Como el Ayuntamiento.
Y algunos zarandeados.
Hubo policías heridos.
Así le pagan al pastelero arzobispo la entrega del monumento a los muertos. Nunca sirven de nada las bajadas de pantalones. Salvo para quedar con las vergüenzas al aire.
A ver si se entera, de una puñetera vez, lo que le cabe esperar de esa gente. Cosa que por otra parte era evidente a todo el mundo salvo a él y a otros cuatro bobos más. Que regir una diócesis es bastante más que repartir besos y sonrisas.
A él ya le es igual porque está en tiempos de descuento. Y cualquier día lo despiden. Sin pérdida de la archidiócesis. Hasta es posible que llegue alguno peor. Cirarda le superó. Pero no era un pobre hombre. Éste, sí.
Ante esa pública afrenta que le hicieron, el nulo apoyo episcopal, salvo Munilla, me parece también lamentable. ¡Qué todos los demás vais a ir detrás!
¿A seguir disimulando? ¿Es una llamada a los laicos a que también disimulemos cuando os corran a gorrazos?
La Iglesia jerárquica en España ha tratado a sus defensores como lo hemos visto en el episodio de los caidos del requeté y en consecuencia se queda sin defensores. No impidieron tampoco la profanación del sepulcro de Franco o sea que se queda sola ante sus enemigos. Por eso, más allá de lo injustificable del hecho reciente, se puede decir que se lo han buscado. La jerarquía prefirió el deshonor de la más cruda ingratitud a tener que enfrentarse a socialistas y etarras. Pues ahora tienen el deshonor y además tienen la guerra. Es más o menos lo que hace más de 80 años había dicho Churchill. ¿Aprenderán estos obispos de la historia? ¿Pérez, Osoro, Cañizares…? Y no lo duden que si esto queda impune se va a repetir.
Yo creo que el que sustituya al actual arzobispo de Pamplona va a ser peor que él.