Sin frenos hacia el abismo

Tucho libro
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DIARIO DE UNA FILOTEA

8 julio 2023

El nombramiento de monseñor Víctor Manuel Fernández, arzobispo de La Plata, para presidir la Congregación para la Doctrina de la Fe ha sido uno de los actos más inquietantes del pontificado de Francisco” (Roberto de Mattei). 

El pasado sábado 1 de julio se hizo público el nombramiento del nuevo prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Hay suficientes artículos en este portal sobre la desagradable sorpresa que supuso en vista de los antecedentes del personaje, seguida por el horror ante la carta que le dirigió Francisco y los comentarios en los días sucesivos, suscitados por las declaraciones del Tucho sobre su nuevo cargo. Duele ver cómo, después de décadas de seria investigación histórica para desenmascarar las mentiras vertidas sobre la Iglesia a lo largo de la historia, personas al más alto nivel en el Vaticano lanzan alegremente falacias y bulos de todo tipo, resucitando sin venir cuento y sin ningún rigor histórico al “monstruo” de la Inquisición y, con él, toda la leyenda negra del pasado de la Iglesia.

Sin querer dejarnos llevar por el desánimo, porque sabemos que Cristo ha vencido al mundo, es muy doloroso contemplar el ya indisimulado proceso de vaciado de la fe de la Iglesia no por enemigos externos, sino desde el interior, intentando conservar una gran estructura de poder que interesa y mucho, pero que se mueva al ritmo del NOM. San Juan ya avisó sobre los falsos pastores que “salieron de entre nosotros, pero no eran de los nuestros” (1Jn 2, 19).

La capacidad de los medios de comunicación de masas para manipular la realidad es de sobras conocida. De Benedicto XVI se publicaban siempre las peores fotografías, aquellas en que se pudiera apreciar una malévola expresión en su rostro. Empezó con mal pie, claro, puesto que venía de ser “el gran Inquisidor” durante veinte años. Sólo en ciertos círculos, en voces ahogadas por el ruido manipulador, se reconocía la ingrata labor que Ratzinger había llevado a cabo como Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe en pleno apogeo del “espíritu del Concilio”. Los buenos fueron siempre los teólogos de la liberación, los herejes, los heterodoxos, las monjas feministas; Ratzinger fue siempre el oscuro inquisidor que trabajaba entre polvorientos archivos buscando siempre castigar a estos buenos.

No debe sorprendernos que el mundo ataque a la Iglesia, aunque nos duela ver cómo es posible que se transmita la imagen exactamente contraria a lo que en realidad es. En este caso, que Ratzinger fue un verdadero milagro y don para la Iglesia de nuestros días. El problema – aunque también estemos avisados – es cuando los medios de comunicación supuestamente católicos transmiten el mismo mensaje que aquellos que odian a la Iglesia. Cuando un semanario católico define el nombramiento del Tucho como una “entrada de aire fresco” y, peor aún, cuando la mayoría de católicos no sólo no saben quién es, sino que parecen indiferentes. 

¿Acaso no nos afecta personalmente este nombramiento? Es decir, ¿acaso pensamos que no va a tener ninguna influencia en nuestra vida de fe, en la fe misma? El que fuera el dicasterio más importante de la Iglesia Católica, encargado de “promover la buena doctrina, velar por ella, corregir errores y reconducir a los que yerran al camino recto”, como se lee en el Código de Derecho Canónico, acaba de ser puesto en las manos de un eclesiástico cuya obra literaria más importante, misteriosamente desaparecida de su currículum oficial como nuevo prefecto, es un libro sobre el arte de besar. Pero es que esto no pasa de anécdota cuando se trata de un clérigo en abierta oposición al magisterio de la Iglesia anterior a Francisco en numerosas ocasiones (Google ha facilitado mucho el trabajo de hemeroteca); autor intelectual, por lo que parece, de las partes más polémicas de Amoris Laetitia, y que ha estrenado su cargo vertiendo graves acusaciones sin fundamento sobre la Congregación que le ha sido encomendada. Y, en serio, como católicos, ¿nos es indiferente? ¿Podemos pensar que no nos afecta, cuando llevamos más de medio siglo viviendo un progresivo ejercicio de cambios en la fe bimilenaria de la Iglesia, visibles sobre todo en la ruptura litúrgica, que nos apartan cada vez más del núcleo de la fe transmitido por los Apóstoles? Es la obligación de nuestros pastores transmitir a los fieles la enseñanza de la verdadera fe y la moral de la Iglesia. Pero es también el deber de cada bautizado velar, estar despierto, alimentar su fe en la Verdad de Jesucristo, construirla sobre Roca. Y orar continuamente, sin desfallecer.

