Osoro: «En la Eucaristía el Señor nos hace revolucionarios, nos hace ir a contracorriente»

Carlos Osoro
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El cardenal Carlos Osoro, arzobispo de la diócesis de Madrid, ha destacado que, en esta pandemia de coronavirus, hemos descubierto «la fuerza del amor».

Al hilo de un encuentro que le impresionó profundamente hace unos días con un muchacho que había perdido a sus padres, el cardenal Osoro dedica su carta semanal al amor y a la fuerza que tiene «ante la destrucción».

«Cuando acogemos el amor de Cristo en nuestra vida y entra en nuestro corazón, nos cambia», asegura Carlos Osoro, teniendo en cuenta que «nuestro amor es imperfecto» pero que Dios «siempre restaura ese amor».

Participar de la Eucaristía, revela Osoro, «te convierte en don de amor para los demás». Es una «comunión con Cristo» que «impulsa a amar sin medida», y en ella «el Señor nos hace revolucionarios, nos hace ir a contracorriente».

En unos tiempos en los que «se habla mucho de amar», Osoro explica que «hay que aprender a amar». «Es un arte –añade– y te lo enseña Jesucristo». Un amor que incluye a los enemigos, «porque en el corazón de Dios no existen enemigos; hay hijos, y en tu corazón, tiene que haber hermanos».

Es verdad que nuestro amor es imperfecto, dice el cardenal Osoro, «pero hay momentos de la vida que se manifiesta con una perfección especial». «El Señor siempre restaura ese amor, siempre nos abre caminos de liberación, de verdadero anuncio y de esperanza», afirma.

Texto completo de la carta:

En este tiempo de pandemia, hemos descubierto muchas cosas, pero creo que hay una que es necesario destacar: la fuerza del amor ante la destrucción. Cuando acogemos el amor de Cristo en nuestra vida y entra en nuestro corazón, nos cambia, transforma la existencia y nos hace capaces de amar según la media de Dios, ¡sin medida, a todos! La desmedida del amor de Dios nos hace oponernos siempre al mal, perdonar, acoger, compartir… Es un amor que tiene tal fuerza que cambia todo lo que hay a nuestro alrededor.

Hace unos días hablaba con un muchacho que ha perdido a sus padres. Me dijo que la mejor herencia que le habían dejado era su amor, lo que le habían querido y lo que le habían enseñado con sus vidas a amar a todos. Han sido para él momentos duros y no fáciles de olvidar, pero me hablaba de la fuerza que ha tenido para él el testimonio de sus padres, cómo le enseñaron a que el amor no fuese una palabra más. Me decía que ese amor le ha movido también a cuidarlos hasta el final y a seguir cuidando a otros que tienen necesidad. Cuando me contaba su historia, observaba en su mirada y en su rostro un dolor y un gran amor que no deja impasible a nadie y grita al cielo. En el relato casi podía ver y tocar ese amor: vi con claridad cómo se había manifestado la fuerza del amor, un amor humano (el de sus padres hacia él y el de él hacia sus padres), pero también un amor engrandecido por la presencia de Jesucristo en su vida, que les hacía ver que siempre y en toda ocasión somos de Dios.

En este encuentro con este muchacho dolido por la muerte de sus padres, pero muy unido a Jesucristo, vi con claridad que, junto al Señor, que es la concentración del amor de Dios, cambia el sentido de todo: «Mas cuando llegó la plenitud del tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que estaban bajo la ley, para que recibiéramos la adopción filial. Como sois hijos, Dios envió a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que clama: “¡Abba, Padre!”. Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si eres hijo, eres también heredero por voluntad de Dios» (Gal 4, 4-7). Todo lo que recibió del Padre nos lo ha comunicado a nosotros, también su vida.

¡Qué palabras más bellas salían del corazón de este joven cuando me hablaba del amor que le tenían sus padres! Pero sobre todo me impresionó cuando me describía qué amor le habían enseñado a vivir sus padres. En su relato no había hipocresía, no era un amor interesado. Los padres se sentían mal en la enfermedad, pero lo que les movía no era ocuparse de ellos, sino de que su hijo nunca olvidase el amor que ellos le habían enseñado: Dios te ama, Dios te llama, Dios siempre te sorprenderá porque Dios ama. Y nos ama con todas las consecuencias y nos pide que, lo que Él nos da, lo demos también nosotros. Aquí no había una idea falsa o engañosa del amor, sino que entendían que este era un don de Dios. Qué bien comprendiste y entendiste lo que tus padres te regalaron a través de su vida y en su muerte.

