Francisco señala el terreno de «ira y maldad» de donde surgen «los populismos»

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«Recientemente hemos visto un bárbaro recrudecimiento del antisemitismo»

El Santo Padre ha recibido esta mañana a una delegación del «Centro Simón Wiesenthal» y les ha dirigido un discurso. La citada institución, ubicada en Los Ángeles, se dedica a documentar las víctimas del holocausto y a llevar registros de los criminales de guerra nazis. Con el paso del tiempo su principal labor es denunciar las actividades antisemitas en todo el Mundo.

Lleva el nombre de Simon Wiesenthal, el célebre ‘cazanazis’ austríaco, que después de estar internado en un campo de concentración, dedicó la mayor parte de su vida a localizar nazis y llevarlos ante la justicia.

«Es muy importante educar en la tolerancia y la comprensión mutua, en la libertad de religión y en la promoción de la paz social», les dijo el Papa en su discurso en la Sala del Consistorio del Palacio Apostólico del Vaticano.

El Papa, mencionando el 75º aniversario de la liberación de Auschwitz-Birkenau, que se conmemora la semana que viene, recordó como fue en 2016 para «interiorizar, para rezar en silencio». El pontífice señaló que este aniversario «es una llamada a detenerse, a permanecer en silencio y a recordar», algo necesario «para no volvernos indiferentes».

«Hoy, absorbidos por el torbellino de las cosas, nos resulta difícil detenernos, mirar dentro de nosotros mismos, callarnos para escuchar el grito de la humanidad que sufre», continuó el Santo Padre. Francisco aseguró que el consumismo actual también es verbal: «¡cuántas palabras inútiles, cuánto tiempo perdido en impugnar y acusar, cuántas ofensas gritadas, sin tener en cuenta lo que se dice!», dijo. «El silencio, en cambio, ayuda a custodiar la memoria», dijo Bergoglio, asegurando que si perdemos la memoria «aniquilamos el futuro».

El Papa argentino lamentó el «preocupante» aumento, en muchas partes del mundo, «de una indiferencia egoísta», por la que nos interesa «solo lo que nos resulta cómodo: la vida está bien si a mí me va bien y cuando algo no funciona, se desencadenan la ira y la maldad», dijo Bergoglio, que aseguró que así es como se prepara el terreno para el surgimiento de «los particularismos y populismos» que vemos «a nuestro alrededor». Terreno en el que «crece rápidamente el odio».

Acto seguido dijo que estamos viendo «un bárbaro recrudecimiento del antisemitismo». «No me canso de condenar firmemente cualquier forma de antisemitismo», confiesa el Papa, que añade que para poder afrontar el problema «desde las raíces», debemos comprometernos a «arar la tierra en la que crece el odio, sembrando en ella la paz».

A través de «la integración, la búsqueda y la comprensión del otro nos protegemos mejor nosotros», manifestó Francisco, y señaló la urgencia de reintegrar a los marginados, «tender la mano a los que están lejos, sostener a los descartados por falta de medios y dinero, ayudar a los que son víctimas de la intolerancia y la discriminación».

Les ofrecemos el discurso del Santo Padre en español, publicado por la Oficina de Prensa de la Santa Sede:

Queridos amigos:

Os doy la bienvenida. Vuestro Centro, activo en todo el mundo, tiene como objetivo combatir cualquier forma de antisemitismo, racismo y odio a las minorías. Desde hace ya décadas existen contactos con la Santa Sede: nos une el deseo de hacer del mundo un lugar mejor en el que se respete la dignidad humana, una dignidad que pertenece a todos por igual, independientemente del origen, la religión o la condición social. Es muy importante educar en la tolerancia y la comprensión mutua, en la libertad de religión y en la promoción de la paz social.

Vosotros contribuís de una manera particular a mantener vivo el recuerdo del Holocausto. Dentro de una semana, el 27 de enero, se conmemorará el 75º aniversario de la liberación del campo de concentración de Auschwitz-Birkenau. Allí estuve en el 2016 para interiorizar, para rezar en silencio. Hoy, absorbidos por el torbellino de las cosas, nos resulta difícil detenernos, mirar dentro de nosotros mismos, callarnos para escuchar el grito de la humanidad que sufre. El consumismo de hoy también es verbal: ¡cuántas palabras inútiles, cuánto tiempo perdido en impugnar y acusar, cuántas ofensas gritadas, sin tener en cuenta lo que se dice! El silencio, en cambio, ayuda a custodiar la memoria. Si perdemos la memoria, aniquilamos el futuro. El aniversario de la indecible crueldad que la humanidad descubrió hace setenta y cinco años es una llamada a detenerse, a permanecer en silencio y a recordar. Lo necesitamos para no volvernos indiferentes.

