Nueva ofensiva para normalizar la transexualidad entre los menores

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El Grupo Parlamentario Socialista ha registrado hoy en el Congreso una proposición de ley para que los menores puedan modificar nombre y sexo en el registro. En caso de oposición de los progenitores, los socialistas proponen que los menores puedan acudir al Ministerio Fiscal y que resuelva un juez según «el interés superior del menor». 

Que los «menores transexuales» puedan modificar en el registro civil la referencia a su nombre y su sexo. Este es uno de los objetivos de la Proposición de Ley que el Grupo Parlamentario Socialista ha registrado hoy en el Congreso y con la que se pretende dar un paso más en la implantación de la ideología de género en España.

La iniciativa presentada por los socialistas busca modificar la ley reguladora de la rectificación registral de la mención relativa al sexo de las personas. La citada ley establece que podrán cambiar sus datos de sexo y nombre en el Registro Civil «toda persona de nacionalidad española, mayor de edad y con capacidad suficiente para ello».

Según ha asegurado la diputada del PSOE de la Asamblea de Madrid, Carla Antonelli, la propuesta registrada hoy pretende que a partir de los 16 años se pueda hacer el cambio registral de sexo y nombre «sin ningún tipo de autorización».

La iniciativa del Grupo Socialista contempla, además, que los menores de 16 años soliciten la rectificación de la mención registral del sexo a través de sus progenitores o representantes legales. En caso de oposición de los progenitores, los socialistas proponen que los menores puedan efectuar la solicitud a través del Ministerio Fiscal y que resuelva un juez según «el interés superior del menor».

Piden eliminar el requisito de un tratamiento médico

Asimismo, la proposición de ley registrada por el PSOE incluye la supresión del requisito de un tratamiento médico para poder cambiar la referencia al nombre y sexo en el registro.

La actual legislación recoge que la rectificación registral de la mención del sexo se acordará una vez que la persona acredite que le ha sido diagnosticada «disforia de género» mediante un informe médico o psicólogo clínico que haga referencia la estabilidad y persistencia de esta «disonancia» entre el sexo inicialmente inscrito y la identidad de género sentida y a la ausencia de trastornos de personalidad.

La ley reguladora de la rectificación registral de la mención relativa al sexo también exige que la persona que solicita la rectificación haya sido «tratada médicamente durante al menos dos años para acomodar sus características físicas a las correspondientes al sexo reclamado».

Ahora los socialistas quieren eliminar cualquier requisito médico o quirúrgico con el objetivo de dar vía libre al cambio registral de género de las personas transexuales, también de menores de edad.

«La ideología de género hace daño a los niños»

Mientras en España la ideología de género va ganando terreno en la legislación, el Colegio Americano de Pediatras advierte que la ideología de género hace daño a los niños y pide a «educadores y legisladores» que «rechacen todas las políticas que condicionen a los niños para aceptar como normal una vida de suplantación de su sexo por el sexo opuesto».

Desde el Colegio Americano de Pediatras también se defiende que condicionar a los niños a creer que es normal sustituir química y quirúrgicamente su propio sexo por el opuesto constituye un abuso infantil.

Respaldar la discordancia de género como algo normal a través de la educación pública y de las políticas legales – señala esta asociación-, confundirá a hijos y padres, llevando a muchos niños a acudir a la administración de fármacos bloqueadores hormonales y, cuando sean adultos jóvenes, probablemente considerarán innecesariamente la mutilación quirúrgica de sus órganos sanos.

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Comentarios
8 comentarios en “Nueva ofensiva para normalizar la transexualidad entre los menores
  1. Ya; o sea que, al igual que sucede en el caso del aborto, si los padres se oponen al cambio de sexo de su hijo en el Registro, la que prevalece es la voluntad de un Juez; se pretende privar, así, a los padres de su derecho a velar por el interés del menor, en cuanto titulares de la patria potestad, en relación a una materia también delicadísima.

    Y ojo, que los jueces no lo van a tener nada fácil. Si un juez tomara la decisión «equivocada», negando el cambio de sexo, podría ser expulsado de la Carrera Judicial, mediante condena por «prevaricación», como ya sucedió con el buen juez Ferrín Calamita, en relación a un asunto en que él procuraba, precisamente, defender el interés de una menor.

