Esta mañana ha fallecido en Madrid, Don Carlos Abella y Ramallo, gentilhombre de Su Santidad, y antiguo embajador del Reino de España ante la Santa Sede.
Don Carlos Abella se distinguió por una dilatada carrera en el servicio diplomático español, que iniciada a la corta edad de veinte años, le llevó por destinos tan distintos como Kenia, Estados Unidos, Uganda, Brasil, Suecia, Madagascar, Filipinas y Perú, hasta que finalmente fue nombrado embajador ante el Papa San Juan Pablo II, y más tarde confirmado en el cargo ante Benedicto XVI.
Don Carlos Abella, hombre de profundas convicciones religiosas, formó una familia junto a su mujer, la escritora Doña Pilar de Arístegui, con quien defendía la causa de beatificación de la Reina Isabel la Católica desde la comisión formada para ello por el arzobispo de Valladolid.
El embajador llegó a tener tanta amistad con San Juan Pablo II, que éste le nombró uno de sus «gentilhombres», cargo más importante concedido por la Santa Sede a un católico laico, creado para asistir al Santo Padre en cuestiones tan delicadas como el recibimiento de jefes de Estado extranjeros, entre otras funciones. En España, este cargo solo era compartido con los condes de Tepa y Bañares. Ser gentilhombre de Su Santidad conlleva formar parte de la Familia Pontificia Laica, condición compartida con el comandante de la Guardia Suiza.
Este gran hombre de fe, quien puso sus talentos a disposición de Dios y de su Patria, dedicó sus últimos años a escribir, así como a apoyar importantes causas benéficas y culturales. Escribió sus memorias en dos tomos: Confesiones del Palacio de España en Roma y Memorias Confesables de un Embajador en El Vaticano.
El Excmo. Sr. D. Carlos Abella y Ramallo, además de ser gentilhombre de Su Santidad y embajador de España, ostentaba las condecoraciones de Baylío Gran Cruz de Justicia y Gran Canciller de la Sagrada y Militar Orden Constantiniana de San Jorge, Gran Cruz de la Soberana Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta, Gran Cruz de la Orden de Caballería del Santo Sepulcro de Jerusalén, Caballero de la Real e Insigne Orden de San Genaro, entre otras.
Ayuda a Infovaticana a seguir informando
NO ES ABELLA Y RAMALLO , ES ABELLA RAMALLO , Y PUNTO, LO DE Y SOBRA.SU MADRE TENIA UNA PENSION.