Si es que ahora hay que andarse con muchísimo cuidado para no salir trasquilado. Se ha perdido el sentido reverencial y todo el mundo está expuesto al juicio público. Porque sus vidas, sus dichos y hechos, son públicos. Por un lado está la desvergüenza de muchos personajes que era intocables por respeto al cargo y por desconocimiento de sus andanzas. La inundación de los medios de comunicación social han hecho que todo se conozca inmediatamente. Y sobre todo lo malo. ¿Y desde ese conocimiento, qué respeto merece un rey con más amantes que un sultán de la Sublime Puerta, un político más ladrón que el Tempranillo, un obispo o un cura amancebado o incluso pedófilo, un mentiroso compulsivo o un profesor ignorante?.
Por eso todos deben extremar el cuidado. Todos los que no se quieran ver en la picota de internet no dando sobrados motivos para encontrarse en ella. La descalificación, generalmente muy merecida aunque algunas puedan resultar injustas, está al alcance de cualquiera, dando su nombre u ocultándose tras un Nick. Y si quien lanza el ataque es una tecla consagrada, con gran eco público y mejor estilo literario la crítica se convierte como se dice ahora en viral.
El arzobispado de Madrid acaba de desautorizar a un sacerdote muy conocido por expresar lo que piensan muchísimos y que además era la verdad. En vez de salir en defensa del cura atacado por el radicalismo de izquierdas, absolutamente anticatólico, o de callarse, se alineó con esas críticas, halagando a los enemigos de la Iglesia y pretendiendo dejar al sacerdote en mal lugar. Y consiguió todo lo contrario. Quien quedó a los pies de los caballos fue el arzobispado. Se lo han hecho ver muchos y alguno, como Alfonso Ussía, dado su peso social y literario, con un eco verdaderamente notable.
Pues extraño éxito el del arzobispado que ha conseguido aumentar el ya mucho prestigio del desautorizado y hundir en la miseria a la institución. Entre los católicos. O, para ser más exacto, entre muchísimos de estos. Curiosamente, y por añadidura, los escasísimos que han salido en defensa de la institución o no son nadie o lo peor de la casa.
Pues, ¡vaya éxito!
el troll TEBERLINZ rebuznando ridiculeces sin sentido alguno. debería dedicarse a hacer algo mas acorde a su nulo intelecto. como por ejemplo ser animador de un mitin de podemos. estoy seguro que lo haría de maravillas!
«Gedeon, Hermenegildo…» No sé si han visto el video completo de la interveción del P. Martín. Tampoco sé si como dicen otros está fuera de la homilía, como parece ser. Pero en cualquier caso, y si fuera dentro de la homilía, sería perfectamente válido porque usa algo que se usa constantemente en las homilías: » A pasado esto o aquello, somos cristianos, luego debemos actuar como tales» y esta argumentación, basada o no en lecturas, o acontecimientos, es una argumentación válida. ¿Qué pretende la argumentación? hacer caer en la cuenta a los católicos presentes que su fe, la que han venido a renovar y vivir en la Misa, tiene unas consecuencias. Bien por el P. Martín. Pena de que no abunden más homilías así sino sólo las alabadas de acción social, caritativa, que están muy bien, pero nada de éstas, y menos de conversión, pecado, moral y moral política. Para homilías socioizquierdistas sólo ya tenemos muchas; aunque sólo fuera para despertar a la audiencia en los calores estivales, ya tendría valor.
La iglesia de la ‘misericorditis’, como despectivamente en su odio visceral hacia el sumo pontífice Francisco la llama Etxenique, goza de muy buena salud, atras quedaron el incienso, los ritos en latín en el que el pueblo no se enteraba de nada, la connivencia Iglesia-Estado del casposo nacional catolicismo y los lefevrianos…. vuestro lugar ideal es la Caverna, de allí ya, dificilmente vais a salir. Seguido comiendo el coco con el cap. VIII de AL e inoculando odio hacia los 4 seguidores q os quedan, vuestro futuro más negro que el carbón. ¡¡¡¡VIVA EL PAPA FRANCISCO!!!
También hoy en el ABC hay un artículo de Ramón Pérez-Maura (subdirector del periódico) en apoyo de Santiago Martín. Y ayer también le defendía Ignacio Ruiz-Quintano en su columna de ABC.
Que se puede esperar de un religioso que no tiene el mas minimo escrupulo en mentir (y no solo en su curriculum) sino en otras cosas aun mucho peores, arruinando vidas, con tal de trepar y hacer carrerismo.
