(Tommaso Scandroglio en la Nuova Bussola Quotidiana)-Como ya informamos en La Bussola, se ha publicado el presupuesto definitivo para 2022-2023 del Programa de reproducción humana de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Si vamos a la página 57 de ese documento, encontramos que el 8% del presupuesto se ha destinado a planificación familiar y anticoncepción. El 11% para el llamado aborto seguro. O sea, que el 19% del dinero que recibe la OMS para fomentar o proteger la natalidad -la friolera de 13,6 millones de dólares- se destina a lo contrario: a impedir la concepción o matar a los no nacidos.
Si pasamos a leer las demás partidas, descubrimos que ninguna otra, en términos porcentuales, supone tal gasto. Ni siquiera la partida «Salud materna y perinatal», que se sitúa en el 15%. Pero los fondos utilizados por la OMS para la anticoncepción y el aborto probablemente sean mayores. De hecho, hay partidas bastante generales relativas a «Liderazgo científico» y formación, que podrían afectar, aunque indirectamente, a la anticoncepción y el aborto.
La OMS nos informa de que cada año registra 56 millones de abortos; abortos realizados también gracias a la financiación recibida de la misma OMS, por no hablar de los abortos clandestinos y los criptoabortos (abortos ocultos) resultantes de la toma de diversas pastillitas y medios anticonceptivos. Una montaña de dinero utilizada para matar una montaña de bebés.
La contradicción de que un organismo internacional encargado de proteger la salud de las personas gaste dinero para matarlas se explica fácilmente si tenemos en cuenta la involución del concepto de salud deseado por la propia OMS, que gira en torno a dos argumentos.
El primero: la salud, de ser una condición objetiva de ausencia de enfermedad, ha pasado a ser una condición subjetiva del completo bienestar psicofísico de una persona. Esta es la nueva definición decidida por la OMS. Este bienestar psíquico completo se ve socavado por una voluntad insatisfecha. Así, se exige que se cumplan todos los deseos de las personas, so pena de su malestar existencial. De ello se deduce que si la mujer desea la eliminación del niño, el cumplimiento de este deseo es una verdadera curación. De la medicina de la beneficencia, donde el paradigma de referencia era el estado objetivo de ausencia de patología, hemos pasado a la medicina del deseo, a la medicina de la autonomía subjetiva.
Pasemos al segundo argumento. Si la salud es un estado perfecto de bienestar psicofísico, huelga decir que el embarazo, en sí mismo, socava este bienestar y, por lo tanto, el embarazo no es saludable, es antitético al estado de salud. Náuseas y vómitos, dolor en los pezones, salivación abundante, ardor y dolor de estómago, estreñimiento, cambios en el gusto y el apetito, dolor de espalda, por no hablar de los innumerables cambios, a menudo incómodos, en todo el organismo de la madre (basta pensar en el aumento de los niveles de estrógenos y progesterona), son difícilmente compatibles con un perfecto estado de bienestar. Tener un bebé altera el organismo y, por tanto, es una patología. Por eso es bueno prevenir dicha patología con métodos anticonceptivos o, si ya se ha contraído, erradicarla con el aborto.
Así pues, todo cuadra en el balance de la OMS: un bebé en el vientre materno -según esta visión perversa- es una enfermedad y, por tanto, está bien gastar dinero, mucho dinero, para curar tal trastorno.
Publicado por Tommaso Scandroglio en la Nuova Bussola Quotidiana
Traducido por Verbum Caro para InfoVaticana
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Impresiona que casi todos los organismos internacionales y los mandatarios de los países más ricos y poderosos de la tierra estén radicalmente a favor del aborto. Impresiona porque desde una mera perspectiva humana no religiosa el aborto debería ser rechazado por cuanto supone la destrucción violenta de la propia descendencia.
¿Qué poder mentiroso y atroz se ha instalado en el mundo para destruir al hombre ?
El poder de Satanás, está claro, que tiene como mano de obra a todos los oligarcas masones creadores del NOM, empeñados en destruir la Creación. Pero nunca lo conseguirán.
Y quienes no pertenecen a ninguna organización apoyan esta porquería.
Toda vez que se promulgaron leyes como ésta, el pueblo calladito.
El NOM quiere establecer la Agenda anticatólica 2030 donde no se va a trabajar, sino a recibir subsidios por «dinero » electrónico. Quiere reducir la población, evidentemente, porque los tiene que mantener el Estado global y controlarlos. Por eso, aborto y lgtb.
Supongo que en el congreso que está celebrando la iglesia católica
llamado » sínodo de la sinodalidad» los congresistas tratarán sobre el genocidio de seres humanos inocentes e indefensos – que también de forman parte de la Creación –
Y harán una condena pública y notoria ….o no?
Si ya hablan timidamente del aborto, menos podemos esperar de que aborden el tema de los asesinatos que se perpretan bajo el eufemismo de «eutanasia». La Iglesia sinodal bergogliana está a favor de la Agenda 2030, no hay nada más que añadir.
La oms está tomada por los dueños del dinero, que lo controlan todo .