Mensaje sobre el turismo: Indigna la explotación del trabajo en los países pobres

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El Vaticano ha publicado hoy un mensaje del Prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, el cardenal Turkson, con motivo del Día Mundial del Turismo que se celebra cada año el 27 de septiembre.

(Vatican News/InfoVaticana)- “Llamamos a todos los gobernantes y responsables de las políticas económicas nacionales para que favorezcan el trabajo, particularmente entre los jóvenes en el sector del turismo. Un trabajo que ponga en el centro a  la dignidad de la persona […], que se convierta en  instrumento para promover el desarrollo integral de cada  hombre y de todo el hombre”, escribe Turkson.

Este año tiene como lema: “Turismo y empleo: un futuro mejor para todos”, que además es promovido por la Organización Mundial del Turismo (OMT). Turkson señala que, “la elección de tratar el tema del turismo desde la perspectiva del trabajo parece particularmente apropiada en vista del  enraizamiento del estado crítico  que caracteriza la dimensión laboral en la vida de muchas personas, en todas las latitudes”. Los deseados objetivos de paz, seguridad, promoción e inclusión social – señala el Prefecto – no se pueden alcanzar si se descuida el esfuerzo conjunto para garantizar a todos un trabajo decente, equitativo y libre, construido en torno a la persona y a sus necesidades primarias de desarrollo humano integral.

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“El trabajo, que no es solo el empleo, sino la forma en que el hombre se realiza a sí mismo en la sociedad y en el mundo, es una parte esencial para determinar el desarrollo integral tanto de la persona como de la comunidad en que vive”

Como recuerda el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia – se lee en el Mensaje – la persona es el criterio de la dignidad del trabajo y, citando  la Encíclica Laborem exercens, “En efecto, no hay duda de que el trabajo humano tiene un valor ético, el cual está vinculado completa y directamente al hecho de que quien lo lleva a cabo es una persona”. Con especial referencia al turismo, el cardenal Turkson cita el Mensaje de San Juan Pablo II para el XXIV Día Mundial del Turismo, donde explicaba también que este sector “se ha de considerar como una expresión particular de la vida social, con implicaciones económicas, financieras, culturales y con consecuencias decisivas para las personas y los pueblos. Su relación directa con el desarrollo integral de la persona debería orientar su servicio, como el de las demás actividades humanas, a la edificación de la civilización en el sentido más auténtico y completo, es decir la edificación de la civilización del amor”.

“Las posibilidades de desarrollo que ofrece el sector turístico son considerables, tanto en términos de oportunidades de empleo como de promoción humana, social y cultural. Oportunidades especialmente abiertas a los jóvenes y que fomentan su participación como protagonistas de su desarrollo, quizás a través de iniciativas empresariales en propio en los países desfavorecidos”

En el día de hoy, evidencia Turkson, no son pocos los problemas relacionados con el trabajo en el sector del turismo, que se caracteriza por su variada profesionalidad y sus tareas específicas. Consultores de viajes y guías turísticos, chefs, sommeliers y camareros, azafatas, animadores, expertos en marketing turístico y redes sociales: muchos operan en condiciones de precariedad y, a veces, de ilegalidad, con salarios injustos, obligados a un duro trabajo, a menudo lejos de la familia, con alto riesgo de estrés y sometidos a las reglas de una competitividad agresiva. Indigna, además, señala el Prefecto, la explotación del trabajo en los países pobres pero con una alta vocación turística en virtud del rico patrimonio ambiental e histórico-cultural que los caracteriza, donde rara vez son las poblaciones nativas las que se benefician del uso de los recursos locales. Inaceptables son también las violencias contra su población, la ofensa de su identidad cultural y todas las actividades que causan la degradación y la explotación voraz del ambiente.

