Eutanasia por autismo, la pendiente se inclina cada vez más

eutanasia niños
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(Tommasso Scandroglio/La nuova bussola quotidiana)-Hay tres cosas seguras en la vida: la muerte, los impuestos y el principio de la pendiente inclinada. En Holanda, la primera y la última están de moda. Y de hecho, un estudio científico ha revelado que, entre 2012 y 2021, varias personas con discapacidad intelectal murieron por eutanasia.

Irene Tuffrey-Wijne, especialista en cuidados paliativos de la Universidad de Kingston (Reino Unido), ha escrito un estudio científico titulado Eutanasia y suicidio asistido por un médico en personas con discapacidad intelectual y/o trastornos del espectro autista: un estudio de 39 casos clínicos holandeses (2012-2021) publicado en la revista BJPsych Open, un estudio cuyos datos proceden de informes del Gobierno holandés.

Los Países Bajos fueron en 2002 el primer país en legalizar la eutanasia. Y los efectos a lo largo de los años se van dejando ver. Entre 2012 y 2021 aproximadamente 60.000 personas murieron por eutanasia. Durante este tiempo, 39 fueron los pacientes asesinados que tenían discapacidad intelectual o autismo. El estudio nos informa de que los motivos para solicitar la eutanasia «incluían el aislamiento social y la soledad (77%), la falta de resiliencia o de estrategias de afrontamiento [estrategias mentales y conductuales para hacer frente a los problemas] (56%), la falta de flexibilidad (pensamiento rígido o dificultad para adaptarse a los cambios) (44%) y la hipersensibilidad a los estímulos (26%)».

Los casos incluyen a cinco personas menores de 30 años que citaron el autismo como la única razón o uno de los principales factores que les impulsaron a solicitar la eutanasia. Entre estos casos está el de un joven de unos 20 años. En su expediente puede leerse que «el paciente se había sentido infeliz desde la infancia», que sufría regularmente acoso escolar y que «deseaba el contacto social pero era incapaz de conectar con los demás». Este paciente optó por la eutanasia porque consideraba que «tener que vivir así durante años sería una abominación». Es fácil pensar que incluso quienes no son autistas podrían experimentar estos mismos malestares existenciales y, por tanto, pedir la eutanasia a manos de un médico.

La legislación neerlandesa permite la eutanasia sujeta a una serie de limitaciones que obviamente no se respetan en la práctica. La primera es la existencia de un sufrimiento insoportable sin perspectivas de mejora. A este respecto, el estudio nos informa de que «en un tercio de los casos, los médicos señalaron que «no había perspectivas de mejora» porque el TEA [autismo] y la discapacidad intelectual no son curables».

Segundo requisito: capacidad para dar un consentimiento libre e informado. Ni que decir tiene que la capacidad de dar su consentimiento está gravemente mermada en estas personas, de lo contrario no podríamos referirnos a ellas como pacientes con discapacidad intelectual. Además, siempre según la legislación neerlandesa, la eutanasia sólo debe llevarse a cabo si antes se han seguido otras vías terapéuticas. En estos casos, sin embargo, parece que la eutanasia fue la primera y única opción.

Así, tres de los cuatro criterios indicados por la ley para acceder a la eutanasia -la existencia de un sufrimiento insoportable sin perspectivas de mejora, la voluntad libre, plena y consciente de acceder a la eutanasia y las alternativas terapéuticas a la eutanasia- no se cumplían. Hay que añadir que seguramente los casos de pacientes con discapacidad intelectual que murieron por eutanasia son muchos más, ya que la profesora Tuffrey-Wijne sólo pudo ver algunos de los informes emitidos por los comités de revisión de la eutanasia.

Conclusión: la pendiente resbaladiza en Holanda acaba en la tumba de un cementerio.

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Comentarios
12 comentarios en “Eutanasia por autismo, la pendiente se inclina cada vez más
  1. Redondo para los satánicos que quieren reducir población:
    Aborto, afeminamiento de la sociedad destruyendo la figura del padre, corrupción y amputación de menores, envenamiento por vacunas que producen autismo y su eutanasiamiento. Todo esto con la subnormalidad general por inoculación en la plandemia. A los hechos me remito, de como ha quedado la población, y los jóvenes ni te cuento, solo hay que ver cuantos van a la JMJ (quitando los que van a pescar mozas, esta vez van a hacer su agosto, en medio del lío ganancia de pescadores)

  2. Comento cuando parece haber pocos lectores que se animen sobre este post. La eutanasia para los católicos es intrínsecamente mala. Así que solo tiene sentido abordar el tema imaginando una lógica atea. Para los partidarios de la eutanasia, tenemos como argumento favorable, el que groseramente coloca a todos los sufrimientos físicos en la misma bolsa, con tratamientos paliativos hasta ocasionar la muerte. Pero aún para ateos es mucho más difícil o imposible, aprobar la aplicación de la eutanasia en casos de sufrimiento moral, que los ateos también clasifican. No hay vida material humana que esté libre de sufrir dificultades, frustraciones, decepciones, fracasos y aún la misma muerte de seres queridos. Si se aliviara con la eutanasia a los seres humanos por esas razones, no quedaría uno vivo. No pueden categorizarse como «incurables» las enfermedades o discapacidades solamente mentales. No pueden «justificarse». Más difícil aún es la complejidad de la mezcla de males morales y físicos.

