‘Si no es para siempre, es mejor que no te cases. O para siempre o nada’

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El Papa Francisco recuerda en la audiencia general la indisolubilidad del matrimonio. «No como algunos dicen: “Hasta que dure el amor”. No: ¡para siempre!», ha señalado. 

En la audiencia general que ha tenido lugar este miércoles en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco ha dedicado su catequesis al tema: “Los santos, testigos y compañeros de esperanza” (cfr Hb, 11,40-12,2a).

A continuación, puede leer la catequesis del Papa Francisco: 

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

En el día de nuestro bautismo resonó para nosotros la invocación de los santos. Muchos de nosotros en aquel momento eran niños, llevados en brazos por sus padres. Poco antes de la unción con el óleo de los catecúmenos, símbolo de la fuerza de Dios en la lucha contra el mal, el sacerdote invitó a toda la asamblea a rezar por los que estaban a punto de recibir el bautismo, invocando la intercesión de los santos. Esa fue la primera vez que, en el curso de nuestras vidas, nos regalaban esta compañía de hermanos y hermanas «mayores», -lo santos- que habían pasado por nuestro mismo camino, conocieron nuestros mismos esfuerzos y viven para siempre en el abrazo de Dios. La carta a los Hebreos define a esta compañía con la expresión “una nube ingente de testigos” (12.1). Eso son los santos: una nube ingente de testigos.

Los cristianos, en la lucha contra el mal, no desesperan. El cristianismo cultiva una confianza incurable: no cree que las fuerzas negativas y disgregadoras puedan prevalecer. La última palabra sobre la historia del hombre no es el odio, no es la muerte, no es la guerra. En cada momento de la vida nos ayuda la mano de Dios, e incluso la presencia discreta de todos los creyentes que «nos han precedido con el signo de la fe» (Canon Romano). Su existencia nos dice, en primer lugar, que la vida cristiana no es un ideal inalcanzable. Y al mismo tiempo nos conforta: no estamos solos, la Iglesia se compone de innumerables hermanos, a menudo anónimos, que nos han precedido y que por la acción del Espíritu Santo están involucrados en las vicisitudes de los que todavía viven aquí.

La del bautismo no es la única invocación de los santos que jalona el camino de la vida cristiana. Cuando dos novios consagran su amor en el sacramento del matrimonio, se invoca para ellos de nuevo – esta vez como pareja – la intercesión de los santos. Y esta invocación es fuente de confianza para los jóvenes que parten para el «viaje» de la vida conyugal. El que ama realmente tiene el deseo y el valor de decir «para siempre», para siempre; pero sabe que necesita la gracia de Cristo y la ayuda de los santos para poder vivir la vida matrimonial para siempre. No como algunos dicen: “Hasta que dure el amor”. No: ¡para siempre! Si no, es mejor que no te cases. O para siempre o nada. Por esto en la liturgia nupcial se invoca la presencia de los santos. Y en los momentos difíciles hay que tener el valor de levantar los ojos al cielo, pensando en tantos cristianos que han pasado por la tribulación, y han mantenido blancas  las vestiduras  de su bautismo, lavándolas en la sangre del Cordero (Ap 7:14): así dice el Libro del Apocalipsis. Dios nunca nos abandona: cada vez que lo necesitamos vendrá uno de  sus ángeles a levantarnos e infundir consuelo. «Ángeles» a veces con un rostro y un corazón humano, porque los santos de Dios están siempre aquí, escondidos entre nosotros. Es difícil de entender y también de imaginar, pero los santos están presentes en nuestra vida. Y cuando alguno invoca a un santo o a una santa es precisamente porque está cerca de nosotros.

También  los sacerdotes conservan el recuerdo de una invocación de los santos pronunciada sobre ellos. Es uno de los momentos más emotivos de la liturgia de la ordenación. Los candidatos se tienden en el suelo, rostro a tierra. Y toda la asamblea, guíada por el obispo, invoca la intercesión de los santos. Un hombre quedaría aplastado bajo el peso de la misión que se  le confía, pero cuando escucha  que todo el paraíso está detrás de él, que la gracia de Dios no fallará porque Jesús permanece siempre fiel, entonces  puede  partir sereno y  aliviado. No estamos solos.

Y ¿qué somos nosotros? Somos polvo que aspira al cielo. Débiles nuestras fuerzas, pero fuerte el misterio de la gracia que está presente en la vida de los cristianos. Somos fieles a esta tierra que Jesús amó en  cada momento de su vida, pero sabemos y queremos esperar en  la transfiguración del mundo, en su cumplimiento definitivo donde finalmente no habrá lágrimas, maldad y  sufrimiento.

