ver su evolución. Él jugaba mucho con ellos al pádel y hacía muchos largos en la piscina. Han hablado desde el principio con naturalidad de la enfermedad del padre. Le hemos dado información precisa en el momento oportuno en función de la edad de cada uno», cuenta Lucía.

Miguel está hoy en silla de ruedas y ya no puede hablar. Se comunica con su familia a través de una aplicación en el móvil que sintetiza sus opiniones en una voz. «A veces me dice que que no le gusta que los niños estén viendo la tele durante muchas horas», cuenta.

Todos sus hijos colaboran en lo que va haciendo falta. Miran a su padre a los ojos y adivinan lo que quiere. «Esto es un regalo y nos está haciendo crecer y sacar lo mejor de nosotros mismos. Cada uno le ayuda de una manera, le pone los zapatos o ayuda en la casa. Mi hijo pequeño me dice a veces: «¿Mamá tú estás cansada o has llorado?. Me lo pregunta porque sabe que esto también es triste».

Lucía cuenta que «les pedimos que recen para que papá se cure o que ocurra lo mejor para él. Esta naturalidad no exime de sufrimiento a los niños pero sí que facilita que ellos puedan expresar esos sentimientos de dolor y de rabia por lo que le ocurre a su padre».

Como sucede con todos los enfermos de ELA, los cinco se preguntan por qué le ha pasado esto a su padre. «No conocen a nadie que tenga esta enfermedad y me preguntan por qué. Yo les digo que la pregunta es para qué y que esto lo entenderemos con la perspectiva que hay que mirar con la providencia divina», dice Lucía.

Puede seguir leyendo el conmovedor testimonio en ABC Sevilla, pinchando aquí.

Ayuda a Infovaticana a seguir informando

Comentarios
19 comentarios en “El impactante testimonio de Miguel y Lucía: «Hay un Dios que nos quiere y quiere lo mejor para nosotros»
  1. Francisco diría, como ha dicho, que ese gran sufrimiento no se entiende, que no tiene respuestas. Un católico sabe que tiene un sentido corredentor. Dios quiere que unamos nuestros sufrimientos a los padecimientos de Nuestro Señor Jesucristo, el único Redentor, para corredimir por asociación a Él, y sólo a Él. Estamos colaborando en la redención de la humanidad, porque Dios lo ha querido así, lo quiere así.

  2. Que grande es el Amor, qué privilegio vivir en esa entrega al Padre. Que presencia del Consolador en esta estrañable famila. Que Dios la bendiga…

  3. Yo contactaria al Dr Rashid Buttar, uno de los mejores médicos de usa, contra la estafa de las farmacéuticas, enfermedades crónicas etc

    1. Gracias Oscar por ese apunte.
      Conozco, por otro lado, el testimonio de una chica joven con ELA que abandonó la silla de ruedas con apiterapia. Gracias a Dios, tuvo el apoyo de su neuróloga, que no es poco. Le dijo que no tenía nada que perder y después de pocos años de terapia, no puede estar más contenta.

  4. ¡Un destino duro de llevar, y qué bien lo están llevando!!! Esto tan sólo se consigue con la ayuda inapreciable de Dios. La Fe que tienen es ejemplar, el amor que viven y dan es inmenso, y el bien y buen ejemplo que ambos dan a sus hijos, no lo olvidarán jamás.
    ¡Bendito sea Dios que suscita santos por doquier!!

  5. es un calvario grande para los padres y para los niños.. Que El Señor les envíe muchas fuerzas en todo momento, porque es muy fuerte esto, y sobre todo a él, que no desfallezca, Y si Dios quisiera hacerles el gran regalo-milagro de la curación… Si todos se lo pedimos, igual nos lo concede, Él también ablanda y pospone los acontecimientos¡¡

  6. Infovaticana: No conviertan en lodazal su propio portal. Cuando ustedes consienten los insultos de Manolo a los comentaristas, ustedes se están haciendo cómplices de esos improperios.

  7. No he podido contener las lágrimas viendo este reportaje sobre esta familia. M ihermano, el comandante de aeronave Saint James, murió de ELA este pasado Mayo. Hasta que esta enfermedd se instaló en la familia, jamás había oido hablar de ella. Es cruel como pocas, no porque te produzca dolor, sino porque te va quitando poco a poco todas tus facultades físicas, moverte, tragar, respirar,pero siempre estás consciente y el cerebro no resulta en absoluto afectado. Siempre he pensado que es una prueba que les destina Dios a algunos, por alguna razón que no puedo comprender, pero si asumimos que la vida misma en la Tierra es una prueba, un examen, para titularnos para el Cielo, entonces el sufrimiento adquiere otro sentido. Como colofón, decir que a la mujer del profesor le va a tocar sufrir lo que no está escrito, como sufrió mi cuñada.

    1. Que el Señor acoja en su seno a su difunto hermano, le dé Gracia Eterna, y a usted fuerza para soportar con cristiana resignación tan dolorosa pérdida. Éste mundo es un valle de lágrimas, estamos de paso, y no podemos ni siquiera imaginar la felicidad inmensa de aquellos que unieron sus almas para siempre con la del Padre Celestial.

      «De hecho, ninguno de nosotros vive para sí mismo y ninguno muere para sí mismo. Si vivimos, vivimos para el Señor, y si morimos, morimos para el Señor. Tanto en la vida como en la muerte pertenecemos al Señor.» (Romanos, 14, versículos 7-8).

    2. Lo siento, sir Peter.
      Una enfermedad cruel donde las haya.
      Descanse en paz. Ya está libre de su mal y que Dios lo acoja pronto, si es que no está ya a su lado.
      Saludos!

  8. Verdaderamente , Belzunegui es una persona extraordinaria .
    Pone Francisco a todas las salsas .No pasa un segundo para que tenga pensamiento para el .

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 caracteres disponibles