Francisco aboga por la coexistencia de dos Estados en Tierra Santa

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(Julio Llorente / La Gaceta)– En la reflexión previa a la bendición Urbi et Orbi, su Santidad Francisco ha repasado los grandes conflictos que hogaño asuelan el mundo. En este sentido, el Pontífice ha hecho hincapié en la tensión existente entre israelíes y palestinos; una tensión que parece haber agravado – ligeramente, eso sí – la decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de reconocer a Jerusalén como capital del Estado hebreo.

Ante las más de 50.000 personas que llenaban la Plaza de San Pedro, el Santo Padre, que ya se mostró proclive a mantener el statu quo de Jerusalén, ha pedido paz para Tierra Santa: ‘En este día de fiesta, invoquemos al Señor pidiendo la paz para Jerusalén y para toda la Tierra Santa; recemos para que entre las partes implicadas prevalezca la voluntad de diálogo; y para que se pueda finalmente alcanzar una solución negociada que permita la coexistencia pacífica de dos Estados dentro de unas fronteras acordadas entre ellos y reconocidas a nivel internacional’.

En este sentido, el Papa Francisco también ha alabado la actitud exhibida por las organizaciones supranacionales en la cuita entre hebreos y árabes: ‘Pidamos por que el Señor sostenga también el esfuerzo de todos aquellos miembros de la comunidad internacional que, movidos por la buena voluntad, desean ayudar a esa tierra martirizada a encontrar, a pesar de los obstáculos, la armonía, la justicia y la seguridad que anhelan desde hace tanto tiempo’.

Asimismo, el Santo Padre ha abundado en el drama de la crisis de refugiados, que es uno de esos temas que trata con asiduidad: ‘Tantos menores obligados a abandonar sus países, a viajar solos en condiciones inhumanas y siendo fácil presa para los traficantes de personas (…) En sus ojos vemos el drama de tantos emigrantes forzosos que arriesgan incluso sus vidas para emprender viajes agotadores que muchas veces terminan en una tragedia’.

Por su parte, respecto a Venezuela – una materia en la que el Papa no ha adoptado una postura tan contundente como la que algunos demandaban –, ha abogado por el diálogo entre las partes: ‘Se debe retomar un diálogo sereno entre los diversos componentes sociales por el bien de todo el querido pueblo venezolano’.

Navidad en tiempos conflictivos

El Papa Francisco, en esta línea, ha invitado a los creyentes a recuperar el verdadero sentido de la Navidad en un contexto de guerras y de un sistema social degradante. ‘Mientras el mundo se ve azotado por vientos de guerra y un modelo de desarrollo ya caduco que sigue provocando degradación humana, social y ambiental, la Navidad nos invita a recordar la señal del Niño y a que los reconozcamos en los rostros de los niños, especialmente en los de aquellos que, como Jesús, no tienen sitio en la posada’.

Asimismo, el Sumo Pontífice no ha desperdiciado la oportunidad de recordar las graves injusticias provocadas por ese sistema al que ha criticado con reiteración y causticidad: ‘Recordemos a los niños cuyos padres no tienen trabajo y que con gran esfuerzo tratan ofrecerles un futuro seguro y pacífico (…) Recordemos también a aquéllos cuya infancia fue robada y fueron obligados a trabajar desde una edad temprana o alistados como soldados por mercenarios sin escrúpulos’.

Para concluir, su Santidad nos ha impelido a abrazar el amor que Dios nos ofrece y a edificar un mundo más justo y verdadero: ‘Acojamos en el Niño Jesús el amor de Dios hecho hombre por nosotros, y esforcémonos, con su gracia, para hacer que nuestro mundo sea más humano, más digno de los niños de hoy y de mañana’.

A continuación, puede leer el mensaje completo del Papa Francisco: 

MENSAJE URBI ET ORBI
DEL SANTO PADRE FRANCISCO

NAVIDAD 2017

Balcón central de la Basílica Vaticana
Lunes 25 de diciembre de 2017


 

Queridos hermanos y hermanas, feliz Navidad.

