Arzobispo de Sevilla
Afable, tranquilo y alegre, se trata de uno de los obispos más eficaces de España, y su diócesis deja en evidencia el fracaso de la Iglesia en las vecinas: en pocos años ha llenado el nuevo seminario con más de 30 seminaristas, abre parroquias en un país en el que no paran de cerrarse y marca un camino que deberían seguir otras diócesis para recomponer la Iglesia en España.
Por eso quizá se le silencia tanto en los medios, como dicen en Germinans, la web más informada sobre la Iglesia en Cataluña: “Que Terrassa tiene el seminario lleno; se silencia. Que la actividad de Caritas en Egara supera proporcionalmente a la de Barcelona; se soslaya. Que al obispo le recibe el papa Francisco en dos ocasiones en un mes; se ocultan hasta las fotos. Que crea cuatro parroquias nuevas; se omite con todo descaro. A veces parece que Terrassa no está en Cataluña. Sus actividades (especialmente si se trata de noticias positivas) jamás aparecen ni en La Vanguardia, ni en El Punt-Avui, ni en Catalunyareligió, ni en ningún otro medio proclive a la progresía clerical.”
José Ángel Sáiz Meneses nació en Sisante, Cuenca, el 2 de agosto de 1956, el día de Nuestra señora de los Ángeles, en el seno de una familia de 4 hijos que se trasladó a Barcelona cuando él tenía 9 años.
“Mi familia es profundamente cristiana, y en casa se respiraba un gran aprecio y respeto por los sacerdotes y por lo que significaban. Mi tío era sacerdote. Además, de pequeño ejercí de monaguillo, así que la figura del sacerdote me era cercana. Mis padres me transmitieron la grandeza de la persona del sacerdote y del ministerio sacerdotal.”
Despertó en él la vocación desde los 7 años, comenzó sus estudios eclesiásticos en el año 1968, ingresando en el Seminario Menor de Barcelona, aunque 5 años antes ya había pedido la admisión en el de Cuenca, y destacó con sobresalientes.
Entre los años 1975 y 1977 se licenció en psicología por la Universidad de Barcelona.
En 1977, ante la deriva de la Iglesia en Cataluña se fue al Seminario de Toledo junto con otros compañeros, huyendo del de Barcelona, y ahí estudió y realizó cursos de filosofía, espiritualidad y teología en el Seminario mayor de Toledo siendo ordenado sacerdote el día 15 de julio del año 1984 por el cardenal Marcelo González Martín en la Catedral de Santa María de Toledo.
En el mismo año de la ordenación se licenció en Teología por la Facultad de Teología del Norte de España de la ciudad de Burgos.
Como sacerdote comenzó trabajando en la Archidiócesis de Toledo, donde obtuvo un par de destinos, siendo Rector en Los Alares y en Anchuras entre 1984 y 1985 se trasladó a Castilla y León donde pasó a ser Capellán soldado del Hospital de Valladolid, posteriormente entre 1986 y 1989 regresó a la Archidiócesis de Toledo donde fue Vicario de Illescas, Consiliario de zona de los Equipos de Nuestra Señora y de la zona del Movimiento de Maestros y profesores Cristianos y también fue profesor de religión en la Escuela de Formación Profesional La Sagra de Illescas.
En el año 1989, se fue a Barcelona donde fue nombrado Vicario en la Parroquia del barrio de San Andrés de Palomar y en el año 1992 fue párroco de la Iglesia de la Virgen del Rosario de Cerdañola del Vallés, Responsable de la Pastoral Universitaria y del Servicio de Asistencia y Formación Religiosa (SAFOR) de la Universidad Autónoma de Barcelona y responsable también del Centro Cristiano de Universitarios de Cerdañola del Vallés.
En el año 1995 fue nombrado Consiliario Diocesano del movimiento eclesial Cursillos de Cristiandad.
El día 6 de mayo del año 2000, fue nombrado Secretario General y Canciller de la Archidiócesis de Barcelona, donde el 10 de abril del año 2001 pasó a ser miembro del Colegio de Consultores de la Archidiócesis catalana.
A partir del día 30 de octubre de 2001, el papa Juan Pablo II hizo público el nombramiento como Obispo auxiliar de la Archidiócesis de Barcelona y como Obispo titular de la diócesis tunecina de Selemsele (perteneciente a la Archidiócesis de Cartago).
Recibió el Sacramento del Orden el día 15 de diciembre del mismo año en la Catedral de Santa Eulalia de Barcelona, a manos del entonces Arzobispo de Barcelona, el cardenal Ricard Maria Carles i Gordó y teniendo como co-consagrantes principales en la ceremonia de toma de posesión al entonces Nuncio Apostólico en España Mons. Manuel Monteiro de Castro y al entonces Arzobispo de Granada Mons. Antonio Cañizares Llovera.
