Nueva nota del Dicasterio para la Doctrina de la Fe firmada por el cardenal Víctor Manuel Fernández sobre si las madres solteras puede comulgar.
Ante la consulta del obispo dominicano Mons. Ramón Alfredo de la Cruz Baldera, en donde expresa su preocupación por el comportamiento de algunas madres solteras que «se abstienen de comulgar por temor al rigorismo del clero y de los dirigentes comunitarios», el Dicasterio para la Doctrina de la Fe señala que «se debe trabajar pastoralmente en la iglesia local para hacer comprender que el hecho de ser madre soltera no impide el acceso a la Eucaristía».
El cardenal Víctor Manuel Fernández afirma que «como el resto de los cristianos, la confesión sacramental de los pecados cometidos les permite acercarse a comulgar. La comunidad eclesial debe valorar, además, que son mujeres que acogieron y defendieron el don de la vida que llevaban en sus entrañas y que luchan, cada día, por sacar sus hijos adelante».
Les ofrecemos la carta de respuesta completa de Víctor Manuel Fernández al obispo Ramón Alfredo de la Cruz Baldera:
Excelencia Reverendísima,
con fecha 24 de octubre de 2023, recibía un email suyo en el que expresaba su preocupación por el comportamiento de algunas madres solteras que «se abstienen de comulgar por temor al rigorismo del clero y de los dirigentes comunitarios». Además, varias cartas de laicos recibidas por el Santo Padre vuelven sobre el mismo tema. Se advierte que en algunos países tanto los sacerdotes como algunos laicos, de hecho, impiden a las madres que han tenido un hijo fuera del matrimonio acceder a los sacramentos e incluso bautizar a sus hijos.
Recientemente, el Santo Padre nos recordaba que «la Eucaristía es la respuesta de Dios al hambre más profunda del corazón humano, al hambre de vida verdadera: en ella Cristo mismo está verdaderamente entre nosotros para alimentarnos, consolarnos y sostenernos en nuestro camino»[1]. A las mujeres que, en esa situación, han optado por la vida y llevan una existencia muy compleja a causa de esa opción, se las debe alentar a acceder a la fuerza sanadora y consoladora de los Sacramentos.
El caso concreto de las madres solteras y las dificultades para acceder, ellas o sus hijos, a los sacramentos fue denunciada ya por el Santo Padre cuando era Cardenal de Buenos Aires: «hay presbíteros que no bautizan a los chicos de las madres solteras porque no fueron concebidos en la santidad del matrimonio. Estos son los hipócritas de hoy. Los que clericalizaron a la Iglesia. Los que apartan al pueblo de Dios de la salvación. Y esa pobre chica que, pudiendo haber mandado a su hijo al remitente, tuvo la valentía de traerlo al mundo, va peregrinando de parroquia en parroquia para que se lo bauticen»[2]. Luego, el Papa Francisco ha reconocido la valentía de estas mujeres por seguir adelante con su embarazo: «Sé que no es fácil ser una madre soltera, sé que la gente a veces las puede mirar mal, pero te digo una cosa, sos una mujer valiente porque fuiste capaz de traer éstas dos hijas al mundo. Vos podrías haberlas matado en tu vientre, y respetaste la vida, respetaste la vida que tenías dentro tuyo, y eso Dios te lo va a premiar, y te lo premia. No tengas vergüenza, andá con la frente alta: “Yo no maté a mis hijas, las traje al mundo” Te felicito, te felicito, y que Dios te bendiga»[3]
En este sentido, se debe trabajar pastoralmente en la iglesia local para hacer comprender que el hecho de ser madre soltera no impide el acceso a la Eucaristía. Como el resto de los cristianos, la confesión sacramental de los pecados cometidos les permite acercarse a comulgar. La comunidad eclesial debe valorar, además, que son mujeres que acogieron y defendieron el don de la vida que llevaban en sus entrañas y que luchan, cada día, por sacar sus hijos adelante[4].
