Santa María Magdalena

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(Catholic.net)- Memoria de santa María Magdalena, que, liberada por el Señor de siete demonios y convertida en su discípula, le siguió hasta el monte Calvario y mereció ser la primera que vio al Señor resucitado en la mañana de Pascua y la que se lo comunicó a los demás discípulos (s. I).

Hoy celebramos a Santa María Magdalen, debemos referirnos a tres personajes bíblicos, que algunos identifican en una sola persona: María Magdalena, María la hermana de Lázaro y Marta, y la pecadora anónima que unge los pies de Jesús.

Tres personajes para una historia

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María Magdalena, así, con su nombre completo, aparece en varias escenas evangélicas. Ocupa el primer lugar entre las mujeres que acompañan a Jesús (Mt 27, 56; Mc 15, 47; Lc 8, 2); está presente durante la Pasión (Mc 15, 40) y al pie de la cruz con la Madre de Jesús (Jn 19, 25); observa cómo sepultan al Señor (Mc 15, 47); llega antes que Pedro y que Juan al sepulcro, en la mañana de la Pascua (Jn 20, 1-2); es la primera a quien se aparece Jesús resucitado (Mt 28, 1-10; Mc 16, 9; Jn 20, 14), aunque no lo reconoce y lo confunde con el hortelano (Jn 20, 15); es enviada a ser apóstol de los apóstoles (Jn 20, 18). Tanto Marcos como Lucas nos informan que Jesús había expulsado de ella «siete demonios». (Lc 8, 2; Mc 16, 9)

María de Betania es la hermana de Marta y de Lázaro; aparece en el episodio de la resurrección de su hermano (Jn 11); derrama perfume sobre el Señor y le seca los pies con sus cabellos (Jn 11, 1; 12, 3); escucha al Señor sentada a sus pies y se lleva «la mejor parte» (Lc 10, 38-42) mientras su hermana trabaja.

Finalmente, hay un tercer personaje, la pecadora anónima que unge los pies de Jesús (Lc 7, 36-50) en casa de Simón el Fariseo.

Dos en una, tres en una

No era difícil, leyendo todos estos fragmentos, establecer una relación entre la unción de la pecadora y la de María de Betania, es decir, suponer que se trata de una misma unción (aunque las circunstancias difieren), y por lo tanto de una misma persona.

Por otra parte, los «siete demonios» de Magdalena podían significar un grave pecado del que Jesús la habría liberado. No hay que olvidar que Lucas presenta a María Magdalena (Lc 8, 1-2) a renglón seguido del relato de la pecadora arrepentida y perdonada (Lc 7, 36-50).

San Juan, al presentar a los tres hermanos de Betania (Marta, María y Lázaro), dice que «María era la que ungió al Señor con perfumes y le secó los pies con sus cabellos». El lector atento piensa: «Conozco a este personaje: es la pecadora de Lucas 7″. Además, en el mismo evangelio de Lucas, inmediatamente después del episodio de la unción, se nos presenta a María Magdalena, de la que habían salido «siete demonios». El lector ratifica su impresión: «María Magdalena es la pecadora que ungió a Jesús». Y por último, en el mismo evangelio de San Lucas, pocos capítulos después (Lc 10), María, hermana de Marta, aparece escuchando al Señor sentada a sus pies. El lector concluye: «María Magdalena y esta María son una misma persona, la pecadora penitente y perdonada, que Juan también menciona por su nombre aclarándonos que vivía en Betania».

Pero esta conclusión no es necesaria porque:

no hay por qué relacionar a Juan con Lucas; los relatos difieren en varios detalles. Así, por ejemplo, la unción, según Lucas, tiene lugar en casa de Simón el Fariseo; su relato hace explícita referencia a los pecados de la mujer que unge a Jesús. Pero Mateo, Marcos y Juan, por su parte, hablan de la unción en Betania en casa de un tal Simón (Juan no aclara el nombre del dueño de casa, sólo señala que Marta servía y que Lázaro estaba presente), y mencionan el gesto hipócrita de Judas en relación con el precio del perfume, sin sugerir que la mujer fuese una pecadora. Sólo Juan nos ofrece el nombre de la mujer, que los demás no mencionan.

los «siete demonios» no significan un gran número de pecados, sino -como lo aclara allí mismo Lucas- «espíritus malignos y enfermedades»; este significado es más conforme con el uso habitual en los evangelios.