“San Juan Pablo II: la actividad turística puede desempeñar un papel relevante en la lucha contra la pobreza, tanto desde el punto de vista económico, como social y cultural. Viajando se conocen lugares y situaciones diversas, y se cae en la cuenta de cuán grande es la brecha entre los países ricos y pobres. Además, se pueden valorar mejor los recursos y las actividades locales, favoreciendo la participación de los sectores más pobres de la población”

Asimismo, los datos publicados por la Organización Mundial del Turismo (OMT) muestran que de 11 puestos de trabajo en el mundo, al menos 1 es generado, – directa o indirectamente – por el turismo, y registran un crecimiento constante del fenómeno que involucra a millones de personas en todos los rincones del mundo. Se habla de un ciclo expansivo, con enormes implicaciones a nivel social, económico y cultural, que ha superado las expectativas más optimistas. Basta con decir que en 1950 los turistas internacionales eran algo más de 25 millones, mientras que en la próxima década se estima que podrían alcanzar la cifra de dos mil millones de viajeros en todo el mundo. “Frente a estos flujos, resulta alentadora la dimensión de encuentro que puede brindar el trabajo en el sector turístico. En muchos casos en el desempeño de sus tareas diarias los operadores del sector en todos los niveles, tienen la oportunidad de encontrarse con  personas de los países más diversos y comenzar ese conocimiento, que es el primer paso para el abandonando de prejuicios y estereotipos y para construir relaciones basadas en la amistad”.

“Aseguramos nuestra cercanía y nuestro apoyo a todos aquellos que están comprometidos con el logro de estos objetivos, y exhortamos a los responsables y operadores del turismo a tomar conciencia de los desafíos y oportunidades que caracterizan el trabajo en este sector”

Finalmente, el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral llama, pues, a todos los gobernantes y responsables de las políticas económicas nacionales para que favorezcan el trabajo, particularmente entre los jóvenes en el sector del turismo. Un trabajo que ponga en el centro a  la dignidad de la persona, como recomienda la Comisión Mundial sobre el Futuro del Trabajo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que se convierta en  instrumento para promover el desarrollo integral de cada  hombre y de todo el hombre, que coopere en el desarrollo de las comunidades, cada una de acuerdo con sus propias peculiaridades, y que favorezca la creación de relaciones de amistad y fraternidad entre las personas y los pueblos.

“Deseamos dar las gracias en particular a los trabajadores pastorales por las energías que dedican cada día a asegurar que la Palabra de Dios ilumine y vivifique este campo único de la vida humana”

Publicado en Vatican News.

Mensaje completo:

«Turismo y empleo: un futuro mejor para todos» es el tema del Día Mundial del Turismo, que se celebra el 27 de septiembre, promovido por la Organización Mundial del Turismo (OMT). Un tema que recuerda la iniciativa: «El futuro del trabajo«, deseada por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que este año celebra su centenario.

La elección de tratar el tema del turismo desde la perspectiva del trabajo parece particularmente apropiada en vista del enraizamiento del estado crítico  que caracteriza la dimensión laboral en la vida de muchas personas, en todas las latitudes. Los deseados objetivos de paz, seguridad, promoción e inclusión social no se pueden alcanzar si se descuida el esfuerzo conjunto para garantizar a todos un trabajo decente, equitativo y libre, construido en torno a la persona y a sus necesidades primarias de desarrollo. humano integral .»Trabajar es propio de la persona humana. Expresa su dignidad de haber sido creado a imagen de Dios «[1], ha afirmado el Papa Francisco. Donde no hay trabajo, no puede haber progreso, no puede haber prosperidad y, seguramente, no puede haber un futuro mejor. El trabajo, que no es solo el empleo, sino la forma en que el hombre se realiza a sí mismo en la sociedad y en el mundo, es una parte esencial para determinar el desarrollo integral tanto de la persona como de la comunidad en que vive.

«Estamos llamados al trabajo desde nuestra creación», escribe el Papa Francisco en la encíclica Laudato si ‘, señalando que «el trabajo es una necesidad,  parte del sentido de la vida en esta tierra, camino de maduración, de desarrollo humano y de realización personal «[2]. «Sin trabajo- ha reiterado en el mensaje de video a los participantes en la 48ª Semana Social de los Católicos Italianos (Cagliari, 26-29 de octubre de 2017)- no hay dignidad».
Como recuerda el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia: «La persona es el criterio de la dignidad del trabajo» y, citando  la Encíclica Laborem exercens, «En efecto, no hay duda de que el trabajo humano tiene un valor ético,el cual está vinculado completa y directamente al hecho de que quien lo lleva a cabo es una persona» .[3]

Con especial referencia al turismo, en su Mensaje para el XXIV Día Mundial del Turismo[4] San Juan Pablo II explicaba también que este sector «se ha de considerar como una expresión particular de la vida social, con implicaciones económicas, financieras, culturales y con consecuencias decisivas para las personas y los pueblos. Su relación directa con el desarrollo integral de la persona debería orientar su servicio, como el de las demás actividades humanas, a la edificación de la civilización en el sentido más auténtico y completo, es decir la edificación de la «civilización del amor» (ver Sollicitudo rei socialis , No. 33) «.

