La complicada salud del Papa Francisco, los bienes del Vaticano, ‘traditiones custodes’ y ‘quo primum’, el amigo Ortega, el ‘obispo de Roma’.

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Ayer fue un día complicado en el Vaticano, todo lo que rodea la delicada salud del Papa Francisco, un secreto de estado, preocupa y mucho, por muchos motivos. Se está evitando, sin duda por orden muy directa y personal del interesado, dar la imagen de que las cosas van mal. Se evita la silla de ruedas, se reduce la duración de los actos públicos lo más posible, se incrementan pequeños actos para dar la imagen de que todo va bien y hay una actividad enorme. Lo cierto es que hace mucho tiempo, demasiado, que el Papa Francisco no celebra en público y asiste, atado al trono;  las misas diarias, tan publicitadas en el pasado, han desaparecido.

Ayer estaban anunciadas  cuatro audiencias individuales y tres de grupo en las que el Papa Francisco no pudo leer los discursos preparados. La tercera, con un  grupo de  jóvenes italianos,  fue cancelada por completo porque el ‘resfriado’ empeoró a lo largo de la mañana y el Papa Francisco estaba «demasiado mal para aguantarla».  El miércoles por la tarde  presidió misa del Miércoles de Ceniza en Santa Sabina, evidentemente sin participar en la procesión desde San Anselmo.

Tosati compara al Papa Francisco con una triste tradición mafiosa siciliana en la que se incendia un animal vivo, gatos y cerdos son los preferidos, y se les deja huir despavoridos hacia el bosque, donde los pobres animales inician el fuego antes de desplomarse.   En el zigzagueo de la bestia se cree ver un «diseño», un proyecto, un conjunto de acciones coordinadas orientadas hacia un fin.  Una mente bien formada, como una conciencia sólida, rechaza el caos y la tontería.  La voluntad de volcar y  descomponer todo,  sí existe, es la del pirómano, no la del gato que el gato se mueve por una voluntad sin inteligencia que en llamas, huye de sí mismo. Destruye y muere por falta de pensamiento, por inercia, no por proyecto.

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Un proyecto ordenado por una mente refinada puede ser descubierto, refutado y combatido. Los mediocres, en cambio, desencadenan el caos, destruye las premisas del discurso e incluso sufren mucho por la falta de reconocimiento social como «persona inteligente y culta». Escuchan a escondidas «cosas» dichas por «intelectuales reconocidos», y reelaboran estas «cosas», casi siempre «conocidas por todos», en construcciones que, según ellos, son «nuevas» y «originales». El deseo de «asombrar» prevalece sobre todo y sienten un hastío invencible frente a todo lo que no es suyo.

Desprecian los discursos ajenos, que les parecen antiguos y polvorientos, pero sobre todo «ajenos», en relación con los suyos son obsesivamente redundantes: encuentran fórmulas chapuceras que les parecen ingeniosas y siempre frescas, y las repiten como jaculatorias hasta que la muerte los separe de sus propias obsesiones. Son personas «sencillas», «humildes», «sonrientes» que quieren «hacerse entender por todos». Les encanta «sorprender» al ego bobo del público y ser reconocidos como «grandes» hombres excepcionales. Se cambia fácilmente la pobreza de espíritu por un espíritu pobre. Es muy complicado  luchar con la niebla.

La noticia de hoy, con muchos titulares y poco contenido, es una carta apostólica en forma de ‘motu proprio’ del Papa Francisco sobre los bienes de la Santa Sede:  “Todos los bienes, muebles e inmuebles, incluidos los bienes líquidos y valores, que hayan sido o vayan a ser adquiridos, de cualquier forma, por las Instituciones Curiales y Entidades vinculadas a la Santa Sede, son bienes públicos eclesiásticos y como tales son propiedad, en propiedad o otro derecho real, de la Santa Sede en su conjunto y, por tanto,  perteneciente, con independencia del poder civil, a su patrimonio unitario, indivisible y soberano». Demasiada autonomía y poca competencia en la gestión.  La regla ya estaba escrita en la constitución apostólica que entró en vigor la primavera pasada, pero evidentemente no todos en el Vaticano la estaban aplicando. Es curioso que en una nota de la Secretaría de Economía se afirma que esto “no cambia las competencias y no dicta nuevas reglas, sino que reafirma un principio fundamental sobre el carácter público de los bienes y el papel de las instituciones curiales y órganos conexos, no de propietarios o poseedores, sino de entidades públicas eclesiásticas». Otro brindis al sol, sin mucho contenido, hay bienes que están unidos a sus finalidades, para eso existen, por ejemplo, el fondo sanitario y el de pensiones, son para lo que son. Esperemos que esto no se utilice para una desamortización que ‘arrastre’ bienes a fines no deseados por sus donantes.

