Sáiz Meneses: «Bergoglio me animó mucho a crear un seminario propio»

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Saiz Meneses 1Mons. Sáiz Meneses, obispo de Terrassa, en EXCLUSIVA a INFOVATICANA, en la que se pronuncia sobre la situación de Cataluña y el Sínodo, entre otros asuntos.

Buenos días, lo primero darle las gracias por habernos concedido este tiempo. Por empezar por el principio, que es su vocación sacerdotal. He leído que despertó cuando tenía solo siete años.

Mi recuerdo es de cuando tenía ocho o nueve años. Fue una vocación muy temprana. A esa edad empecé a decir a mis padres que quería ser sacerdote. Era monaguillo también. Mis padres me respetaron mucho, no me presionaron ni en un sentido ni en otro. Yo formaba parte de una familia cristiana, católica practicante; los domingos íbamos todos a Misa y cada noche se rezaba el rosario en casa. Es la típica vocación nacida de una familia cristiana, de un entorno parroquial, que después, al entrar al seminario se fue consolidando con el paso de los años.

Entiendo que esa vocación va madurando luego, en la vida sacerdotal.

Sí, de hecho en el seminario menor entramos veintisiete de los cuales hemos llegado cuatro al sacerdocio. En mi caso, ciertamente, con el paso del tiempo,  en la adolescencia y la juventud, se fue confirmando y reafirmando, hasta la ordenación sacerdotal. Y aquí seguimos, estrenando cada día e intentando renovar cada día mi consagración al Señor y el servicio a los hermanos.

Leí que hablando sobre su vida en el seminario, usted decía que en el último año le ilusionaba y emocionaba meditar sobre la Consagración, claro, que es lo más fuerte, y la absolución. ¿Tantos años después se mantiene esa pasión por el sacerdocio?

Sí, lo recuerdo perfectamente.Lo que más me ilusionaba y me emocionaba, y con lo cual era más expectante, era con el hecho de celebrar la Eucaristía, que por las palabras de la Consagración, el pan y el vino se convirtieran en el Cuerpo y la Sangre del Señor. Y también con el Sacramento de la Penitencia, que por las palabras de la absolución, los pecados quedaran perdonados, y esa persona, con la gracia de Dios pudiera rehacer su vida.

Todo el conjunto del ministerio sacerdotal me atraía, el apostolado, la evangelización, la atención a los pobres y necesitados, la vida parroquial, que es tan variada y completa; pero sobre todo esos dos aspectos los meditaba mucho en ese último año previo a la ordenación. Y con el paso del tiempo, dentro del conjunto de lo que es la vida sacerdotal y episcopal, siguen siendo dos aspectos que me siguen conmoviendo y que procuro vivir con la máxima intensidad, sin acostumbrarme nunca ni caer en la rutina. En muchas ocasiones repito que no necesitamos hechos extraordinarios o milagros para creer y para vivir cristianamente, que la consagración es un milagro al que asistimos cada día en la celebración de la Eucaristía.

saiz Meneses 3¿Cómo ha pesado en su vida sacerdotal el haber estudiado en Toledo?

Fui allí orientado por el consiliario de un movimiento de Cursillos de Cristiandad para jóvenes que había en Barcelona, del que yo formaba parte.

¿Cuáles son las señas de identidad? Porque dicen que su modelo de seminario el que tenía Don Marcelo (cardenal González Martín) en Toledo…

Ciertamente guardo muy buen recuerdo de la formación en el seminario y de las enseñanzas de Don Marcelo, sobre todo su interés por el Seminario.  De hecho, lo que vivíamos en aquella época, era una formación y vida espiritual fundamentada en la Misa diaria y la liturgia de las horas, y el rosario, que  se rezaba por grupos; por otra parte, había exigencia en el estudio, seriedad en la disciplina y una convivencia sana y alegre; y también los fines de semana se ayudaba en las parroquias y en diferentes ámbitos de apostolado. En sustancia, es el modelo que ahora se aplica en todos los seminarios, con los matices correspondientes en cuanto al lugar y al tiempo.

Más en concreto, mi modelo de Seminario es el que dispone el papa san Juan Pablo II en la exhortación postsinodal Pastores Dabo Vobis, y que recogen también los Planes de formación sacerdotal para los seminarios que dispone la Santa Madre Iglesia. Hay cuatro pilares en la formación: humana, espiritual, intelectual y pastoral. El modelo está muy claro, el “qué” y el “para qué” de nuestros planteamientos y objetivos, están bastante claros y definidos; lo difícil es el “cómo” llevar a la práctica los contenidos. Hay una palabra que me parece clave para la formación de los futuros sacerdotes: incidir. Incidir en el sentido de causar efecto, de influir. Con la palabra y el ejemplo hemos de incidir para ayudar a los futuros sacerdotes a alcanzar la madurez necesaria para vivir el ministerio sacerdotal. Este modelo es el que se aplica en todos los seminarios de España según he podido constatar en los dos trienios pasados en que presidí la Comisión de Seminarios y Universidades de la Conferencia Episcopal Española y he gozado de un contacto precioso y enriquecedor  con los rectores y formadores.

