Sacerdote polaco asesinado por comunistas será beatificado en junio

Michał Rapacz Michał Rapacz
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El Papa Francisco ha fijado la fecha para la beatificación del P. Michał Rapacz. Será el 15 de junio de este año, fecha también de conclusión del Congreso Eucarístico en la Archidiócesis de Cracovia.

El Venerable Siervo de Dios P. Michał Rapacz nació en 1904 en Tenczyn. Después de su ordenación sacerdotal, fue primero vicario en Płoki, cerca de Trzebinia, y luego en Rajcza”, escribió el arzobispo Marek Jędraszewski, metropolitano de Cracovia, en su carta de Cuaresma.

En 1937 regresó a Płoki, donde se convirtió en administrador parroquial. Allí fue donde estaba cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, durante la cual apoyó a la población local, incluidos los partisanos polacos. Cuando los comunistas tomaron el gobierno polaco en 1945, el P. Rapacz, debido a su celo pastoral, pronto se convirtió en objeto de su acoso.

Advertido del peligro inminente e instado a abandonar Płoki, dijo durante uno de sus sermones: «Aunque caiga muerto, no dejaré de predicar este Evangelio y no renunciaré a mi propia cruz». La noche del 11 al 12 de mayo de 1946, una milicia comunista asaltó la rectoría. Se leyó la sentencia de muerte al P. Rapacz y luego lo llevaron afuera.

En ese momento, repitió sólo una frase: «Hágase tu voluntad, Señor». Lo arrastraron con una cuerda alrededor de la iglesia y lo golpearon brutalmente, luego lo llevaron por la fuerza a un bosque a aproximadamente 1 km de distancia y allí le asesinaron de un disparo. «Quedó en la memoria de sus feligreses como un sacerdote que iba todas las noches a la iglesia para orar durante mucho tiempo ante el Santísimo Sacramento por la salvación del pueblo a él confiado”, destacó el metropolitano de Cracovia.

Después del funeral en Płoki, el P. El cuerpo de Rapacz fue enterrado en una tumba familiar en el cementerio parroquial de Lubień, cerca de Myślenice. El 29 de octubre de 1980 los restos mortales del P. Los Rapacz fueron exhumados y el 2 de noviembre fueron trasladados y colocados en una tumba preparada en el exterior, detrás de la iglesia parroquial de Płoki, donde descansan hasta el día de hoy.

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