    Y así estamos en España. Pero tranquilos, que lo importante es que no gobierne Podemos. Pues vale.

  2. Nova: Olvídese usted. Los padres no tenemos ningún derecho en absoluto. Los derechos son todos, absolutamente todos, del menor (o de la menor). Si usted considerase, pongamos, que su hija con saber cocinar y lavar tiene suficiente, y que eso de estudiar es una tontería, resulta que su hija tiene derechos cien veces más grandes que los suyos como padre o madre. Y los derechos de su hija pasan a miles de metros de altura de los suyos. No, señor mío, no tiene usted ningún derecho sobre su hijo. Los derechos son todos de los menores. No tiene usted derecho a tener a su hijo agarrado a un poste. ¿Y dónde está el límite? Pues donde fije la ley vigente y el sentido común. Si su hijo es homosexual y/o transexual, y usted va contra lo que es su hijo con todo lo que puede, hay un momento donde el Estado debe decir BASTA y quitarle a usted la custodia. Porque su hijo se merece, como todo el mundo, ser feliz, vivir su vida, aceptarse a sí mismo, etc, etc…

    ¿Qué derecho tiene un padre a obligar a un niño a ir a misa si el niño no quiere ir? ¿Tiene (tenemos) derecho a decidir cuáles han de ser las creencias de nuestros hijos por ellos? Hmmm… en general se acepta que enseñen ustedes a sus hijos cuáles han de ser sus creencias, pero eso tiene un límite. Todo tiene un límite. El niño o niña tiene todo el derecho del mundo a ser ateo. ¿Lo entiende usted? Y usted, como padre, no puede obligarle a ser creyente… ¿Lo entiende usted? Y si se pasa usted de la raya un juez le pondrá a usted en su sitio, como pone en su sitio a los Testigos de Jehová cuando prefieren que el niño se muera a recibir una transfusión de sangre…

  3. Lucía: Seguro que sí. Seguro que usted es capaz de decirme en qué me equivoco. ¿Verdad? No es cierto que los derechos sean todos de los niños. No es cierto que si usted se pasa de la raya le quitan a su hijo y punto…

  4. Repentino, menjunje y del bueno. Pero no sólo Ud. sino casi la plaza entera…

    ¿Tiene mi hijo derecho a decidir no ir a la escuela pero no tiene derecho a nacer? jajaja
    ¿Tiene derecho a.. derecho a… derecho a….?

    Jajaja sociedad de derechos.
    Yo acabo de cometer un robo importante, o un tráfico de drogas y la sentencia es cárcel por cinco años. Pero como me siento mujer aunque tenga pene exijo que me manden a una cárcel de mujeres, verdad?
    Te parece que eso no es menjunje??? jajaja

  5. g03 8/10 págs. 13-15
    El punto de vista bíblico
    ¿Aprueba Dios los estilos de vida alternativos?
    “¿CUÁNDO sabré mi orientación sexual?”, inquirió una chica de 13 años a un consultorio sentimental para adolescentes. Su pregunta refleja la actitud de mucha gente que cree que cada uno es libre de elegir su estilo de vida sexual.

    Algunas personas tal vez se sientan sinceramente confundidas respecto a sus inclinaciones sexuales; otras adoptan de forma abierta estilos de vida alternativos, como la homosexualidad. Algunas no tienen el menor reparo en vestirse y comportarse como el sexo opuesto, o hasta se operan para cambiar de sexo. Incluso hay quienes arguyen que debería permitirse a los adultos tener relaciones carnales con niños.

    ¿Son las prácticas sexuales y la orientación sexual cuestiones de preferencia personal? ¿Qué dice la Palabra de Dios al respecto?

    “Macho y hembra los creó”

    De acuerdo con el libro bíblico de Génesis, fue Jehová mismo quien creó las diferencias entre el varón y la mujer. Las Santas Escrituras indican: “Dios procedió a crear al hombre a su imagen […]; macho y hembra los creó. Además, los bendijo Dios y les dijo Dios: ‘Sean fructíferos y háganse muchos y llenen la tierra y sojúzguenla’” (Génesis 1:27, 28).