Jesús nació de María Virgen en Belén. No nació por voluntad humana, sino por el don de amor de Dios Padre, que «tanto amó al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna» (Jn 3,16).

Este acontecimiento se renueva hoy en la Iglesia, peregrina en el tiempo: en la liturgia de la Navidad, la fe del pueblo cristiano revive el misterio de Dios que viene, que toma nuestra carne mortal, que se hace pequeño y pobre para salvarnos. Y esto nos llena de emoción, porque la ternura de nuestro Padre es inmensa.

Los primeros que vieron la humilde gloria del Salvador, después de María y José, fueron los pastores de Belén. Reconocieron la señal que los ángeles les habían dado y adoraron al Niño. Esos hombres humildes pero vigilantes son un ejemplo para los creyentes de todos los tiempos, los cuales, frente al misterio de Jesús, no se escandalizan por su pobreza, sino que, como María, confían en la palabra de Dios y contemplan su gloria con mirada sencilla. Ante el misterio del Verbo hecho carne, los cristianos de todas partes confiesan, con las palabras del evangelista Juan: «Hemos contemplado su gloria: gloria como del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad» (1,14).

Por esta razón, mientras el mundo se ve azotado por vientos de guerra y un modelo de desarrollo ya caduco sigue provocando degradación humana, social y ambiental, la Navidad nos invita a recordar la señal del Niño y a que lo reconozcamos en los rostros de los niños, especialmente de aquellos para los que, como Jesús, «no hay sitio en la posada» (Lc 2,7).

Vemos a Jesús en los niños de Oriente Medio, que siguen sufriendo por el aumento de las tensiones entre israelíes y palestinos. En este día de fiesta, invoquemos al Señor pidiendo la paz para Jerusalén y para toda la Tierra Santa; recemos para que entre las partes implicadas prevalezca la voluntad de reanudar el diálogo y se pueda finalmente alcanzar una solución negociada, que permita la coexistencia pacífica de dos Estados dentro de unas fronteras acordadas entre ellos y reconocidas a nivel internacional. Que el Señor sostenga también el esfuerzo de todos aquellos miembros de la Comunidad internacional que, movidos de buena voluntad, desean ayudar a esa tierra martirizada a encontrar, a pesar de los graves obstáculos, la armonía, la justicia y la seguridad que anhelan desde hace tanto tiempo.

Vemos a Jesús en los rostros de los niños sirios, marcados aún por la guerra que ha ensangrentado ese país en estos años. Que la amada Siria pueda finalmente volver a encontrar el respeto por la dignidad de cada persona, mediante el compromiso unánime de reconstruir el tejido social con independencia de la etnia o religión a la que se pertenezca. Vemos a Jesús en los niños de Irak, que todavía sigue herido y dividido por las hostilidades que lo han golpeado en los últimos quince años, y en los niños de Yemen, donde existe un conflicto en gran parte olvidado, con graves consecuencias humanitarias para la población que padece el hambre y la propagación de enfermedades.

Vemos a Jesús en los niños de África, especialmente en los que sufren en Sudán del Sur, en Somalia, en Burundi, en la República Democrática del Congo, en la República Centroafricana y en Nigeria.

Vemos a Jesús en todos los niños de aquellas zonas del mundo donde la paz y la seguridad se ven amenazadas por el peligro de las tensiones y de los nuevos conflictos. Recemos para que en la península coreana se superen los antagonismos y aumente la confianza mutua por el bien de todo el mundo. Confiamos Venezuela al Niño Jesús para que se pueda retomar un diálogo sereno entre los diversos componentes sociales por el bien de todo el querido pueblo venezolano. Vemos a Jesús en los niños que, junto con sus familias, sufren la violencia del conflicto en Ucrania, y sus graves repercusiones humanitarias, y recemos para que, cuanto antes, el Señor conceda la paz a ese querido país.

