Miércoles, breve audiencia general, pocos saludos y pocos paseos, la plaza puede esperar. Benedicto XVI es siempre noticia incluso por la breve carta de pésame por la muerte de un amigo suyo, Gerhard Winkler: «De todos mis colegas y amigos él era el más cercano a mí. Su alegría y su profunda fe siempre me han atraído. Ahora ha llegado al más allá, donde muchos amigos esperan. Espero poder unirme a ellos pronto”. Sin duda un corazón sensato que sabe calcular sus años y no se queda en primaveras.
La ecología ha invadido todos los rincones de nuestra vida, desde las guarderías hasta la ONU, desde la política hasta los medios de comunicación y, gracias a Papa Francisco, se ha convertido en la misión prioritaria del Vaticano. En los iluminados del momento encontramos perlas como: “Cualquier dictadura sería mejor que la democracia moderna. No puede haber un dictador tan incompetente que muestre más estupidez que la mayoría del pueblo. La mejor dictadura sería aquella en la que rodarían muchas cabezas y el gobierno impediría cualquier crecimiento económico ”. «Que haya miles de millones de personas de más de 60 kg en este planeta es una imprudencia».
Los principios con claros: reducir la población, matar al defectuoso, detener la tecnología desenfrenada. El objetivo es quedarnos en 500 millones de seres humanos, «cualquier número mayor provocará un caos ambiental». Las herramientas utilizadas por ahora son la descristianización de Occidente, el aborto, la eutanasia, la eugenesia, el homosexualismo y lo políticamente correcto que tienen la ideología ecotrashumanista como su objetivo final. Al menos el 90% de la población debe desaparecer de la faz de la tierra considerando al ser humano como una especie animal a eliminar para crear un futuro mejor.
Julian Huxley, el primer Director de la UNESCO, escribe en 1957 Transhumanism: “Creo en el transhumanismo: cuando haya suficientes personas que puedan decirlo verdaderamente, la especie humana estará en el umbral de un nuevo tipo de existencia, tan diferente de la nuestra como lo es la nuestra de la del hombre de Pekín. Finalmente cumplirá conscientemente su verdadero destino». Hoy ya estamos sumergidos en la metamorfosis hacía el totalitarismo ecotranshumanista.
Van llegando los materiales oficiales del sínodo de los sínodos con «demasiado papel» y poca «sustancia». Socci se pregunta «¿qué quedará de la Palabra después del Sínodo?». «Es un Sínodo sobre «sinodalidad», un tema que parece un cortocircuito». Socci acusa a la Iglesia en los últimos años de haber hecho «el trabajo de la ONU», de «no haber convertido a ningún distante, mientras que por otro lado, perdió a sus vecinos y muchos hijos en el camino, olvidándose de hacer su trabajo, proclamando la Palabra de Dios, Jesucristo, el único Salvador del mundo».
No puede faltar el capítulo de escándalos diarios en el que se ve envuelto el Vaticano y sus alrededores. Empezamos por un tema muy italiano que afecta a los primeros meses de la epidemia ya conocido como el maxi-escándalo de las máscaras compradas por el estado italiano en la primavera de 2020. Hay ramificaciones y nombres muy conocidos del entorno Vaticano, el portavoz Bruni, he evitado responder a las preguntas específicas sobre el caso.
La cosa no queda en las mascarillas y salta a Jordania. Se llamaba ‘la universidad de la paz’, inaugurada por el Patriarcado Latino de Jerusalén en Madaba, Jordania, en 2011 y que pronto resultó ser una pesadilla, un pozo de dinero devastador e insondable que dejó un largo rastro de deudas, muchas de ellas causadas por la mala gestión y la corrupción. El ex patriarca Fouad Twal, creador de la universidad y ‘dimitido’ en 2013, probablemente debido a líos económicos tendrá que comparecer en un tribunal estadounidense. Benjamin Seryani, un empresario jordano-estadounidense, le pide 31 millones de dólares por deudas contraídas por la Universidad de Madaba. Los periódicos árabes hablan de unos 100 millones de dólares de deudas. El costo se fue de las manos y todo apunta a que existe, entre otras cosas, un préstamo de 50 millones de euros en 2015 de un banco suizo con garantía del Vaticano.
Y de Jordania volvemos a Roma. el Vaticano está buscando dinero, mucho, demasiado, debajo de las piedras y para pagar deudas, muchas, las que sabemos y muchas más la que pueden estar ocultas. Un nombre salta hoy , Leonardo Del Vecchio, que puede ser el prestamista esperado para los hospitales católicos que se refieren al Vaticano. Es considerado el hombre más rico de Italia con activos de casi 27 mil millones de euros y se prevé una inyección de liquidez de al menos 100 millones. Todo ha saltado por un documento interno del Hospital Fatebenefratelli en la isla Tiberina, No es caso unico y se habla de falta de liquidez en otros dos monstruos, el Bambin Gesù y el Gemelli. Todo va unido a condiciones que piden a la Santa Sede que imponga estrictas restricciones presupuestarias, son préstamos y alguien tendrá que pagarlos.
Seguimos dando lecciones al mundo y el Papa Francisco interviene con un mensaje al Foro de Mujeres para la Economía y la Sociedad. El mensaje fue leído por Parolin sobre la «contribución insustituible de las mujeres en la construcción de un mundo que sea un hogar para todos». Dime de que hablas…
Estamos seguros de que todo se arreglara con la Amazonía, distribuida en nueve estados y con una extensión geográfica igual a la de Europa, que tendrá su propia Conferencia Episcopal, con personalidad jurídica pública. Su nombre oficial es la CEAMA – Conferencia Eclesial de la Amazonía – y existe desde el 11 de octubre, se esperan los estatutos y Alfredo Ferro S.J. será su secretario.
Italia está sumida en manifestaciones en contra de la imposición del pase verde para acceder a determinados lugares de trabajo. No ha dejado indiferente la imagen de los estibadores de Trieste rosario en mano, reducidos injustamente de forma violenta. En Génova, en 1960, los estibadores se habían enfrentado a los policías con ganchos de muelle, hubo muertos y heridos. El rosario de ha convertido en un arma peligrosa, señal de que debemos utilizarla mucho más, por sus indudables efectos beneficiosos.
Visto lo visto, que seguro que no es todo, pero es más que suficiente, mejor nos quedamos con los trabajadores de puerto de Trieste agarrados al Rosario.
«… a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre».
Buena lectura.
Estamos todos muy cansados de este masón!
A ver, el ecologista no cree en Dios, por eso no confía en la sabiduría y la providencia.
Tenemos al obispo primero que no cree en Dios. Prosigamos
También tenemos a muchos que matarían antes de contradecirlo por el terror de no estar en alineación-comunión con el Jefe. Pero se olvidan que ése no está en comunión con los anteriores papas ni con el magisterio extraordinario y bimilenario.
La Iglesia de Francisco…¿no tiene nada que decir con la tremenda injusticia y violencia que ejerce el Estado italiano totalitario contra los trabajadores?
El tirano Draghi no podría hacer lo que está haciendo con su dictadura sanitaria sin la tácita complicidad de la jerarquía de la Iglesia, en especial la italiana.
Traición.
Vergogna!