Dos teorías

Los argumentos a favor de la identificación de los tres personajes, como vemos, son débiles. Sin embargo, tal identificación cuenta a su favor con una larga tradición, como se ha mencionado. Hay que decir también que los argumentos a favor de la distinción entre las tres mujeres tampoco son totalmente concluyentes. Es decir que ambas teorías cuentan con razones a favor y en contra, y de hecho, a lo largo de la historia, ambas interpretaciones han sido sostenidas por los exégetas: así, por ejemplo, los latinos estuvieron siempre más de acuerdo en identificar a las tres mujeres, y los griegos en distinguirlas.

Una respuesta «oficial»

A pesar de que ambas posturas cuentan con argumentos, hoy en día la Iglesia Católica se ha inclinado claramente por la distinción entre las tres mujeres. Concretamente, en los textos litúrgicos, ya no se hace ninguna referencia -como sí ocurría antes del Concilio- a los pecados de María Magdalena o a su condición de «penitente», ni a las demás características que le provendrían de ser también María de Betania, hermana de Lázaro y de Marta. En efecto, la Iglesia ha considerado oportuno atenerse sólo a los datos seguros que ofrece el evangelio.

Por ello, actualmente se considera que la identificación entre Magdalena, la pecadora y María es más bien una confusión «sin ningún fundamento», como dice la nota al pie en Lc 7, 37 de «El Libro del Pueblo de Dios». No hay dudas de que la Iglesia, a través de su Liturgia, ha optado por la distinción entre la Magdalena, María de Betania y la pecadora, de modo que hoy podemos asegurar que María Magdalena, por lo que nos cuenta la Escritura y por lo que nos afirma la Liturgia, no fue «pecadora pública», «adúltera» ni «prostituta», sino sólo seguidora de Cristo, de cuyo amor ardiente fue contagiada, para anunciar el gozo pascual a los mismos Apóstoles.

La liturgia de su fiesta

Los textos bíblicos que se proclaman en su Memoria (que se celebra el 22 de julio) hablan de la búsqueda del «amado de mi alma» (Cant 3, 1-4a) o de la muerte y resurrección de Jesús como misterio de amor que nos apremia a vivir para «Aquel que murió y resucitó» por nosotros (2 Cor 5, 14-17). Ell evangelio que se proclama en la Misa es Jn 20, 1-2.11-18, es decir, el relato pascual en que Magdalena aparece como primera testigo de la Resurrección de Jesús, lo proclama «¡Maestro!» y va a anunciar a todos que ha visto al Señor. Como se ve, ninguna alusión a sus pecados ni a su supuesta identificación con María de Betania. Sólo pervive de esta supuesta identificación el hecho de que la Memoria litúrgica de Santa Marta se celebra justamente en la Octava de Santa Magdalena, es decir, una semana después, el 29 de julio. Santa María de Betania aun no tiene fiesta propia en el Calendario Litúrgico oficial.

Los textos eucológicos de la Misa de la Memoria de Santa María Magdalena nos dicen, por su parte, que a ella el Hijo de Dios le «confió, antes que a nadie… la misión de anunciar a los suyos la alegría pascual» (Oración Colecta). Magdalena es aquella «cuya ofrenda de amor aceptó con tanta misericordia tu Hijo Jesucristo» (Oración sobre las Ofrendas) y es modelo de «aquel amor que [la] impulsó a entregarse por siempre a Cristo» (Oración Postcomunión).