Otra losa más en el edificio del desprestigiado arzobispo de Madrid, al que sus compañeros detestan, al que sus curas desprecian y al que muchos estamos deseando ver renunciar, porque se nos hace insoportable su inclinación a lo peor.
Gedeon, el padre Martín no habló de esto en la homilía, sino en las notas que se suelen decir después de terminada la Misa.
Santiago Martín ha ganado al modo de los profetas. No ha ganado siendo alabado por hordas blasfemas y autoridades corruptas. Ha ganado al modo de los santos.
El Padre Santiago se vio con el deber de advertir para salvaguardar la seguridad de sus hijos. No fue solamente una fuerte crítica por lo que había pasado: había una indudable preocupación de futuro por nuestra seguridad, ante la abulia de quienes ven una prioridad sembrar las ciudades de semáforos gays pero no la colocación de pivotes y bolardos.
Los poderes de la tierra rugieron, como rugió Roma y como rugieron los leones. Algo bueno habrá dicho. Colau pondrá al final los bolardos, y buen mérito tiene en ello el altavoz que pusieron a sus palabras, aunque fuese con ánimo de crucificarle.
Santiago Martín ha ganado.
No se duela, padre, por las ofensas de la alcaldesa que cedió un centro cultural a Otegui, o por lo que diga Mediapró (La Sexta y Público), fundada por Roures, (…) y el comando Barcelona, aquél que mató en el Hipercor de Barcelona a 21 inocentes. Sí, esos y sus seguidores son los que se rasgan las vestiduras y dan falsas lecciones de unidad frente al terrorismo.
Usted ha ganado. No le preocupen los gritos, que es cosa de cobardes. Mire con altura a quienes le defienden llorando porque creen que las batallas se libran entre algodones. Lo suyo es otra cosa.
Usted no es, como dicen los medios, un cura de Madrid. Usted es el sacerdote Santiago Martín, fundador de los Franciscanos de María, un movimiento con decenas de miles de fieles presente en más de 27 países.
Usted será recordado y querido, y esta será una buena medalla para su memoria, para nosotros, y para Dios.
Véritas et Vita.
Aunque sigo pensando que el Arzobispado de Madrid debería mostrar la misma celeridad en otros asuntos mucho más graves, yo también creo que la celebración de la Santa Misa no es momento para ese tipo de reflexiones, máxime cuando el P. Martín podría haberlas manifestado en uno de los vídeos que suele grabar.
Si fuera como dice Martin Scoto, sería peor aún, porque querría decir que este sacerdote utilizó conscientemente la celebración de la Santa Misa para generar polémica. Sin embargo, no podemos extrañarnos, ya que, al asumir el sacerdote el protagonismo de la Misa Novus Ordo, desplazando a Dios, cabe cualquier ocurrencia del cura.
Me ratifica, una vez más, en mi convicción, acreditada por multitud de hechos tozudos, de que la nueva y falsa y ya caduca iglesia de la misericorditis, al tiempo que adula a comunistas, marxistas, gays, ateos, musulmanes y protestantes, persigue con saña a los católicos, esos seres tan rígidos que sólo aceptan los dogmas eclesiales, pero rechazan con todas su fuerzas los nuevos y dictatoriales dogmas del pensamiento único, lo políticamente correcto y el gender, totalmente aceptados, de forma acrítica, por la misericorditis más insulsa y descerebrada.
Gracias Santiago, la propia Colau ha dado marcha atrás y va a poner los bolardos y demás medidas de seguridad, requeridas por el sentido común, coincidente con el cristiano, como no podía ser menos, pues el católico, o es pensante o no es católico. Será otra cosa. La propia Colau reconoce, por la vía de los hechos, que se ha colau. Ahora le toca rectificar al arzobispo. No creo que lo haga, pues la misericorditis acostumbra ser tozuda y persecutoria.
Según ha dicho en privado Santiago Martin, todo ha salido como lo habían previsto, incluida la reacción del arzobispado.
El eco mediático nacional e internacional ha sido enorme.
Y en medio de los aspavientos, hasta la Colau ha cambiado de opinión, dándole la razón per viam facti.
¡Todo un éxito!
Creo que aquí la discusión no es si D. Santiago tiene o no razón en lo que dice. El debate es si era el lugar y el momento apropiado para ello.
A mi juicio creo que se equivocó del lleno el bueno de D. Santiago.
a cierto pollo despistado no le gusto lo que dijo acertadamente dijo el padre santiago martin. pues que que pesar!
Nos pongamos como nos pongamos, D. Santiago metió la pata. Que se dedique a anunciar el Evangelio. Flaco favor le hizo a la Iglesia con ese discurso absolutamente y nunca mejor dicho fuera de lugar.