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El Papa Francisco sigue con ‘bronquitis’, Demos II corre como la pólvora, apertura del año judicial en el Vaticano.

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Es domingo, el tercero de cuaresma,  y aquí seguimos con una gran masa de información. La salud del papa, de Francisco y de todos los que le han precedido, es una cuestión de estado. Esto hay que tenerlo siempre muy presente cuando se toca el tema, no hablamos solo de un cuadro clínico,  sino de todo lo que rodea al final de un pontificado en la vida de la iglesia, que, nos guste o no, va ligado el final de la vida o del ministerio del papa reinante. Es muy lógico que estemos rodeados de rumores de todo tipo, intentaremos contar lo poco objetivo que podemos tener, con todas las cautelas que se quieran poner.

El Papa Francisco, con la voz muy ronca y entre toses, masculló unas palabras: “He preparado un discurso, pero como podéis ver no puedo leer debido a una bronquitis. Le pedí a Ciampanelli que lo leyera». Otra intervención anterior paso lo mismo y el miércoles pasado, al finalizar la audiencia, Bergoglio acudió al hospital Gemelli «para someterse a controles».  Hay muchos rumores dispares sobre las condiciones de salud del Papa Francisco, de 87 años, incluso dentro del Vaticano. A pesar de una grave bronquitis,  la mañana de Papa Francisco de 87 años, estuvo llena de reuniones, discursos y audiencias, no pudo leer los discursos preparados.  En el Salón de las Bendiciones, ante los magistrados del tribunal único del Vaticano con motivo de la inauguración del año judicial, se escuchó en repetidas ocasiones la tos del pontífice.

Otro documento de un cardenal anónimo, que habla como portavoz de otros, ya había ocurrido con la denuncia firmada «Demos» y titulada » El Vaticano hoy «, cuyo autor, creído desconocido durante mucho tiempo, fue posteriormente identificado como el cardenal Pell. Esta segunda fase se denomina «Demos II» y se titula «El Vaticano del mañana», connotando una clara continuidad con la anterior. Un texto clandestino con un profundo sentimiento de tristeza debido a la obligación del anonimato.«Los lectores se preguntarán con razón por qué este texto es anónimo. La respuesta debería ser obvia para cualquiera que esté familiarizado con el entorno romano actual. La sinceridad no es bienvenida y sus consecuencias pueden ser desagradables».  El sucesor de Francisco deberá hacerse cargo del Vaticano, que «necesita urgentemente una renovación, una limpieza de sus instituciones, de sus procedimientos y de su personal y una reforma profunda de sus finanzas para prepararse a un futuro más desafiante».

El cardenal  Zen compartió una carta anónima supuestamente escrita por un cardenal contra el Papa Francisco y que actualmente circula en Internet.  “Un cardenal anónimo  ha lanzado un ataque sorprendente contra el estilo de papado del Papa Francisco, diciendo que es autocrático, vengativo y confuso y que ha dejado a la Iglesia ‘más fracturada que en cualquier otro momento de su historia reciente’. El cardenal, que desea permanecer en el anonimato por temor a represalias, presentó un plan sobre lo que debería hacer el próximo Papa para reparar el daño de los años de Francisco». “La confusión genera división y conficto, socava la confianza en la Palabra de Dios. Debilita el testimonio evangélico». La tarea «del próximo pontificado, tendrá que ser recuperar y restablecer las verdades que lentamente se han oscurecido o perdido entre muchos cristianos».

«Este triste desconcierto emerge de las líneas de este texto al menos en dos niveles distintos. El primero se refiere a las actitudes de Francisco, a su práctica pontificia, ciertamente dependiente de su carácter personal pero también relacionada con su manera de ver la realidad, incluida la del papado. Sus métodos autoritarios, impositivos e incluso, leemos en el documento, «vengativos». Su insistencia en sembrar dudas que dificultan «permanecer» en la fe crea divisiones y conflictos cuyo resultado hoy es «una Iglesia más fracturada que en cualquier otro momento de la historia».»El foco en «nuevos paradigmas» y «nuevos caminos inexplorados», la búsqueda de lo nuevo por el bien de lo nuevo. La ambigüedad de sus declaraciones, el uso de lemas carentes de contenido teológico y de una nueva retórica sentimental e imaginativa llena de «matices ambivalentes». Las purgas en la curia, los nombramientos políticos de sus seguidores y la protección de sus amigos y partidarios, el desprecio de la ley a menudo eludida, los vínculos excesivos con la Compañía de Jesús, la incapacidad de escuchar y las prisas por demoler en un momento lo que fue construido y enseñado por sus predecesores. El uso de tácticas políticas. La falta de convocatoria de los cardenales desde hace diez años, las decisiones tomadas en soledad, los actos de intemperancia. La trágica caída del nivel del magisterio pontificio y vaticano».

