Agostino Vallini es un Cardenal, Vicario de la diócesis de Roma y Arcipreste de la Basílica de San Juan de Letrán.

El 22 de Mayo de 2013 el Papa Francisco confirmó en su cargo de Vicario de la diócesis de Roma a Agostino Vallini. Su rostro nos resulta familiar por ser el cardenal que saludaba junto con el Papa la mañana siguiente a la elección de Francisco, a la salida de la Basílica papal de Santa María la Mayor.
La trayectoria de Agostino Vallini
Nacido el 17 de Abril de 1940 en Poli (Lacio), pero a los pocos años se traslado con su familia a Barra cerca de la ciudad de Napoles. Su padre, era un suboficial de la Arma de Carabineros, y fue deportado a Alemania durante la Segunda Guerra Mundial y su familia, compuesta por su madre y su hermana se mudó a Corchiano, país de origen materno, en la Provincia de Viterbo.
De esa época recuerda: “Mi primer contacto con Roma se remonta al período inmediatamente posterior a la Segunda Guerra Mundial. En aquella época yo vivía en el pueblo de mi madre, Corchiano, en la provincia de Viterbo, porque mi padre, brigada de carabineros, estaba encarcelado en Alemania. Mi madre envió con grandes sacrificios a mi hermana mayor a estudiar la enseñanza media a las escuelas de Roma, con las hermanas Maestre Pie Venerini, que estaban en la via Gioachino Belli, 31. Yo entonces iba con frecuencia a verla. Me acuerdo en especial del Año Santo de 1950, cuando fuimos a Roma en peregrinación a una audiencia con Pío XII, en la plaza de San Pedro. Recuerdo que llovía mucho, pero el gozo de encontrar al Papa nos hizo superar todas las dificultades”.
Aquí Agustín se inició en la escuela y en la educación religiosa. Con el fin de la segunda guerra mundial y el regreso del padre la familia se trasladó a Caserta y luego a Nápoles, donde su padre desempeñaba el papel de mariscal de carabineros.
Estudió en el Seminario de Nápoles y estudio Teología en la Facultad de sur de Italia, en el S. Tommaso d’Aquino , donde obtuvo su licenciatura en teología.
Vallini también asistió a la Pontificia Universidad Lateranense, en Roma, donde obtuvo su doctorado en derecho canónico y derecho civil con una tesis sobre el nuevo Código de Derecho Canónico.
Tras completar doce años de formación sacerdotal en el seminario de Nápoles, fue ordenado sacerdote el día 19 de julio del 1964. Posteriormente trabajó como profesor enseñando derecho canónico en su alma mater, la Facultad de Teológia de la Italia Meridional.
Muy vinculado a el movimiento Sígueme -incluso aparece en su emblema episcopal- del que afirma: “Se trata de una realidad eclesial prometedora, aunque a decir verdad poco conocida. Entré en contacto con esta asociación de fieles porque su cofundador era profesor mío, el claretiano español Anastasio Gutiérrez, gran jurista y gran sacerdote. “Sígueme” era y sigue siendo una realidad nacida para ayudar a todos los fieles, laicos aunque también sacerdotes, a desarrollar su propia vocación. Y yo entré en ella con objeto de recibir ayuda espiritual para vivir plenamente mi vocación de sacerdote diocesano”.
A su regreso a Nápoles en el año 1978 se convirtió en rector del Seminario mayor hasta 1987, cuando asumió el cargo de decano del campus de S. Tommaso d’Aquino, donde había continuado enseñando.
Prelado de Honor de Su Santidad
El Papa Juan Pablo II el día 16 de mayo de 1980 le otorgó el título de Prelado de Honor de Su Santidad.
El día 23 de marzo de 1989, Vallini fue nombrado Obispo auxiliar de Nápoles y Obispo titular de Tortibulum por el Papa Juan Pablo II. Vallini fue nombrado Obispo de la Diócesis de Albano, el 13 de noviembre de 1999.
El 27 de mayo de 2004, fue nombrado Prefecto de la Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica, renunciando a la sede de Albano, y promovido a la dignidad de Arzobispo. Como prefecto de la Signatura, se desempeñó como la máxima autoridad judicial por debajo del Papa en la Iglesia Católica, hasta que fue sustituido por el Cardenal Burke.