Vemos a Jesús en los niños cuyos padres no tienen trabajo y con gran esfuerzo intentan ofrecer a sus hijos un futuro seguro y pacífico. Y en aquellos cuya infancia fue robada, obligados a trabajar desde una edad temprana o alistados como soldados mercenarios sin escrúpulos.

Vemos a Jesús en tantos niños obligados a abandonar sus países, a viajar solos en condiciones inhumanas, siendo fácil presa para los traficantes de personas. En sus ojos vemos el drama de tantos emigrantes forzosos que arriesgan incluso sus vidas para emprender viajes agotadores que muchas veces terminan en una tragedia. Veo a Jesús en los niños que he encontrado durante mi último viaje a Myanmar y Bangladesh, y espero que la comunidad internacional no deje de trabajar para que se tutele adecuadamente la dignidad de las minorías que habitan en la Región. Jesús conoce bien el dolor de no ser acogido y la dificultad de no tener un lugar donde reclinar la cabeza. Que nuestros corazones no estén cerrados como las casas de Belén.

Queridos hermanos y hermanas:

También a nosotros se nos ha dado una señal de Navidad: «Un niño envuelto en pañales…» (Lc 2,12). Como la Virgen María y san José, y los pastores de Belén, acojamos en el Niño Jesús el amor de Dios hecho hombre por nosotros, y esforcémonos, con su gracia, para hacer que nuestro mundo sea más humano, más digno de los niños de hoy y de mañana.


A vosotros queridos hermanos y hermanas, llegados a esta plaza de todas las partes del mundo, y a cuantos os unís desde diversos países por medio de la radio, la televisión y otros medios de comunicación, os dirijo mi cordial felicitación.

Que el nacimiento de Cristo Salvador renueve los corazones, suscite el deseo de construir un futuro más fraterno y solidario, y traiga a todos alegría y esperanza. Feliz Navidad.

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Comentarios
12 comentarios en “Francisco aboga por la coexistencia de dos Estados en Tierra Santa
  1. Hoy, en el show de Paco, El político: «Una aventura político-socialista (masónica), disolvente y confundidora».
    ¡No se la pierda! ¡Mírela a la misma hora, por el mismo canal!

  2. Beatriz: Cuanta petulancia en juzgar al Santo Padre! Cuanto arrogancia e ignorancia a la vez. NO das un sólo argumento racional y juzgas nada menos que la condcuta y conciencia de Francisco, más aún, desde tu pequeño e ínfimo púlpito lo condenas. Eres de atención urgente.

  3. La plaza de san Pedro cada vez más vacía. Los fieles se cansan de política hasta en la sopa, hasta en san Pedro. No han acudido a esa plaza para escuchar supuestas soluciones políticas de quien es incompetente en casi todo, o sin casi.

  4. Coincido al 100% con nuestro Santo Padre Francisco. La única solución posible para una paz duradera es que existan 2 Estados, después habrá tiempo para discutir sus límites definitivos. Que Israel reconozca el derecho a existir de Palestina y viceversa. Algunos estados de esa zona geográfica ya reconocen desde hace tiempo a Israel como nación (aunque no sus límites definitivos), como por ejemplo Egipto, Jordania y Turquía.-

  5. Echenique: Compra anteojos porque no se que has visto o la tele engaña mucho. Por lo demás, verás lo que ocurre en América. Es razonable que un catolicismo europeista rechace a este Papa evangélico y de la pobreza. Eso no lo entenderás.

  6. Estimado Bobaine,

    me respondas o no, en realidad no importa ya que careces de dignidad, les estás dando a los lectores e Infovaticana la impresión que por debajo de tus «homenajes» a JorgeMario llamándolo permanentemente «Santo Padre» «Papa evangélico y de la pobreza» se esconde un resentimiento tuyo muy grande.

    afectuosamente te envío un saludo.

  7. Estimado Bobaine,

    lo mejor es que los ignorantes, en versión resentidos, dejen de serlo,. ¿Lo lograrás el próximo año? me darías una gran alegría.

    con afecto, un saludo.

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