«Este es precisamente el segundo nivel de análisis que realiza este texto. Los reproches dirigidos aquí a Francisco se refieren al corazón de la religión católica. El papel del papado pasa de garantizar la confirmación de los hermanos a ser «un modelo de ambigüedad en cuestiones de fe». La exasperación de la misericordia de Dios en detrimento de su justicia. La historización de «verdades objetivas e inmutables sobre el mundo y la naturaleza humana». Una hermenéutica extravagante de la Palabra de Dios contenida en las Escrituras. La revisión del concepto de pecado. Reservas sobre la misión evangelizadora de la Iglesia. Una interpretación implícita del Vaticano II como ajena a la continuidad. La problemática visión del sensus fidelium deformada por la lente de la «teología del pueblo». La tendencia a modificar las enseñanzas para adaptarse al mundo. La subestimación del contenido de las verdades creídas y la visión de la doctrina como rígida y abstracta. Desprecio al derecho canónico».

Los defectos de la antropología del Papa Francisco, en particular en su distanciamiento de la «teología del cuerpo» y de una «antropología cristiana convincente», «precisamente en un momento en el que se multiplican los ataques a la naturaleza con la identidad humana, del transgenerismo al transhumanismo». No faltan las críticas a lo nombramientos de cardenales del Papa Francisco: «El Colegio Cardenalicio, habrá que reformarlo, necesitamos hombres de «carácter, fuerte formación teológica, experiencia madura de liderazgo y santidad personal». También requiere un Papa dispuesto a pedir consejo y luego escuchar. No está claro hasta qué punto esto se aplica en el pontificado del Papa Francisco».

Apertura del año judicial en el Vaticano.  El Papa no ofreció -como había ocurrido en años anteriores- un discurso basado en reformas. La elección resulta un tanto sorprendente teniendo en cuenta la publicación – que tuvo lugar el pasado mes de mayo – de la  Ley Fundamental del Estado de la Ciudad del Vaticano .  Optó por centrarse en el tema de la «valentía» porque no habría podido explicar, de ningún modo, que  algunas nuevas normas nuevas no tienen posibilidad de aplicación.
El Papa Francisco prefirió centrarse en las críticas que se le han hecho en los últimos tiempos por su modus operandi, particularmente en la administración de justicia. «Debemos tener valentía mientras nos comprometemos a garantizar el desarrollo justo de los procesos  y estamos sujetos a críticas.  La solidez de las instituciones y la firmeza en la administración de justicia quedan demostradas por la serenidad de juicio, la independencia e imparcialidad de quienes están llamados a juzgar en las distintas etapas del proceso. La mejor respuesta es un silencio laborioso y un compromiso serio de trabajo, que permitan a nuestros Tribunales administrar justicia con autoridad e imparcialidad, garantizando el  debido proceso, respetando las peculiaridades del sistema vaticano».

Estamos en plena condena y apelación del proceso Becciu y todo se mira con lupa. «Se necesita valentía para llegar hasta el final en la búsqueda rigurosa de la verdad, recordando que hacer justicia es siempre un acto de caridad, una oportunidad de corrección fraterna que pretende ayudar al otro a reconocer su error. Esto es especialmente cierto cuando surgen comportamientos particularmente graves y escandalosos que deben ser sancionados, especialmente cuando ocurren dentro de la comunidad cristiana. Es necesario tener coraje mientras se comprometen a garantizar la celebración justa de los juicios. El coraje desorienta a los corruptos.»

