12 consejos del Papa para vivir el noviazgo

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pareja-abrazada-300x199 El Santo Padre plantea a los jóvenes cómo profundizar en su relación y descubrir el valor del matrimonio en la exhortación postsinodal Amoris Laetitia Más y mejores conversaciones, rezar juntos, no centrarse exclusivamente en el atractivo físico o realizar celebraciones de boda más baratas pueden ayudar a los novios a profundizar en su amor mutuo y a tener relaciones más estables y sólidas. Así lo ha manifestado el Papa Francisco en su nuevo documento sobre el matrimonio y la familia. El Papa Francisco, en su nueva exhortación apostólica Amoris Laetitia sobre el matrimonio y la familia ha reflexionado acerca de la importancia del noviazgo para garantizar el futuro de la familia. En el documento se hace hincapié en la necesidad de que se conozca «el valor y la riqueza del matrimonio» en un momento en el que los jóvenes cada vez se casan menos y más tarde. El problema no sólo es de un aparente miedo al compromiso o, como señalaba San Juan Pablo II, a tomar decisiones que comprometan toda la vida, sino que en muchas ocasiones se llega al matrimonio sin tener plena consciencia de la implicación del sacramento o sin conocer realmente a la otra persona. Por este motivo, el Santo Padre proporciona en Amoris Laetitia algunos consejos a los jóvenes para que vivan plenamente su noviazgo: -Hablar mucho para conocer al otro:  El Santo Padre se lamenta en la exhortación de que muchos llegan al matrimonio sin conocerse: «Sólo se han distraído juntos, han hecho experiencias juntos, pero no han enfrentado el desafío de mostrarse a sí mismos y de aprender quién es en realidad el otro». -Tener valentía para descubrir posibles incompatibilidades:  Francisco advierte de la necesidad de descubrir antes del matrimonio posibles incompatibilidades en la pareja para no exponerse a un fracaso previsible que tendrá consecuencias muy dolorosas. Para ello serán necesarias conversaciones en las que «se hable de lo que cada uno espera de un eventual matrimonio, de su modo de entender el amor y el compromiso, de lo que se desea del otro, del tipo de vida en común que se quisiera proyectar». -No ocultar los problemas:  El problema de muchos novios, expone el Santo Padre, es que el deslumbramiento inicial lleva a tratar de ocultar o de relativizar muchas cosas, se evita discrepar, y así sólo se arrastran las dificultades que aparecerán de nuevo en el futuro. El Papa pide no creer que la mera atracción mutua será suficiente para sostener la unión ya que nada es «más volátil, precario e imprevisible que el deseo». No reducir el amor a mera atracción: «No hay que engañar a los jóvenes llevándoles a confundir los planos: la atracción crea, por un momento, la ilusión de la “unión”, pero, sin amor, tal unión deja a los desconocidos tan separados como antes», sostiene el Papa. En Amoris Laetitia se recoge la necesidad de educar los propios deseos para entregarse de verdad. «Cuando se pretende entregar todo de golpe es posible que no se entregue nada», recuerda Francisco. -Celebraciones de boda austeras y sencillas: En Amoris Laetitia se advierte que la preparación próxima al matrimonio tiende a concentrarse en las invitaciones, la vestimenta, la fiesta y los innumerables detalles que consumen tanto el presupuesto como las energías y la alegría. Los novios llegan agobiados y agotados al casamiento, señala el Santo Padre, en lugar de dedicar las mejores fuerzas a prepararse como pareja. Este planteamiento se demuestra en el hecho de que muchas parejas de hecho «nunca llegan al casamiento porque piensan en festejos demasiado costosos». El Papa aconseja: «Queridos novios: «Tened la valentía de ser diferentes, no os dejéis devorar por la sociedad del consumo y de la apariencia. Lo que importa es el amor que os une, fortalecido y santificado por la gracia. Vosotros sois capaces de optar por un festejo austero y sencillo, para colocar el amor por encima de todo».» -Rezar juntos: Entre los consejos para llevar un noviazgo cristiano, el Papa indica que «no sería bueno que se llegue al matrimonio sin haber orado juntos» y sin preguntar juntos a Dios qué es lo que él espera de ellos, e incluso consagrando su amor ante una imagen de María. -Vivir la pureza:  La exhortación apostólica recuerda que vivimos en una época en que la sexualidad tiende a banalizarse y a empobrecerse. Por este motivo, señala Francisco, es necesario educar para el amor y para la donación mutua: la castidad resulta condición preciosa para el crecimiento genuino del amor. El Papa advierte, además, de la irresponsabilidad de invitar a los jóvenes «a que jueguen con sus cuerpos y deseos, como si tuvieran la madurez, los valores, el compromiso mutuo y los objetivos propios del matrimonio». Para el Santo Padre, con esta invitación a los jóvenes se les conduce a «utilizar a otra persona como objeto de búsquedas compensatorias de carencias o de grandes límites». -Acudir a grupos de novios: El Papa Francisco señala en su exhortación que suelen ser muy útiles los grupos de novios y las charlas opcionales sobre temas de interés para los jóvenes. En estos grupos, los novios debería tener acceso a momentos personalizados, para aprender a amar a la persona concreta con la que se pretende compartir toda la vida. -Tener dirección espiritual y acudir a la confesión: El Papa aconseja que se indiquen a los novios lugares y personas para acudir en busca de ayuda cuando surjan dificultades. Asimismo, Francisco recuerda la importancia del sacramento de la Reconciliación que permite colocar los pecados y los errores de la vida pasada. -Formarse antes del matrimonio: “Necesitamos ayudar a los jóvenes a descubrir el valor y riqueza del matrimonio”, sostiene Francisco. El Santo Padre señala, asimismo, que en la preparación al matrimonio es importante que los novios entiendan el verdadero significado de la celebración litúrgica y de cada gesto que se da en ella. «A veces, los novios no perciben el peso teológico y espiritual del consentimiento», advierte el pontífice, que pone de manifiesto la necesidad de entender la implicación de la indisolubilidad del matrimonio y de la expresión: «Hasta que la muerte los separe». -Reconocer la importancia de la educación en la familia: «Probablemente quienes llegan mejor preparados al casamiento son quienes han aprendido de sus propios padres lo que es un matrimonio cristiano», sostiene el Papa Francisco. La familia cristiana es donde los novios pueden aprender la elección sin condiciones y la renovación de la decisión primera. -Día de San Valentín: El Papa pide a los católicos que no desperdicien ninguna oportunidad para mostrar la belleza del matrimonio cristiano e invita a aprovechar ocasiones como el día de San Valentín, «que en algunos países es mejor aprovechado por los comerciantes que por la creatividad de los pastores».

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