Y a mí me parece que lo que está muy mal es que semejante calabacín sea obispo

La tontería no tiene límites y, me repito, dentro de la Iglesia hay más tontos que fuera. Seguro. De ahí el aserto de que el camino del infierno está empedrado de buenas intenciones. De otro modo no hubiéramos asistido el penoso espectáculo de la llamada teología de la liberación ni otras idioteces «intelectuales» en España y en Europa a cuenta de sentimientos religiosos. El obispo que cuelga los hábitos por una escritora de cuentos pornográficos, el idiota latinoamericano que se apunta a una guerrilla metida de hoz y coz (nunca mejor dicho) en el narcocrimen. Si es que va a ser difícil salvarse en este mundo de gilipolllas con balcones. Y, ahora, si nos faltaba algo, tenemos un papa tercermundista con todos los anclajes populistas, todos los prejuicios analfabetoides sobre el descubrimiento, etc. Somos adultos, no nos comportemos como bobos de baba.

A mí me da que no anda sobrado de neuronas este ñor. Si lo que quiere es progresar, llega tarde: el «tontificado» está en estado «precomatoso».