    Jehová creó a los humanos con libre albedrío y les proporcionó oportunidades para que disfrutaran de su libertad (Salmo 115:16). Al hombre se le confió la responsabilidad de cuidar de todas las demás criaturas del planeta, permitiéndosele incluso que les buscara un nombre apropiado (Génesis 2:19). No obstante, en materia de sexualidad, Dios estableció pautas específicas (Génesis 2:24).

    Por la desobediencia de Adán, todos hemos heredado la imperfección, lo que nos obliga a luchar contra debilidades carnales y fuertes deseos que son contrarios al propósito original de Dios. Por ello, en las leyes transmitidas por medio de Moisés, Dios dejó claro cuáles son las conductas sexuales que él aborrece, a saber: el adulterio, el incesto, la homosexualidad y la bestialidad (Levítico 18:6-23). También prohibió específicamente arreglarse como alguien del sexo opuesto con fines inmorales (Deuteronomio 22:5). La Biblia enseña de principio a fin que las únicas relaciones íntimas que Dios aprueba son las realizadas con el sexo opuesto dentro de la institución del matrimonio (Génesis 20:1-5, 14; 39:7-9; Proverbios 5:15-19; Hebreos 13:4). ¿Son razonables tales normas?

    ¿Quién decide?

    La Biblia asemeja la situación del ser humano ante su Creador a la del barro en manos del alfarero: “Oh hombre, ¿quién, pues, eres tú, realmente, para que repliques contra Dios? ¿Acaso la cosa moldeada dirá al que la moldeó: ‘¿Por qué me hiciste de esta manera?’?” (Romanos 9:20). Por la forma como Dios hizo al varón y a la mujer queda patente que la atracción sexual entre ambos es lo natural y, por consiguiente, la inclinación erótica hacia miembros del mismo sexo, animales o niños es algo contranatural (Romanos 1:26, 27, 32).

    De modo que quien procura satisfacer tales tendencias contranaturales se coloca en oposición a Dios, y la Biblia da esta advertencia: “¡Ay del que ha contendido con su Formador, como un fragmento de vasija de barro con los otros fragmentos de vasija de barro del suelo! ¿Debe el barro decir a su formador: ‘¿Qué haces?’?” (Isaías 45:9). Es lógico que el Hacedor del ser humano dé instrucciones respecto a la sexualidad. Por lo tanto, ¿no sería lógico también que los humanos las obedecieran?

    Cómo tomar posesión de nuestro propio vaso

    El escritor bíblico Pablo se valió de un ejemplo parecido al anterior cuando orientó a los cristianos sobre la conducta sexual. Dijo: “Cada uno de ustedes sepa tomar posesión de su propio vaso en santificación y honra, no en codicioso apetito sexual” (1 Tesalonicenses 4:4, 5). En este pasaje, Pablo compara el cuerpo humano a un vaso. Tomar posesión del propio vaso significa hacer que los pensamientos y los deseos de uno armonicen con las leyes morales de Dios.

    Claro, tal vez no sea fácil. Es comprensible que le resulte más problemático a la persona que sufrió abusos deshonestos en la infancia, recibió un ejemplo deformado de masculinidad o feminidad por parte de sus padres o tutores, o se vio expuesta a la pornografía a temprana edad. También existen factores genéticos, hormonales y psicológicos que pudieran contribuir a distorsionar los impulsos eróticos. No obstante, reconforta saber que nuestro Creador brinda ayuda y apoyo a quienes lo necesitan (Salmo 33:20; Hebreos 4:16).

    Permita que el Gran Alfarero lo moldee

    Para que el alfarero comience a moldear el barro, la masa tiene que estar centrada en el plato del torno. Luego, mientras el torno gira, el hábil artesano la presiona suavemente con los dedos y le va dando la forma deseada. De igual modo, para que Dios nos moldee como personas gratas a sus ojos, tenemos que centrarnos primero en sus principios y leyes inmutables. Cuando comenzamos a poner de nuestra parte, el Creador amorosamente aplica una suave presión mediante la Biblia, Su espíritu santo y la hermandad cristiana, y empezamos a sentir y recibir Su atención personal en nuestra vida.