En el día de hoy no son pocos los problemas relacionados con el trabajo en el sector del turismo, que se caracteriza por su variada profesionalidad y sus tareas específicas. Consultores de viajes y guías turísticos, chefs, sommeliers y camareros, azafatas, animadores, expertos en marketing turístico y redes sociales: muchos operan en condiciones de precariedad y, a veces, de ilegalidad, con salarios injustos, obligados a un duro trabajo, a menudo lejos de la familia, con alto riesgo de estrés y sometidos a las reglas de una competitividad agresiva.

Indigna, además, la explotación del trabajo en los países pobres pero con una alta vocación turística en virtud del rico patrimonio ambiental e histórico-cultural que los caracteriza, donde rara vez son las poblaciones nativas las que se benefician del uso de los recursos locales. Inaceptables son también las violencias contra su población, la ofensa de su identidad cultural y todas las actividades que causan la degradación y la explotación voraz del  ambiente.

En este sentido, en 2003, siempre San Juan Pablo II señalaba que “la actividad turística puede desempeñar un papel relevante en la lucha contra la pobreza, tanto desde el punto de vista económico, como social y cultural. Viajando se conocen  lugares y situaciones diversas, y se cae en la cuenta de cuán grande es la brecha entre los países ricos y pobres. Además, se pueden valorar mejor los recursos y las actividades locales, favoreciendo  la participación de los sectores más pobres de la población «[5].

En este sentido, las posibilidades de desarrollo que ofrece el sector turístico son considerables, tanto en términos de oportunidades de empleo como de promoción humana, social y cultural. Oportunidades especialmente abiertas a los jóvenes y que fomentan su participación como protagonistas de su desarrollo, quizás a través de iniciativas empresariales en propio en los países desfavorecidos.

Los datos publicados por la Organización Mundial del Turismo (OMT) muestran que de 11 puestos de trabajo en el mundo, al menos 1 es generado, -directa o indirectamente-, por el turismo, y registran un crecimiento constante del fenómeno que involucra a millones de personas en todos los rincones del mundo. Se habla de un ciclo expansivo, con enormes implicaciones a nivel social, económico y cultural, que ha superado las expectativas más optimistas. Basta con decir que en 1950 los turistas internacionales eran algo más de 25 millones, mientras que en la próxima década se estima que podrían alcanzar la cifra de dos mil millones de viajeros en todo el mundo.

Frente a estos flujos, resulta alentadora la dimensión de encuentro que puede brindar el trabajo en el sector turístico. En muchos casos en el desempeño de sus tareas diarias los operadores del sector en todos los niveles, tienen la oportunidad de encontrarse con  personas de los países más diversos y comenzar ese conocimiento, que es el primer paso para el abandonando de prejuicios y estereotipos y para construir relaciones basadas en la amistad. El pasado mes de marzo, dirigiéndose  a los jóvenes del Centro de Turismo Juvenil con motivo del 70 aniversario de la fundación de esa asociación el Papa Francisco ha hablado del turismo como una oportunidad para encontrarse. El Pontífice expresó su aprecio por  el esfuerzo en promover un «turismo lento», «no inspirado por los cánones del consumismo o deseoso solamente de acumular experiencias, sino capaz de favorecer el encuentro entre las personas y el territorio, y de favorecer el crecimiento en el conocimiento y el respeto mutuos «[6].

El Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral llama, pues, a todos los gobernantes y responsables de las políticas económicas nacionales para que favorezcan el trabajo, particularmente entre los jóvenes en el sector del turismo. Un trabajo que ponga en el centro a  la dignidad de la persona, como recomienda la Comisión Mundial sobre el Futuro del Trabajo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT)[7] , que se convierta en  nstrumento para promover el desarrollo integral de cada  hombre y de todo el hombre, que coopere en el desarrollo de las comunidades, cada una de acuerdo con sus propias peculiaridades, y que favorezca la creación de relaciones de amistad y fraternidad entre las personas y los pueblos.

Aseguramos nuestra cercanía y nuestro apoyo a todos aquellos que están comprometidos con el logro de estos objetivos, y exhortamos a los responsables y operadores del turismo a tomar conciencia de los desafíos y oportunidades que caracterizan el trabajo en este sector. Finalmente, deseamos dar las gracias en particular a los trabajadores pastorales por las energías que dedican cada día a asegurar que la Palabra de Dios ilumine y vivifique este campo único de la vida humana.

Del Vaticano, 23 de julio de 2019.

Peter K. A. Cardenal TURKSON Prefecto


_________________

[1] Francisco, Catequesis en la audiencia general, 15 de agosto de 2015

[2] Francisco, Carta Encíclica Laudato si ’, 24 de mayo de 2015, n. 128

[3] Compendio de Doctrina Social de la Iglesia, n. 271

[4] Juan Pablo II, Mensaje para el 24 ° Día Mundial del Turismo, 2003.

[5] Ibid.

[6] Francesco, Discurso durante la audiencia a los dirigentes y miembros del Centro de turismo para jóvenes, 22 de marzo de 2019.

[7] Trabajar para un futuro más prometedor Informe de la Comisión Mundial sobre el futuro del trabajo, 22 de mayo de 2019; también disponible en el sitio web: https://www.ilo.org/rome/risorse-informative/comunicati-stampa/WCMS_664152/lang– it / index.htm

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Comentarios
6 comentarios en “Mensaje sobre el turismo: Indigna la explotación del trabajo en los países pobres
  1. ¿ Conocéis algún mensaje proveniente del Vaticano que nos recuerde que tenemos que salvar el alma inmortal ? Al final se van a ir al infierno, con mucha dignidad eso sí.

      1. Amalia, espera sentada.
        Pero Dios habla, todos los dias, y estamos aprendiendo que solo muy ocasionalemente por boca de los sacerdotes.
        Y salvo unos pocos, que se pueden contar con los dedos de una mano, NUNCA por voz de los Obispacos. Y menos del Uno.

        Sorpresas nos da la vida, no falta mucho para que Dios diga BASTA !!!

        No tengo idea como sucedera, pero va a suceder.

  2. Es evidente que el numero de los tontos es infinito.

    Tiene 70, nunca se gano la comida y ahora resulto ser un comentarista politico economico mediocre !!!

    Que recua de charlatanes !!!

  3. Me preguntaba lo mismo que vosotros, cuándo podré oír que Roma predique algo del evangelio? Ya lo decía Ann Katerine Enmerick, «el evangelio se conservará en algunas casas y familias, en lugares remotos y apartados» haciendo referencia a los tiempos de la gran tribulación, los cuáles evidentemente estamos viviendo, los castigos que nos vendrán serán de una envergadura terrible, no queda más que orar y hacer sacrificios, esto se pondrá color de hormiga pronto.

  4. Tenemos la impresión de que los gustos políticos del Papa Francisco no son tan personales como creemos y entran dentro de una ‘agenda mucho más amplia’. Son ya demasiados los hechos que hemos vivido como para empezar a dejar de dudar. El último documento sobre el turismo nos parece importante no por su contenido sino porque está perfectamente alineado con las Naciones Unidas. Este alineamiento se repite en demasiadas ocasiones y con temas muy alejados a la razón de ser de la iglesia católica. Hablamos mucho de inmigración pero poco, o nada, de Fe y por este camino estamos perdiendo fieles en cascada. Si vaciamos a la Iglesia católica de su contenido religioso y dejamos de hacer presente a Jesucristo, muerto y resucitado, ya me dirán para qué sirve. Para inmigraciones, cambios climáticos, defensas políticas, celebraciones arco iris… ya tememos otras instancias sociales que lo hacen mucho mejor. Estamos ante la sal que se está volviendo sosa, demasiado sosa, y está siendo pisoteada.

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