Tras la conclusión de la cumbre sobre abusos pasó la tormenta y a los alrededores de la plaza de San Pedro volvió la calma, aunque adivino que no por mucho tiempo.
Con mucha razón me explicó Tiziano -el responsable del departamento de acreditación de la Sala Stampa de la Santa Sede-, que las semanas en Roma se viven como una montaña rusa. En Roma nunca hay un día igual que el anterior y si uno está atento, las oportunidades no dejan de aparecer.
Conocí a Giuseppe Fiorentino -subdirector de L’Osservatore Romano-, quien recibió a Infovaticana en las instalaciones del periódico, situado a escasos metros de la puerta de Santa Ana. Como ya les conté, entrar en la Ciudad del Vaticano no fue tarea fácil.
Fiorentino me explicó cómo trabajan en uno de los principales organismos que conforman el Dicasterio para la Comunicación de la Santa Sede, que por orden del Papa Francisco está siendo reformado «para que exista una sinergia, una colaboración, para hablar con una sola voz en el interior del mundo de la comunicación». Con el objetivo de que nuestros lectores comprendan en qué consiste esta reforma, les iré explicando cada una de las realidades que componen la comunicación del Vaticano.
El domingo 3 de marzo InfoVaticana en Roma acudió también a la toma de posesión del título cardenalicio de Giuseppe Petrocchi, Arzobispo de la ciudad de L’Aquila.
El jueves comenzó la conferencia internacional “Las religiones y los Objetivos de Desarrollo Sostenible: Escuchar el clamor de la tierra y de los pobres”, donde tuve la ocasión de hablar con el cardenal peruano Pedro Barreto, quien señaló que “la pedofilia es una disfunción malévola de la persona”.
También visité la Congregación de la Doctrina de la Fe junto al resto de periodistas que acuden al curso que ofrece la Universidad Santa Croce en especialización en información religiosa. Les invito a leer el artículo donde explico cómo funciona esta congregación, fundada en 1542 por Pablo III.
El pasado 12 de marzo Infovaticana en Roma acudió a la cita con el embajador de Hungría ante la Santa Sede, Eduard Habsburg, en la iglesia de Roma San Andrea e Gregorio para recordar al que fue el sexagésimo cuarto Papa de la Iglesia Católica, Gregorio Magno, «el siervo de los siervo de Dios».
He tenido la ocasión también de conocer a Martha Alegría, mujer del que fue embajador de Honduras ante la Santa Sede y autora del libro «Traiciones sagradas», donde cuenta cómo el cardenal Óscar Rodríguez Maradiaga estafó y traicionó a su familia. Pronto les contaré ésta y muchas otras historias que espero encuentren interesantes.
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Le pido a Almudena un mínimo de ejercicio crítico y que no se crea nunca las versiones oficiales de la misericorditis imperante. Mienten hasta cuando dicen la verdad, pues esa verdad va intercalada entre mentiras, para colarnos las mentiras.