Ciertamente hay “situaciones difíciles” que es necesario discernir y acompañar pastoralmente. Puede ocurrir que alguna de estas madres, dada la fragilidad de su situación, algunas veces recurra a vender su cuerpo para sostener su familia. La comunidad cristiana esta llamada a hacer todo lo posible para ayudarle a evitar este gravísimo riesgo, más que juzgarla duramente. Por eso «los Pastores, que proponen a los fieles el ideal pleno del Evangelio y la doctrina de la Iglesia, deben ayudarles también a asumir la lógica de la compasión con los frágiles y a evitar persecuciones o juicios demasiado duros o impacientes»[5].
A menudo, cuando se comenta el episodio bíblico de la mujer adúltera (Jn 8, 1-11), se remarca la frase final: “no peques más”. Ciertamente, Jesús invita siempre a cambiar de vida, a responder más fielmente a la voluntad de Dios, a vivir con mayor dignidad. Sin embargo, esa frase no constituye el mensaje central de esta perícopa evangélica, que es sencillamente la invitación a reconocer que nadie puede arrojar la primera piedra. Por eso el Papa Francisco, refiriéndose a las madres que deben criar solas a sus hijos recuerda que «en las difíciles situaciones que viven las personas más necesitadas, la Iglesia debe tener un especial cuidado para comprender, consolar, integrar, evitando imponerles una serie de normas como si fueran una roca, con lo cual se consigue el efecto de hacerlas sentir juzgadas y abandonadas precisamente por esa Madre que está llamada a acercarles la misericordia de Dios»[6].
Finalmente, es preciso recordar las palabras del Santo Padre en su mensaje al Sínodo en las que subrayaba el rostro femenino y materno de la Iglesia y denunciaba las «actitudes machistas y dictatoriales» de aquellos ministros que «se exceden en su servicio y maltratan el pueblo de Dios»[7]. A Usted, le corresponde velar para que ese tipo de comportamientos no se den en su iglesia local.
Al comunicarle todo lo anterior, aprovecho la ocasión para desearle una feliz Navidad y reafirmarle mi fraternal afecto.
dev.mo.
Victor Manuel Card. Fernández
Prefecto
Ex Audientia Die 13/12/2023
Franciscus
[3] Francisco, Video Conferencia trasmitida por el Canal de Noticias ABC News en conexión con tres ciudades de los Estados Unidos (4 septiembre 2015).
[4] Cf. Juan Pablo II, Carta a las mujeres (29 junio 1995), n. 5: «cuánto reconocimiento merecen en cambio las mujeres que, con amor heroico por su criatura, llevan a término un embarazo derivado de la injusticia de relaciones sexuales impuestas con la fuerza; y esto no sólo en el conjunto de las atrocidades que por desgracia tienen lugar en contextos de guerra todavía tan frecuentes en el mundo, sino también en situaciones de bienestar y de paz, viciadas a menudo por una cultura de permisivismo hedonístico, en que prosperan también más fácilmente tendencias de machismo agresivo. En semejantes condiciones, la opción del aborto, que es siempre un pecado grave, antes de ser una responsabilidad de las mujeres, es un crimen imputable al hombre y a la complicidad del ambiente que lo rodea».
[5] Francisco, Exhortación apostólica postsinodal Amoris laetitia sobre el amor en la familia (19 marzo 2016), n. 308.
[7] Francisco, Intervención del Santo Padre ante la 18 Congregación General de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos (25 octubre 2023).
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La cuestión que aquí se plantea, no supone ningún problema. Nunca en la Iglesia se ha prohibido comulgar a las madres solteras si se han confesado de su pecado.
Sin embargo, el enfoque de la carta de Tucho contiene elementos desafortunados, tales como:
1- Para evitar que la prensa difame a la Iglesia con motivo de esa carta, sería conveniente que aclarara que el rechazo a la comunión de estas madres o al bautismo de sus hijos, es algo excepcionalísimo.
2- Decir que «alguna de estas madres…recurre a vender su cuerpo….Evitar… juicios demasiado duros o impacientes», promueve una falsa condescendencia, ya que el juicio de Dios hacia la prostitución es inflexible, y así debe enseñarlo la Iglesia. Hay que acoger al pecador con misericordia, pero rechazar su conducta con firmeza.
3- La valoración que hace de Jn 8,1-11, está sesgada, ya que Cristo exhorta en ella a no juzgar a los demás y a no pecar más.
4- Lo que dice de «evitar imponerles una serie de normas» conduce a la relajación moral, ya que Cristo impone unas normas a sus discípulos.