¡Que el Señor nos dé  la esperanza de ser santos! Pero alguno de vosotros podría preguntarme: “Padre, ¿se puede ser santo en la vida diaria? Sí, se puede. “¿Pero esto significa que tenemos que rezar todo el día?”. No; significa que tienes que hacer lo que debes todo el día: rezar, ir al trabajo, cuidar de tus hijos. Pero es necesario hacerlo todo con el corazón abierto hacia Dios, de forma que tu tarea, también en  la enfermedad, en los sufrimientos, en las dificultades, esté abierta a Dios. Y así podemos ser santos. ¡Que el Señor nos dé la esperanza de ser santos! No pensemos que es algo difícil, que es más fácil ser delincuentes que ser santos. ¡No!. Se puede ser santo porque nos ayuda el Señor; es El quien nos ayuda.

Es el gran regalo que cada uno de nosotros puede hacer al mundo. Que el Señor nos conceda la gracia de creer en él tan profundamente como para convertirnos en  imagen de Cristo para este mundo. Nuestra historia necesita «místicos»: personas que rechazan cualquier dominio, que aspiran a la caridad y a la fraterniad. Hombres y  mujeres que viven aceptando incluso una porción de sufrimiento, porque se hacen cargo del esfuerzo de los demás. Pero sin estos hombres y mujeres, el mundo no tendría ninguna esperanza. Por eso os deseo, y también lo deseo para mí, que el Señor nos de la esperanza de ser santos. Gracias.

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Comentarios
14 comentarios en “‘Si no es para siempre, es mejor que no te cases. O para siempre o nada’
  1. Si es así como dice, ¿por qué no echa inmediatamente a todos los obispos que admiten públicamente a recibir la comunión a los divorciados recasados y confirma con esa obra sus palabras?

    Obras son amores y no buenas razones.

  2. Las palabras de Francisco están en la linea de la indisolubilidad del vinculo matrimonial En cuanto a la nulidades matrimoniales si alguien no ha ejercido en ese campo y conoce las estadísticas es mejor que se abstenga de hablar.

  3. Una de cal y otra de arena. El lío y la confusión como norma de funcionamiento de cara al exterior, pero lo que si tiene claro es que la original doctrina católica la tiene que misericordiar para hacerla más humana/mundana y menos Santa. Por sus frutos los conoceréis. Esos hechos no demuestran ni dicen nada de caminar hacia la Santidad de los fieles ni de sus pastores.

  4. Charla que te charlarás…
    Siempre charla que te charlarás…

    La indigencia moral e intelectual del papa jesuita clama al Cielo… ¿Es que no hay nadie entre sus allegados capaz de hacerle ver que, desbarre tras desbarre está poniendo en ridículo a la Iglesia de Cristo?

    (Johnny-Gin)

  5. Lo de este hombre, es insoportable. Dice que el matrimonio es para toda la vida y está admitiendo la absolución sacramental y la Comunion para los recasados que viven en pecado mortal. Es increíble.

  6. La ventaja de decir una cosa y la contraria , es que creando esos lios, siempre se tendrá coartada para que unos y otros se agarren a lo que les interesa que ha dicho . Sigo pensando que el problema, tal vez sea mas de salud mental, si no, no es posible racionalmente asumir tanto desvario pues parece que seria pura perversion y maldad.

  7. Esta reaccionando a la publicacion de ayer de la carta de peticion de audiencia de los 4 Cardenales para que las ovejas que estamos escandalizadas por lo que esta sucediendo en la Iglesia no nos organicemos para levantar una correccion.
    En verdad este Papa actua con doblez a todos les dice lo que quieren oir.

  8. Gracia Santidad por explicar las cosas con tanta claridad, porque hay personas que equivocadamente creen que tú apruebas la separación de los cónyuges cuando según ellos «se acabó el amor» y que se unan nuevamente sin mediar el sacramento del matrimonio y encima dicen que tú apruebas que comulguen como algo normal. Gracias por hablar con claridad y sin miedo del matrimonio. Sí el matrimonio es indisoluble , es decir para toda la vida hasta que la muerte los separe. Otra cosa es la caridad hacia una persona en nueva unión y que vive en pecado y desea salir del pecado, entonces habrá que ayudarla, pero nunca decir que todos los unidos en pecado pueden comulgar alegremente y que eso lo ha dicho el Papa como dicen hasta algunos sacerdotes que yo lamentablemente he tenido que oir .

  9. Bendito Sea el PAPA FRANCISCO, en JESUSCRISTO Y MARÍA SANTÍSIMA, hay que leer a conciencia todo lo que ha escrito y dicho del Matrimonio Católico, no hay contradicciones.

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