El Papa Francisco comentó en el día de ayer, antes del rezo del ángelus el Evangelio de la liturgia del día.
Se trata de «la parábola que tiene dos protagonistas, un fariseo y un publicano es decir, un religioso y un pecador declarado», dijo Francisco. El Papa subrayó que «ambos suben al templo a orar, pero sólo el publicano se eleva verdaderamente a Dios, porque desciende humildemente a la verdad de sí mismo y se presenta tal como es, sin máscaras, con su pobreza. Podríamos decir, entonces, que la parábola se encuentra entre dos movimientos, expresados por dos verbos: subir y bajar».
Sobre el primer movimiento, que es subir, el Santo Padre sostiene que «expresa la necesidad del corazón de desprenderse de una vida mediocre para encontrarse con el Señor; de elevarse de las llanuras de nuestro ego para ascender hacia Dios —deshacerse del propio yo—; de recoger lo que vivimos en el valle para llevarlo ante el Señor. Esto es «subir», y cuando rezamos subimos».
«Pero para experimentar el encuentro con Él y ser transformados por la oración, para elevarnos a Dios, necesitamos el segundo movimiento: bajar. ¿Por qué? ¿Qué significa esto? Para ascender hacia Él debemos descender dentro de nosotros mismos: cultivar la sinceridad y la humildad de corazón, que nos permiten mirar con honestidad nuestras fragilidades y nuestra pobreza interior», añadió el Pontífice.
El obispo de Roma declaró que «en la humildad nos hacemos capaces de llevar a Dios, sin fingir, lo que realmente somos, las limitaciones y las heridas, los pecados y las miserias que pesan en nuestro corazón, y de invocar su misericordia para que nos cure y nos levante. Él será quien nos levante, no nosotros. Cuanto más descendemos en humildad, más nos eleva Dios».
Francisco también habló sobre la «soberbia espiritual» y advirtió que «todos estamos en peligro de caer en esto. Te lleva a creerte bueno y a juzgar a los demás. Esto es la soberbia espiritual: «Yo estoy bien, soy mejor que los demás: este es tal y tal, aquel es tal y tal…». Y así, sin darte cuenta, adoras a tu propio yo y borras a tu Dios. Se trata de dar vueltas en torno a uno mismo. Esta es la oración sin humildad».
Además, Francisco pidió cuidarnos «del narcisismo y del exhibicionismo, basados en la vanagloria, que también nos lleva a nosotros los cristianos, a nosotros los sacerdotes, a nosotros los obispos, a tener siempre la palabra «yo» en los labios».
Francisco se apunta a la JMJ en Lisboa
Tras el rezo de la oración mariana, el Obispo de Roma se inscribió en ese momento para la Jornada Mundial de la Juventud que será este verano en Lisboa.
«Queridos jóvenes, los invito a inscribirse en este encuentro en el que, después de un largo período de distancia, redescubriremos la alegría del abrazo fraterno entre pueblos y entre generaciones, que tanto necesitamos», dijo el Papa.
Beatos redentoristas
El Santo Padre también mencionó la beatificación que tuvo lugar el sábado en Madrid de los mártires redentoristas asesinados por su fe durante la Guerra Civil española.
«En Madrid, fueron beatificados Vicente Nicasio Renuncio Toribio y once compañeros de la Congregación del Santísimo Redentor, asesinados por odio a la fe en 1936, en España. Que el ejemplo de estos testigos de Cristo, hasta el derramamiento de sangre, nos estimule a ser coherentes y valientes; que su intercesión sostenga a quienes hoy luchan por sembrar el Evangelio en el mundo. ¡Una aplauso para los nuevos beatos!», dijo el Sucesor de Pedro.
Preocupación por África
El Santo Padre también aseguró seguir «con inquietud la situación de conflicto que continúa en Etiopía. Una vez más, repito con sincera preocupación que la violencia no resuelve la discordia, sino que sólo aumenta sus trágicas consecuencias». Francisco hizo un llamamiento a los responsables políticos para que pongan fin «al sufrimiento de la población indefensa y encuentren soluciones equitativas para una paz duradera en todo el país. Que los esfuerzos de las partes por el diálogo y la búsqueda del bien común conduzcan a un camino concreto de reconciliación. Que no falte nuestra oración, nuestra solidaridad y la necesaria ayuda humanitaria para nuestros hermanos etíopes, tan probados».
Por último, el Pontífice dijo estar entristecido por las inundaciones que están afectando a varios países de África y que han causado muerte y destrucción. «Rezo por las víctimas y estoy cerca de los millones de desplazados, y deseo un mayor esfuerzo común para prevenir estas calamidades», concluyó el Papa.
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Y eso lo dice Francisco, que siempre es autorreferencial, se cita a sí mismo constantemente, y en su soberbia se atreve a contradecir a sus predecesores, sólo escucha a los de su línea, y cambia lo que quiere, porque cree tener razón.
Narcisismo y exhibicionismo…..Que lo diga Don Jorge es el mejor chiste que me han contado hoy…¡Jjajajajaja!
Eso mismo iba a decir. Que «es una broma, ¿no?»
«Consejos vendo y para mi no tengo» habría que decirle a Su Cotorridad.
Hablo el que se cree una estrella cinematográfica.
Al Papa le convendría humillarse, para así escuchar sin prejuicios la enseñanza de la Iglesia, y abandonar sus teorías erráticas.
Bergoglio, ejemplo perfecto de aquello que dijo Jesús de ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio… en fin…