El Papa sigue llenando el Colegio Cardenalicio de progresismo y heterodoxos

El Papa sigue llenando el Colegio Cardenalicio de progresismo y heterodoxos

Era un rumor que venía escuchándose desde el mes de agosto y no ha sido hasta este domingo 6 de octubre -en pleno Sínodo de la sinodalidad- cuando el Papa Francisco ha anunciado la fecha y la lista de los futuros nuevos cardenales.

El Papa ha vuelto a irse a las periferias tan amadas por él para buscar a los nuevos cardenales, que serán los encargados de elegir a su sucesor.

Pero además de esos nombramientos periféricos «con olor a oveja», el Pontífice ha vuelto a elegir a obispos y religiosos de dudosa moralidad. Una elección que vuelve a desconcertar y a aumentar la preocupación entre los fieles por el rumbo hacia donde el Papa está llevando a la Iglesia con sus nombramientos.

El arzobispo de Lima, de estar suspendido como profesor de teología a cardenal

A sus 74 años, el Papa ha decidido crear cardenal al progresista arzobispo de Lima, Carlos Gustavo Castillo, quien sucedió al cardenal Cipriani. Castillo, nombrado arzobispo de Lima en 2019 por el Papa Francisco, es conocido por sus vínculos y cercanía con la teología de la liberación que tanto daño hizo en Perú. Castillo es conocido por ser discípulo del sacerdote Gustavo Gutiérrez, padre de la teología de la liberación. «La han condenado los conservadores, oficialmente no la Iglesia», dijo en una entrevista en 2019 sobre esa perniciosa teología de corte marxista.

Carlos Gustavo Castillo fue suspendido como profesor de Teología por Cipriani quien tras su suspensión por su doctrina heterodoxa se declaró en rebeldía negándose a asumir sus encargos pastorales. Además, Castillo Mattasoglio estuvo vinculado hace años al Partido Comunista Revolucionario.

Durante estos años, Castillo se ha dedicado a desmantelar todo lo realizado por el cardenal Cipriani en Lima (quien ahora vive en España). Por ejemplo, en el año 2022 mandó retirar un cuadro de san Josemaría Escrivá, fundador del Opus Dei, de la catedral de Lima. Ahora, el Papa premia a Castillo con la birreta roja.

El polémico arzobispo de Argel

Otro de los nombramientos que causa estupor es el del arzobispo de Argel, el francés Jean-Paul Vesco. El febrero del 2022 causaron gran escándalo unas declaraciones suyas en las que aseguró que «tenemos que deshacernos de la idea de que tenemos que evangelizar».

Más recientemente, en abril de este año, el futuro nuevo cardenal enseñó la patita al mostrarse partidario de la ordenación de diaconisas. Con un tono sibilino, el arzobispo de Argel dijo esto en una entrevista: «Me parece imposible privar a los fieles, y por tanto a mí mismo, de la recepción femenina de la Palabra de Dios. Ninguno de los argumentos esgrimidos me ha convencido jamás», asegura el arzobispo de Argel. En este sentido, confiesa abiertamente que le cuesta «comprender las objeciones que se pueden plantear».

Quien también será creado cardenal es el arzobispo de Turín, Roberto Repole, quien saltó a la fama como editor la polémica colección de ‘Teología de Francisco’ que acabó con la bochornosa dimisión de Edoardo Viganò como responsable de la comunicación vaticana.

Timothy Radcliffe, predicador sinodal pro LGTB

Otro de los nombramientos escandalosos es el del dominico y predicador sinodal Timothy Peter Joseph Radcliffe, de quien hemos hablado en numerosas ocasiones. La parte positiva es que el agosto perderá sus derechos para participar en un futuro cónclave.

Este religioso inglés fue el elegido para predicar los retiros presinodales del año pasado y de este año. Este sacerdote dominico de origen inglés, dirigió su orden durante diez años y ha suscitado controversias en el pasado por su postura sobre ciertos temas eclesiales. En mayo de 2015 fue nombrado como consultor del Pontificio Consejo Justicia y Paz.

Radcliffe, nacido en Inglaterra, ha desafiado repetidamente la doctrina católica en cuestiones como la ordenación de mujeres, los homosexuales y las lesbianas y los divorciados. Por ejemplo, en un artículo de diciembre de 2012 en The Guardian, Radcliffe escribió: “Es alentador ver la ola de apoyo a los matrimonios homosexuales. Muestra una sociedad que aspira a una tolerancia abierta de todo tipo de personas, un deseo de que vivamos juntos en la aceptación mutua”.

Radcliffe, ordenado en 1971, también propone la apertura a la comunión a los católicos divorciados vueltos a casar. En un ensayo de 2013 en la revista America, Radcliffe escribió que tenía “dos esperanzas profundas. Que se encuentre el modo de acoger de nuevo en la comunión a los divorciados vueltos a casar. Y, lo más importante, que a las mujeres se les diese autoridad real y voz en la Iglesia. El Papa expresa su deseo de que esto suceda, pero ¿qué forma concreta puede tomar?”.

En 2005, acerca de la admisión de hombres homosexuales en los seminarios sostuvo que la homosexualidad no debe impedir que los hombres lleguen al sacerdocio y que, en cambio, debe excluirse a quienes se oponen a ello.

Lejos de retractarse de todo este historial, este pasado mes de septiembre escribió un artículo en «L’Osservatore Romano» alabó a los homosexuales emparejados con los que se confiesa compartir un «camino sinodal».

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