En la Liturgia de las Horas ocurre otro tanto, ya que los nuevos himnos compuestos después de la reforma litúrgica (Aurora surgit lúcida para Laudes y Mágdalæ sidus para Vísperas) hacen hincapié en los mismos aspectos: María Magdalena como testigo privilegiado de la Resurrección, primera en anunciar a Cristo resucitado, y fiel e intrépida seguidora de su Maestro. Algo similar se verifica en los demás elementos del Oficio Divino, en los que -nuevamente- no hay alusión ninguna a los supuestos pecados de la Magdalena ni a su condición de hermana de Marta y Lázaro.

Como claro contraste, cabe señalar que en la liturgia previa al Concilio, la Memoria del 22 de julio se llamaba «Santa María Magdalena, penitente», y abundaban las referencias a su pecado perdonado por Jesús y a su condición de hermana de Lázaro. El evangelio que se proclamaba era justamente Lc 7, 36-50, es decir, la unción de Jesús a cargo de «una mujer pecadora que había en la ciudad»: «in civitate peccatrix».

Finalmente, mencionemos que el culto a Santa María Magdalena es muy antiguo, ya que la Iglesia siempre veneró de modo especial a los personajes evangélicos más cercanos a Jesús. La fecha del 22 de julio como su fiesta ya existía antes del siglo X en Oriente, pero en Occidente su culto no se difundió hasta el siglo XII, reuniendo en una sola persona a las tres mujeres que los Orientales consideraban distintas y veneraban en diversas fechas. A partir de la Contrarreforma, el culto a María Magdalena, «pecadora perdonada», adquiere aun más fuerza.

La leyenda oriental señala que después de la Ascensión habría vivido en Éfeso, con María y San Juan; allí habría muerto y sus reliquias habrían sido trasladadas a Constantinopla a fines del siglo IX y depositadas en el monasterio de San Lázaro.

Otra tradición -que prevalece en Occidente- cuenta que los tres «hermanos» (Marta, María «Magdalena» y Lázaro) viajaron a Marsella (en un barco sin velas y sin timón). Allí, en la Provenza, los tres convirtieron a una multitud; luego Magdalena se retiró por treinta años a una gruta (del «Santo Bálsamo») a hacer penitencia. Magdalena muere en Aix-en-Provence, adonde los ángeles la habían llevado para su última comunión, que le da San Máximo. Diversos avatares sufren sus reliquias y su sepulcro a lo largo de los siglos.

Estas leyendas, naturalmente, no tienen ningún fundamento histórico y, como otras tantas, fueron forjadas en la Edad Media para explicar y autentificar la presencia, en una iglesia del lugar, de las supuestas reliquias de Magdalena, meta de innumerables peregrinajes.

Finalmente, cabe consignar que el apelativo «Magdalena» significa «de Magdala», ciudad que ha sido identificada con la actual Taricheai, al norte de Tiberíades, junto al lago de Galilea.

Publicado por Catholic.net.

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Comentarios
16 comentarios en “Santa María Magdalena
  1. María la hermana de Marta y Lázaro, como cualquier mujer de su misma edad y de su tiempo, puede estar enamorada de Jesús. Y lo está hasta tal punto que para ella solo existe la presencia de éste, para ella su maestro y señor. Y cuando María oye de su maestro, aquello de que: «María ha escogido lo mejor y no le será quitado»; Ella, se siente ya desposada y de aquí la madre de los hijos de su amado maestro. (Lc 10, 38-42)

    Pero María siente el palpitar de su corazón; y en aquella su fogosa juventud no sabe. no entiende de otros amores que el que ella siente vibrar en sus entrañas viéndose ya desposada y madre de los hijos de su amado maestro.

    Y María como no entiende de la proximidad de otros amores que el que ella en sí misma siente palpitar y vibrar; ella, así confundida; no comprende como, aquel, su casto y puro amor de la misma manera no sea correspondido. Y así, María, de esta forma sintiéndose pechada, se va ofrecer su amores a otros enamorados.

    1. María Magdalena encarna a la perfección el amor humano elevado por la Gracia,siendo así la amante perfecta de Dios,un amor místico,y de entrega total,vive para amar a Dios,otras santas recogieron este espíritu,Santa Teresa de Ávila ,de Lixieux,…..y tantas monjas de clausura que viven su amor escondidas al mundo.