Posteriormente el papa Juan Pablo II, dio a conocer públicamente el día 15 de junio del año 2004 su nombramiento como nuevo Obispo de la recién creada Diócesis de Terrassa (procedente de la histórica Diócesis de Egara).
Tomó posesión de la nueva diócesis el día 25 de julio de 2004 en la Catedral del Espíritu Santo de Terrassa, acompañado del primer obispo auxiliar Mons. Salvador Cristau Coll.
La diócesis de Terrassa cuenta con 11 arciprestazgos y 120 parroquias, para casi 1.200 Km2 y más de 1 Millón de católicos según los datos oficiales.
“Cuenta hoy en día con el clero más joven de Cataluña; el más audaz; el más ortodoxo; con un buen bagaje cultural, aparte del religioso. Sacerdotes ubicados en la más absoluta periferia, a la que tanto se ha referido el papa Francisco. Curas que se ponen las botas, en los suburbios de Terrassa, Sabadell o Rubí. En las poblaciones semi-rurales de Granollers y las faldas del Montseny. En las ciudades dormitorio de Cerdanyola, Montcada, Ripollet o La Llagosta. Con un porcentaje de curas progres absolutamente ridículo. Que, obviamente, se corresponde con el de más edad. El futuro está en manos de este clero juvenil, formado casi todo en tiempos de Juan Pablo II y Benedicto XVI. Ya pueden oscurecer el territorio, que en Terrassa se halla el futuro del cristianismo catalán.” Dicen en Germinans sobre la diócesis de Terrassa.
El seminario registra buenos datos, como hemos visto antes, y recoge los seminaristas que salen, muchas veces escandalizados, del Seminario de Barcelona. Actualmente cuenta con 30 seminaristas para el curso 2012-2013. Como ha declarado en alguna ocasión, su paradigma de lo que un seminario debe ser es el seminario de Toledo de la época de don Marcelo, donde realizó sus estudios para el sacerdocio.
Para él, lo que hay que formar es sacerdotes santos, y lo explica muy bien:
“La historia de cualquier vocación sacerdotal va unida al testimonio de un sacerdote que vive con alegría su ministerio, que con su palabra y su ejemplo despierta interrogantes y suscita vocaciones. Párrocos o consiliarios que se entregan las 24 horas del día, que renuncian a sí mismos para hacer la voluntad del Padre, que se dejan la vida en el surco, como el grano de trigo; que pasan por la vida curando las heridas, tendiendo puentes, promoviendo el perdón. Esos sacerdotes acostumbran a ser hombres de esperanza, insatisfechos e inconformistas, llenos de celo por la evangelización, que cambian el corazón de la gente no tanto por sus dotes humanas, sino por el contagio, por el testimonio de su amistad con Cristo, de un amor apasionado que llena sus vidas. En definitiva, sacerdotes enamorados de Jesucristo, que transmiten el gozo de una vida plena, la felicidad del servicio a Dios y a los hermanos.”
Desde el año 2002 José Angel pasó a ser miembro de la Conferencia Episcopal Española (CEE), donde perteneció desde 2002 hasta el año 2005 a la Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis y la de Apostolado Seglar, posteriormente perteneció a la Comisión para la Vida Consagrada hasta el año 2008 que desde aquel tiempo es el Presidente de la Comisión de Seminarios y Universidades.
El día 20 de octubre del año 2011 en la CCXXI reunión de la Comisión Permanente, fue nombrado miembro de la Junta San Juan de Ávila, Doctor de la Iglesia.
Apasionado de su vocación, dice sobre ella:
“Lo mejor de ser cura es la intimidad con Cristo, el ser llamado a estar con Él y a participar en su misión. En el último año de Seminario, cuando se acercaba mi ordenación, lo que más me emocionaba e ilusionaba era meditar el hecho de que, al pronunciar la consagración, el pan y el vino se convertirían en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, y al pronunciar la absolución en nombre de Cristo, los pecados fueran perdonados y se recibiera la gracia para emprender de nuevo el camino. Eso me sigue emocionando, me emociona ser sacerdote. También está el encuentro con las personas, propiciar su encuentro con Cristo, acompañar en los procesos de fe, consolar en las aflicciones, ayudar a los más pobres y pequeños… Es apasionante.”
El 17 de abril de 2021 Mons. Saiz Meneses fue nombrado arzobispo de Sevilla y el 12 de junio de 2021 tomó posesión de la archidiócesis hispalense.