Filotea 

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Comentarios
28 comentarios en “Sin frenos hacia el abismo
  1. Estamos viviendo la pasión dolorosa de la Iglesia de Cristo.
    Si el Señor fue acusado injustamente de todo tipo de maldades, también a su Iglesia la llevarán a la crucifixión en el tiempo.
    No prevalecerán, nos lo dijo Él, pero lo sufrimos y sufriremos hasta donde Dios les permita llegar.
    Instalémonos en una oración continua, vivamos los santos sacramentos con todo el corazón.
    Entreguémonos más y más a Jesús y María.
    Ellos dispondrán para cada uno de nosotros la obra u obras que debamos llevar a cabo por amor a Dios y a los pecadores.

      1. ACS Araceli Campos Sarmiento. ¿Qué tiene que ver el locro con el dulce de leche? ¿No acabarás nunca de decir sandeces en tus comentarios?

  2. Hasta hace poco no conocía algunas apariciones marianas, no aprobadas, pero tampoco condenadas (Garabandal, Umbe).
    En ellas la Virgen habla del papel de los pastores, como «van por mal camino» y como terminan en el infierno (tal vez esa sea la razón del nuevo Observatorio acallar esto)arrastrando a otros tras ellos.

    Todo lo que vemos se le parece tal cual.

    1. La principal vidente de Garabandal también habló de un sínodo, a modo de preaviso del famoso aviso, y de la muy convulsa situación que sufriría por entonces la Iglesia y el mundo.

      1. Es verdad, Rosita.
        Te cuento que ni bien fue elegido como papa, ya los periódicos argentinos, lo elogiaban como si todo el mundo lo conociera de antes.

  3. Se me ocurre que la carta dirigida por Francisco a Tucho, la escribio Tucho por mandato del papa. Es el estilo de Tucho, que conocemos por varios documentos escritos por él y firmados del papa.

  4. Bueno, el movimiento de JMB y Tucho está muy claro, es decir, revuelven el pasado de la Inquisición porque pretenden dar a entender que quienes defienden la fe y la moral católicas son personas oscurantistas y atrasadas y muy peligrosas, porque si les dejase quemarían a los herejes como ya hicieron siglos atrás. Es el lema por el que, a partir de ahora, comienza la verdadera y abierta persecución de los católicos dentro de la Iglesia, es para lo que Tucho ha sido nombrado.

    1. Exacto, buena apreciación. Ya se ha encargado Bergoglio de «demonizar» a los católicos que quieren Misa tradicional, que es la misa de siempre, llamándolos de todo menos «bonitos» (él que suele referir ser «misericordioso» con todo lo perverso porque hay que ser muuuuuuy amoroooosooo, pero a los católicos fieles a la doctrina los tiene entre ceja y ceja y lo que refleja contra ellos es rencor y desprecio).

  5. Creo que a esta altura del partido hay que pasar de las palabras a los hechos.

    Hay que sacar a patadas a Berg, a toda la pandilla de Apostatas, a los Homosexuales vaticanos y Episcopales y tratar devolver a la normalidad.

    No se puede seguir soportando y haciendole el caldo gordo a esta gentuza.

    1. Chester Ton eso es lo que el sentido comun indica pero tenemos 6 decadas de lavado de cerebro y saldran los otros (stultorum infinitus est numerus) diciendo que hay que dialogar y bla,bla, bla…

    2. De acuerdo en pasar de las palabras a los hechos. La forma más práctica es la aparición de pancartas en san Pedro. Se me ocurren varias: «El proselitismo es un mandato de Dios», «Tucho besucón exigimos dimisión», «Pachamama pa tu mama», «No a la islamización de Europa», «Derecho a decidir quien entra en el país», «Borra de la jerarquía a toda la sodomía», «Quien comulga en pecado se hace mucho más malvado», «No eres el dueño de la religión, sino su conservador». Acepto más sugerencias.

  6. Qué cisma ni que narices. Ustedes los fundamentalistas son los que quieren el cisma. Si las cosas no son como yo digo, se rompe la baraja. Vamos, hombre! Ustedes se van a pasturar y la Iglesia sigue sin ustedes. Y yo no me creo que se vayan. Les gusta demasiado la bronca.

