Carmelo López Arias entrevista al matrimonio Zavala para Religión en Libertad. El testimonio del matrimonio Zavala tiene especial valor para ilustrar la citada polémica del sínodo, por cuanto ambos se encontraban exactamente en la situación para la cual el cardenal Walter Kasper propone relajar la exigencia de no recibir el Cuerpo de Cristo si se vive en una situación objetivamente contraria a la Ley de Dios: convivían sin previa declaración de nulidad de sus anteriores enlaces.
-Durante ese tiempo, ¿comulgaron ustedes alguna vez?
-Estuvimos varios años sin comulgar. Por nada del mundo hubiésemos cometido un sacrilegio recibiendo al Señor en pecado mortal. Jesús nos preservó de perpetrar semejante fratricidio. Éramos y somos grandes pecadores, pero jamás ofendimos al Señor donde más le duele: en la Eucaristía, donde está realmente presente con su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad.
-¿Cuáles eran sus circunstancias vitales?
-Cuando tuve mi conversión tumbativa, en el momento y de la forma que menos lo esperaba, hablé con Paloma y nos fuimos a confesar al día siguiente. Yo llevaba casi nueve años con mi proceso de nulidad y a punto estuve de arrojar la toalla, pero gracias a Dios no lo hice. Ella ya la tenía, pero yo todavía no.
-¿Siguieron juntos?
-Después de confesarnos -en mi caso, tras más de 15 años sin pisar un confesonario- decidimos vivir como hermanos, en habitaciones separadas, pues teníamos dos hijos en común.
-Tuvo que ser duro…
-Fue muy duro, pero jamás nos faltó la ayuda de Dios, de la Santísima Virgen y del Padre Pío. La primera vez que comulgamos, después de tantos años, fue como si volviésemos a hacer la Primera Comunión. Hoy formamos un matrimonio muy feliz, que reza el Rosario cada día con nuestros hijos y frecuenta también con ellos los sacramentos, en especial la Eucaristía y la Penitencia.
-Antes de esa conversión y de pasar a vivir en continencia ¿nunca se les pasó por la cabeza acercarse al altar a comulgar ?
-La doctrina de Jesucristo es la que es, y no admite excepciones. ¿Qué es eso de hacerse una fe a la medida, en función de las circunstancias o del tiempo en que se viva?
-El cardenal Kasper propone que en algunos casos muy precisos (como habría sido el suyo) sí se permita, como una forma de misericordia…
-No debe cometerse jamás un sacrilegio apelando a una falsa misericordia, que no es la de Dios. San Pablo no tiene pelos en la lengua al proclamar, en su primera epístola a los Corintios, que quien “come y bebe sin discernir el Cuerpo de Cristo, come y bebe su propia condenación”. El Catecismo de la Iglesia Católica tampoco deja el menor resquicio a la duda.
-Pero ¿no habrían experimentado ustedes un alivio de haber podido comulgar?
-Jesús nos recuerda en el Evangelio que al Paraíso se accede por la puerta angosta y no por la ancha, que conduce a la condenación; así como que no todo el que diga “Señor, Señor”, entrará en el Reino de los Cielos.
De modo que mucho cuidado con esa falsa misericordia y ese ladino “buenismo” del «todo vale».
-¿Por qué es hoy tan difícil asumir la doctrina católica a este respecto?
-Sencillamente porque implica exigencia. La solución más fácil es ofrecer hoy la puerta ancha que lleva a la condenación. Qué cierto es el proverbio de que “por la caridad entra la peste”. Se recurre así a casos extremos (como el de una madre cuyo hijo hace la Primera Comunión y desea “darle ejemplo” aun comulgando en pecado mortal), para abrir la mano con la doctrina de Jesucristo. ¡Pero ojo con tomarse a la ligera la ley de Dios!
-En resumen: no apoyan la propuesta de Kasper ni doctrinalmente ni desde su experiencia personal….
-Ya nos parece muy grave sólo plantear la posibilidad de administrar la comunión a los divorciados vueltos a casar civilmente, lo cual equivale a preguntar si es pecado o no cometer un sacrilegio. ¡Menuda paradoja!
-¿Qué consejo le darían a una pareja en circunstancias similares a la que ustedes vivieron?
-Que estén cerca de Dios. El propio Jesús ya nos lo dice en el Evangelio: “Sin Mí no podéis hacer nada”. ¡Qué gran verdad! Pero con Él, aun siendo tan miserables, podemos salvar los numerosos obstáculos y sinsabores que encontramos en nuestra vida. Lea la entrevista completa aquí.
Ayuda a Infovaticana a seguir informando
Este tipo de testimonios, se han dejado escuchar por muchos comentaristas anonimos.
Esto significa el nivel y la tracendencia de que un hombre quiera remover los cimientos de la Iglesia catolica argumentando la misericordia o que nadie deberia se discriminado, ninguno que no quiera arrepentirse n convertirse tampoco, no ya de navergar en la Barca de la Iglesia, sino de recibir la Eucaristia.
La confusion para quienes leen a fondo las noticias, como para quienes solo les llegan los encabezados de los periodicos o los titulares de los telenoticieros.
La trasdencia no es solo para los catolicos practicantes, tambien lo es para los catolicos no practicantes y para los no catolicos, tambien para los enemigos de la Iglesia.
Pues la trascendecia aterriza en la conciencia de los hombres.
No en vano la Iglesia actua como una Madre, como una conciencia, ella administra los sacramentos, nos puede atar o desatar, tiene las llaves del Cielo.
Los testimonios de homosexuales que han vivido la castidad siempre, los matrimonios con serios problemas que han sobrevido con gran sacrificio, considerando la ley de la fidelidad y de la gracia para no abandonar, los separados que se han mantenido en la castidad, y a todos ellos la confusion, YA PODEMOS ARROJAR LA TOALLA ?
Pero si esa lucha, esa amistad probada por Dios nos ha unido , nos ha mantenido firmes como una roca… y ahora quiere quebrar la vida de la Gracia y exponernos a una condenacion eterna. NOSOTROS QUEREMOS VIVIR UNA VIDA EN ABUNDANCIA, como lo decia el Papa Juan Pablo iI, COMO NOS ANUNCIARON LOS PADRES DE LA IGLESIA, COMO NOS ENSEÑARON desde hace 2000 AÑOS los discipulos de Jesus y su Maestro!
Alzamos la voz con el aliento y con nuestra experiencia , SANTO PADRE no actue con crueldad sobre el rebaño!!!
A mí estos exhibicionismos no me convencen nada. No entiendo por qué este señor tiene que hacer alarde de su vida íntima.
La teología kasperosa es lo peor de lo peor. Pero estos alardes huelen a chamusquina farisea
Mira Javier, estoy de acuerdo contigo. La conversion, o transformacion interior, es eso, interior, intima. Y toda divulgacion esta fuera de lugar.
Quizas el abrir el corazon y los sentimientos a los cuatro vientos se haya hecho con buenas intenciones y queriendo demostrar que cuando uno quiere puede rectificar y pedir perdon. Eso no lo dudo.
Pero cuando eso coincide, y me refiero a la publicacion del libro, con uno de los temas mas polemicos del Sinodo no deja de ser sospechoso de oportunismo.
Por otro lado, los escrirores siempre esperan el momento mas oportuno para lanzar al mercado sus libros. Y no se les puede criticar por eso. Es su negocio. Quizas en este caso hubiera sido mas prudente escribir lo mismo pero sin identificar a los protagonistas.
Asi que veo en ello una clara intencion de autopublicidad y tambien de ponerse como ejemplo.