¿Cuál es su presencia como obispo en el seminario?

En principio tengo reservados los martes por la mañana para el Seminario; comenzamos por una reunión con el equipo de formadores, y después comparto con la comida con toda la comunidad,  los saludo y hablo con ellos, y de vez en cuando tenemos una tertulia abierta. Por otra parte, los seminaristas participan en la Escola de Pregària que hacemos en la Catedral, y  también en las jornadas y los encuentros diocesanos.Es decir, que con los seminaristas me encuentro más o menos una vez por semana; los veo, los saludo, y los conozco a cada uno por su nombre. Para mí el Seminario es realmente el corazón de la diócesis, y es algo que procuro cuidar al máximo de nuestras posibilidades.

Saiz Meneses 4Ha conseguido tener más seminaristas que muchas diócesis…

El Seminario fue creado el 29 de junio del año 2006. Cuando se crearon las nuevas diócesis de Terrassa y Sant Feliu de Llobregat, el 15 de junio de 2004, los seminaristas se distribuyeron según el domicilio familiar, y a nosotros nos correspondieron doce, que en un principio estaban en el seminario de Barcelona, vivían allí y estudiaban en la Facultad de Teología. Recuerdo que año y medio después, en enero de 2006, el cardenal arzobispo de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio, predicó ejercicios espirituales a los obispos de España, y yo asistí. En uno de los días fui a hablar con él para consultarle sobre diversas cuestiones que me preocupaban como obispo de una diócesis nueva, y una de ellas era sobre la importancia del Seminario y sobre su necesidad. Él me animó mucho a crear seminario propio.

Durante los meses siguientes realicé la consulta en los organismos diocesanos, en el consejo de gobierno, consejo presbiteral, consejo pastoral diocesano, arciprestes y delegados episcopales, y las respuestas fueron muy positivas  e incluso en algunos casos me pidieron que no dilatara mucho tiempo la creación. Pero el problema era que no disponíamos de un edificio propio donde instalar el seminario, ni de medios para construirlo o alquilarlo. Pues bien, mientras realizaba las consultas recibí la visita de la Priora y la Madre Federal de la comunidad de monjas sanjuanistas, de Valldoreix, que me informaron que la comunidad se trasladaba a Salinas de Añana, en Vitoria, y también me ofrecieron el convento para instalar allí el seminario, la casa sacerdotal o lo que me pareciese oportuno.

Entonces fuimos a examinar el edificio, y vimos que reunía las condiciones necesarias y lo siguiente fue nombrar el equipo de formadores y la creación canónica, que tuvo lugar en esa fecha significativa de la solemnidad de los apóstoles san Pedro y san Pablo. Desde entonces hemos experimentado en muchas ocasiones cómo el Señor en su providencia nos ha ido acompañando.

¿Y se han volcado los sacerdotes diocesanos para ayudar al seminario y para atraer vocaciones?

He de decir que sí, aunque somos conscientes que vivimos momentos difíciles en este ámbito de la pastoral vocacional. En estos últimos cuatro años ha habido un pequeño repunte,  una subida leve en el número de vocaciones a nivel de toda España, pero hemos de ser prudentes y seguir trabajando con diligencia. Es una cuestión muy difícil hoy en día, porque la secularización avanza y sus efectos se notan sobre todo en estos ámbitos de la vida de la Iglesia. En los planes pastorales de nuestra diócesis tiene mucha relevancia la pastoral vocacional y la vinculamos especialmente con la pastoral familiar y con la pastoral infantil y juvenily también con la pastoral universitaria.

Yo insisto sobre todo en dos cosas. La primera es la oración por las vocaciones; que no nos hemos de conformar con rezar de vez en cuando, es mucho más, toda la diócesis ha de estar en pie de oración, en una oración incesante por esta intención. Por eso estamos creando grupos vocacionales en todas las parroquias, grupos de personas que se dedican a rezar por las vocaciones, a fomentar las vocaciones y a buscar ayudas materiales que también hacen falta. Porque  la actividad más importante de la pastoral vocacional es la oración, y no ha de ser un día al año, es todo el año, incesantemente.

Y en segundo lugar, el testimonio sacerdotal. Si nos ven enamorados de Jesucristo, si nos ven felices, entusiasmados, alegres; aunque tengamos problemas,  dificultades, cruces…, pero siempre felices y contentos y renovando nuestra consagración al Señor y a las personas…, pues eso se contagia. Todo sacerdote en su historia personal tiene algún referente sacerdotal, o el párroco, un familiar, o alguien que ha conocido y que le ha movido a hacerse preguntas y a plantearse la vocación.

¿Cuál es el suyo?

