Un día como hoy hace seis años el Papa Francisco tomó posesión de la cátedra de obispo de Roma en la basílica de San Juan Letrán.
A la ceremonia realizada en el Segundo Domingo de Pascua, acudieron el cardenal Vicario de Roma, el cardenal Agostino Vallini y el cardenal Camilo Ruini además de otros obispos, religiosos y laicos.
Tras la celebración, el Santo Padre se asomó por el balcón de la basílica y se dirigió a una plaza abarrotada de gente con estas palabras:
“Hermanos y hermanas, ¡buenas tardes! Les doy las gracias por vuestra compañía en la Misa de hoy. ¡Muchas gracias! Les pido que recen por mí, lo necesito. No se olviden de esto. ¡Gracias a todos ustedes! Y sigamos adelante todos juntos, el pueblo y el Obispo, todos juntos; adelante siempre con la alegría de la Resurrección de Jesús; Él siempre está a nuestro lado. Que el Señor los bendiga”.
“¡Muchas gracias! ¡Hasta pronto!”, concluyó Francisco.
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Probablemente la mayor desgracia de la historia de la Iglesia. Con todo, a tantos nos está ayudando, sin querer, a repasar la buena doctrina. El contraste con las simplificaciones, ignorancias, cuando no barbaridades francisquitas, es descomunal.
¡Ladra, perro mudo, ladra!
Guau! Guau! Guau!
Así te parece bien, Lector? O más alto?
Se os ha olvidado poner al final de las palabras que dirigió a los fieles un elemento fundamental de sus alocuciones y que será uno de sus legados al discurso católico y uno de los aspectos con que la historia caracterizará su… actividad: el «buon pranzo » (o «buona cena» No sé en qué momento del día dejó caer sus posaderas sobre la cátedra romana).
Sería de agradecer que los comentarios se ciñeran a comenta la información, no a ladrar a los comentadores, que nos vemos confirmados en nuestros comentarios, pues » Ladran, amigo Sancho, luego cabalgamos».