Rechazo generalizado a que los obispos investiguen a los obispos en EE UU

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La propuesta del Cardenal Donald Wuerl, arzobispo de Washington, de crear un ‘panel de obispos’ -otro- para investigar los casos de abusos homosexuales de clérigos ha encontrado un indignado rechazo en la opinión de los laicos y algún obispo.

¿Nos toman por idiotas? Sí, parece que nos toman por idiotas. Al menos así lo ha entendido la abrumadora mayoría de opinadores católicos ante la propuesta de Monseñor Wuerl, Arzobispo de Washington -y, por tanto, sucesor de Theodore ‘Tío Teddy’ McCarrick- de crear un ‘panel de obispos’ que investigue las acusaciones de abusos.

Cuando es uno de los más influyentes prelados de la Iglesia americana el principal protagonista de los últimos escándalos y hay tantos de sus colegas bajo sospecha por encubrimiento -empezando por el propio Wuerl-, suena a sarcasmo macabro que vuelva a proponerse que sean los principales sospechosos quienes se ocupen de ‘investigar’ las denuncias.

El Arzobispo sugirió esta posibilidad en una entrevista telefónica con el National Catholic Reporter, y la respuesta generalizada fue casi inmediata a su publicación.

No, de ninguna manera.

«No», repite tajante en su página de Facebook Samuel Gregg, director de Investigación del Instituto Acton. «Hemos pasado con mucho la hora de ‘paneles’ de obispos investigando a otros obispos. Una sugerencia así refleja una mentalidad que es sintomática del problema. Necesitamos un tribunal dirigido por laicos que reciba plenos poderes para investigar todas las acusaciones contra obispos, abrir todos los archivos sobre pagos judiciales, etcétera. No se puede seguir como si tal cosa. Cualquier obispo que no lo entienda es parte del problema».

El prestigioso Robert P. George, Profesor McCormick de Jurisprudencia en la Universidad de Princeton, coincide con Gregg: “La investigación no debe llevarla a cabo un panel o varios paneles de obispos, tiene que ser una investigación laica. De hecho, no creo que deba haber panel alguno, sino un individuo que actúe a modo de fiscal especial. Por supuesto, tal individuo necesitaría un equipo, pero sobre él recaería la responsabilidad última de la investigación, sus hallazgos y sus recomendaciones».

“¡Obispos investigando a obispos! ¿Qué podría salir mal?», ironiza en Twitter Dawn Eden Goldstein, autora y profesora adjunta de Teología Dogmática en la Facultad y Seminario de los Santos Apóstoles.

Elizabeth Scalia, del popular blog católico The Anchoress, remacha: «Los comentarios de Wuerl sugieren que en realidad no tiene idea de lo desastrosas que han sido las revelaciones sobre los prolongados abusos (sobre los que tantos cardenales y obispos aseguran estar «escandalizados») para la confianza del laicado. Permítanme que se lo aclare: esa confianza se ha destruido. Ya no existe».

Un sacerdote víctima de la ‘mafia rosa’ que ha declarado anónimamente en la web de Michael Voris, Church Militant, asegura: «Están desesperados, desesperados por retener el poder. Seguirán aferrándose al poder hasta el día de su muerte, hasta que les pillen. No tienen remordimientos, no ven nada malo en lo que hacen; no tienen fe, esperanza o caridad. Han descubierto un laicado que es cómplice o ignorante. Y lo explotarán a la máxima potencia».

Y un obispo, el de Albany, Monseñor Edward Scharfenberger, se suma a esta reacción generalizada con una nota recién hecha pública, en la que sostiene que «lo que se necesita ahora es una comisión independiente dirigida por líderes laicos de prestigio que estén más allá de todo reproche, gente cuya misión en el panel no les beneficie financiera, política o personalmente».

Y añade:  «Creo que hemos alcanzado un punto en el que los obispos investigando por su cuenta a los obispos no es la respuesta. Para tener credibilidad, el panel tendría que ser independiente de cualquier fuente de poder cuya credibilidad pueda quedar comprometida».

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Comentarios
5 comentarios en “Rechazo generalizado a que los obispos investiguen a los obispos en EE UU
  1. “Están desesperados, desesperados por retener el poder. Seguirán aferrándose al poder hasta el día de su muerte, hasta que les pillen. No tienen remordimientos, no ven nada malo en lo que hacen; no tienen fe, esperanza o caridad. Han descubierto un laicado que es cómplice o ignorante. Y lo explotarán a la máxima potencia”.

    Creo que, lamentablemente, esta declaración es una gran verdad.

  2. Hay problemas teológicos y canónicos fundamentales con la idea de que un panel de laicos juzgue a los obispos. Sería contrario a la misma estructura jerárquica de la Iglesia que se deriva del Sacramento del Orden. Esto es de derecho divino, pues juzgar es un acto de gobierno, y el gobierno de la Iglesia por mantato del mismo Jesucristo está en manos del Papa y de los Obispos, como sucessores de Pedro en el caso del Papa y de todos los apóstoles para los demás obispos. Sólo el Papa o la Santa Sede puede enjuiciar a obispos. Puede haber algún consejo constituido por laicos que ayude, pero juzgar y condenar es un acto de gobierno y ese poder no lo tienen los fieles laicos, y dado que es de derecho divino, tampoco un papa se lo puede conceder a laicos.

  3. ¿Pero todos ellos son ciudadanos de un país, en este caso Estados Unidos, no? Luego, si los que han sido violentados, ciudadanos también de dicho país, quieren que el poder del Estado les ampare están en su derecho y éste tiene la obligación de atenderlos. Y por lo tanto que por el procedimiento que se establezca impere de una vez la Ley.
    ¿O es que los obispos en cuestión no tienen pasaporte en el que se les reconoce su cuidadanía, y encima, como te descuides, es de carácer diplomático?
    Porque todo esto ha sido algo más que un desgobierno, hombre.

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