 Yo he tenido varios referentes sacerdotales a lo largo de mi vida. En primer lugar mi tío Gerardo, hermano de mi madre, excelente sacerdote y un ejemplo para mí. También los párrocos de los lugares en que he vivido, con su entrega generosa a la feligresía de la que fui testigo en tantas ocasiones;  los formadores del seminario menor y del seminario mayor, con su testimonio de fidelidad y de paciencia con nosotros.  También quiero recordar al P. Ginés Fernández, consiliario de los Cursillos de Cristiandad de jóvenes en Barcelona, y a don José Rivera, director espiritual en Toledo, y a don Sebastián Gayá, iniciador del Movimiento de Cursillos de Cristiandad. Estos referentes han ido jalonando mi camino vocacional y sacerdotal, y han sido mis referentes sacerdotales.

saiz Meneses 6¿Y como santos, a quienes tiene como referentes?

En primer lugar y antes que los santos, a María, madre de Dios y madre nuestra. Yo tengo una profunda devoción a María, que vivo desde mi tierna infancia, y que arranca de aquel rosario que rezábamos cada noche antes de ir a dormir y del ejemplo de mi madre.

De los santos, en la época del seminario, los santos a los que tenía más devoción eran santo Tomás de Aquino, y San Juan de la Cruz. En mi época de estudiante, cada tarde, antes de ponerme a estudiar, rezaba una oración de santo Tomás para antes del estudio. San Juan de la Cruz también me atraía y recuerdo que aprendí de memoria el “Cántico Espiritual”. Después, en la vida pastoral, siento particular admiración por un lado, con san Pablo, por ejemplo, como modelo de evangelizador; y después con los fundadores, San Francisco de Asís, Santo Domingo de Guzmán, San Ignacio de Loyola, Santa Teresa de Jesús, San Juan Bosco, San Antonio María Claret, etc. Me admiran estas personas que, con la gracia de Dios y la fuerza del Espíritu Santo, han sabido dar la respuesta que la Iglesia y el mundo necesitaban en cada momento de la historia.

Hace poco terminó el Sínodo de los Obispos Extraordinario para la Pastoral Familiar. ¿Cómo ve esa problemática? ¿Qué acercamiento pastoral tienen en su diócesis para las familias que se encuentran en esas situaciones irreversibles de las que hablaba el Papa?

La familia es la célula básica de la Iglesia y de la sociedad. Y como dijo el Papa San Juan Pablo II, en la familia se forja el futuro de la humanidad, y por lo tanto ha de ser una prioridad también en nuestra pastoral. Aquí tenemos una delegación de pastoral familiar muy activa. Y ya desde los primeros años celebramos cada año el APLEC, el encuentro de las familias, la semana de la familia, y por ejemplo, proyectos recientes que comenzamos el curso pasado, como la Casa Guadalupe y el Proyecto Raquel. La Casa Guadalupe es una casa de acogida a madres con riesgo de abortar. Gracias a Dios ya hemos bautizado ya a dos tandas de niños salvados, este curso y el pasado. El Proyecto Raquel consiste sobre todo en acompañamiento de madres y padres que han abortado y que siguen un camino de reconciliación.

Sáiz Meneses
Mons. Sáiz Meneses, en su visita a la Casa Guadalupe

Aquí lo fundamental es potenciar la familia cristiana, y que las familias vivan realmente la Fe y sean “iglesias domésticas”. En mis años de pastoral parroquial, en las bodas, me gustaba insistir en que la clave de la vivencia del matrimonio era poner a “Cristo en el centro del matrimonio y cada estrenar el amor y renovarlo, y procurar vivir el amor, esa entrega…”.

Yo les decía sobre el matrimonio, que si tuviera que resumirlo en una palabra o en una expresión diría: “vivir el matrimonio es dar la vida por el otro, al cónyuge, a la otra persona.” Dar la vida, que es lo contrario a la postura egoísta o egocéntrica, que acaba secando el amor. Para eso, Cristo ha de estar en el centro como fundamento.

Respecto a las problemáticas actuales ¿Qué hemos de hacer? Pues ahora hay que dar tiempo. Se ha celebrado este sínodo, después vendrá la siguiente sesión, y el Papa nos ofrecerá una exhortación postsinodal.  Yo pienso que hemos de afrontar los problemas y las situaciones sin miedo, y haciendo como la primera Iglesia de Jerusalén, como los apóstoles mismos. ¿Qué hacen ante las dificultades, ante las situaciones a las que se enfrentan? Pues sobre todo dos cosas: dialogan y rezan. Ponen en común sus ideas, planteamientos, etc., y después rezan pidiendo al Espíritu Santo que los ilumine y que les dé fuerza seguir fielmente con su misión. Nosotros, ahora, hemos de hacer algo semejante. Que toda la Iglesia rece por esta intención, y también los padres sinodales, y que dialoguen, que analicen los problemas, y después, desde el principio de fidelidad a la sustancia de la doctrina, que no se puede cambiar, y desde el principio de adaptación en lo que se pueda ir adaptando,  hemos de acoger y acompañar a  estas familias.

