En casa del pobre, dura poco la alegría. De la larga entrevista del Papa Francisco tuvimos poca repercusión inmediata y ninguna a los pocos días. Los abogados de Becciu, y de los demás procesados en el Vaticano, sabrán aprovechar, sin duda, las ‘aportaciones’ de la autoridad suprema, poco más. El refrán con el que hemos iniciado tiene en su origen otro sentido y hace relación al jugador, en donde la versión actual introduce al pobre. Se refiere al que tiene el vicio de jugar, al que es muy diestro en el juego o al al jugador fullero. El que está enviciado en el juego y suele perder con gran rapidez lo que ha ganado: ‘En casa del trilero, poco dura la alegría’.
Giancarlo Mazzuca en Libero recuerda que a Marcinkus le fue mejor que a Becciu: «Hablamos mucho de la mala justicia en Italia, pero luego descubrimos, como nos dijo ayer Vittorio Feltri, lo que está sucediendo en el Vaticano con el juicio en curso del cardenal Becciu y todo cambia». El caso Becciu está poniendo en evidencia que el sistema judicial del Vaticano no puede funcionar, no cuenta con las mínimas garantías, y las sentencias son siempre precocinadas. Becciu lo sabe bien por qué él mismo fue el ‘gestor’ de algunos casos sonoros. La entrevista nos ha dejado el pasaje desconcertante en el que el Papa Francisco, la suprema autoridad, se pone de perfil en el caso y se presenta como ‘animador’. Vivir para ver.
El ex cardenal estadounidense McCarrick, de 91 años, fue llevado a un tribunal de Massachusetts acusado de agredir sexualmente a un adolescente en la década de 1970. Quizás deberíamos hablar del Señor McCarrick, pero la noticia es importante porque se refiere a un cardenal y su destitución no ha frenado la trastienda que le adorna. Los macarristas siguen crecidos y ocupando puestos relevantes como si la cosa no fuera con ellos. Es el primer cardenal estadounidense que enfrenta cargos penales en un tribunal civil. En el pasado, el Vaticano había tratado otros casos de manera diferente. Sin ser casos paralelos, ni mucho menos, el cardenal Bernard Law, ex arzobispo de Boston, fue llamado a Roma por la Santa Sede en 2004, para librarlo de un juicio por haber trasladado a un sacerdote pedófilo de una parroquia a otra. El cardenal pedófilo, el austriaco Hans Groer, no fue castigado por el Vaticano porque estaba protegido por el entonces secretario de Estado, Sodano, y se le permitió vivir en un convento hasta su muerte en 2003. McCarrick se declaró inocente, se presentó vestido de civil, con máscara y apoyado en un andador. El tribunal fijó una fianza de 5.000 dólares y le ha ordenando mantenerse alejado de la víctima.
Parolin sigue con los encuentros promocionados por los amigos de Bilderberg, hoy es el Foro Estratégico de Bled “El futuro de Europa” en Eslovenia, con los objetivos de la agenda 2030. Seguimos con la ‘migración’ y la posición oficial de la actual administración del Vaticano: “En el contexto actual, las soluciones fragmentadas son inadecuadas”. “Se necesitan comunidades solidarias que ayuden a los migrantes y les permitan aprender a respetar y asimilar la cultura y las tradiciones de las naciones que los acogen. En este sentido, los líderes europeos deberían promover activamente políticas que acojan, protejan e integren a los migrantes, refugiados y solicitantes de asilo ”.
Hemos visto la huida de Afganistan en estos días, muchos de los llamados ‘migrantes’ no lo son por voluntad propia, sino que huyen para salvar su vida. A nadie parece preocuparle, o mejor, nadie está dispuesto a hacer nada, por defender el derecho a no emigrar como el principal derecho del ser humano. Parolin sigue hablando de una Europa con raíces cristianas, ahora tan profundas, que no reconocen. Los inmigrantes se adaptan a sociedades descristianizadas y sin valores, no podemos ofrecerles otra cosa. En lo que sí tiene razón es que «como ha demostrado la pandemia del covid-19, todos estamos en el mismo barco, frágiles y desorientados, tanto en Europa como en el resto del mundo». En Parolin la fragilidad y la desorientación son evidentes.
Desde Pakistán llega la noticia de una «nueva Asia Bibi», una mujer cristiana acusada de «blasfemia» por el poder judicial local y que se ha convertido en blanco de campañas de odio promovidas por movimientos islámicos. Shagufta Kiran, ha sido detenida desde el 29 de julio en espera de juicio, acusada de haber enviado un mensaje de WhatsApp «con contenido blasfemo». Su marido cuenta los hechos: «Se apoderaron violentamente de nuestros teléfonos, computadoras y otros objetos de valor. Detuvieron a Shagufta y a mis dos hijos, después liberados, sin información previa ni orden judicial. El marido y los hijos han tenido que huir debido a las amenazas de muerte recibidas y que ahora se encuentran en un lugar seguro.
La hermana Shehnaz, directora de la Asociación Pro Bambini de Kabul logró regresar a Italia. “La gente nos amaba y respetaba. Los que se quedaron me llaman para preguntarme cuándo se reanudará nuestro trabajo ”. Muy desconcertante, como todo lo que está rodeando la huida de Kabul: «Si los talibanes quieren que volvamos a estar juntos , seré la primera en regresar a Afganistán «. A los talibanes los llama «nuestros hermanos», pero reconoce que les tiene miedo y logró llegar a Roma el 25 de agosto, acompañada de cuatro de sus hermanas y catorce pequeños huérfanos.
La hemorragia de vocaciones que vivimos está tocando fondo, las generaciones de sacerdotes mayores van desapareciendo por puras razones biológicas y las nuevas no son capaces de asumir el trabajo heredado. El obispo de Rimini, Lambiasi, para compensar la falta de clero que también ha afectado a su diócesis ha nombrado al diácono Davide Carroli y a su esposa Cinzia Bertuccioli como ‘referentes pastorales’ de la parroquia de Santi Biagio y Erasmo di Misano Monte. En Roma, en la zona de Cinecittà, ya tenemos una parroquia encomendada a un diácono casado. Los obispos ya no saben que inventar para mantener una estructura que ya no se sostiene. La escasez de vocaciones también afecta a los diáconos y estas soluciones no dejan de ser ‘pan para hoy y hambre para mañana». La falta de vocaciones tiene su origen en la falta de cristianos, sin familias cristianas no habrá vocaciones y para atender iglesias desiertas no necesitamos de muchos ‘referentes pastorales’, nombre tomado de Alemania. El mismo Papa Francisco se dirigió a los obispos italianos: ¿Cuántos seminarios, iglesias y monasterios y conventos se cerrarán en los próximos años por falta de vocaciones? Dios sabe. Es triste ver esta tierra, que durante muchos siglos ha sido fértil y generosa en dar misioneros, religiosas, sacerdotes llenos de celo apostólico, junto con el viejo continente entrando en una esterilidad vocacional sin buscar remedios efectivos. Creo que los está buscando, ¡pero nosotros no los encontramos! ”.
«El Hijo del hombre es señor del sábado.»
Buena lectura.