Justo. Parece que Francisco lo q quiere es difamar a sus antecesores. Cualquier persona media (o sea poco informada y que vive de los tópicos) lee esto y piensa q hasta ahora las madres solteras estaban «excomulgadas»…
Eso es más viejo que la roña. Miren: Este pontificado tiene mucho de bueno y mucho de nuevo. Lo bueno no es nuevo (como este billete) y lo nuevo no es bueno -casi todo lo demás-.
Más polémicas absurdas sobre problemas inexistentes, mientras se aparca la solución al cisma legetebero germano y se omite todo mecanismo disciplinario sobre obispos y pastores heréticos.
A ninguna madre soltera que hubiera confesado su pecado, con todos lo que conlleva ese sacramento, se le ha negado jamás la Comunión, jamás. Claro, si es que se trata de una madre soltera carente de propósito de enmienda o, peor aún, que se regodea en el adulterio público, entonces no, porque dar la comunión en pecado mortal no es admisible. Pero el supuesto planteado es absurdo, por resolver lo que no necesitaba ser resuelto.
El problema del clero no es el rigorismo, no al menos el rigorismo sacramental.
Sería bueno decir al obispo que hizo esa consulta que tiene que estudiar más y repasar lo que le enseñaron en el seminario. Porque cualquier fiel católico que tenga un conocimiento básico de la doctrina cristiana podría dar la respuesta correcta y es imperdonable que un obispo tenga que consultar un caso tan sencillo en vez de dar una respuesta correcta. Otra posibilidad sería suspenderle hasta que apruebe un examen ante el Dicasterio de los Obispos. Pero lo peor de esa nota es que parece querer fomentar que algunos discernimientos acaben dando la Sagrada Comunión a prostitutas en ejercicio activo. Lo mismo serviría para asesinos, para violadores, etc. con tal de que haya un proceso de discernimiento…
Diste en el clavo.
Tienen segunda y tercera intenciones.
Y si padece tal ignorancia, que presente renuncia.
Están agitando fantasmas.
¿Este Vaticano se ha convertido en un circo de payasos? En mis setenta años jamás he visto que se le niegue la comunión a una madre soltera y he conocido a unas cuantas que incluso participaban en las actividades eclesiales como catequistas, liturgia, etcétera. Lo de negar el bautismo es de traca. Para los sacerdotes de siempre prevalecía la salvación del alma del niño.
Me parece bien que si hay madres solteras coaccionadas para que no comulguen, como dice Tucho, se aclaren las cosas. Tanto para ellas , que si se han confesado, pueden comulgar; como para quienes las coaccionan para que no comulguen pues están privándolas del Cuerpo de Cristo sin ningún derecho.
No veo nada recriminable en esa aclaración.
ACS, impedir que un pecador notorio y orgulloso de serlo comulgue no es «coacción».
Impedir que un pecador confesado y arrepentido comulgue… es algo que nunca sucede.
Si se ha impedido la comunión, contra derecho canónico, durante la pandemia dichosa, por parte de pastores débiles y temerosos del poder político.
Normal que no veas nada recriminable. El resto, que somos católicos, ya hemos expresado la queja argumentada.
Lo anormal sería que coincidieras con nosotros.
Pues sí, también me doy cuenta de q cada vez coincido menos.
Y si ustedes son los auténticos católicos, y no coincido con ustedes, mi inevitable destino serà el infierno verdad?
Pues nada, cuando baje de la levitación volvemos a hablar. Yo no estoy a su altura y no me gusta gritar.
¡Como te gusta hacerte la victima!
Gastón, el personaje de ACS me recuerda el chiste de la madre del recluta que desfila en el día de la jura de bandera: «¡Ay que ver lo guapo y listo que es mi hijo, que va desfilando bien al paso y todos los demás se equivocan!»
Sólo le falta escribir: ¡buah, buah, buah! Para que nos demos cuenta de que llora y que le tengamos lástima.
ACS, pues no, su destino lo elige usted, y si abrazas la fe, no habrá infierno sino posibilidad de reposo eterno junto a Dios Padre en el Reino de los Cielos.
No hay «auténticos católicos», católico se es o no se es, sin adjetivos ni aditamentos.