Pero se ha dado una sensación, para los que siguen las cosas de la Iglesia desde fuera, poco de división ¿no? Durante estos días, han habido debates encarnizados, cardenales que han salido diciendo contra otros, o lo que se dijo de los africanos.

A veces los medios de comunicación ofrecen informaciones parciales o sesgadas, o se fijan en lo que puede llamar la atención o dar juego como posible titular. Los obispos y cardenales, presididos por el Santo Padre están dialogando, están debatiendo, y lo han de hacer en la caridad y en la verdad, y sin miedo. A nosotros nos toca rezar para que todo siga su buen curso y dejar que el Espíritu Santo continúe guiando la barca de Pedro.

Los obispos en Cataluña han protestado mucho en Madrid por los medios de la Conferencia Episcopal, ¿cree usted que representan fielmente la doctrina cristiana?

Los obispos siempre pedimos que se cumpla el ideario, que se sigan los principios del Evangelio y de la Doctrina social de la Iglesia. Es un tema muy complejo, porque son medios generalistas, que han de sobrevivir en el mundo de la comunicación, que es ferozmente competitivo. Yo creo que es muy importante que la Iglesia tenga voz en este ámbito de los medios de comunicación para poder evangelizar, para formar, para aportar criterios evangélicos sobre los distintos temas, para llevar a cabo su denuncia profética. Sería mucho más sencillo si la programación fuera exclusivamente religiosa, pero seguramente se perdería capacidad de incidencia en una audiencia más amplia. Es cierto que desde aquí hacemos llegar quejas y observaciones siempre con ánimo constructivo, y que se nos escucha.

Varios obispos, entre ellos el obispo de Alcalá, de San Sebastián y el de Soria, han hecho cartas pastorales muy claras, en las que dicen que ya no es aceptable votar a los partidos presentes en el arco parlamentario tras de la retirada de la reforma de la ley del aborto por el Partido Popular. Luego la nota de la Conferencia Episcopal parecía desmentir eso diciendo que no era momento para “desencantos democráticos”. ¿Usted comparte esa afirmación de los obispos de Alcalá, San Sebastián y Soria?

Cada cristiano tiene que votar en conciencia según los principios evangélicos y el Magisterio de la Iglesia. Hay unos principios irrenunciables como son la vida desde su concepción, la familia, la libertad de enseñanza, el bien común y la solidaridad, etc. Cada católico en el momento de plantearse su voto tiene que reflexionar a partir de estos principios y teniendo presente el conjunto de los partidos políticos y sus programas, y también plantearse a su vez cómo su voto puede contribuir a hacer presentes estos principios en mayor medida.

¿Y puede un católico mantenerse en un gobierno que no actúa para defender la vida?

En general, no se considera moralmente ilícito que un católico trabaje en un organismo del que forma parte que a veces toma por mayoría decisiones que pueden ser inmorales, pongamos por ejemplo, un Parlamento. Lo que se le pide es que trate de hacer el máximo bien y de impedir al máximo el mal, que trabaje todo lo posible a favor de la vida, que luche por evitar que se tomen decisiones inmorales, y que su pensamiento y acción sean conocidos públicamente para evitar el escándalo. Si un católico que forma parte de un gobierno, cumplidas esas condiciones, ve que no puede potenciar el bien ni limitar el mal, y ese gobierno toma continuamente decisiones injustas, yo creo que debería abandonarlo.

En su diócesis ha habido un precedente bastante ejemplar, que ha sido Bruno de Salvador, que ha sido una actitud valiente ¿no?

Yo creo que sí, que es una actitud valiente, y un testimonio fuerte y también una sacudida de las conciencias en unos momentos que necesitamos personas con decisión y principios. Ahora bien, yo no anatematizaría a otras personas que por diversos motivos deciden continuar mientras en conciencia consideran que queda un margen de actuación positiva que justificaría moralmente su permanencia.

Sí, pero él presentaba esta mañana en Sant Cugat una propuesta para el aborto cero, y los demás compañeros que se declaran católicos seguro tendrán una dificultad.

La propuesta de aborto cero yo también la subscribo, naturalmente. Es la única que puede suscribir un católico. De hecho la reforma que se proponía y que se ha retirado, también resultaba insuficiente. Hemos de trabajar desde todos los ámbitos de la sociedad para conseguir el respeto a la vida del ser humano desde su concepción hasta su muerte natural.

Saiz Meneses 5Cataluña acaba de aprobar una ley de derechos del colectivo LGTB, así lo llaman, que atenta gravemente contra el derecho de la libertad de educación. Uno de los principios no negociables de Benedicto XVI es la libertad de los padres para elegir la educación de los hijos. La ley obliga a las instituciones educativas privadas a abrir sus puertas a las ONG llamadas de panhomosexualismo. He leído la nota de la Conferencia Episcopal Tarraconense al respecto, y es muy escueta y no profundiza en los aspectos de la ley, solo se basa en la inversión de la carga de la prueba.