Es verdad que nuestro amor es imperfecto, pero hay momentos de la vida que se manifiesta con una perfección especial. El Señor siempre restaura ese amor, siempre nos abre caminos de liberación, de verdadero anuncio y de esperanza. ¡Qué bien observaste cómo el Señor, cuando amas con su amor, va abriendo caminos de liberación y de esperanza! Me hiciste un relato precioso cuando me describías que tus padres, en diversos momentos de su enfermedad, aunque veían que no mejoraban, expresaban lo que el Señor les daba y que ellos acogían: su amor, no estaban solos. Y fue de este amor de lo que ellos se rodearon siempre. En sus últimas palabras me dijiste que escuchaste algo así: «Recuerda que nuestro amor es imperfecto, pero el Señor, si le dejamos, lo restaura siempre».

En esta línea, quiero invitaros a todos a vivir tres tareas:

  1. Participa de la Eucaristía, que te convierte en don de amor para los demás. Qué hondura alcanza nuestra vida cuando descubrimos que, al alimentarnos del Señor, se convierte en don. Esa comunión con Cristo nos impulsa a amar sin medida. Vive en la alegría de hacerte don para todos los que encuentres en tu camino. No puedes banalizar el amor en tu vida; has de descubrir cada día más y mejor la gran vocación del ser humano, que es al amor. ¡Qué bien lo descubren los jóvenes! En la Eucaristía celebrada y en otros momentos contemplada, el Señor nos hace revolucionarios, nos hace ir a contracorriente, nos hace dejar de vivir de lo provisional y accesorio y vivir con aquello que da fundamento a la vida.
  2. No seas hipócrita al amar, pues no vale cualquier forma de amar para ser y crecer. No te muevas al amar por intereses personales. El amor es una gracia, es un regalo. Poder amar de verdad, y no con anécdotas del amor, es un don de Dios. Tienes que saberlo pedir a quien lo puede dar y en abundancia. Y cuando lo tienes de quien mana el verdadero amor, lo acoges y lo expresas en el encuentro con los otros de formas muy diferentes. Hoy se habla mucho de amar, pero hay que aprender a amar. Es un arte y te lo enseña Jesucristo. Él nos hace experimentar su compasión, su misericordia, y las maravillas de su amor, de tal manera que podemos entender lo que podemos vivir y hacer con nuestros hermanos.
  3. Ama como Jesús nos dice en el Evangelio: a los enemigos, a quienes nos traicionan, a los que nos odian, a quienes nos maldicen, a quienes nos difaman… Cuando os digo esto, deseo que entendáis una de las características más propias del mensaje de Jesús. Sinceramente creo que aquí está el secreto y la fuerza y la capacidad para vivir alegres. Cuesta, pero no puedo deciros otra cosa: al enemigo hay que amarlo, hacerle el bien y rezar por él. ¿Por qué he de amarlo? Porque en el corazón de Dios no existen enemigos; hay hijos y, en tu corazón, tiene que haber hermanos. Ahora bien, el amor de Dios nos saca de la mentira a todos, del aprovechamiento de los demás y nos invita a vivir en la verdad. Pero incluso a los que se sirven de ti hay que amarlos, pues ninguna mano sucia puede impedir que Dios ponga esa vida que Él desea regalarnos.

Con gran afecto, os bendice,

+Carlos, Cardenal Osoro Sierra

Arzobispo de Madrid

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Comentarios
36 comentarios en “Osoro: «En la Eucaristía el Señor nos hace revolucionarios, nos hace ir a contracorriente»
  1. Monseñor Osoro se ve muy obsesionado con el covid. En cuanto a lo de nadar contra corriente, no es precisamente lo que caracteriza a este tipo de obispos plegados al pensamiento único del NOM….

    1. Revolución no lo es, lo niego y no lo admito, me opongo a este lenguaje marxista y comunista, no es católico. Osoro hace daño al catolicismo. La Revolución en la Guerra Civil mató a decenas de miles de obispos, sacerdotes, religiosos y laicos y afectó a mi familia. Váyase a paseo, Osoro. ¡Qué obispo más mediocre!

  2. Monseñor Osoro se ve muy obsesionado con el covid. En cuanto a lo de nadar contra corriente, no es precisamente lo que caracteriza a este tipo de obispos plegados al pensamiento único del NOM….

  3. Monseñor Osoro se ve muy obsesionado con el covid. En cuanto a lo de nadar contra corriente, no es precisamente lo que caracteriza a este tipo de obispos plegados al pensamiento único del NOM….

