En su primer escrito cuaresmal, monseñor Demetrio Fernández, obispo de Córdoba invita a entrar «de lleno en este acontecimiento, que cambia nuestra vida».
El obispo de Córdoba señala que «la oración nos abre a Dios» y que «Él nos espera con los brazos abiertos para derrochar con nosotros misericordia abundante». Por ello, anima a concretar en nuestra vida «esta pauta de la oración y hagamos hueco a esta relación con Dios, que sostiene nuestra vida cristiana». «La oración es el respiro del alma, respiremos a pleno pulmón durante estos días con ratos de silencio, con lectura de la Palabra de Dios, con adoración eucarística, con el rezo del santo Rosario», escribe el prelado.
Sobre el ayuno, Demetrio Fernández resalta que «hoy se ayuna por muchas razones: deportivas, dietéticas». Monseñor Fernández explica que «la cuaresma nos invita a ayunar por razones religiosas. Es decir, privarnos no sólo de lo superfluo, sino incluso de lo necesario para renovar nuestro espíritu». El ayuno -recuerda Demetrio- «forma parte de la vida cristiana, Jesucristo ayunó cuarenta días en el desierto, la Iglesia nos invita en este tiempo de cuaresma a ayunar de gustos, de caprichos, de gastos. Seamos arriesgados en esta práctica, con tal que no se corrompa el sujeto; y no sólo de comida, sino de todos los demás aspectos de la vida».
«Fruto del ayuno, será mayor disponibilidad para la oración. Fruto del ayuno será mayor generosidad para con los demás, la limosna. Encontraremos más tiempo para dedicarlo a los demás, particularmente a los pobres. La limosna es toda atención al prójimo, al estilo del buen samaritano, que es Jesucristo», agrega el obispo.
Por otro lado, Demetrio Fernández asegura que «la tentación consiste en percibir la propuesta de ir por otro camino distinto del camino señalado por Dios. La tentación en sí misma no es pecado, porque el pecado reside en la voluntad».» A Jesús le propone el demonio hacer milagros en su propio provecho, o tentar a Dios poniendo en riesgo su providencia, o peor aún adorar a Satanás a cambio del engaño de darle todo el poder. Y Jesús rechaza con prontitud tales sugerencias, sin entrar en diálogo con el demonio», añade el prelado cordobés.
Por último, señala que «Dios permite la tentación para que nosotros luchemos hasta la victoria, como ha hecho Jesús, que nos da ejemplo y estímulo para alcanzar la victoria». Es por ello por lo que anima a los fieles a entrar en la cuaresma que es «tiempo especial de gracia y de conversión». «Oremos unos por otros para que luchemos en el combate hasta la victoria, recurramos continuamente a la oración, al ayuno y a la misericordia con los demás. Así llegaremos renovados a la celebración de la Pascua», concluye la misiva del obispo de Córdoba.
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