En un primer momento, cuando se estaba tramitando el proyecto de ley en el Parlamento de Cataluña, los obispos manifestamos nuestra preocupación porque aun reconociendo la necesidad de erradicar cualquier tipo de discriminación por razón de sexo, raza, religión, creencias y condiciones físicas o psíquicas, nos parecía un proyecto muy desacertado, tal y como estaba redactado, por las graves consecuencias que podía tener en el ejercicio de los derechos humanos de la libertad religiosa, de pensamiento y de conciencia de los ciudadanos de Cataluña. Posteriormente, la ley se ha aprobado. Por nuestra parte, estamos esperando conocer el alcance concreto de los artículos de la Ley, y nos preocupa el que no se tenga suficientemente en cuenta la presunción de inocencia, porque eso puede dificultar el ejercicio del derecho fundamental a la libertad de comunicación de las enseñanzas de la fe y moral católica, y más ampliamente de la libertad religiosa.

¿Y la función profética de los obispos? Al final los fieles están indefensos ante estas leyes, no tienen herramientas ni siquiera de pensamiento por parte de sus pastores para defenderse contra esos ataques contra su propia libertad. Un católico raso, de pie de calle, con escasa formación intelectual, que lee esa ley, y lee la respuesta de los obispos, dice: “bueno, tampoco parece tan mala por lo que dicen los obispos, parece una cosa, pues oye, sí, que arreglen lo de la carga de la prueba porque a lo mejor es inconstitucional y ya está”.

Los obispos han de ejercer su función profética con firmeza, con “parresia”. Eso significa hablar con libertad, con valentía y sin ambigüedades. Esta es una característica esencial en nuestra misión y tiene una particular importancia en la actualidad, en la que nos hemos de entregar al servicio de la verdad y el bien pase lo que pase. Te puedo asegurar que hemos intervenido todo lo que hemos podido en diferentes niveles para mejorar el contenido. Ahora bien, como decía antes, esperamos conocer con más detalle el alcance y las consecuencias, y ya nos pronunciaremos más detalladamente. La función profética se ejerce con valentía y firmeza, que no están reñidas con la prudencia.

Parece evidente que se ha trazado una hoja de ruta para imponer esas leyes por España. En Galicia se hizo hace seis meses, ahora en Cataluña y Extremadura se está imponiendo una parecida.  Pasa aquello de “los hijos de las tinieblas se mueven con más astucia que los hijos de la luz.” Parece que los católicos no tenemos un plan o una estrategia para defendernos de esas agresiones. Los obispos gallegos dicen: “bueno sí, está mal«. Los obispos catalanes dicen: “pues sí, no nos gusta.” Pero mañana Extremadura, y pasado no sabemos pero dentro de poco tendremos estas leyes por toda la península.

Lo cierto es que han tenido lugar unas iniciativas muy parecidas en diferentes Comunidades Autónomas, que están gobernadas por partidos políticos diferentes. Es curioso. Lo propio sería desarrollar una ley sobre la discriminación en general que defienda a todos los grupos de la sociedad que padecen algún tipo de discriminación o algún riesgo. Una ley que proteja a todos y que impida tanto los privilegios de unos como la exclusión de otros, una ley que evite las desigualdades o arbitrariedades sean del tipo que sean.

¿Cree que la unidad de España es un bien moral, como ha afirmado la Conferencia Episcopal?

Es una cuestión muy delicada en el contexto actual. Por lo que se refiere a la cuestión de fondo, yo me siento identificado con lo que declaramos los obispos de Cataluña en un documento publicado en enero del 2011, titulado “Al servicio de nuestro pueblo”, y en el que por un lado, constatábamos que aquí se están manifestado nuevos retos y aspiraciones que afectan a la forma política concreta de cómo el pueblo de Cataluña se ha de articular, y cómo se quiere relacionar con los otros pueblos hermanos de España en el contexto europeo actual.

Yo creo que a nosotros, como pastores de la Iglesia, de una comunidad en la que se dan sensibilidades muy diferentes, no nos corresponde optar por una determinada respuesta a estos retos nuevos, pero defendemos la legitimidad moral de todas las opciones políticas que se basen en el respeto a la dignidad de las personas y de los pueblos, y que busquen la paz, la justicia y el bien común.

iglesias-esteladasMuchos católicos se quejan de que algunos campanarios sean usados para reivindicaciones.

En la diócesis de Terrassa se ha tratado sobre esta cuestión y siempre hemos mantenido que no se debe utilizar ninguna iglesia, ni locales parroquiales para actividades que tengan connotación política alguna, sea del tipo que sea, o en los que se haga bandera de una opción determinada.

¿Cómo ve la Iglesia en Cataluña? ¿Es un buen momento histórico?