    1. «Ustedes los fundamentalistas son los que quieren el cisma. Si las cosas no son como yo digo, se rompe la baraja»

      Traducción al román paladino:

      «Yo, que soy un troll anticatólico fundamentalista, quiero que la Iglesia apruebe todo aquello por lo que me fui de Ella. Y si las cosas no son como yo digo, ataco a los católicos y les digo que se vayan de la Iglesia, a la cual odio como es».

      Pues eso se arregla sometiéndose a un exorcismo, farsante.

      1. Si los exorcismos lo arreglaran todo, so pelma, hace tiempo que se habrían acabado los problemas, verdad? Pero no arreglan nada, Catrokicus? Te arreglaría a ti? Sabes que no. La Iglesia de Cristo… somos todos, hombre, todos. Nadie se sale de la Iglesia, ni queriendo ni sun querer. Si Cristo esta en todos nosotros, como podríamos salirnos? Otra cosa son los curas. De eso se puede uní ir, aunque muchos estáis atrapados. Es una secta.

        1. «Si los exorcismos lo arreglaran todo…»

          Todo, no. Las posesiones diabólicas, como de la que usted es víctima, sí.

          «La Iglesia de Cristo… somos todos, hombre, todos». Nadie se sale de la Iglesia, ni queriendo ni sun querer»

          Usted debe de tener, entre otras patologías (y no me refiero a su evidente dislexia), un gravísimo problema de memoria, porque si no, no se explica. Estas fueron sus propias palabras hace tan sólo 16 días:

          «La Iglesia es una cloaca pestilente […] La Iglesia está llena de canallas! Y los decentes nos hemos ido […] Y Francisco? Si no ha hecho nada! Todo está igual o peor!» (23 junio)

          Sus incoherentes y contradictorias soflamas anticatólicas (así como su falsa «defensa» de Francisco, que nadie se ha creído), dejan bien claro su problema: necesita un exorcismo, farsante.

  7. Muy de acuerdo con el profesor di Mattei en el vaciado de la Iglesia, en su parte doctrinal cuando la misma no coincida con el pensamiento único que gobierna Occidente. ¿Benedicto XVI fue un milagro para la Iglesia?. Sí y no. Monseñor Ratzinger de joven no tiene nada que ver con Benedicto XVI. Fue un entusiasta de lo que se daba en llamar «La Nueva Teología», la que imperó en el Concilio Vaticano II, en el que él fue asesor de monseñor Frings. No tardó en darse cuenta de que había sido un juguete manipulado por las corrientes modernistas y dio un brusco cambio de actitud, ejerciendo de freno durante el resto de su vida a las corrientes disgregadoras en el seno de la Iglesia. Fue el más comprensivo con los lefebvrianos, a los que nunca consideró cismáticos y a los que dio muchas facilidades para una comunión regular en la Iglesia. Los lefebvrianos tal vez habrían aceptado, pero recordaban su pasado de «nuevo teólogo» y le hacían responsable del catastrófico concilio.

  8. Ni entiendo ni comparto ese tono sombrío de la nota periodística, sus quejumbres y falseamientos, sus medias verdades y palabras de refilón, sobre un nombramiento hecho por el papa FRANCISCO, plenamente consciente de lo que hace. Me parece que es un exceso de soberbia que riega una tierra propicia al escándalo y el pesimismo.

    1. «un nombramiento hecho por el papa FRANCISCO, plenamente consciente de lo que hace»

      Esa es la queja exactamente. Es normal que usted no la comparta: la Iglesia, para usted, cuanto peor mejor. Y esa misma ha sido la queja de la última década: que es plenamente consciente de lo que dice y hace. Si usted fuera católico también se quejaría. Lo que suena a choteo es que reproche a los «quejumbrosos» católicos decir falsedades, medias verdades, ser soberbios o propiciar el escándalo, y al mismo tiempo alabar a sus ídolos, que son quienes incurren en todas esas cosas, sólo por el hecho de compartir ideología con ellos. ¿A que no era tan fingidamente papólatra con todos sus predecesores? Naturalmente que no, como tampoco lo era Herejía Digital, cuyo cometido desde que fue creada era poner a los Papas a caer de un burro; hasta que llegó Francisco y se han vuelto más papistas que el Papa (ojo: más papistas, no más católicos, que nunca lo han sido).

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