El director de la Oficina de Protección al Menor (OPM) de la Archidiócesis de Valencia, Daniel Juan, ha presentado el Protocolo de prevención y actuación en casos de abusos a menores de la Diócesis, en el que destacan como aspectos principales la reparación a las víctimas y la formación dirigida a los propios menores para saber cómo actuar frente a la amenaza de un presunto abuso.
“Para nosotros es importantísimo y fundamental el ámbito restaurativo y de reparación de las víctimas en su conjunto porque son personas que, en la infancia y también en la edad adulta, han sufrido heridas profundas en el ámbito psicológico, físico y moral que han de ser restauradas. Existe una responsabilidad, en primer lugar, de la persona que ha cometido los actos, el principal responsable, y después una responsabilidad de actuación, en el ámbito institucional, hasta el límite que nos corresponde”, ha señalado Daniel Juan.
En este sentido, el aspecto restaurativo, la justicia restaurativa o de reparación es uno de los tres pilares del Protocolo en la Archidiócesis de Valencia “donde optamos por una restauración integral de la víctima en todos sus aspectos”.
El ámbito formativo es otro aspecto innovador del Protocolo de la Archidiócesis, que ya “ofrece pautas para crear líneas formativas y de instrucción para los agentes de pastoral y educativos, y también para los propios niños, para que sepan cómo actuar frente a la amenaza de un presunto abuso”, ha destacado el responsable de la Oficina de Protección al Menor, quien ha añadido que “nuestra Archidiócesis es pionera en el campo educativo”.
El Protocolo de prevención y actuación en casos de abusos a menores de la Archidiócesis de Valencia “nace con el impulso del Papa Francisco que quiso que en todas las diócesis del mundo existiera una Oficina de Protección al Menor donde recabar las denuncias y noticias relacionadas con abusos sexuales, especialmente a los menores, en el ámbito de la Iglesia católica, y que, además, las diócesis pusiéramos en marcha instrumentos para poder acercarnos a las víctimas, acompañarlas y, sobre todo, prevenir”, ha subrayado.
Al respecto, Daniel Juan ha hecho hincapié en la prevención como otro de los pilares del Protocolo de la Archidiócesis, que tiene como base el Protocolo marco de la Conferencia Episcopal Española. “Se trazan unas líneas de prevención que son importantes porque no podemos cambiar los abusos cometidos en el pasado, por desgracia, pero podemos prevenir para que en el presente y el futuro, estos casos no vuelvan a suceder”.
En el extenso protocolo aprobado por el arzobispado valenciano de más de 100 páginas, se prohíbe a los responsables pastorales «entrar en los vestuarios, baños o duchas mientras estén los menores, compartir habitación de hotel o tienda de campaña, o subir a un menor a solas en un coche».
El documento también detalla que cuando sea necesario hablar en privado con un menor, que se haga en un entorno «visible y accesible a los demás» y que haya puertas de cristales transparentes o cristaleras en despachos. Esta última medida, fue por ejemplo implementada en todos los colegios y centros del Opus Dei hace algunos años.
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Es un error que el Papa fomente la creación de oficinas para abusos en todas las diócesis. Se trata de una medida draconiana para contentar al mundo, que daña a la Iglesia por la difamacion que practica, y es desproporcionada respecto a otros pecados. Por ejemplo, en la misma línea, también se podría crear una oficina similar contra el aborto (que causa mucho más daño).
Además, algunas de las disposiciones de la diócesis de Valencia son inapropiadas, como el hecho de prohibir a los agentes de pastoral dormir en la misma tienda o entrar en los vestuarios mientras están los menores ¿y entonces quién controla el orden allí dentro?, ¿y quién evita que un menor pudiera atacar a otro menor? Sería preferible si cabe, disponer que entren dos agentes de pastoral en esos ámbitos.
También considero exagerado no permitir llevar a un menor en el coche. Siendo que un coche tiene cristales transparentes y se mueve en un ámbito público, no parece un ámbito de riesgo.
yo siempre digo ( y mi mujer es testigo, aunque la tengo cansada de oirme siempre lo mismo), que los adgetivos mas que acompañar suelen j. al sustantivo al que acompañan, pero …. «restaurativa» (vaya palabro), si la justicia no es solo justicia, sino admas adjetivada, deja de ser jusjticia.