Es un momento apasionante y es el momento que el Señor, en su providencia, ha dispuesto que nos toque vivir. Es un momento no exento de dificultades, al contrario, porque asistimos a un proceso de secularización y de globalización aparentemente imparables, que generan cambios profundos en las personas y en la sociedad y que dificultan enormemente la transmisión de la fe. Pero el Señor nos da la fuerza y la gracia para cumplir la misión que Él mismo nos encomienda. En Cataluña, como en todo el occidente rico, el peligro es que el relativismo moral acabe sustituyendo la búsqueda de la verdad, que se acabe sustituyendo a Dios por el ídolo de la riqueza y el poder, y que se acabe imponiendo una cultura dominada por el relativismo y el egoísmo insolidario que hace cada vez más grande la brecha entre ricos y pobres, como denuncia reiteradamente el papa Francisco.

¿Qué podemos hacer nosotros? Para empezar, no tener miedo, porque Cristo ha vencido al mundo. Después, apuntar a lo esencial, priorizar en nuestra acción pastoral. Por un lado, que los fieles tengan una espiritualidad intensa, que se alimenta de la Eucaristía, los sacramentos, la Palabra de Dios, que tengan presente en su vida a María, Madre y Maestra. Por otro lado, plantear nuestra pastoral en clave evangelizadora, anunciando a Jesucristo con la palabra y el testimonio, de forma convencida y convincente, propiciando en las personas un encuentro con Él que les cambie la vida, que les cambie el corazón. Ofrecer la novedad del agua viva a tantos sedientos como encontramos en nuestra sociedad. Somos los cristianos del siglo XXI y somos los testigos de Jesucristo en este momento de la historia. Cataluña ha sido tierra de santos y debe seguir siéndolo. De nosotros depende responder generosamente a la llamada del Señor.

¿Es consciente de que la cruz la pone solo el veinticinco por ciento de los declarantes en la declaración de la renta?

A nosotros nos toca ser evangelizadores en la vida familiar y social, en los ámbitos profesionales y culturales, en el estudio y el mundo del trabajo. Somos cristianos en medio del mundo y debemos dar respuestas a las situaciones que se van produciendo, a la luz del Evangelio. En nuestro país hemos pasado de una situación de casi cristiandad, a una situación de misión. El modelo de relación de la Iglesia con la sociedad que más nos encaja con la situación actual es de un cristianismo que es “alma en el cuerpo” social, tal como lo describe la Epístola a Diogneto. Hemos de luchar para que nuestro Occidente tenga alma, espíritu, y no sea una simple unión de intereses económicos. Esto lo conseguiremos viviendo como la sal que aporta sabor y vigor, como la luz que ilumina, como el fermento que transforma la masa.

El papa Benedicto XVI ha puesto de relieve la teoría de las minorías creativas, del historiador inglés Toynbee. Minorías creativas que regeneran una civilización desde el interior o que propician un cambio de civilización. Ser minoría creativa es ser sal, luz y fermento.  Hay dos citas del Evangelio que me consuelan mucho y que me dan fuerza; una es cuando Jesús dice a los Apóstoles: “no temáis, yo he vencido al mundo”, y la otra es: “yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”. Es decir, Cristo Resucitado está presente en la Iglesia, y Él es nuestra fuerza, por eso podemos afrontar el futuro con confianza.

¿Por eso eligió el lema episcopal de Duc In Altum?

Exactamente, “Duc In Altum” no está elegido así a la ligera (ríe). Lo elegí por dos motivos:

En primer lugar,es una frase del comienzo de la carta apostólica Novo Millennio Ineunte, ese documento magnífico de san Juan Pablo II, con el que el Papa recomendaba a toda la Iglesia, en el momento de iniciar el tercer milenio del cristianismo, una actitud de confianza en la palabra del Señor, siguiendo el ejemplo de Pedro y los Apóstoles junto al Mar de Tiberíades.

En segundo lugar, esa llamada de Jesús y la respuesta positiva,  que no se podía fundamentar en la experiencia, o en los conocimientos, capacidades, apoyos, etc., que sólo se podía fundamentar en la confianza en la palabra del Señor, era también la escena del Evangelio que mejor reflejaba mi situación personal en lo anímico y en lo espiritual. La verdad es que este episodio del Evangelio nos enseña la actitud con la cual hemos de afrontar la misión de la Iglesia en el momento presente y yo hago alusión con bastante frecuencia.

¿Qué libros está leyendo ahora?

Por una lado, los libros de teología, evidentemente, o de Sagrada Escritura. Ahora mismo, estoy repasando dos libros clásicos, Meditación sobre la Iglesia, de Henri  De Lubac, e “Introducción al Cristianismo”, de Josef Ratzinger, además de los libros que van saliendo sobre el papa Francisco. También acostumbro a leer libros de psicología, porque estudié un par de años en la Universidad antes de ir al seminario mayor, y mantengo la afición, además de que me ayuda a conocer la condición humana.

¿Habría sido psicólogo si no hubiera sido sacerdote?

De pequeño yo tenía muy claro el sacerdocio.Pero también miraba con simpatía la medicina, y con el tiempo, me fue interesando más el conocimiento del ser humano, las ciencias que tratan de la conducta y los procesos mentales de las personas

Ya por último, ¿se ve sucediendo a Sistach en Barcelona?