Interesante artículo sobre  si es válido o no,  a la luz del Derecho Canónico, el Motu Proprio del Papa  Francisco, Traditionis custodes.  En la carta de presentación se compara con San Pío V, el Papa que unificó el rito de la celebración de la Misa en la Iglesia latina con la Bula ‘Quo primum’.  San Pío V.  El trabajo de edición del Misal Tridentino fue encomendado por San Pío V “a una comisión de sabios. Estos comenzaron a cotejar cuidadosamente todos los textos con los antiguos de la […] Biblioteca Vaticana y con otros, corregidos o sin cambios, que se pedían de todas partes. Luego, después de haber consultado los escritos de los antiguos y de los autores aprobados, que nos han dejado documentos relativos a la organización de estos mismos ritos, han reconducido el Misal actual a la norma y rito de los Santos Padres».

San Pío V decretó y ordenó, en la Bula Quo primum, de 1570, que «la Misa, en el futuro y para todos los tiempos, no será cantada ni recitada de otra manera que esta, según el Misal», publicado por Él, «en todas las Iglesias». Y concedió que en adelante, «para cantar o rezar Misa en cualquier Iglesia, se puede seguir sin restricción este Misal con permiso y facultad para usarlo libre y lícitamente, sin escrúpulo alguno de conciencia, y sin incurrir en pena, sentencia o censura alguna, y esto para siempre”.

Llegados aquí entremos en el caos de unos supuestos «deseos formulados por el episcopado» (¿cuál?…) y haber «escuchado» (?…) un (supuesto) » dictamen de la Congregación para el Movimiento de la Fe” (¿cuál?…) el Papa  Francisco consideró “oportuno” revisar esta “situación».  «Que «Los libros litúrgicos promulgados por los santos Papas Pablo VI y Juan Pablo II, en conformidad con los decretos del Concilio Vaticano II, son la única expresión de la lex orandi del Rito Romano”.  Que «el uso del Missale Romanum de 1962 debe hacerse únicamente bajo ciertas y específicas condiciones, además muy)restringidas».  Que «las normas, instrucciones, concesiones y costumbres anteriores, que no se ajusten a lo dispuesto en el […] Motu Proprio, quedan derogadas».

Traditionis custodes,  es en sí mismo irremediablemente contradictorio. «Si los libros litúrgicos promulgados por Pablo VI y Juan Pablo II, de conformidad con los decretos del Concilio Vaticano II, son la única expresión de la lex orandi del Rito Romano, entonces no se puede hacer uso del «Missale Romanum de 1962″.  Si se puede hacer uso del “Missale Romanum”  de 1962, aunque sea en condiciones limitadas, entonces los libros litúrgicos promulgados por Pablo VI y Juan Pablo II, de acuerdo con los decretos del Concilio Vaticano II, no son la expresión única de la lex orandi del Rito Romano».  Traditionis custodes no debe compararse con  Summorum pontificum, sino con la Bula de San Pío V, Quo primum.  ¿Hasta qué punto el Motu Proprio Traditiones custodes de Francisco está en conflicto con la Bula Quo primum de San Pío V?. ¿Pretende reformar la Bula Quo primum?.  Las conclusiones, entre otras, son que  Traditionis custodes  es completamente inválido porque viola una ley que equivale a una definición ex cathedra de San Pío V.

El cardenal De Donatis, el vicario del Papa Francisco para la diócesis de Roma, de hecho el obispo operativo de la diócesis, ha cosechado en muy poco tiempo un odium plevis muy común a muchos nombramientos del Papa Francisco. El miércoles Santo lo utilizó  para hablar de sus problemas y  quejarse amargamente  de que los sacerdotes no hablan con el superior, sino que lo critican continuamente.