Su altura la hemos visto reiteradamente, demostrando la sabiduría del viejo refrán castellano: «dime de lo que presumes y te diré de lo que careces». Por eso no es de extrañar que su discurso de sentimentalismo ramplón vaya acompañado de gestos de crueldad descarnada como, por ejemplo, aplaudir que a los padres que eligen educación en español en Cataluña se les ignore y se les ningunee en su derecho a educar a sus hijos. Muy amoroso lo suyo, como pudimos ver.
Menos cuentos, hipócrita, y conviértase.
Pero que cretino eres Artífice de Cretinadas Sensibleras (ACS) y además masoquista….como te va la marcha…como te gusta que te digan lo tonto que eres para después hacerte la víctima. Verdaderamente estás muy enfermo o eres un cachondo mental, porqué si no……..no me lo explico tu grado de tonteria supina
Pensé que este obispo quería trepar dando carnaza al Tucho, pero leo que es doctor en teologia por una universidad alemana, acabaramos, este obispo no sabe donde tiene la mano derecha y pregunta cosas elementales para un bachiller catolico. Ufff, no se, o igual le gusta aparecer en este portal, todo puede ser
Yo hice una consulta más compleja que la que presenta este obispo; a la Penitenciaría Apostólica, y me respondieron bien a nivel doctrinal, con un tirón de orejas por preguntar por no saber bien teología.
Tengo la ligera y temeraria impresión que Trucho asumió el cargo con una lista de temas a los cuales Pancho quiere dar camino. Se buscan algún obispo que haga la pregunta, y ahí sale el temita en custión. Siempre con el mismo esquema: la pregunta es sobre algo del ABC del catecismo de primera comunión, y la respuesta viene a decir lo que ya conocemos agregando siempre una ventanita abierta al futuro deseado de renovación.
Yo también pienso lo mismo, Aufer. Estos no dan puntada sin hilo. Esperaremos la continuación de este tema.
El caso que aquí se consulta es por lo que en algunas Iglesias particulares se ha convertido en practica frecuente. Negar el bautismo a los hijos de madres solteras, enseñar desde el pulpito que las madres solteras son pecadoras publicas y por ello no pueden comulgar, etc.
No parece necesaria la carta pero si lo habían consultado que se responda. Y si es cierto todo pecador que se confiesa de sus pecados cometidos puede comulgar.
En cuales se hace eso?
María Magdalena no era pecadores pública?
No inventemos
En mi vida he oído a un sacerdote hablar así, y ya tengo unos cuantos años…
El obispo Fernández secunda la estrategia de Francisco, adjuntando a las respuestas obvias, añadidos que conducen a la separación de la sana doctrina.
Se trata de una forma subrepticia de inocular las erráticas reformas de Francisco.
Evidentemente se trata de un juego mediático acordado entre Tucho y el obispo dominicano, un acto teatral escenificado entre ambos, siguiendo un guión perfectamente planificado de desprestigio y autodemolición interna de la Iglesia. En este caso concreto, claramente con el fin de ridiculizar y atacar a la Iglesia haciéndola aparecer como una institución hasta ahora anacrónica e inhumana, cruel con las mujeres que se encuentran en dicha situación.
Situación, por cierto, que ya en España es la mayoritaria, tras una exitosísima ingeniería social. Según datos estadísticos, en 2022 por primera vez en España han nacido más niños de madres solteras que de casadas. Evidentemente, mayoritariamente se trata de una situación así decidida libre y voluntariamente por dichas mujeres, en la que no cabe hablar de arrepentimiento ni de confesión. Muy al contrario, mayoritariamente dichas madres alardean y presumen, con orgullo, de ser madres solteras, como un acto de liberación y empoderamiento.
¡Qué tontería! Esa discriminación sólo puede existir en las mentes de Tucho y de ese obispo… ¿Cómo podría saber un sacerdote que una mujer sin hombre y con niños es madre biológica de ellos? ¿Y cómo sabría que no es viuda, o que no estaba sacramentalmente casada y fue abandonada, o que incluso no están separados sino que el padre está ausente por un tiempo extenso por causas justificadas, por ejemplo por viajes de trabajo? De lo que se trata, es de presentar a la Iglesia como habitualmente rígida y draconiana, para proceder a su deconstrucción y remodelarla conforme a la Agenda «progre». Nada más…
Coincido plenamente con los comentarios expresados.