Es una cuestión que no me planteo. Aquí, en Terrassa, estoy feliz; éste es el lugar al que envió el papa Juan Pablo II, y la verdad es que estoy muy bien, y mi deseo es acabar aquí mis días de ministerio episcopal. Acabamos de celebrar los primeros diez años de vida diocesana, que han sido de una gran intensidad y que han pasado en un suspiro. En este tiempo hemos ido “construyendo” la diócesis entre todos, obispos, sacerdotes, diáconos, miembros de la vida consagrada, laicos y laicas. Ha sido un reto apasionante y una tarea podemos decir que fructífera, con la gracia de Dios, y llevada a cabo en comunión y corresponsabilidad. Pero es que continuamente surgen iniciativas y proyectos pastorales, y vemos que queda mucho camino por recorrer. No han faltado las dificultades, pero el Señor, en su providencia, nos ha dado las fuerzas para irlas superando y María ha sido la estrella que nos ha guiado en el camino. En fin, damos gracias a Dios, y aquí estamos comenzando otro decenio.

La actualidad eclesial, veo que tiene ahí en el ordenador la pantalla grande, ¿sigue la actualidad eclesial por internet? ¿Conoce Infovaticana? ¿Le gusta?

¡Si! (Ríe) Me parece que es una página con desparpajo, joven, y con aires nuevos de libertad. Yo lo que pido siempre a los medios, y en el caso vuestro, sobre todo si se trata de periodistas católicos, es que sirvan a la verdad y al bien. Lo cual no significa que no se deban denunciar situaciones o hechos concretos graves. Servir a la verdad y el bien no significa encubrir el mal. Los Medios de comunicación y sobre todo internet, tienen una expansión y una incidencia enorme, y pueden influir poderosamente en las personas. Actualmente se han convertido en el principal medio no sólo informativo sino incluso formativo de muchas personas, sobre todo de los jóvenes. Me parece que hay que aprovechar estas posibilidades para integrar el mensaje cristiano en este nuevo areópago, y para transmitir la fe. Y sobre todo yo pido que estén siempre al servicio de la verdad y el bien. Ánimo.

Muchas gracias, D. José Ángel, por su tiempo. 

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Comentarios
21 comentarios en “Sáiz Meneses: «Bergoglio me animó mucho a crear un seminario propio»
  1. Me parece una muy buena entrevista de Mons Saiz. Se nota que es un obispo de carácter pastoral que no se mete en politiqueos y que tiene las ideas muy claras

  2. Ojalá tuviéramos más obispos como este en Catalunya. Pastores cercanos que visitan sus parroquias y están con los fieles, con los seminaristas,…

  3. Realmente es una entrevista magnífica. Las preguntas repasan toda la actualidad, y las respuestas son precisas en lo doctrinal y en los temas candentes. Además, da la impresión de que la diócesis está muy consolidada aunque sólo tiene diez año de vida. En fin, Dios quiera que sigan en esta línea pastoral y eclesial, sin meterse en berenjenales políticos, que son tan perjudiciales para la Iglesia.

  4. Lo que me parece más fuerte de la entrevista es que Monseñor Saiz Meneses en los ejercicios espirituales que les predica el cardenal de Buenos Aires a los obispos de España, va y le pregunta sobre abrir seminario en Tarrasa, y el futuro papa le anima, y así lo hizo, para sorpresa general y desagrado de algunos. Aquí no faltó gente que ´se extrañaba de que en época de sequía de vocaciones, el obispo creara un seminario nuevo, y más en Cataluña. Pues el obispo lo tenía muy claro y el tiempo le ha ido dando la razón.Este seminario va dando un fruto estupendo para nuestra diócesis. Pero es curioso que después el cardenal de Buenos Aires sea el nuevo papa Francisco. En fin, cosas de la providencia.

  5. Esto mismo que el obispo Saiz está haciendo en Terrassa es lo que necesitamos en Barcelona. Lo que está haciendo en una diócesis que sólo tiene 10 años es extraordiario, aunque al leer la entrevista parece todo natural y sencillo. Como dice el obispo, se nota la mano de la providencia. Pues que venga a Barcelona, que es lo que aqí necesitamos.

  6. Me ha parecido una entrevista excelente por los temas y profundidad como los trata.
    Quiero remarcar como motiva la fe y confianza en la Palabra de Dios. Suscita una actitud valiente y firme en estos momentos tan superficiales.
    Ya pueden dar gracias a Dios los feligreses de la Diócesis de Terrassa.

  7. Para Gemma.

    Me parece muy bien tu deseo de que vaya a Barcelona, pero sería vestir un santo desvistiendo a otro. Cierto que Barcelona es más grande que Tarrasa y más importante, pero a ver si al final las fastidiamos a las dos. Podría pasar que quien lo sustituya en Tarrasa no de continuidad al trabajo de estos diez años. Y podría pasar que en Barcelona los de siempre empiecen a hacer la contra y a Mons. Saiz le tocara gastar las energías en parar a los mismos de dentro. Y conste que no quiero ser profeta de calamidades.

