La edad obliga a una nueva remesa de jubilaciones de cargos eclesiales clave

Francisco audiencia (Vatican Media)
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En 2018, Francisco publicó un motu proprio sobre la jubilación episcopal, Imparare a congedarsi , o «Aprender a despedirse», del que ha hecho un uso muy irregular, por ser suaves: el número de cardenales de la Curia y de la Iglesia universal que están próximos a los 80, edad en la que dejan de poder participar en el Cónclave, es significativo.

La sustitución del cardenal Ladaria por Fernández al frente de Doctrina de la Fe ha llamado la atención sobre un fenómeno que parece contradecir el propio mensaje recurrente del Papa, a saber:

Francisco ha ‘normalizado’, como se dice ahora, que muchos cargos clave permanezcan en manos de quienes han superado con creces la edad de retiro opcional, los 75, y rozan ya los 80, cuando, si son cardenales, no podrán votar en un cónclave, advierte el portal de noticias The Pillar.

De hecho, a Ladaria se le ha mantenido al frente de un dicasterio clave hasta los 79. Pero su caso dista de ser único en la más alta jerarquía romana; el arzobispo Robert Prevost ha sustituido al cardenal Marc Ouellet solo unas semanas antes de que este cumpliera 79 años, y el cardenal Beniamino Stella se mantuvo al frente del Dicasterio para el Clero, asimismo, hasta los 79. La consecuencia: es esperable una remodelación de alcance en puestos clave impuesta por la simple biología. The Pillar enumera algunos de los grandes relevos inminentes.

El cardenal Seán O’Malley cumplió 79 años la semana pasada, y en su caso la despedida dejará libres dos puestos relevantes. Por un lado, la archidiócesis de Boston, en Estados Unidos, históricamente clave. La elección de su sucesor en Boston determinará si la archidiócesis seguirá siendo cardenalicia de facto o si, como ha sucedido con Baltimore y Filadelfia, baja de categoría a ojos de Roma.

Pero, por otro lado, O’Malley preside la Comisión Pontificia para la Protección de Menores (PCPM), un organismo clave del Vaticano creado por el Papa Francisco, en pleno proceso de reforma tras los escándalos de abusos y negligencias episcopales de las últimas décadas.

No es un puesto fácil. O’Malley ha sido el primero, quien le ha dado su forma actual, y la actual hipersensibilidad con el asunto de los abusos lo convierte, quizá, en un regalo envenenado.

La Penitenciaría Apostólica, el foro supremo para tratar casos que involucran pecados reservados a la Santa Sede, o que conciernen al sigilo sacramental y las indulgencias, también necesitará pronto responsable. El penitenciario actual, cardenal Mauro Piacenza, cumple 79 años en septiembre, después de que Francisco lo sacara del Dicasterio para el Clero a la edad relativamente joven de 69 años. No es un nombramiento que, por sí mismo, vaya a copar titulares en la prensa especializada, salvo que el Papa lo use para quitarse de encima a alguien que ocupe un cargo más sensible como, digamos, el Vicariato General de la Diócesis de Roma que ahora ocupa Angelo De Donatis, de 69 años.

Una archidiócesis con medio millón de católicos, de las mayores de la India, Bombay, tiene a su frente al cardenal Oswald Gracias, que a final de año cumple 79. Es un puesto muy delicado, por ser la sede de referencia en ese país, ya el más poblado del mundo, y cuyo responsable debe hacer frente a una situación crecientemente peligrosa con las nuevas ‘leyes anticonversión’. A eso hay que sumar la preferencia de Francisco por rodearse de un puñado de prelados ‘de las periferias’ en su círculo más íntimo.

Una de las figuras clave de la Iglesia de habla alemana, ahora en el candelero, es el arzobispo de Viena, Christoph Schönborn, que cumplirá 79 el próximo febrero. Responsable de la redacción del Catecismo de la Iglesia Católica con Juan Pablo II, Schönborn surgió luego como un decidido defensor de la polémica exhortación postsinodal Amoris laetitia. En cualquier caso, Viena sigue siendo una de esas sedes históricamente formidables que llevan aparejadas casi de oficio el capelo cardenalicio, aunque Francisco puede volver a sorprender en esto como ha sucedido con París.

The Pillar cita, además, los casos del Arzobispo Mayor de la Iglesia Católica Siro-Malabar, la segunda más grande de las 23 Iglesias católicas orientales autónomas en plena comunión con Roma, cuyo principal arzobispo, el cardenal George Alencherry, cumplirá 79 años en abril del próximo año; y el cardenal patrono de la Soberana Orden Militar de Malta.

Sí, el cardenal Gianfranco Ghirlanda lleva solo unas semanas en el cargo, pero ya con más de 80 años, de modo que no se puede esperar que dure mucho en el trabajo, lo que significa que Francisco tendrá que buscar otro cardenal para recompensarlo al final de una larga carrera o para dejar un puesto libre para otra persona.

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Comentarios
1 comentarios en “La edad obliga a una nueva remesa de jubilaciones de cargos eclesiales clave
  1. Jubilaciones de cargos que con frecuencia son sustituidos por personajes de bajo perfil, sin celo apostólico y en muchos casos heterodxos.
    Oremos para que el Seños nos de pronto un pontificado fiel al Corazón de Cristo.

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