El obispo de Barbastro celebra un acto de desagravio por la profanación de la capilla del Hospital

Ángel Pérez Pueyo, obispo de Barbastro
|

En la noche del día de Nochebuena, una o varias personas entraron en la capilla del Hospital de Barbastro y profanaron su sagrario, tirando las Sagradas Formas al suelo.

Lo confirmado el propio obispado de Barbastro a través de un comunicado en el que puede leerse que la capilla del Hospital permanece abierta día y noche, por deseo expreso de los capellanes, en respuesta a las peticiones de enfermos y familiares.

Ante estos «lamentables hechos» el Obispado de Barbastro-Monzón mostró «su tristeza, consternación y condena a estas actuaciones, que han sido denunciadas y están siendo investigadas por la Guardia Civil».

Tras este lamentable suceso, el obispo convocó a los fieles a un acto de desagravio en la catedral de Barbastro tras haber celebrado con anterioridad una Misa en la propia capilla del hospital que fue profanada.

El obispado de Barbastro ha publicado en su página web que «más de 300 personas acudieron el jueves a la S. I. Catedral de Barbastro para pedir perdón y orar ante el Santísimo en el acto de desagravio». «Gracias, Señor, porque incluso en lo que deploramos nos dejas ver lo que nos quieres y lo presente que estás», manifestó el obispo, Ángel Pérez, que presidió el acto de desagravio, flanqueado por los capellanes hospitalario, Jaime Mozás y Basilio Servín, los vicarios general y judicial, y 26 presbíteros.

El obispo de Barbastro durante la bendición a los fieles en el acto de desagravio (Diócesis de Barbastro)

Con el Santísimo expuesto sobre el altar, los fieles fueron respondiendo «¡Señor, ten misericordia de nosotros!» a las peticiones formuladas primero por el vicario general, Ángel Noguero, y después por don Ángel para, finalmente, contestar de igual modo a la oración de un laico, de rodillas ante Jesús Eucaristía.

Tras un tiempo en silencio, para la oración personal, don Ángel se dirigió a los capellanes de forma especial, resaltando la entregada labor de acompañamiento a enfermos y familiares de estos sacerdotes «que recorren con celo y de manera maternal todas las habitaciones, y consuelan en los momentos más duros y de fragilidad». El rezo conjunto del Salmo 50 dio paso a las peticiones de perdón, la bendición y la oración final, sobre la música del órgano solemnemente ejecutada por la organista de Torreciudad, Maite Aranzábal.

Ayuda a Infovaticana a seguir informando

Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 caracteres disponibles