  8. La entrevista está muy bien, las respuestas son precisas y nos revelan un corazón de pastor. Pero esto no es nada nuevo. En Barcelona sabemos que la mejor solución es que nombren arzobispo a monseñor Saiz Meneses. Cuando se crearon las nuevas diócesis de Terrassa y sant Feliu, eran tres diócesis muy parecidas. Diez años después, se ven diferencias muy claras que irán a más en el futuro. Esto está claro. Lo que pasa es que a la hora de sustituir al Cardenal Sistach puede primar más la política que la religión, pueden pesar más las presiones nacionalistas y progresistas que el bien de la Iglesia. Al final se repetirá la historia y nombrarán alguien de compromiso que no moleste a nadie, y la vida de la Iglesia se irá apagando hasta casi desaparecer. Nos quedará la Sagrada Familia, eso sí, pero será más un monumento artístico cultural que un templo católico activo y evangelizador.

  9. La entrevista está muy bien, pero no revela nada nuevo. En Barcelona sabemos que la mejor opción de futuro es Saiz Meneses. Hace falta que en Roma decidan con libertad, porque las presiones políticas desde dentro y desde fuera de la Iglesia están siendo fuertes.

  10. He repasado la entrevista y he leido los comentarios. La entrevista me ha gustado más aún en la segunda lectura. Ideas claras y definidas, mentalidad y corazón de pastor, eficacia probada en la vecina Tarrasa, experiencia como obispo y a la v ez juventud como para renovar la diócesis. ¿Qué más queremos?

  11. Aquesta questió surt de tant en tant en diferents blogs. Ja sabem que el bisbe Saiz és molt valorat per un sector de la feligresia. Però també hi ha un altre sector que el mira amb recel perquè va estudiar a Toledo i sembla que és conservador,etc. No discutim les seves qualitats i tot el que ha aconseguit a Terrassa, però per a Barcelona fa falta viure més a fons els sentiments del nostre poble.

  12. En primer lugar, pido al responsable de este portal que retire los primeros comentarios y los aloje en otro lugar, porque no tienen nada que ver con la entrevista y resultan un tanto extraños aquí; quizá ha habido algún fallo técnico. En segundo lugar, quiero decir al señor Oriol Tomàs, que no entiendo el final de su comentario. O sea que si Monseñor Saiz Meneses está bien formado, tiene capacidad de gobierno, y lo ha demostrado en Tarrasa, etc, ¿qué quiere decir eso de que ha de vivir más a fondo los sentimientos de nuestro pueblo?

  13. No estoy de acuerdo con Oriol Tomás. En el fondo está diciendo que no es suficientemente nacionalista. Pues es justo lo que necesitamos, un pastor libre de ataduras políticas, abierto a todas las personas y que no se deje manejar por los ppolíticos o los grupos de presión. Parece que no aprendemos de la historia.

  14. A veure si dexiem de barrejar pastoral i política d’una punyetera vegada!!.
    L’Església catalan no pot ser un nina en mans del nacionalisme

  15. La situación actual de Catalunya es muy compleja. Tiempos difíciles que requieren ideas claras, mano firme para el gobierno y un corazón de pastor alejado de políticas civiles y eclesiásticas. Parece que en Terrassa no hay conflictos y el trabajo en las parroquias y delegaciones es bastante eficaz. Según la web, este verano hicieron el Camino de Santiago un grupo numeroso de jóvenes y sacerdotes con el obispo. También es interesante el trabajo de Cáritas o la Casa Guadalupe, que acoge madres con riesgo de abortar. Son solamente tres ejemplos del trabajo que van haciendo en muchos frentes. Pues eso es lo que hace falta en Barcelona, un trabajo eficaz y constante que acaba dando un fruto enorme

  16. Que sea lo que Dios quiera, y que Dios ayude a quien sea nombrado para Barcelona, porque lo va a necesitar. En este punto, tengo sentimientos contrarios. Por un lado me gustaría tener aquí muchos años a nuestro obispo y que siguiera trabajando como lo hace, con los sacerdotes, en el seminario, con los jóvenes; por otro lado, si la Iglesia lo necesita en Barcelona….

  17. He visto unas fotografías de Martínez Sistach y Vives con Artur Mas en Núria. Parece mentira el compadreo con el poder civil en unos momentos tan graves e inciertos.

  18. En Barcelona se necesita un pastor, pastor, que se deje de componendas políticas. Si el obispo de Terrassa tiene ese perfil y además está trabajando bien en su diócesis, que lo traigan ya, y punto. No se po qué hay que dar tantas vueltas.

  19. Muy buena entrevista. Llevo su apellido pero no somos familia, también veraneo en su pueblo natal. Me ha sorprendido y emocionado cuando menciona al Padre Ginés, al que tuve el gusto de conocer hace mas de 35 años en unos ejercicios espirituales.

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