  2. Y a María la que fuera: la hermana de Marta; la hermana de Lázaro; la mujer pecadora; la Magdalena:
    No solo no le fue quitado aquel místico amor de Jesús, su Maestro. Sino que le dio el grande honor de estar presente en la Cruz, hasta el último suspiro de su Maestro.

    1. Creo que esta confundido, Maria Magdalena no estuvo al pie de la cruz, sino que fue a la primera que se le aparecio Jesus Resucitado

      1. Lee el artículo de la Enciclopedia Católica de 1909 sobre María Magdalena publicado por Aciprensa en Internet y verás que sí estuvo al pie de la cruz.

  3. Susana

    Ya sea de hombre como de mujer hacia Dios; no hay amor perfecto que pueda ser o existir.
    Todo amor de hombre o mujer hacia Dios, por muy grande que éste pueda ser por Dios admitido y recibido -excepto el de la Virgen María- éste estará tachado y por consiguiente responsablemente, estará encausado en la muerte que nos propició el Pecado Original que todos heredamos.

    1. Cierto Rastri,tiene toda la razón,yo solo quería expresar,lo mucho que amo y ama al Señor,María Magdalena,aunque sea de un modo imperfecto,pero el mismo Señor la puso como ejemplo ,a quien mucho ama,mucho se le perdona!.He de reconocer que soy muy devota de Santa María Magdalena.Muchas Gracias por su corrección.Un saludo en Cristo.

  4. Lo más razonable es distinguir a las tres mujeres, y hace muy bien la Iglesia Católica en distinguirlas, no hay ninguna base objetiva para lo contrario, ni para alimentar toda la literatura fantasiosa de las ultimas décadas sobre Jesús y Maria Magdalena.
    Lo que si me llama la atención es que San Pablo no la menciona entra las personas que se encuentran con Jesús tras la resurrección Corintios I 15 5-8

    1. Pueden ser varias razones,que San Pablo no mencioné la presencia de María Magdalena,pero lo hacen los evangelistas,y eso es lo que cuenta.Tal vez a Pablo tenía bastante con lo que le sucedió a el,que fue muy fuerte,debió de tardar en digerirlo,bastante tiempo.Probablemente no la conoció personalmente.Y por último Pablo no suele hablar de mujeres,tampoco recuerdo que mencioné a la Virgen María.Si estoy equivocada que alguien me lo diga.

      1. Sí, Susanaa, es cierto que San Pablo no menciona ni a Magdalena, ni a la Virgen; quizás la razón de la Virgen estuviera en que se encontraba en el ámbito de Santiago, lider de Jerusalen, y en principio más opuesto a Pablo, aunque también es cierto que Lucas, Evangelista, es del ámbito de Pablo, y según la Tradición visito a la Virgen Maria para conocerla y elaborar su Evangelio.

        A San Pablo, personalidad capital del Cristianismo, se le ha intentado colgar la etiqueta de misogeno y machista…no es cierto, y solo una lectura superficial puede llevar a esa conclusión; en sus Cartas destacan mucho las mujeres con las que se relaciono y fueron sus colaboradoras, como por ejemplo la primera cristiana Europea. Lidia, de la ciudad de Tiatira Hechos 16:14-15

  5. Susana a ud que es devota de Maria Magdalena y a todos los que les interese. Aconsejo leer la visión de Ana Catalina Emmerich beata. Para ella las María Magdalena era la hermana de Lázaro y Marta y también era una pecadora pública.Avemaria

    1. De acuerdo con André .

      He leído varias veces las visiones de Ana Catalina Emmerich, y comparto totalmente , pues confirma lo que hemos
      aprendido en nuestra infancia en el Catecismo y por nuestros padres .

  6. Muchas gracias André,por la información,conozco varias versiones de María Magdalena,todas ellas muy distintas,pero todas comparte el gran amor que sintió por Jesús,como lo ungió como Mesías,y sin olvidar la versión de la Iglesia,de todos modos mi devoción no disminuye por que pudiera ser una pecadora pública,el mismo Señor dice que las prostitutas os precederá en el Reino.

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