El 27 de junio de 2008 fue nombrado como sucesor del cardenal Camillo Ruini, Vicario General de la Ciudad del Vaticano, que se encarga de la diócesis de Roma en nombre del Papa. Fue el primer vicario en largo tiempo que no compatibiliza este cargo con la presidencia de la Conferencia Episcopal Italiana, lo que Vallini valoraba con estas palabras: “Me encanta que sea así, porque me preocuparía mucho tener que ocuparme de una realidad aún más grande. Creo que la diócesis de Roma merece que me dedique a tiempo completo a ella sin otras preocupaciones”.
El papa explicó que le confió el cargo “teniendo en cuenta su experiencia personal, madurada primero como auxiliar en la gran diócesis de Nápoles y después como Obispo de Albano; experiencias a las que une dotes afirmadas de sabiduría y afabilidad”.
Celebró su primera misa como vicario del Papa para la diócesis de Roma el 13 de julio de 2008 en la parroquia de Santa María en Traspontina, donde se venera la Virgen del Carmen. En sus propias palabras, esta Misa “fue una ocasión providencial para poner mi nueva misión bajo la protección amorosa de la Virgen María”.
Además es el Arcipreste de la Archibasílica de San Juan de Letrán y Gran Canciller de la Pontificia Universidad Lateranense.
Vicario de Roma
Como Vicario de Roma, en un comunicado oficial, respondió a una decisión de las autoridades civiles de la provincia de Roma, para permitir la distribución de preservativos en máquinas expendedoras en las escuelas de secundaria, con las siguientes palabras: “La distribución de preservativos en las escuelas en el contexto de la lucha contra el SIDA, trivializa la sexualidad y la educación y debe ser combatida por los padres”.
Además, en una entrevista en 2006 afirmó sobre su nombramiento como Cardenal Vicario: “Lo he recibido con trepidación y con cierto sentimiento de no estar a la altura. Pero con total confianza en la Providencia divina. Sé que puedo contar con la gracia del Señor, con la cercanía del Santo Padre y con la oración de muchos, especialmente la de los monasterios de vida contemplativa de los que silenciosa y eficazmente está repleta nuestra hermosa ciudad de Roma”.
“Tuve tentaciones de no aceptar el cargo, sin duda, pero dentro de mí siempre he tenido una disponibilidad positiva, porque para los sacerdotes la obediencia es ante todo un hecho de fe y de corazón. Y yo soy un obispo que le ha prometido fidelidad al Papa y un cardenal que ha jurado obediencia usque ad effusionem sanguinis. Así que enseguida me dije que aceptaría la propuesta si me la hacía quien me la tenía que hacer”.
Sus opiniones políticas
Sobre sus opiniones políticas se define “apartidista” pero no apolítico: “No es exacto que yo sea apolítico. Ante todo soy un ciudadano y como tal estoy presente en la vida social y, por tanto, política, pero dándole a la política el significado que le daba PabloVI: la forma más alta de caridad social. Así que no soy “apolítico”, ni me siento así ni quiero serlo. Otra cosa es la actividad más estrictamente de partido, que es tarea específica de los cristianos laicos, llamados a participar en las modalidades y formas concretas de la realización del bien común en la sociedad”.
Creado Cardenal diácono en el consistorio del 24 de marzo de 2006. Recibió ese mismo día la birreta roja y la diaconía de San Pier Damiani en los Montes de San Pablo. Benedicto XVI lo nombró Presidente de la Comisión para los Abogados, 15 de septiembre de 2007. El 24 de febrero de 2009, fue promovido al orden de los cardenales presbíteros.
En la Curia Romana es miembro de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica, del Pontificio Consejo para la Interpretación de los Textos Legislativos y de la Oficina para la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica, también es miembro de la Congregación para la Causa de los Santos y de la Congregación para los Obispos.
Destaca como curiosidad que el cardenal Agostino Vallini es descendiente en la línea apostólica del Beato Papa Pío IX.