    1. A quienes legislan a favor de la eutanasia les importa un pito el sufrimiento, que con medicina paliativa también se elimina: lo que quieren es que no haya enfermos «desahuciados» ocupando camas en los hospitales, pues cuesta dinero mantenerlos. A los que están en su casa no van allí a «eutanasiarlos», aunque estén muy pochos. Pero claro, tienen que poner una excusa general, aunque no se ajuste siquiera a los casos lacrimógenos que emplean para introducir esta aberración, y así, como en el caso de Holanda, acaban «eutanasiando» niños, personas con «depresión», ancianos, minusválidos, y cualquier paciente que lo pida (aunque tenga dolor de muelas). Y, además, con el apoyo de la familia: es tan cansado tener que ir a hacer visitas diarias… que por adelantar un poco la herencia, no pasa nada. No son egoístas, no: sólo piensan en el enfermo. Si llevan a la mascota al veterinario para que le pongan una inyección ¿por qué a su familiar no?

      1. En una «cara de la moneda» una indiferencia generalizada, y la otra, como usted también señala, es la de intereses de una élite más allá del bien y del mal. Hay una segunda parte en mí comentario.

  3. La eutanasia se practica en países donde además de ateos viven no católicos y católicos. Muchos no católicos también la aceptan. Pero la eutanasia por algunas discapacidades físicas y otras mentales, no sería aplicada por la mayoría de los habitantes. Los responsables de la legislación, su reglamentación y aplicación, conforman una élite más allá del bien y del mal, que operan en una sociedad indiferente y que no quiere complicarse. Esta indiferencia es la que finalmente permite el aborto libre, la denominación de matrimonio para uniones del mismo sexo, la obtención de documentos que informan el sexo opuesto al biológico, la pertenencia a supuestos géneros de homosexualidad, de transgénero con la justificación de mutilaciones y tratamientos médicos innecesarios, la explotación de vientres humanos de alquiler, la existencia de múltiples nuevas formas de prostitución, la operación de sectas cada vez más extravagantes, etc. La mayoría de los católicos no se involucran en su reprobación.

  4. La eutanasia se practica en países donde además de ateos viven no católicos y católicos. Muchos no católicos también la aceptan. Pero la eutanasia por algunas discapacidades físicas y otras mentales, no sería aplicada por la mayoría de los habitantes. Los responsables de la legislación, su reglamentación y aplicación, conforman una élite más allá del bien y del mal, que opera en una sociedad indiferente que no quiere complicarse. Esta indiferencia es la que finalmente permite el aborto libre, la denominación de matrimonio para uniones del mismo sexo, la obtención de documentos que informan el sexo opuesto al biológico, la aceptación de supuestos géneros y transgéneros, la promoción de la homosexualidad, las mutilaciones para cambio de sexo, la explotación de vientres humanos de alquiler, la aparición de múltiples nuevas formas de prostitución, las actividades de sectas extravagantes, etc. La mayoría de los católicos no nos involucramos en la reprobación de este desmadre.

  5. Nuevamente en espera de moderación, ahora la segunda parte del comentario. La primera vez el sistema lo fagocitó sin informar nada. Ahora quién sabrá cuando será publicado. Esta es una web con mucha libertad para expresarse, pero hay algo de arbitrario en las demoras de publicación.

  6. Es evidente que a muy pocos con posibilidades reales les interesa gastar en cuidados paliativos. Así que tampoco se preocupan por definir la delgada línea que separa cuidados paliativos de la eutanasia, dado que el alivio de sufrimientos puede hacerse con riesgo de vida. Esa élite que legisla para conformar a minorías- con pretensiones deplorables- a cambio de su perpetuación en en el poder, tiene nombre. La conforma una cantidad limitada de empresas con muy eficientes estructuras para la difusión de eslóganes y la obtención de puestos públicos.

  7. Son los partidos políticos diseñados para repartirse funciones y empleos públicos. Configuran redes sin el apoyo de las que, es imposible, que algún ciudadano pueda presentarse al llamado proceso democrático con esperanza de ser elegido para algún cargo público. Estas empresas que parecen resultar ganadoras o perdedoras en contiendas electorales, en realidad se reparten todos los puestos. Quienes se ocupan en ellas siempre obtienen nombramientos o prebendas. Así que terminan configurando una élite que legisla proyectos aún inmorales, y reglamenta y aplica lo que determina como ley. La mayor parte de la ciudadanía permanece indiferente y obediente.

    1. El Obispo de Córdoba monseñor Demetrio Fernández, trata todos estos temas con potencia clarificadora, en su última homilía.

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