    Desde luego, hay que cultivar confianza en la sabiduría del Creador y tener la certeza de que él sabe lo que más nos conviene, lo cual se logra mediante oración y estudio concienzudo de la Biblia. La persona que aborda la cuestión de los deseos sexuales impropios con esa mentalidad se hace moldeable en las manos del Creador. En 1 Pedro 5:6, 7 leemos: “Humíllense, por lo tanto, bajo la poderosa mano de Dios, para que él los ensalce al tiempo debido; a la vez que echan sobre él toda su inquietud, porque él se interesa por ustedes”.

    La lectura constante de la Biblia nos familiarizará con una larga lista de fieles siervos de Dios que contendieron con los deseos carnales sin darse nunca por vencidos. ¡Qué ejemplos tan animadores! Podemos percibir la frustración que el apóstol Pablo sentía a veces cuando exclamó: “¡Hombre desdichado que soy! ¿Quién me librará del cuerpo que está padeciendo esta muerte?”. Con todo, él mismo respondió a su propia pregunta y nos mostró así cuál es la principal fuente de ayuda: “¡Gracias a Dios mediante Jesucristo nuestro Señor!” (Romanos 7:24, 25).

    La fuerza para hacer el cambio

    Asimismo, tenemos a nuestra disposición el espíritu santo de Dios, una poderosa fuerza que nos ayuda a cambiar, a “desechar la vieja personalidad” y a “vestir[nos] de la nueva personalidad que fue creada conforme a la voluntad de Dios en verdadera justicia y lealtad” (Efesios 4:22-24). Nuestro amoroso Padre celestial nunca deja de atender a quien le pide sinceramente espíritu santo para poder realizar un cambio. Jesús nos asegura que el Padre “dará […] espíritu santo a los que le piden” (Lucas 11:13). Pero hay que persistir en la oración, como señalan sus palabras: “Sigan pidiendo, y se les dará” (Mateo 7:7). Eso es especialmente cierto al tratar de mantener dominados los fuertes deseos sexuales.

    Dios también nos ayuda mediante la verdadera hermandad cristiana, compuesta por personas de todo tipo de antecedentes. En la congregación corintia del siglo primero hubo quienes, antes de ser cristianos, estuvieron en la categoría de “hombres que se tienen para propósitos contranaturales” y “hombres que se acuestan con hombres”. Sin embargo, cambiaron; fueron limpiados por la sangre de Cristo y aceptados por Dios (1 Corintios 6:9-11). Algunas personas hoy día necesitan hacer cambios parecidos, y en su lucha contra los deseos impropios cuentan con el apoyo de la congregación cristiana.

    ¿Quiere decir esto que al hacerse cristiano se eliminan de manera automática los deseos pervertidos o la confusión sobre la identidad sexual? No necesariamente. La aplicación persistente de los principios bíblicos ha permitido a algunos cristianos llevar vidas normales. Aun así, muchos de ellos tienen que librar una lucha diaria contra las malas tendencias, por lo que sirven a Dios llevando, figurativamente, “una espina en la carne” (2 Corintios 12:7). Mientras sigan combatiendo las inclinaciones impropias y mantengan una conducta justa, Dios los verá como siervos fieles y limpios, y podrán mirar con confianza al futuro, cuando toda la humanidad “será libertada de la esclavitud a la corrupción y tendrá la gloriosa libertad de los hijos de Dios” (Romanos 8:21).

    Mientras tanto, todos los que deseen agradar a Dios tienen que adherirse a sus normas justas. La elección del cristiano verdadero es servir a Dios, no seguir sus propios deseos egoístas. Quienes se sometan humildemente a la voluntad divina en todo aspecto de la vida serán recompensados con felicidad y satisfacción eternas (Salmo 128:1; Juan 17:3).

  6. Los padres son responsables de la felicidad de sus hijos,
    Por supuesto, engendrar hijos es tan solo el comienzo de la responsabilidad de los progenitores. Al principio, los bebés dependen de los adultos para casi todo, pero a medida que crecen requieren más que atención física: necesitan ayuda para desarrollarse mental, emocional, moral y espiritualmente.

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