Alessandro Diddi, promotor de la Justicia vaticana, en su discurso  señaló que en 2023, la Oficina del Promotor de Justicia del Vaticano «fue sometida a un número casi doble de procedimientos en comparación con 2022, entre los que hay que incluir también casos que, no pocas veces, están bajo el foco de la opinión pública».
Los medios son muy críticos con la falta de sensibilidad del Papa Francisco hacia las personas vinculadas al Vaticano, que tienen derechos y deberes. Son ciudadanos y no súbditos y mucho menos esclavos. Es necesario garantizarles órganos de justicia que sean imparciales y no el largo brazo del déspota de turno. Necesitamos abandonar el método militar-ignaciano y empezar a poner los pies en la tierra.  Nombrar personas competentes implica un riesgo para el Papa, que tendría que escuchar: «Bueno, no se puede hacer así».
«Quitad esto de aquí; no convirtáis en un mercado la casa de mi Padre.»
Buena lectura.

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Comentarios
1 comentarios en “El Papa Francisco sigue con ‘bronquitis’, Demos II corre como la pólvora, apertura del año judicial en el Vaticano.
  1. En mi opinión, que es una hipótesis conjetural e incompleta, hay que analizar un poco esta entidad extraterrestre llamada Francisco, de nombre civil Jorge Mario Bergoglio, de nacionalidad argentina:

    MARXISMO

    Tres tipos de marxismo:

    1. Marxismo clásico: ligado al comunismo real de la Unión Soviética (1917-1991).

    2. Neomarxismo: surge en el bloque capitalista, asociado a la Escuela de Frankfurt. Enfatiza el cambio del «discurso para transformar la realidad» (anotar: «discurso», transformar realidad»: la mente a través de la palabra falsamente cambia la realidad física, química y biológica de la naturaleza y las personas). Creado por las universidades de EEUU, Inglaterra, Francia y Alemania, y fue dirigido por los EEUU para debilitar al marxismo de la URSS: por eso, a partir de 1969-1970, la URSS empezó su guerra y persecución contra la Escuela de Frankfurt porque era su rival ideológico.

    3. Posmarxismo: surge tras la caída del comunismo soviético (1991). Pierde el núcleo revolucionario y se basa en autores como Foucault y Butler. Se desarrolla en las universidades, no desde la calle (caso Podemos de Pablo Iglesias y la Universidad Complutense) y es abiertamente anticomunista, pero procede de la Escuela de Frankfurt en sus última línea generacional.

    Posmarxismo:

    Sustituye al proletariado como sujeto político por nuevas identidades colectivas.
    Se adhiere a la ideología democrática, lo que genera confusión al definirlo como socialcomunista.

    Sería más preciso clasificarlo como izquierda indefinida, socialdemócrata y no comunista, que es administrada con el vector descendente de arriba-abajo, de las élites occidentales gobernantes como un gran conglomerado corporativo mundial (empresariales, políticas, escolares, universitarias, mediáticas, artistas, jueces, entretenimiento), bajo el Imperio EEUU realmente existente, con vocación universalizante (frente a Rusia, China e India), en concreto, del sospechoso habitual, el Partido Demócrata de Biden, Obama, Clinton, además de las organizaciones de pensamiento estratégico «think tank» (Soros, Fundaciones, Institutos…), las cuales están en tensión entre sí, pues hay diferentes élites norteamericanas en combate entre sí (Trump y otros conservadores) y dentro de ellas: no hay conspiración única monolítica ni casualidades azarosas: son élites en bloques solidarias, pero en tensión. El mundo, a su vez, se forma en plataformas de intereses: China-Asia, Islam, India, Rusia…

    Este pensamiento imperial ideologizado anglosajón posmarxista y capitalista, está ya ocupando el espacio de la izquierda (totalmente) y ahora le toca a la derecha (Macrón quiere constitucionalizar el asesinato de niños no nacidos por el aborto), tocando luego la eutanasia, el suicidio asistido libre, público y gratuito, toda la ideología de género (de homosexualidad a transexualidad), feminismo, indigenismo, negrismo…: todo será derecho humano fundamental, y la Iglesia será ilegalizada: o lo acepta o el Emperador la prohíbe y persigue.

    Este posmarxismo de la última generación de la Escuela de Frankfurt creó el «constructivismo mental»: lo que yo creo ha de ser realidad material. El ejemplo clásico es la transexualidad, que implica hasta la extirpación quirúrgica de órganos biológicos genitales naturales por implantes, hormonas, medicinas o modificaciones «Frankenstein» de otras partes del cuerpo: «Si mi mente se siente mujer o buzón de correos, entonces la realidad debe de adaptarse a lo que dice mi mente»: puro platonismo pero creacionista desde la mente de las personas, no desde el mundo de las ideas hechas por un dios o dioses.