  4. En la comunión ,en la eucaristía;cuando recibimos la sagrada forma lo que hacemos es entregar nuestra alma a Dios.Se la entregamos para que él la gobierne para que así podamos cumplir con su voluntad.
    Todo ello nace del absoluto convencimiento de nuestra incapacidad para cumplir con su voluntad y por ello poder ser Libres y Poder alcanzar la felicidad verdadera .
    Felicidad que tiene absolutamente que ver con la seguridad que l respuesta a nuestra ansia de eternidad ha quedado dada en la l alma.

  5. Caramba, es cuando menos chocante oir eso de uno de los principales paladines de nadar a favor de lo políticamente correcto, de seguir la corriente por sistema.

  6. «Porque en el corazón de Dios no existen enemigos; hay hijos y, en tu corazón, tiene que haber hermanos. Ahora bien, el amor de Dios nos saca de la mentira a todos, del aprovechamiento de los demás y nos invita a vivir en la verdad. Pero incluso a los que se sirven de ti hay que amarlos, pues ninguna mano sucia puede impedir que Dios ponga esa vida que Él desea regalarnos.»

    Bien dicho. El amor que no anuncia la Verdad ya no proviene de Dios.

      1. ACS, anuncia la Verdad amando, ante todo, la propia Verdad. De lo contrario es un amor mundano, no elevado a los cielos, sino perecedero.

        Es imposible desligar Amor y Verdad, no hay truco capaz de romper esa ligazón recíproca.

        Lo mismo que no hay Caridad sin Verdad, ni Misericordia sin Verdad.

        Amor sin Verdad es interés pasajero.
        Caridad sin Verdad es falsa compasión.
        Misericordia sin Verdad es relativismo.

        El amor no es una isla aislada, lleva a anunciar a Cristo, sin ocultamientos. Lleva al «hombre nuevo» al que San Pablo hacia referencia.

        1. Así es! Pero primero ama.Primero manifiesta su amor.Usted no se ha preguntado nunca por qué cando Jesús dijo a Mateo y a otrso : » ven, sígueme!» lo dejaban todo en el acto y le seguían? …es porque se acerca amando, manifestando su amor. Ese amor divino llena nuestro vacío y despierta de tal forma nuestro deseo q se deja todo y se le sigue. Porque se ha encontrado el tesoro. Entonces la verdad se busca y se acepta y se va incribiendo en nuestro corazón.
          El amor Divino purifica.Cura nuestra ceguera y vemos la Verdad. La deseamos en la persona de Cristo q nos ama así.

          Primero ama , después lo dejamos todo pq su amor nos llena, y siguiéndole nos va enseñando la verdad.

          Mateo, los apóstoles, St.Pablo, Zaqueo, la samaritana, yo y millones de personas lo hemos vivido así.

          Pq en el Encuentro el Amor divino se nos da.

          1. ACS, lo siento, pero no cabe truco. No hay «primero» ni «segundo», son ambas a la vez.

            No hay atajos. Quien dice amar y oculta la Verdad, no ama a Dios sino a otras cosas. Quien dice defender la Verdad y no ama a Dios, igualmente no sirve a la Verdad.

            Es un bucle inseparable, y quien asigna prioridades, algo quiere sacrificar.

            A San Pablo el amor de Dios se le manifiesta al mismo tiempo que su Verdad: cae del caballo camino de Damasco y queda sin vista. Y al ser bautizado, nace el hombre nuevo.

            Lo de «ama y el resto lo encontrarás» en el camino es falso y tendencioso, porque si amas, ya has debido anunciar que sólo Cristo redime, que sólo Cristo santifica. Sin anunciar a Cristo no ha nacido el «hombre nuevo».

          2. ACS, ¿se da cuenta de que en sus comentarios el término «yo» siempre aparece. Es típico del relativismo: hipertrofia del “yo”.

            Si la misericordia no es otra cosa que el amor de Dios volcado sobre el mísero, la primera condición para acogerla es nuestra conciencia de ser pecadores. Negarle al pecador la Verdad, como usted propone siempre, es cerrarle el camino a la Misericordia. La Misericordia no significa hacer unas «rebajas morales».

          3. ACS, no es casual que uno de los estudiosos del relativismo, el Papa Benedicto XVI, llamase a una de sus Encíclicas «CARITAS IN VERITATE», la caridad en la verdad.

