«Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor»

Lecturas Misa de Gallo Adoración de los Pastores, Gerrit van Honthorst.
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Desde InfoVaticana nos gustaría desear una feliz Navidad a todos nuestros lectores. Que el Señor, que se ha hecho hombre por nosotros, que se ha anonadado asumiendo nuestra condición, os colme a todos de gracia y bendiciones.

¡Feliz Navidad!

Les ofrecemos las lecturas de la Misa de Gallo:

Primera lectura: Isaías 9, 1-3. 5-6

El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande;

habitaban tierras de sombras, y una luz les brilló.

 

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Acreciste la alegría, aumentaste el gozo:

se gozan en tu presencia, como gozan al segar,

como se alegran al repartirse el botín.

 

Porque la vara del opresor, el yugo de su carga,

el bastón de su hombro, los quebrantaste como el día de Madián.

 

Porque la bota que pisa con estrépito y la túnica empapada de sangre

serán combustible, pasto del fuego.

Porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado:

lleva al hombro el principado, y es su nombre:

Maravilla de Consejero, Dios guerrero,

Padre perpetuo, Príncipe de la paz.

 

Para dilatar el principado con una paz sin límites,

sobre el trono de David y sobre su reino.

Para sostenerlo y consolidarlo con la justicia y el derecho,

desde ahora y por siempre.

El celo del Señor lo realizará.

Salmo 95

R- Hoy nos ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor.

Cantad al Señor un cántico nuevo,

cantad al Señor, toda la tierra;

cantad al Señor, bendecid su nombre. R.

 

Proclamad día tras día su victoria.

Contad a los pueblos su gloria,

sus maravillas a todas las naciones. R.

 

Alégrese el cielo, goce la tierra,

retumbe el mar y cuanto lo llena;

vitoreen los campos y cuanto hay en ellos,

aclamen los árboles del bosque. R.

 

Delante del Señor, que ya llega,

ya llega a regir la tierra:

regirá el orbe con justicia

y los pueblos con fidelidad. R.

Segunda lectura: Tito 2, 11-14

Ha aparecido la gracia de Dios, que trae la salvación para todos los hombres, enseñándonos a renunciar a la impiedad y a los deseos mundanos, y a llevar ya desde ahora una vida sobria, honrada y religiosa, aguardando la dicha que esperamos: la aparición gloriosa del gran Dios y Salvador nuestro, Jesucristo.

Él se entregó por nosotros para rescatarnos de toda maldad y para prepararse un pueblo purificado, dedicado a las buenas obras

Evangelio: Lucas 2, 1-14

En aquel tiempo, salió un decreto del emperador Augusto, ordenando hacer un censo del mundo entero.

Éste fue el primer censo que se hizo siendo Cirino gobernador de Siria. Y todos iban a inscribirse, cada cual a su ciudad.

También José, que era de la casa y familia de David, subió desde la ciudad de Nazaret, en Galilea, a la ciudad de David, que se llama Belén, en Judea, para inscribirse con su esposa María, que estaba encinta. Y mientras estaba allí le llegó el tiempo del parto y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en la posada.

En aquella región había unos pastores que pasaban la noche al aire libre, velando por turno su rebaño.

Y un ángel del Señor se les presentó; la gloria del Señor los envolvió de claridad, y se llenaron de gran temor.

El ángel les dijo: «No temáis, os traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo: hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor. Y aquí tenéis la señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre».

De pronto, en torno al ángel, apareció una legión del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo:

«Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor».

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Comentarios
12 comentarios en “«Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor»
  1. Gracias InfoVaticana.
    También les deseo yo una muy Feliz Navidad a todos los colaboradores de InfoVaticana y a todos los comentaristas de sus artículos.

    Hoy nos ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor.

  2. «No temáis, os traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo: hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor.»

    Un Salvador que es El Salvador, el único Salvador. «No hay salvación en ningún otro, pues bajo el cielo no se ha dado a los hombres otro nombre por el que debamos salvarnos». Hechos 4, 10-12, por mucho que Bergoglio nos quiera vender la burra averiada de que todas las pseudo religiones son manifestación de la sabiduría divina. Una mentira descomunal, castigada con el infierno.

    Que se vaya con su Pachamama y nos deje en santa paz a los católicos con nuestro Salvador.

    ¡FELIZ NAVIDAD! INFOVATICANA, INFOVATICANOS.

    1. Francisco renovó este mes su campaña contra la misa en latín, permitiendo a su jefe de liturgia, el arzobispo Arthur Roche, lanzar todo tipo de amenazas al clero que celebra la antigua liturgia.

      Esta «aclaración» ha sido recibida con horror por los obispos de todo el mundo, incluidos muchos que no son partidarios del antiguo rito.

      Un distinguido sacerdote llama «salvaje oeste» al pontificado de Bergoglio.

      Nunca he conocido una desesperación tan generalizada entre todos los clérigos, excepto los más liberales.

      El hecho de que esto ocurra en Navidad subraya lo injusto de todo esto y la necesidad desesperada de un cambio de régimen en la Iglesia. Y si eso significa que el Vaticano, tal y como lo conocemos, deje de existir, quizás no sea tan malo.

      Damian Thompson

        1. ¿Y usted cómo lo sabe? ¿Entendió algo? Porque uno de los mantras de los «primaverales» es que la Santa Misa tradicional no se entiende nada por ser en latín… ¿dispuso usted de traducción simultánea? ¿A que ni siquiera se enteró de que no tiene el Ofertorio del Rito Romano?

    2. Este es el texto de la carta de Navidad del Papa Benedicto XVI a Jesús:

      «Querido Niño Jesús, pronto bajarás a la tierra. Traerás la alegría a los niños. También me traerás alegría a mí. Me gustaría tener el «Volksschott», una casulla verde para la misa y un Sagrado Corazón de Jesús. Siempre seré bueno.

      «Joseph Ratzinger. Navidad 1934».

      Según el sitio web italiano Korazym, la carta fue encontrada en 2012 durante la restauración de la casa de su infancia en Baviera, que fue transformada en un museo dedicado al pontífice.

  3. ¿Y usted cómo lo sabe? ¿Entendió algo? Porque uno de los mantras de los «primaverales» es que la Santa Misa tradicional no se entiende nada por ser en latín… ¿Dispuso usted de traducción simultánea? ¿A que ni siquiera se enteró de que no tiene el Ofertorio del Rito Romano?

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