Vemos el nombramiento de  Paolo Nicolini como nuevo director de «Centro di Formazione Laudato Si». Personaje muy conocido en el Vaticano siempre rodeado de la polémica. Fac totum del gobernatorato en tiempos de Viganò, paso a los museos, y se ha visto envuelto en el último escándalo de los derechos de reproducción de la Capilla Sixtina. Aparcado de nuevo hasta la próxima, no terminamos de aprender.

No es que sea ninguna autoridad, más bien todo lo contrario, pero es curioso cómo entiendes las cosas el amigo Ortega y su señora. Durante un acto oficial en el que honró a Sandino afirmó que Jesucristo resucitó de entre los muertos “no por el ejemplo de los sacerdotes, obispos, cardenales y los papas, que son una mafia. ¡Mira cuántos delitos han cometido y siguen surgiendo cada día por los que son juzgados! Crímenes que cometen para tener regulaciones absurdas”, dijo Ortega. El líder sandinista acusó a los líderes de la Iglesia Católica de haber cometido «delitos en el ámbito financiero» y aseguró que «en este momento hay un juicio en el Vaticano por cómo han robado millones, porque siempre han manejado millones».

Ortega se preguntó sobre el método de elección del Papa: “¿Quién lo elige? ¿Cuántos votos obtiene el Papa del pueblo cristiano? ¡Si queremos hablar de democracia, la gente debería elegir primero a los sacerdotes de las ciudades, luego a los obispos, a los cardenales, y debería haber una votación entre el pueblo católico en todas partes para que incluso el Papa sea elegido por voto popular directo! . «¡El pueblo decide y no la mafia que se organiza en el Vaticano!», tronó, para luego asegurar que Jesucristo fue su inspiración para convertirse en revolucionario, y alabó el hecho de que el hijo de Dios «no se vestía como obispos, ni mucho menos como los cardenales o el papa, ni vivía en palacios como los cardenales y el papa. Dicen que soy comunista, y lo he dicho en otras ocasiones cuando me preguntan: soy revolucionario gracias a Cristo. Por Cristo me convertí en un revolucionario y solo entonces conocí a Marx y Engels”.  «Cristo es el que siempre llevo en el corazón» y que «el socialismo que promueve mi gobierno es en verdad el cristianismo y eso es lo que hoy defienden los nicaragüenses y el Frente Sandinista de Liberación Nacional».

El embajador de Ucrania: “El apoyo del Santo Padre ha sido fundamental para nuestro país. En el último año, hemos escuchado más de cien discursos y llamamientos del Papa a la paz en Ucrania, una forma de animar a los ucranianos a mantenerse fuertes”. «Ucrania siempre ha apoyado las negociaciones, pero Rusia siempre se ha opuesto, la paz no está en sus planes».

¿Es que pueden guardar luto los amigos del esposo, mientras el esposo está con ellos?

Buena lectura.

 

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Comentarios
2 comentarios en “La complicada salud del Papa Francisco, los bienes del Vaticano, ‘traditiones custodes’ y ‘quo primum’, el amigo Ortega, el ‘obispo de Roma’.
  1. Con todo respeto.
    Hay una diferencia esencial entre dos documentos:
    1. Summorum Pontificum «El Misal Romano promulgado por Pablo VI es la expresión ordinaria de la «Lex orandi» («Ley de la oración»), de la Iglesia católica de rito latino. No obstante, el Misal Romano promulgado por san Pío V, y nuevamente por el beato Juan XXIII, debe considerarse como expresión extraordinaria de la misma «Lex orandi» y gozar del respeto debido por su uso venerable y antiguo.
    Estas dos expresiones de la «Lex orandi» de la Iglesia en modo alguno inducen a una división de la «Lex credendi» («Ley de la fe») de la Iglesia; en efecto, son dos usos del único rito romano».

    2. Traditionis custodes. Los libros litúrgicos promulgados por los santos Pontífices Pablo VI y Juan Pablo II, en conformidad con los decretos del Concilio Vaticano II, son la única expresión de la lex orandi del Rito Romano.

    Existe a la vista una contradicción, había dos expresiones de la lex orandi y ahora hay una sola, pero que no está sola sino que sigue acompañada -restrictivamente en su aplicación no en su VALOR INTRINSECO- por la otra ley orandi.

    Para colmo el último rescripto -acto administrativo- en audiencia quita -indebida e injustamente- a los Obispos facultades que les son propias y que hacen a la buena conducción de su Diócesis que otros desde lejos no conocen.

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