Van pasando los días y todo indica que estamos entrando en un letargo que nos llevará al final del pontificado. Lo que francisco puede dar de sí ya no es ninguna sorpresa. Con el tiempo y sus obras se conoce a las personas, los dichos, en este caso abundantes y en todas la direcciones, se los lleva el viento. Esto no quiere decir, más bien al contrario, que tengamos coletazos finales desagradables intentando dejar atado y bien atado lo que ya es imposible de componer. Vivimos en medio de una confusión en el desorden y conviene recordar que la paz tiene unos fundamentos muy claros, la Tranquillitas ordinis, la «tranquilidad del orden» o «concordia bien ordenada».
En el Libro 19 de la Ciudad de Dios, san Agustín, la define como «la paz de todas las cosas» o «la concordia ordenada». Vincula la paz con el orden, en el que todas las cosas del universo tienen el lugar que les corresponde, establecido por Dios, su creador. La paz es, por tanto, el estado que una persona o una cosa logra cuando está de acuerdo con el orden del creador. La tranquillitas ordinis en la tierra siempre será imperfecta, pero podemos disfrutar aspectos de la paz y la felicidad del cielo.
Siglos más tarde, Tomás de Aquino continuó la tradición de la verdadera paz como tranquillitas ordinis y formalizó la teoría de la guerra justa como jus ad bellum y jus in bello: cuándo una guerra es justa y la conducta correcta en la guerra. George Weigel, actualiza en su libro de 1987: ‘Tranquillitas ordinis: The Present Failure and Future Promise of American Catholic Thought on War and Peace’ , la tranquillitas ordinis como la paz de una «comunidad política dinámica y correctamente ordenada» y «el orden creado por una comunidad política justa y mediada por la ley». Ofrece un interesante cambio del ‘ius ad bellum y ius in bello’ por un «ius ad pacem».
Entramos en la cruda vida diaria y vemos como los poderosos le tienen bien tomada la medida al Papa Francisco, nos lo predican muy diplomáticamente con gestos que en otros tiempos serian considerados poco serios. La Merkel le trajo recientemente al Papa Francisco unas mermeladas y el primer ministro Frances Jean Castex, en visita oficial al Vaticano, una camiseta firmada por Messi. El papa es una cosa y el papado es otra y estos dones tan francisquistas van acompañados de cosas más serias como una copia de la primera edición de «Notre Dame de Paris» de Victor Hugo, que estamos seguros de que pasará a la biblioteca sin perder la virginidad.
Cuando el Papa Francisco se apropia de los mantras de los zurdos es aplaudido y aireado por tierra, mar y aire. Basta recordar su reciente mensaje a los llamados movimientos populares en el que canoniza a los «poetas sociales», pero cuando arremete contra el asesinato de aborto es sistemáticamente silenciado. El encuentro con farmacéuticos sigue trayendo cola: «Ustedes están siempre al servicio de la vida humana. En algunos casos esto puede implicar la objeción de conciencia, que es la fidelidad a su profesión». El Papa Francisco es muy claro: «El aborto es asesinato» y «no está permitido convertirse en cómplices». “Nuestro deber es la cercanía: estar cerca de las situaciones, sobre todo de las mujeres, para que no pensemos en la solución del aborto, porque en realidad no es la solución”, » hay un poco de moda para eliminar la objeción de conciencia. Pero tengan en cuenta que esta es la intimidad ética de todo profesional de la salud, y esto no debe negociarse nunca». En Italia hay al menos 15 hospitales en los que el 100% de los ginecólogos son objetores de conciencia y otros muchos que superan el 80%. Estos sí son verdaderos mártires, confesores y poetas sociales de nuestro tiempo.
Si tuviéramos que resumir en una palabra lo que está sucediendo con el sínodo de los sínodos es silencio, nadie sabe muy bien de que va todo esto, o si va de algo , o no va de nada. Hoy vemos una noticia pequeña, pero noticia que refleja algo más. La Arquidiócesis de Vaduz, con unos 25.000 católicos, no quiere participar en el sínodo y se descuelga oficialmente, su arzobispo Wolfgang Haas lo justifica con el tamaño de la arquidiócesis. Las estrechas relaciones en las parroquias permiten un contacto rápido y sencillo entre pastores y laicos: «Cualquiera lo deseé puede entablar un diálogo entre sí, escucharse y mantener una comunicación personal a través de sugerencias, deseos e ideas en la vida diaria de la iglesia». Cualquiera que desee enviar «deseos, inquietudes y sugerencias para la organización de la vida de la iglesia en nuestra diócesis puede hacerlo por escrito o ponerse en contacto directamente con el Arzobispo o el Vicario General». ¿Cuántos más piensan esto aunque no lo digan?
Los procesos judiciales pendientes del cardenal Calcagno por inversiones imprudentes y las especulaciones constructivas de la diócesis de Savona siguen adelante. Recordemos que después de esta polémica gestión fue ascendido, ni más ni menos, a administrar el APSA, la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica. El ecónomo de ese tiempo, Carlo Rebagliati, entregó todos los documentos antes de su muerte para hacerlos llegar a la autoridad judicial competente.
Entrevista Schneider sobre el Motu Proprio del Papa: «Las restricciones del Papa son realmente de corta duración: colapsarán. Porque la verdad y la belleza de la oración de la Iglesia de todos los tiempos es tan poderosa y tan hermosa. Esta es la demostración de que la Iglesia está en manos de Dios». La entrevista está completa en EWTN y fue transmitida el 7 de octubre. La primera Misa reformada de 1965, inmediatamente después del Concilio, no supuso una ruptura con la Tradición «drástica ni revolucionaria ”. Después del Concilio, “el Comité en el Vaticano, el de Bugnini, hicieron una verdadera revolución, una drástica, que ahora tenemos lamentablemente y es una tragedia». Los cambios que se produjeron en la Misa después del Concilio «se produjeron por una ideología». «El hombre se pone a sí mismo en el centro, y Cristo ha sido puesto a un lado». «Hay que volver a dar primacía a Cristo en la Misa». De ahí se deriva la forma de comportarse: «Los actos surgen del ser».
«Tened ceñida la cintura y encendidas las lámparas».
Buena lectura.
La «puesta a un lado» de los sagrarios en las iglesias es una representaciòn cabal de lo que ha sucedido con Cristo y la Eucaristìa en la Misa actual…
El principal problema de cualquier sínodo son los textos y cuestionarios enviados a las parroquias o movimientos. Según quién los elabore sugerirá u obtendrá respuestas ya pensadas a gusto del encuestador. Y a continuación, la «selección» y conclusiones de estas encuestas, posiblemente manipuladas. ¿No lo vimos así en anteriores sínodos? La redacción final incluye o excluye temas o frases según lo que quiere el redactor….o su superior.
Bueno es que una comunidad parroquial se reúna y hable, también podría ser ocasión para enterarse de lo que dice el Catecismo….
También que representantes acreditados de la Iglesia local se reúnan, conozcan, aporten, se acerquen…..Pero en qué lugar y papel quedará en Obispo? Aquí mi duda ante situaciones asamblearias, porque al fin y al cabo, lo son.