    Por eso, Pablo Iglesias de Podemos, al preguntar a un filósofo sobre el por qué su partido está en decadencia, éste le respondió:

    – Muy sencillo, has adoptado la ideología de los EEUU, la escuela de Frankfurt, diseñada para combatir el marxismo. Has asumido la ideología del enemigo, el constructivismo mental, has abandonado la justicia realmente, materialmente, efectivamente y operativamente social, así como la realidad de las cosas y de la naturaleza humana, su materialidad, su biologicidad, has abandonado la lógica y la racionalidad, no tocas los pies al suelo, y por eso te has autodestruido.

    FRANCISCO

    De Bergoglio, hay que decir que tiene una filosofía indefinida y no sistemática, puesto que en realidad, Bergoglio es un político peronista, el cual se abraza con todo el espectro politico: fascismo a socialismo. Jamás realizará ningún tipo de definición de conceptos, ni quiere en absoluto estar atado por definiciones pasadas (doctrina de Fé ortodoxa y tradicional), porque como político de amplio espectro y nebuloso, es Él, el nunca suficientemente amado, quien dicta el discurso indefinido de acuerdo con los intereses realmente existentes en el presente continuo, el cual, como se sabe, pasa a ser pasado al segundo siguiente. Así, no define «proselitismo», le da unas connotaciones peyorativas asistemáticas: todos debemos leer la mente del Emperador, y no equivocarnos del presente de indicativo despótico: «Yo pienso esto ahora, en el segundo siguiente será otra cosa».

    También casa con su temperamento dictatorial, despótico, tiránico y totalitario, con enfados absolutos y vitalicios. Quien se atreva a elevar el mínimo disenso a sus discursos nebulosos indefinidos con conceptos arbitrarios adaptados a sus intereses y pensamientos, es absolutamente misericoridado a muerte definitiva, peor que la eternidad del infierno…

    Es también compatible con esta aparente pérdida de autoridad: las heréticas Amoris laetitia y Fiducia supplicans (da sacramentos y sacramentales a pecadores intrinsece malum irredentos por gracia imperial) pueden ser implementadas o condenadas en las Iglesias Particulares o diócesis, porque su plan es materialmente neoglobalista (Agenda 2030) pero formalmente procesualista: el proceso es lo más importante en el momento presente, lo indica la autopercepción de lo realmente posible y pragmático para el momento actual, el ahora mismo en marcha, en curso, que es relativista (al segundo siguiente, al proceso siguiente, la mente del Emperador piensa otra cosa: será coercitivo, quizás con el Sínodo de este 2024).

    Por eso también da una de cal y otra de arena: así, recientemente dice que la ideología de género es mala, pero mantiene la ideología de género en Fiducia supplicans y la nota explicativa del 4 de enero, compatible con el hecho de que no sanciona a los desobedientes, incluso le importa un bledo la aparente destrucción de su autoridad, que es desobedecida de manera abierta, pública y masiva: lo importante, lo superior, incluso por encima de la salvación de las almas de la condena eterna de las penas del infierno, es el «proceso», el proceso hacia la apostasía conforme a la Agenda 2030 o Punto Omega, faro atractivo, a la que las élites progresistas nos quieren llevar al Nuevo Edén, Nueva Jerusalén, es decir, estamos ante el falso mesianismo de que este plan nos llevará al mejor mundo posible, cosa que será imposible, pero mientras tanto, generará este dolor al que Francisco nos está llevando, junto con la cobardía traidora de los cardenales y obispos (muchísimos de ellos), al no hacer deponer a Francisco y defender martirialmente a la Fé católica contra las locuras de la globalización oficial.

    Esto explica esta filosofía de Francisco que una papilla para bebés generada para crear el actual desorden católico para recrear un nuevo orden mundial:

    1. el tiempo (proceso) es superior al espacio
    2. la unidad es superior al conflicto
    3. el todo es más que la suma de las partes (la unidad del todo: la Agenda 2030)
    4. la realidad (la ideología neoglobalista, constructivismo mental) es superior a la idea (la verdad católica)

    En definitiva, Demos II se ha quedado cortita, la realidad es peor de lo que dice…

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