Es preocupante  el aumento, en muchas partes del mundo, de una indiferencia egoísta,  por la que nos interesa solo  lo que nos resulta cómodo: la vida está bien si a mí me va bien y cuando algo no funciona,  se desencadenan la ira y la maldad. Así es como se preparan terrenos fértiles para los particularismos y populismos que vemos a nuestro alrededor.  En estos terrenos crece rápidamente el odio. El odio. Sembrar odio. Recientemente hemos visto un  bárbaro recrudecimiento del antisemitismo. No me canso de condenar firmemente cualquier forma de antisemitismo. Pero para afrontar el problema desde las raíces, también debemos comprometernos a arar la tierra en la que crece el odio, sembrando en ella la paz. En efecto, a  través de la integración, la búsqueda  y la comprensión del otro nos protegemos mejor nosotros. Por eso es urgente reintegrar a los marginados, tender la mano a los que están lejos, sostener a los descartados por falta de medios y dinero, ayudar a los que son víctimas de la intolerancia y la discriminación.

La Declaración Nostra Aetate (cf. n. 4) subraya que nosotros, judíos y cristianos, tenemos un rico patrimonio espiritual común que debemos descubrir cada vez más para ponerlo al servicio de todos. Siento que hoy en particular estamos llamados, ante todo, a este servicio: no a tomar distancias y excluir, sino a acercarnos e incluir; no a favorecer soluciones de fuerza, sino a abrir caminos de proximidad. Si no lo hacemos nosotros, que creemos en Aquel que, desde lo alto del cielo, se acordó de nosotros y se preocupó de nuestra debilidad ¿quién lo hará? Me vienen a la mente esas palabras del libro del Éxodo: «Acordóse Dios de su alianza con Abraham, Isaac y Jacob». Y miró Dios a los hijos de Israel y conoció» (2, 24-25). Recordemos  nosotros también el pasado y preocupémonos por  las condiciones de los que sufren: así cultivaremos el terreno de la fraternidad.

Queridos amigos, os agradezco vuestro compromiso en este sentido y os animo a intensificar nuestra colaboración en defensa de los más débiles. ¡Que el Altísimo nos ayude a respetarnos y amarnos cada vez más, y a hacer de la tierra un lugar mejor, sembrando la paz! ¡Shalom!

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Comentarios
6 comentarios en “Francisco señala el terreno de «ira y maldad» de donde surgen «los populismos»
  1. Está muy bien que se recuerde ése el terribl3 críMen, fue espantoso
    Y sería bueno que hubiera un día también dedicado al holocaustO de hijos en el vientre de la madre, que me supongo que multiplic4n con mucho, la cantidad en muer7es. Tan doloroso uno, causado por la mente de un desquisi4do y m4lvado hombre, si es que hombre se le puede llamar, como lo irracion4l,,,, causad0 nada menos que por la mism4 m4dre.

  2. Gracias a Dios rezamos por todos, buenos y malos, por los perseguidos y no perseguidos, gracias a Dios tenemos su palabra y con eso basta: Solo Dios basta.
    La ira y la maldad tristemente se están viendo, y no sólo físicamente sino verbalmente. De la boca sale lo que abunda en el corazón. Ojalá que siempre sea Dios

  3. Ber go glio es de los que despotrican contra el nazismo cuando éste hace décadas que desapareció. Cuando todo el mundo estaba encantado con Hitler y la revista TIME le dedicaba toda la portada como hombre del año, la única voz libre que le plantó cara fue la de Iglesia Católica, y un ejemplo de ello fue la encíclica Mit Brennender Sorge, de S.S.Pio XI. ¿Alguien se imagina a Francisco firmar una encíclica así ? Yo, más bien, me lo imagino liándose a abrazos con Hitler y soltando rapapolvos a los obispos alemanes que defendían a la Iglesia de las agresiones nazis.

  4. Belzunegui,se te está yendo la castaña,tómate un respiro,que has entrado en bucle,no se puede decir eso,creer que está bien,en serio.Paraaaaa!!!

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