            Y nos dice: “Sin verdad, la caridad cae en mero sentimentalismo. El amor se convierte en un envoltorio vacío que se rellena arbitrariamente. Éste es el riesgo fatal del amor en una cultura sin verdad. Es presa fácil de las emociones y las opiniones contingentes de los sujetos, una palabra de la que se abusa y que se distorsiona, terminando por significar lo contrario. La verdad libera a la caridad de la estrechez de una emotividad que la priva de contenidos relacionales y sociales, así como de un fideísmo que mutila su horizonte humano y universal”.

          4. Hidaspes,

            Claro que aparece el «yo» porque estoy refiriéndome a lo que Dios hizo conmigo. Se llama «dar testimonio» de algo que conozco perfectamente.Del encuentro, de las maravillas que Dios hace en nosotros. Hablo de mi experiencia ,de cómo Dios se acercó a mí. Y fué así! le guste o no, lo entienda o no, lo crea o no! se manifestó en mí el amor divino sin ningún reproche. Ese amor me enamoró y le seguí. Opté por Él. Le seguí cuando aún era proaborto, cuando todavía no entendía el no al divorcio y muchas otras cosas más que mi mente de atea no entendía. Pero no me abandonó. Y todavía hoy me sigue enseñando desde cada vivencia, desde cada cruz, desde cada encuentro etc.

            Siento mucho que no lo crea porque es así cómo Jesús se acerca a los pecadores.Él respeta nuestros tiempos.

          5. Hidaspes,

            Jesús nos llama, si decimos Sí! le seguimos. Entonces le aceptamos como nuestro maestro y Él nos enseña y nos guía por medio del Esp.Santo.Y nunca contradice la Biblia ni el catecismo. Jamás!!!!!

            Usted dice: «…Negarle al pecador la Verdad, como usted propone siempre…»

            pues lo siento mucho pero esto es rotundamente falso!!! nunca he dicho tal cosa. Pero ya hace tiempo que vengo observando que yo digo una cosa y usted interpreta otra y la afirma como si fuera verdad.

            Pues nada , aquí lo dejo. Mi intención no es ganar o perder guerras dialécticas sino dar testimonio de lo que Dios ha hecho y hace conmigo ,de como nací de nuevo.

            Si usted ha tenido un encuentro con Cristo y ha sido diferente estaría bien que lo compartiera con nosotros también. El mio ha sido así!

          6. ACS, la caridad es muy poco del «yo» y bastante de la salvación del otro.

            Anunciar la Verdad no es reprochar nada.

            En efecto, no me creo su testimonio, ofrece un «amor» abstracto, desvinculado de la Verdad, mero emotivismo mundano. El amor al pecador no le deja en la misma posición de partida, le ofrece un camino para andar. Usted quiere esconder ese camino «para que no se enfaden» y califica de amor a lo que es justo lo contrario, porque el primer acto de amor al prójimo es sacarle de su error. Y usted lo sustituye por «ama y ya Dios te enseñará la verdad», que es precisamente el «fideismo» del que se nos previene en «Caritas in Veritate».

          7. Hidaspes,

            el que experimenté no es un amor abstracto sino «amor Divino» y no está desvinculado de la verdad sino que es la Verdad. Pero no percibimos todo en el mismo instante.

            Cristo es amor pero también es luz. Él se acerca al pecador amándole pero su luz pone al descubierto nuestra oscuridad y nos reconocemos pecadores. Pero eso no pasa en un segundo. Lo que ocurre en un segundo es que le reconocemos como nuestro pastor ,le amamos y le seguimos. Nuestra oscuridad la vamos viendo paso a paso ,más y mejor a medida que nos acercamos más a la santidad.

            Nuestro amor humano no salva a nadie. Nuestras palabras tampoco. Lo que salva es Cristo si le dejamos actuar a través de nosotros. Primero amándoles como Él nos amó. Y después ellos mismos serán los que le busquen. Entonces hablamos.

          8. no son ambas a la vez como usted afirma, no fué así conmigo. No descubrí en un segundo todas las verdades de nuestra fe. Ni mi pecado ni mi miseria se manifestó en aquel encuentro sino su amor.

            Este es mi testimonio real , no tengo más que decir.

          9. ACS, yo no me pronuncio sobre experiencias personales sino sobre la fe. Su vida pasada no me aporta luz alguna. Despréndase un poco del yo y ponga más al Señor como el centro de todo.

  7. Osoro: el primer revolucionario fue Lucifer.

    La Eucaristía no nos hace revolucionarios, sino que bien recibida y con la adecuada entrega de sí mismos, nos conforma a la Divina Voluntad y asi nos acerca a la santidad.