Lo único que agregaría es que seguramente el obispo que hace la consulta, ya sabía la respuesta, pero hace la consulta con la finalidad de adular a Tucho y al papa.
Es triste.
Hace 20 años conocí una madre soltera que era superiora de 1 convento en Argentina. También conozco una laica consagrada que es madre soltera
Sí que tenía usted familiaridad con la superiora, para que le contara que era madre soltera, ¿no? Espero que el convento no fuera de clausura.
La conozco de niña.
Pero si ha dicho que la conoció hace veinte años y que ya era madre soltera.
La nota esta dirigida alas madres solteras…
Confesión que, probablemente, carezca del requisito de la contrición, bien porque se trate de un antiguo amor, bien por agradecimiento a aquella relación que dio lugar a un hijo querido, etc.
Cristianísimos matrimonios, bendecidos por Dios con hijos y nietos, nacieron de relaciones prematrimoniales de las que, naturalmente, no pueden arrepentirse esos cónyuges.
Pero, ¿qué disparates dice? ¿Usted se lee? «He asesinado a mi esposa, pero no me arrepiento de tal crimen porque me ha permitido re-casarme y tener unos hijos y nietos preciosos». Pues, si no se arrepiente se irá al infierno, del que no le sacarán ellos. El arrepentimiento previo y el propósito de enmienda y de evitar las ocasiones próximas de pecado, son imprescindibles para que una confesión sea válida y que Dios perdone los pecados confesados. ¿Qué tendrán que ver las consecuencias no previstas o que no dependen de uno? De un hijo habido como consecuencia de un pecado no hay por qué arrepentirse. Uno se arrepiente de pecados cometidos voluntariamente por uno mismo contra Dios, no de situaciones, personas o cosas. Puede arrepentirse de salir sin paraguas de casa en un día lluvioso, pero resulta de lo más idiota arrepentirse de la lluvia o del hecho de que suba el nivel de los pantanos o crezca una planta como consecuencia de la misma.
Efectivamente, estoy con Guillermo. El acto de contrición es un acto prácticamente imposible en estos casos. En la mayor parte de los casos, las mujeres no pueden arrepentirse de sus actos porque han sido realizados con pleno conocimiento de causa, con el objetivo de tener un hijo precioso y muy querido. El arrepentimiento es imposible. Por lo tanto, una confesión verdadera también. El verdadero objetivo de esta guionizada consulta es desvalorizar absolutamente la doctrina moral católica sobre el matrimonio y sobre las relaciones prematrimoniales, igualando moralmente éstas a las matrimoniales. En la inmensa mayoría de los medios de comunicación que han propagado esta noticia simplemente se ha dicho: “El Vaticano alienta a las madres solteras a comulgar”. De la confesión no se dice nada. Ése era el mensaje a propagar, el mensaje que el Vaticano ha querido, subrepticiamente difundir, con el objetivo de atacar y demoler la moral sexual católica desde el propio interior de la Iglesia.
Guillermo PF no habla de éso. Para él, el fin justifica los medios; y si éste es «bueno» (o así lo desea el interesado), ¿cómo va a arrepentirse del medio, aunque sea malo? Evidentemente, los católicos no creemos tal cosa. Del primer mandamiento del Decálogo algunos no comprenden bien el «sobre todas las cosas» (o, más que no comprenden, no aceptan).
OK, desconozco cuál era el sentido de las palabras de Guillermo. Efectivamente, en la moral católica un principio básico y primordial es que el fin, por excelente que sea, jamás justifica la utilización de medios malos. En este tema concreto, considero difícil la contrición o arrepentimiento a posteriori, cuando el tan preciado «buen fin» ya existe y va a existir para siempre, recordando y reforzando con su presencia su «bondad» todos y cada uno de los días de la vida de la madre (salvo casos en los que las cosas no vayan bien, claro). Lo constato ampliamente a mi alrededor. Es una de las grandes trampas que el Mal ha tendido a través de la llamada «revolución sexual». En el primer mundo esto es, mayoritariamente, una elección «voluntaria» de la mujer, en el marco de una brutal ingeniería social de largo alcance que, Tucho, desde su actual puesto al frente de la CDF, debe contribuir a impulsar activamente.