  8. ¡ Que verborrea !
    Cuando me toca escucharle a este teatrero los domingos, oficiando la santa misa, lo hago como una penitencia.
    ¡Ay de los engañadores, ay de los engañados!
    ¡Alabado sea Jesucristo!

  9. Ya sólo el lenguaje empleado es repugnante. Revolución es lo que los izquierdistas llaman a tomar el poder de forma violenta e ilegal, y reservan el término «Golpe de Estado» para cuando realiza eso mismo la derecha. Pero, volviendo al lenguaje empleado por monseñor, no va a conmover a ningún izquierdista, pues lo suyo es estar preparando la próxima demolición de una cruz o la quema de algún templo y, desde luego, en cuanto a la derecha, sólo le va a resultar asquerosa esa terminología.

  10. ¿Qué pasa, que Cristo no fue un revolucionario?

    -«Si te pegan en una mejilla, pon la otra»
    -«perdonar hasta 70 veces siete»
    -«el hombre no está hecho para el Sábado, sino el Sábado para el hombre»
    -«el que quiera ser el primero que se haga el último y el servidor de todos» (lavatorio de los pies).
    -«el que no recoge conmigo desparrama» «sin mí no podeis hacer nada».
    -«qué difícil es que un rico entre en el Reino de los cielos»
    -«amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen»
    -«las prostitutas y los publicanos os precederan en el Reino de los cielos»

    ¨¿seguimos?

    Si esto no es radical y revolucionario del todo, pues que es hemos perdido la sensibilidad. Yo jamás he visto nada tan rompedor y revolucionario en mi existencia.
    Otra cosa es que hagamos una mala lectura política (como veo que algunos la han hecho) y nos remitamos a ideologías marxistas y cosas parecidas; pero la revolución de Cristo no va por ahí.

  11. Alberto, la palabra revolucion, revolucionario, me parece que no aparece en todo el evangelio. Tenemos la revolucion, francesa, la americana y la rusa, despues tenemos las de los libertadores americanos.. acontecimientos de muerte y sangre de naciones y pueblos completos. Ni la Biblia, ni la vida de Cristo tienen que ver con nada de todo esto, nada que ver con tantas desgracias que ha traido la palabra revolucion o revolucionario a la humanidad.

  12. Gedeon

    Es que tu haces una lectura política de la palabra «revolución». O una lectura ideológica.
    Pero también puede significar un cambio total y radical; desde la perspectiva cristiana ,un cambio de mente y de corazón, «metanoia»; que no sea precisamente una palabra bíblica no quiere decir que no se pueda entender o utilizar.

  13. Alberto:

    Revolución: «Cambio violento y radical en las instituciones políticas de una sociedad.»

    No. Jesucristo no hizo una revolución.

    Chorradas con el lenguaje las justas, chaval.

  14. Gerona

    Ya he visto que has ido a la definición del diccionario.
    También hay otras: «Cambio total y radical, transformación completa». Y hay tres definiciones más, que no transcribo, que corresponden a diferentes campos de significado. Tú te has ido a la primera, a la política, a la que no me he referido precisamente (si leeis bien, asi lo he indicado).

    O sea, que no he dicho ninguna chorrada, chaval.

  15. Bueno, recordemos que El se humaniza para que nosotros nos divinicemos.
    Han pasado dosmil años y aún no nos hemos enterado.¿Cómo podemos empezar esa tarea para seguir en todo a Nuestro Señor Jesucristo?
    El camino que sugiere la tonsura (la coronilla) en los sacerdotes, es una fórmula con riesgos y requiere el dominio de la Orbita microcósmica.
    Centrémonos en los ejercicios sobre el corazón( ante todo cuida tu corazón…). Leamos cuidadosamente la epístola sobre el fuego filosófico, de Gio-
    vanni Pontano, releyendo los ejercicios sobre el corazóń y empecemos a practicar.
    Tengamos presente las palabras de Nuestro Señor : » Yo soy la luz del mundo, el que me sigue no camina en tinieblas, si no que tendrá la Luz de la Vida.
    Alabado sea Dios.

  16. Y bueno demuestra que le va la política. El precursor llamo a la Conversión, igual llamado al principio hizo el Señor, Conviertanse. Estos jerarcas la van con la Politica, no sea que llamen a la conversión, sino vean la politica bendición del Papa en nombre del dios de todos, en la reunión de Scholas, ya ni nombran el nombre del Señor.

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